Hoy, nuestro asesor espiritual en ética ecológica aconseja sobre programas de eutanasia en la sociedad para librarse de viejos y discapacitados que consumen recursos que no merecen.
Querido Ethan,
Mi abuela ha llegado a los 80 años, y ella dice que está lista para su viaje al Otro Lado. Me ha pedido que la ayude en esta empresa, ya sea administrándole una inyección letal o usando su almohada para sofocarla. Ethan, ¿es esto ético?
Jemina AlbermaleLa respuesta corta a su pregunta es : SÍ, es ético eutanizar a su abuela si eso es lo que ella quiere. La respuesta larga es: nosotros los “eco-eticistas” necesitamos tener una seria conversación sobre extender nuestros programas de eutanasia en la sociedad para poder manejar el problema más urgente que enfrenta hoy la humanidad: la sobrepoblación.
No hay ninguna duda de que la sobrepoblación humana es una maldición sobre la Madre Tierra. Más humanos significan más ciudades, más fábricas, más autos, más violaciones, más calentamiento global, y más sequías/inundaciones. Como lo hicieron notar hace 20 años esos bravos eco-guerreros ARNE Naess y George Sessions, “es necesaria una reducción sustancial de la población humana para el florecimiento de la vida no-humana.” Es verdad, si las plantas tienen que sobrevivir –y recuerde que ellas, a diferencia de nosotros, son un crecimiento natural sobre la faz de la Tierra- entonces, muchos, muchos seres humanos tendrán que partir.
No andemos batiendo los arbustos en este asunto (Yo odio ese dicho! Los arbustos también tienen derechos y jamás deberían ser batidos.) Una de las mayores causas de la sobrepoblación es que la gente vive más tiempo. GENTE COMO SU ABUELA. Esos “avances” en la investigación médica (logrados con la sangre y tripas de millones de inocentes animales) y los avances en la riqueza material (producto del saqueo y pillaje de la humanidad sobre la Madre Tierra) significa que la gente vive mucho más allá de nuestra edad natural de morir. ¿Qué justificación hay para que alguien viva hasta los 80 años de edad! Cuánta arrogancia implica torcer a la naturaleza y extender su vida como a uno le parezca bien.
Sin embargo, aunque todos reconocen que la población envejeciente es una “bomba de tiempo”, una “carga”, una “crisis en desarrollo”, ellos se rehúsan a tomas las medidas y acciones necesarias para detenerla. Necesitamos tener una eutanasia estatal AHORA!
Yo soy un gran fan de la Iglesia de la Eutanasia (CofE) de Estados Unidos, el grupo profundamente verde que usa al humos negro para alertar al mundo sobre la sobrepoblación. Su canto de guerra –“Salve al planeta –mátese!” – es quizás el slogan menos egoísta en la política actual. En su página de consejos “Cómo Matarse Uno Mismo” fue una página de lectura obligada para todos esos eco-gue-rreros que eligieron matarse en lugar de continuar matando al planeta.
Después de decirle a sus lectores que usen un tanque de helio para terminar con sus vidas y conta-minación del planeta, la página advertía: “Asegúrese de que no será molestado por lo menos durante 30 minutos… si usted es descubierto y reanimado usted tendrá daño permanente al cerebro.” Qué consejo más amable! Desgraciadamente, la página fue retirada por los censores en 2003 después de que una mujer en Missouri siguiese su consejo y falleciera. Este es la clase de mundo en el que vivimos, Jemima, donde los negadores del cambio climático tienen la libertad de escupir sus MENTIRAS en el Canal 4 pero los verdes profundos no son libres de ofrecer su consejo sobre el eco-suicidio en la Internet.
Sin embargo, el CofE está equivocado al hacer foco sobre los individuos para que se maten a ellos mismos. Necesitamos alentar la eutanasia en toda la sociedad. Los viejos y enfermos están violando y robándole al planeta lo que pertenece a los jóvenes y aún no nacidos. Ellos usan muchos más re-cursos que los ciudadanos menores que 60 años: tienen que ser transportados en automóviles; ellos requieren de ayudantes en el hogar y limpiadores que también se transportan en automóviles; ellos usan litros de sustancias químicas limpiadoras para mantener sus débiles sistemas inmunológicos fuera del alcance de los propios pequeños limpiadores de la Naturaleza (las bacterias); ellos consu-men cantidades sin fina de drogas para sus condiciones crónicas, creadas por medio de la tortura de innumerables criaturas.
Y a ellos simplemente NO LES IMPORTA el ambiente. Cuando yo me quejé con un viejo sobre que había tomado un ómnibus sólo para recorrer dos paradas –cuando podría muy bien haber caminado con la ayuda de su muleta- él me respondió: “Váyase al carajo, hippie hediondo”. Qué lenguaje de cloaca usan ellos!
Tristemente, un programa de eutanasia compulsiva como el del film visionario Logan's Run, no sería aceptable en la actualidad. Yo propondría que la eutanasia se convierta en una opción voluntaria después de los 60 años, y semi-voluntaria después de los 70. Yo propongo ligar la eutanasia a los planes de salud familiar en general. Por ejemplo, el acceso familiar a planes de salud dental y trata-mientos en hospitales podrían ser determinados o no, si los miembros viejos de la familia han optado por la Estrategia Nacional de Salida. Esas familias cuyos miembros más viejos hayan “salido” recibi-rán planes de salud gratis; aquellas familias cuyos viejos permanecen vivos recibirán cuidados res-tringidos o deberán pagar por ellos. Por supuesto, este programa podría dar lugar a situaciones donde las familias escondan a sus miembros viejos y pretendan que “se han ido”. Necesitaremos de una fuerza de Tareas de Eutanasia para asegurar que no surjan comunidades secretas y existan viejos anti-verdes.
Una cuestión espinosa más: gente discapacitada. Jemima, ellos también deberían de tener la opción de “retirarse.” Los lectores de mi columna sabrán que yo creo que sólo podemos medir a la humani-dad por su huella de carbono. Y siento mucho decir que la gente discapacitada –a causa de que usan sillas de ruedas, escaleras eléctricas, autos especiales, etc- emiten más carbono que la gente sin discapacidad. Yo he calculado que donde un hombre promedio emite alrededor de 9 toneladas de carbono al año, un discapacitado libera alrededor unas abrumadoras 126 toneladas anuales. Esto no es sustentable. Y otra vez más, el creciente número de personas discapacitadas que se movilizan por sí mismas demuestra lo arrogantes que somos.
La paraplejia podría ser vista como una manera de la naturaleza para alentar un estado de inmovi-lidad en nuestro mundo hipermóvil causado por los humanos, una manera natural de frenar al veloz y destructivo humano. ¿Pero, qué hacemos? Mediante sillas de ruedas eléctricas hacemos que los parapléjicos sean también parte de la sociedad móvil. ¿No les parece que es hora de seguir el conse-jo de mi gran héroe Peter Singer, y darle a la gente su derecho a eutanizar a los bebitos discapacita-dos cuando nacen?
Un punto final: tenemos que considerar cuidadosamente la manera en que nos desharemos de los cuerpos eutanizados, incluyendo a su abuela, Jemima. Como he argumentado antes, tanto el entie-rro como la cremación son malvadas aflicciones para el ambiente. Quizás la Fuerza de Trabajo de Eutanasia pueda considerar maneras de usar a los restos de los ancianos y los discapacitados para fertilizar la tierra y alimentar a la población animal. Finalmente volveremos a ser parte de la natu-raleza, en lugar de estar pensando que estamos por encima de ella.
Ethan Greenhart responde todas sus preguntas sobre la manera ecológicamente ética de vivir en el Siglo 21.
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