por Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC
Este artículo es continuación de La Epidemiología del Humo Ambiental de Tabaco, que debería leerse primero para comprender cabalmente el contenido de esta parte que analiza y critica la extraña manera en que los legisladores hacen las leyes y reglamentos que prohíbe fumar en lugares públicos cerrados. Porque podría el lector, con toda razón, argumentar que "Todo el mundo sabe ya que el humo del tabaco en el ambiente es perjudicial para la salud y causa cáncer en los no fumadores.". Una vez leído el artículo anterior, primera parte de este informe, esa argumentación pierde todo su valor ya que, después de conocidos los hechos científicos y analizados los estudios sobre los que se basan las prohibiciones, mantenerse afirmando el riesgo y daño para la salud de los fumadores pasivos es enterrar la cabeza en la arena y negarse irracionalmente a ver la verdad.
Los legisladores imponen severas multas y castigos a los infractores -pero absurdamente despenalizan el uso y tenen-cia de drogas duras como la marihuana, el crack o el "paco." Nuestra opinión es que hay algo que ha dejado de funcionar de maneraa correcta en los cerebros de los legisladores -o sino que ignoran absolutamente todo lo que se refiere a la etiología de las enfermedaes cardiocoronarias o el cáncer, y se hacen eco de publicaciones con aparien-cia más o menos científica que cumplen con la corrección política actualmente en boga. Mi consejo es que cambien de asesores científicos y busquen alguien actualizado, o sin anteojeras mentales.
Es atinado aclarar en este momento que no soy fumador. Lo fuí hasta 1971, cuando mi larga expedición bajando por el Río Amazonas me hizo considerar la conveniencia de dejar el hábito por dos razones: No es nada fácil encon-trar cigarrillos en la selva, y segundo, era conveniente tener un buen estado físico para cuando tuviese que comenzar con el curso de Supervivencia en la Selva y Lucha Anti Guerrilera que tomaría con el Ejército Brasileño a mi llegada a Manaus. La decisión fue acertada porque de haber seguido fumando se me hubiese hecho prácticamente imposible soportar el durísimo entrenamiento y la enorme demanda de energía que el curso exigía. Aunque en 1998 volví a fumar los buenos habanos cubanos (sin aspirar el humo) que el "uno a uno" nos proveía a precios acomodados, la crisis del "Tequila", a fines de ese mismo año me hizo abandonar tan agradable costumbre. Nunca más volví a fumar -y es mi razonada determinación no volver a hacerlo.
También soy un ferviente partidario de toda campaña racional y sensata que impulse al fumador a abandonar voluntariamente su hábito. Pero me opongo de manera racional a que el abandono del hábito se haga de manera compulsiva mediante leyes rigurosas e irracionales, sin fundamentos válidos.
Mi defensa no es del hábito de fumar sino del derecho de los fumadores de mantenerlo si así es su deseo que, de paso sea dicho, está garantizado por la Constitución Nacional. Se basa también mi defensa del fumador en mi recono-cida aversión por los mitos y fraudes científicos, motivo de la creación y manteniminto de este sitio web, y no por mezquinos intereses personales, corporativos o comerciales. No tengo relación alguna con la industria del tabaco; no recibo dinero por defender al fumador de leyes que considero verdaderamnte idiotas y carentes de base cien-tíficas. Mis argumentos están a la vista en los artículos y material científico que se publican en la página de FAEC. Por ello es que considero que hay que ahondar en las razones por las que las prohibiciones de fumar avanzan en algunos sitios del mundo -a pesar de que hay innmerables países y ciudades norteamericanas y Europea que se han negado a caer en la estupidez de adoptar leyes contrarias a las libertades y derechos fundamentales de los indivi-duos.
Muchos alegarán que no hay derecho a enfermar a los no fumadores, pero el material de estas páginas prueban que no hay riesgo alguno de enfermedad para los no fumadores a causa del humo ambiental de tabaco pero que, por otro lado también los fumadores están sujetos a graves daños a su salud psíquica, y a una grave modificación de sus hábitos al no poder contar con lugares especialmente destinados a ellos -como los hay en muchas partes del mundo que permiten la existencia de lugares de ese tipo. Hasta se ha fundado una aerolínea que hará el viaje entre Alemania y Japón especialmente para fumadores, y en el futuro entre distintas ciudades y países del mundo. Por supuesto, los no fumadores son bienvenidos abordo. Bravo!
Primeras SospechasMis primeras sospechas de que había algo que no andaba muy bien en el tema del fumador pasivo, el cáncer de pulmón y las recomendaciones para prohibir fumar en recintos cerrados se remontan a años atrás, cuando comencé a comprobar que la Sacrosanta OMS, Organización Mundial de la Salud, no es ni Sacra ni mucho menos Santa. Aunque la OMS se había opuesto tenazmente a la prohibición del DDT durante las audiencias de principios de la década del 70, algún tiempo después varió su postura y adoptó la corrección política que venía aumentando a pasos agigantados. La OMS sigue hoy recomendando el uso de mosquiteros impregnados con repelentes (objetos caros) en lugar de rociado interior de las casas con un muy barato insecticida. Comenzó a surgir la sospecha de que hasta en la OMS "por la plata estaría bailando el mono". Era, en ese momento, un pensamiento casi hereje. La oposición de la OMS a la prohibición del DDT se dió cuando el negocio de la ecología no había aún levantado vuelo a alturas estratosféricas.
De a poco, y con el correr del tiempo, se pudo comprobar que la respetada ONU, la otrora Sacrosanta Naciones Unidas, también era una cueva de corruptos que daba miedo -como lo sigue siendo hoy, y por los siglos de los sigos, Amén.
De allí a sumar dos más dos el panorama se abrió. ¿Cuántas organizaciones se conocen que pertencen o dependen de las Naciones Unidas y que no son ningún dechado de virtudes? Las hay en abundancia. Entre las que más se han hecho notar en los últimos tiempos son el IPCC, la Organización Meteorológica Mundial, la OMS, la FAO -para no entrar a analizar lo que representan los Cascos Azules y su desgraciada actuación en los Balcanes.
Luego se comienza a investigar un poco y uno se entera, a veces sin siquiera preguntar, que dos tercios del finan-ciamiento de la OMS proviene de las sociedades farmacéuticas: Euros 1.180.000.000 contra Euros 650.000.000 de la contribución de los estados miembros en el 2003 –entonces no nos asombra más. Mientras tanto se puede preguntar como hace el Dr. Pierre Lutgen, "¿Adónde va a parar este Maná? ¿A los salarios y viajes de los funcionarios de la OMS, a los edificios lujosos en Ginebra?"
¿Qué papel juegan las compañías de medicamentos y farmacéuticas en el tema del fumador pasivo? El fondo del asunto parecería estar en el fabuloso negocio de la venta de tratamientos para dejar de fumar. La OMS sigue sosteniendo que el humo de segunda mano es perjudicial y que causa cáncer en los fumadores pasivos. ¿En que se basa para afirmarlo? En los estudios que usted ha podido estudiar en el artículo anterior, y que pudo comprobar que no tienen niguna validez científica. Vamos a seguir sumando y viendo por qué la industria farmacéutica financia fervorosamente a la OMS -mientras siga recomendando medicinas y tratamientos que la Gran Farmacia puede proveer -"por un puñado de dólares," como diría Clint Eastwood.
La Conexión Innegable
Cuando uno dice que miles de campañas antitabaco están financiadas por (y al servicio de) las compañías farmacéu-ticas muchos no lo creen –especialmente quienes están ya “convertidos” a las doctrinas de “más salud”- que por lo menos se aprovechan del fraude del fumador pasivo para liberarse de los fumadores. Algunos hasta dicen: “¿Y por qué? La industria farmacéutica adora a los fumadores porque fumar causa muchos cánceres y ellos venden las terapias”.
La industria farmacéutica adora en verdad al hábito de fumar, pero no porque produzca cáncer (y de paso, a pesar de toda la superstición, no se puede probar que algún cáncer haya sido causado exclusivamente por el cigarrillo o por fumar –mucho menos el del fumador pasivo. Aún si un cáncer ha sido causado por el fumar, todavía el 75% de los cánceres sigue ocurriendo entre los no fumadores. La Gran Farmacia adora a los fumado-res porque ellos son su nuevo horizonte de negocios, despachado por una nueva fuerza de leyes y por una corpora-ción médica que es tan poderosa como deshonesta.
Gracias al constante trabajo de los investigadores, la sólida conexión entre las campañas antitabaco y el marketing de la Gran Farmacia se hace cada día más evidente. La inversión que hacen las multina-cionales farmacéuticas en fraudes estadísticos es levantada después por los ministerios de salud y los numerosos pigmeos políticos en los gobiernos, y se transforman en verdaderos centros de promoción de los productos farmacéuticos, impulsando fraudes científicos y el uso de productos de las corporaciones privadas con dinero del público.
No es casualidad que los gigantes farmacéuticos pagan a los activistas antitabaco en todo el mundo para instigar la histeria y el odio masivo hacia los fumadores. La meta de esta campaña de marketing es muy clara: el fumador, asustado por la desinformación, torturado hasta por sus hijos (cuyos cerebros fueron lavados en la escuela), expul-sado de todos los lugares públicos y en su trabajo – y finalmente odiado por la sociedad toda – trata de perder el hábito para conformar al resto; para ser aceptado nuevamente en el rebaño del que fue expulsado.
Pero, desde el momento en que se le dijo que es un “adicto”, tiene que buscar la ayuda de su médico quien, o le envía a un centro de rehabilitación antitabaco, o le prescribe una terapia, de acuerdo al trato que haya hecho con Gran Farmacia. Ana/Ana, le decían antes. Mediante el uso del dinero público, se promueve una empresa privada basada en la persecución –persecución que está dirigida al mismo segmento del público que paga por ese tipo de marketing, usando a la “salud pública” para inducir a la gente a cambiar su comportamiento a través de información falseada para satisfacer las necesidades financieras de los colosos farmacéuticos.
Esta es la escalofriante realidad del Fraude del Siglo, y la documentación de dos grandes fabricantes farmacéuticos corroboran la montaña de evidencia (no la estadística) que estamos acumulando con el tiempo.
El Informe Anual 2001 de la Corporation Pharmacia (Si el link no funciona, haga clic aquí.“Liderando el crecimiento de Consumer Healthcare está una de las 10 más importantes marcas mundiales: la familia Nicorette de productos para dejar de fumar. Nicorette mostró una renovada vitalidad el año pasado con ventas de $299 millones de dólares, un aumento de 37% con respecto al año anterior. Entre lo más destacable del año 2001 fue el exitoso lanza-miento en Septiembre de Nicorette en Japón. [1] (el primer producto sin receta para dejar de fumar en ser aprobado en ese país); la readquisición de ventas y derechos de mercadeo a goma de mascar Nicorette en Canadá [2], y el lanzamiento de una nueva campaña global [3] de marketing. Nicorette controla actualmente casi la mitad del mercado mundial de productos para dejar de fumar.
El Informe anual 2001 de Glaxo Smith Kline (si el link no funciona, haga clic aquí) fabricantes del producto para dejar de fumar Zyban, nos dice lo siguiente:
En la página 10 identifica a la competencia:
“En los Estados Unidos los mayores productos medicinales de venta libre son… productos para dejar de fumar. En Inglaterra el mayor competidor es … Nicotinell (remedio para dejar de fumar)[4].”
Este punto es tomado en la página 61 del informe (ver más abajo)
En la página 46: “En Francia fue lanzado Zyban, el producto para dejar de fumar”[5]
En la página 49, el Informe anual GSK0 (Glaxo, Smith & Kline) muestra las ventas de píldoras para dejar de fumar en 2001: 337 millones de Libras Esterlinas, unos 440 millones de dólares – una disminución cercana a 357 millones de libras en relación al año anterior, probablemente debido a la competencia de otros productos, y por la negativa y contraproducente publicidad recibida por una cadena de muerte por ataques cardíacos de pacientes fumadores claramente conectados con el uso de esta “medicina” que, como sus competidores, tiene una tasa de fracasos del 85%.
Esto significa que el paciente volverá a fumar y luego volverá al producto para dejar de fumar, y así en un cruel ciclo sin fin entre culpa, temor y placer, alimentado a tres partes interesadas: la industria farmacéutica, la industria del tabaco, y el Estado –y para añadir insulto a la injuria, será la víctima de una intimidación inacabable, marginalización y discriminación social.
En la página 58: “En el mercado de dejar el hábito de fumar, el crecimiento de 54% de Zyban refleja su desempeño en el mercado Europeo a continuación de la aprobación de la Unión Europea en abril 2000. Las ventas iniciales fueron particularmente fuertes en la Gran Bretaña y Alemania.”[6]
En la página 61: “Las ventas en el control del hábito de fumar declinó un 8%, reflejando la competen-cia en el mercado de USA después que la introducción de la marca Nicotina Replacement Therapy (NRT) con goma de mascar y parches. La introducción de dos nuevos productos para dejar de fumar de GlaxoSmithKlein en el mercado norteamericano. Clear NicoDerm Match y Nicorette Orange Gum, impidió nuevas invasiones de productos de compañías menores. Excluyendo a los EEUU, las ventas de productos para dejar de fumar crecieron un 58%.
Tan sólo los dos mayores productores de productos para dejar de fumar, por consiguiente, han vendido unos 670 millones de dólares en un solo año –sin contar al más grande de todos, Johnson & Johnson, un generoso financista (a través de su brazo filantrópico, la Robert Word Johnson Foundation) de “activistas” anti tababco y “estudios", al ritmo de más de Mil millones de dólares en los últimos diez años, y nada mas que en una sola nación.
No es necesario ser un experto en estadísticas para ver las nítidas conexiones entre la explosión de las campañas antitabaco, la “salud pública” y la expansión de los intereses de las compañías farmacéuticas multinacionales. Una vez más, nos viene a la mente incómodas preguntas que todo el mundo debería hacer:
Aún en la muy improbable suposición de que el tabaco sea tan letal como escuchamos decir, ¿Vamos a aceptar que el estado vaya a la cama con las multinacionales, usando el dinero público para promover sus agendas?
Hubo gran escándalo acerca de los lobbys del tabaco; entonces ¿por qué hay un gran silencio acerca de los lobbys antitabaco?
¿Es una coincidencia que el endurecimiento de las posiciones antitabaco en varios gobiernos ocurre cuando el ministro de salud es un renombrado Doctor, cuyas conexiones con la Gran Farmacia son tan inevitables como intuitivas para comprender? (También en Argentina!)
¿Qué razón lógica se puede invocar para hacernos creer que el ministerio de salud pueda ser menos corrupto y susceptible a los intereses corporativos que los otros ministerios? ¿Somos tan ingenuos, o simplemente es tan conveniente para nosotros serlo, porque odiamos fumar a causa de que se nos ha lavado el cerebro con ello.
Dada la evidencia de hechos contenidos en este y otros documentos, sólo puede haber una respuesta: despreciamos a la corrupción cuando involucra a cosas que consideramos “inmorales” (o que no nos agradan), pero cerramos los ojos ante la corrupción que impulsa agendas “morales”, o cosas que se ajustan más o menos a nuestros intereses. En consecuencia, hemos aceptado a la corrupción como un medio lícito para alcanza nuestras metas –aún cuando la corrupción se haya convertido en el Sistema.
Pero quizás no sea conveniente hacer esas preguntas, no es cierto? Porque las respuestas serán mucho más incómo-das que las preguntas mismas. En vez de ello, es mejor cerrar los ojos y los oídos (y especialmente la mente), y con-tinuar repitiendo y gritando sin cesar que “fumar mata”. Crea en ello: es la palabra sagrada del Estado Terapéutico.
NOTAS:
En el mismo período, se aplicaron en Japón rígidas leyes antitababco, tradicionalmente un país muy tolerante con los fumadores. Ha sido prohibido fumar en las calles, y se implementan severas medidas de emergencia para cortar el placer de fumar tabaco, mientras grupos distribuyen desinformación sobre el fumar y la salud, en especial el fraudulento caso del fumador pasivo.
En Canadá, la feroz campaña antitabaco aumentó inmensamente, alimentada por us$ 360 millones de fondos públicos en sólo un año por el Ministerio de Salud para una "guerra total" contra los fumado-res; se ha propuesto repetidamente la remoción de la autoridad paterna de los fumadores que no se sometieron a la propaganda antitabaco. La propaganda del fraude del fumador pasivo se ha incre-mentado de manera geométrica, mientras que las prohibiciones locales se logran gracias la activación de unidades de la salud locales.
La Organización Mundial de la Salud está a punto de cerrar un tratado internacional que sanciona la persecución del fumador a nivel mundial, y la prohibición de la publicidad del tabaco a escala plane-taria. El IARC (Agencia Internacional de Investigación del Cáncer) de Lyon ha recogido la metodología que le valió a la Agencia de Protección Ambiental de los EEUU la decisión de una corte Federal, que demostró de manera concluyente el fraude estadístico sobre el fumador pasivo (esa decisión fue luego convenientemente eliminada hace muy poco por la corte de apelaciones 4ª, no revirtiéndola, sino anulando todo el proceso judicial). Al ubicar al fraude metodológico del fumador pasivo en “aguas internacionales,” y al incrementar el (de cualquier manera insignificante) riesgo del 19% al 30%, el tándem de la OMS-IARC justifica e instiga las prohibiciones de fumar. finalmente, estamos viendo un tremendo aumento en los esfuerzos para prohibir fumar en público en prácticamente todos los países del mundo, en perfecta sincronía con la promoción de los productos y tratamientos para dejar el hábito de las corporaciones farmacéuticas a escala global.
Recientemente hemos visto un tremendo endurecimiento de las campañas antifumadores en Gran Bretaña. Allí se ha prohibido la publicidad del tabaco, y la prohibición de fumar en público está siendo fuertemente impulsada por las organizaciones antifumadores y por los medios colaboracionistas.
Hace poco tiempo que las autoridades de la “salud pública” francesa lanzaron un “Alerta Rojo” sobre los peligros del fumador activo y pasivo, usando hasta un violento aviso en la TV que muestra los últimos instantes de vida de un paciente con cáncer de pulmón, para asociar emocionalmente la anticientífica “causalidad” entre fumar y el cáncer de pulmón, y provocar el miedo en los fumadores de modo de obligarlos a dejar el hábito. Aunque refutado por otros países, este acercamiento al tema sólo indica que el marketing de los productos farmacéuticos y la desinformación antitabaco está finamente sintonizada a las diferentes culturas, e implementada por diversos medios por los ministerios de salud locales empleando el dinero público; pero la meta sigue siendo la misma en todas partes.
En el mismo período de tiempo, la campaña antitabaco se hace llegar a destino cada vez más en toda Europa. Dos meses después fue lanzado el Zyban en Italia y casi simultáneamente el entonces ministro de Salud Veronesi propuso una prohibición total y absoluta de fumar en público, una iniciativa política seguida hoy por su sucesor, Girolamo Sirchia. Una vez más, prohibir el fumar en público es una movida esencial para inducir a los fumadores de dejar de hacerlo. La mayoría de los ministros de “salud”, junto con la OMS, son grandes promotores de los productos farmacéuticos para dejar de fumar –completo con números de teléfonos 0800, gratuitos, avisos, y especialistas en “dejar de fumar” contratados por el Estado para impulsar una selección de productos farmacéuticos. Pero las consecuencias para la salud de esos productos – y su tasa de fracasos del 85%- son minimizadas, o mantenidas totalmente ocultas. Por ejemplo, dos meses después de la introducción del Zyban en Italia y Gran Bretaña, un importante medio periodístico de la televisión italiana informó de una larga cadena de muertes seguida después del uso del Zyban -muertes ocurridas dentro de los 10 días de la primera administración de la droga. Después de esas muertes, sin embargo, la información sobre el tema fue “abandonada” y nada se ha sabido desde entonces.
Una situación similar existe en otros países. Los ministros de “salud”, centros antitabaco, y médicos continúan prescribiendo esta peligrosa droga. mientras que es bastante obvio que el Estado no quiere poner en peligro los inmensos intereses de la Gran Farmacia, sino que sigue declarando que “los fuma-dores están en peligro cardiocirculatorio” – aunque la única evidencia sea estadística, y estadística-mente insignificante desde el comienzo: Aumento del riesgo: 70%; la elevación del nivel de riesgo necesaria para alcanzar significado estadístico para las enfermedades multifactoriales como las car-diocoronarias y el cáncer = 300 + cofactores, es de 200 a 300%). De esta manera, los ataques cardíacos posiblemente causados por las drogas antifumadoras son fácilmente disimuladas, dado que los “fumadores estan siempre en riesgo, de todos modos”. Hasta ahora, esa ha sido la postura de la Gran Farmacia en casi todos los casos de muerte después de la sospecha de las drogas para dejar de fumar.
Se ha extendido como una ola por el mundo una serie de leyes represoras del fumador. Cuando se conocen los funda-mentos científicos del asunto, no puede comprenderse que los que están a cargo de la confección de leyes y regula-ciones hayan promulgado leyes tan absurdas sin haber consultado antes con asesores competentes para ver si había una razón valedera para hacerlo.
Sorprende también que mientras que se prohíbe una actividad que involucra a una porción sustancial de la pobla-ción, y que no tiene bases razonables para su implementación, penalizando a infractores, ya sean fumadores o dueños de establecimientos como bares y restaurantes, con fuertes multas y, en algunos casos con penas de "servicios comu-nitarios" -¿trabajos forzados –en esta época? – por el otro lado se despenaliza el uso y la tenencia de drogas duras.
De acuerdo a las bases de la prohibición, fumar marihuana en un restaurante, bar, aeropuerto, o en los aviones de pasajeros no estaría prohibido dado que lo que se prohíbe es el humo del tabaco y no el del crack o la marihuana! Esperamos que en poco tiempo más el fumar estas drogas en público presentará problemas a los jueces a la hora de interpretar la ley y aplicar las penas. Veremos.
De acuerdo a declaraciones de uno de los miembros de la comisión nombrada por el gobierno para la desatinada reforma del Código Penal Argentino, el abogado rosarino Dr. Daniel Erbetta, la razón para despenalizar el uso de droga para uso personal es la siguiente, según se lee en la entrevista publicada en el diario La Voz del Interior de Córdoba, página 23A de la edición del domingo 2 de julio, 2006:
"Despenalizar esa tenencia es volver a la jurisprudencia de la Corte Suprema de la Nación del '85. Penalizar la tenencia para consumo personal es, por parte del Estado, una intromisión en el ámbito de la privacidad y de autonomía ética prohibida por el artículo 19 de la constitución. … Además, la punición del consumo demostró que, en lugar de resolver o de reducir los daños, los termina potenciando porque focaliza la política criminal de persecución en los consumidores.
Dejaremos de lado el hecho que las leyes y ordenanzas persiguen y castigan a los fumadores. Es curiosa la ma-nera en que esta nueva generación de legisladores leen la Constitución y las interpretan de acuerdo a los vientos que soplan. Es evidente que una interpretación correcta de la Constitución Nacional, y su Artículo 19 haría imposible la promulgación de leyes que prohíben fumar en lugares públicos. No tienen en cuenta –ni tampoco les importa a los hacedores de leyes- que están avanzando sobre los derechos privados de los ciudadanos a la libre determinación y elección de sus actos en público. Cada nueva ley u ordenanza que se promulga es un nuevo recorte a esas libertades de elección que los fundadores de la Patria se esforzaron de garantizar para la gente, y que cada nueva reforma de la constitución ha venido borrando con prolija y obstinada determinación.
Es probable -casi seguro- que, más allá de la participación de las multinacionales farmacéuticas y el gigantesco negocio que impulsan con el miedo y las recomendación de instaurar Apartheids odiosos para los fumadores, bien en el fondo de la cuestión esté el intento de los gobernantes de pueblos mansos e ignorantes, de aprovechar la oportu-nidad que se le presenta al ver la manera mansa en que los ciudadanos aceptan prohibiciones inicuas, para llegar finalmente al control total de la población, al estilo absolutista en que Orwell nos describía con su genial obra, 1984. No tardará mucho en llegar el día en que a todo recién nacido se le tatúe en su piel un código de barras que lo convertirá en un engranaje más de la monstruosa maquinaria del Estado fundamentalista al que, de a poco, nos están llevando nuestros "representantes". No se si lo representan a usted, amigo lector, pero a mí NO.
Pero, por encima de todo, lo que resulta absolutamente inaceptable es que las prohibiciones que se emiten a actividades, productos, sustancias, objetos, etc, están basadas en verdaderos mitos anti-científicos, alejados totalmente de la realidad, y llevan al establecimiento de concretos sistemas represivos al más puro estilo Apartheid sudafricano o a las políticas de "libertad" controlada por el omnipotente Estado, inspirada en oprobiosos regímenes como la Rusia Soviética, la Alemania Nazi, o el Paraíso de Fidel.
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