Dos argentinos firmaron una carta dirigida al presidente norte-americano Barack Obama. El documento apoyado por 119 idó-neos del mundo fue elaborado por el Cato Institute de Washing-ton y es una advertencia sobre las opiniones científicas sin fundamento que generan alarma sobre el denominado “cambio climático”. Se trata del cordobés Eduardo Ferreyra, de la Fundación Argentina de Ecología Científica, y el Licenciado en Paleontología Eduardo Tonni, investigador en Ciencias Naturales de la Universidad de la Plata y del Museo de La Plata. La carta no modificó los planes mundiales de establecer criterios que reviertan el supuesto deterioro del clima por parte de la civiliza-ción industrial. La gran estafa del calentamiento global en una documental sorprendente.
Eduardo Ferreyra, publicista y fotógrafo abocado a la desmitificación de la cuestión ecológica, dice sobre el destino de la misiva “Si de casualidad el presidente llegase a leer este documento, practicará un poco de basquetbol con la pelotita de papel en que se habrá transformado. Quizás haga “cesto” en el primer intento, algo que no ha podido hacer todavía con los repetidos “paquetes de rescate de la economía que sus asesores le vienen recomendando. O nunca ha jugado basquetbol, o ni él ni sus asesores tienen la más remota idea de economía y ciencias del clima.”
Ferreyra, miembro de la familia que fundó la empresa Malagueño, una fábrica de cal reconocida en todo el país, firmó junto a Eduardo Tonni una carta al Presidente de Estados Unidos Barack Obama para alertarlo de sus malos asesores. Otros 117 espe-cialistas, científicos y divulgadores del mundo hicieron lo mismo.
Eduardo Tonni es el paleontólogo más destacado en investigaciones del cenozoico sudamericano. Reconocido científico, ha recibido numerosas distinciones por su espe-cialidad y hoy orienta sus trabajos hacia los aspectos climáticos del pleistoceno y holoceno.
La carta fue realizada por el Cato Institute, una organización no gubernamental dedicada a la investigación de políticas públicas no partidistas, fundada en 1977. Promueve el mercado libre, la libertad individual, el gobierno limitado y la paz.
El exagerado cambio climático.Pierre Lutgen, doctor en Ciencias Químicas de Luxemburgo, escri-bió “La gente sigue siendo tan crédula como durante la Edad Media cuando se les predecían catástrofes que arribarían en 20 o 100 años, y ello porque no habría nadie que pudiese verificar lo que pasaría en 20 o 100 años. Las imágenes generadas por computadoras y proyec-tadas sobre las pantallas de la televisión han reemplazado los pases mágicos y las técnicas de mistificación de los saltimbanquis. El Apo-calipsis de San Juan ha sido reemplazado por los Apocalipsis de Al Gore y sus acólitos: hambrunas, inundaciones, sequías, envenena-mientos alimentarios, peste aviar, Waldsterben, tornados y la desa-parición de los osos polares. Los científicos ávidos de subsidios para sus programas de investigación está listos para entregarnos no importa qué escenario alucinante.”
Lo que dice el científico responde a un criterio que abarca buena parte del mundo intelectual, pero que por las circunstancias políticas del presente, no está tenido en cuenta. Los enormes intereses en danza impiden un debate que ponga las cosas en su lugar.
Lutgen agrega “Extraño esto que sucede, porque lo que sucede es exactamente lo contrario: el calentamiento global ha sido reempla-zado un enfriamiento global durante 10 años, hay menos tornados e inundaciones y la población de osos polares se ha duplicado en 20 años. De hecho, nunca hemos estado tan bien como ahora.”
El investigador mexicano Manuel Velasco Herrera dice que “el Calentamiento Global que está experimentando actualmente nuestro planeta, es el preámbulo de la mini Era del Hielo que podría comenzar en el año 2010 y durará entre 40 y 80 años. Sin embargo la transición que estaremos viviendo puede durar de 5 a 15 años y dependerá de muchos factores. Estos periodos de calentamiento y enfriamiento se alternan con un periodo de aproximadamente 100 años y es parte de un ciclo natural de la Tierra.“
¿Excusas para no ver la realidad?¿Que tiene que ver todo esto con la industria, las emanaciones del desarrollo humano, el uso de hidrocarburos como combustible y la agricultura intensiva?. Aparentemente nada.
El clima está cambiando porque siempre estuvo cambiando y es parte de un ciclo que está más allá del control del hombre. Quizás esas alteraciones generen problemas a los humanos y su sobrevivencia, por no saber utilizar adecuadamente los recursos que le brinda la naturaleza. Pero, finalmente, el mundo seguirá su camino, con el hombre o sin él.
Pero la industrialización permitió una mayor expectativa de vida, mayor producción de alimentos y la prevención de enfermedades, entre otras cosas. Que no sepamos distribuir mejor la riqueza y extender esos beneficios a todos habla de una política mundial que no aprovechó la tecnología alcanzada, y que ahora, sin hacer una autocrítica, quiere limitar el desarrollo haciéndolo culpable de los problemas del mundo.
Es una postura polémica, pero merece ponerse en la mesa. Hay grandes intereses que acaparan los beneficios y que se disfrazan de cordero para seguir con sus negocios. También hay intereses para no cambiar nada. La mesa está servida.
Una voz destacada se alzó contra estas especulaciones del clima pero genera controversias. Richard Lindzen, docente de la cátedra de Meteorología del MIT, Instituto Tecnológico de Massachussets abrió el grifo. El dice que el calentamiento global no existe y de existir podría ser beneficioso.
El artículo del sitio Nuestro Clima revela su postura y expone la sospecha de que esta posición tendría intereses propios. Puede ser una descalificación del negacionismo científico al cambio climático o una manera de sembrar dudas sobre la autenticidad del tema. Cada uno pensará lo que crea.
Lindzen ha estado investigando el clima de la Tierra desde la década de 1960 y sus trabajos sobre la dinámica de la atmósfera han sido reconocidos por sus colegas como una obra de importancia fundamental. Incluso en 1977 fue elegido como miembro de la sección de Geofísica de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos.
En los últimos años las publicaciones de Lindzen han dejado de tener un carácter puramente académico y apuntan a denunciar al establishment científico, acusándolos de crear un falso alarmismo alrededor del calentamiento global para obtener recursos económicos que solventen sus investigaciones, y para el subsidio de las tecnologías de ener-gías alternativas. Su artículo más polémico lleva el título “El clima del miedo” y fue publicado en abril de 2006 por el Wall Street Journal. Las declaraciones de Richard Lindzen resultaron explosivas: “El éxito del alarmismo climático puede medirse en los gastos federales en investigación climatológica, que de unos pocos cientos de millones de dólares en 1990, ascendieron a un total de 1700 millones de dólares en la actualidad. También se observa en el incremento de inversiones en tecnologías de energía solar, eólica, etanol entre otras.”
Pero Lindzen llega todavía más lejos con su denuncia: “Existe un aspecto mucho más siniestro en este frenesí de inversiones. Los científicos que están en desacuerdo con este alarmismo han visto sus fondos desaparecidos, sus trabajos cancelados y han sido tratados como dementes, científicos locos o cosas peores. En consecuencia, las mentiras sobre el cambio climático aumentan aunque se burlen de la ciencia en la que supuestamente se basan”.
El principal blanco de las críticas de Lindzen es el Premio Nobel de la Paz Al Gore. De acuerdo al controversial cien-tífico, en 1992 “Gore llevó a cabo dos audiencias en el Congreso en donde trató de acosar a los científicos disiden-tes -entre los que yo me incluía- para persuadirnos de cambiar nuestro punto de vista y apoyar al alarmismo climá-tico”. Según Richard Lindzen, los contactos de Gore con el poder le sirvieron para imponer su influencia en puestos clave de la comunidad científica internacional, siendo apoyado por un grupo de eco-activistas radicales en su obje-tivo de chantajear y desacreditar a quienes no se manifiesten abiertamente a favor del Calentamiento Global Antro-pogénico.
Lindzen se considera a sí mismo con un David enfrentándose al Goliat de la comunidad científica. En sus recientes declaraciones, el académico apunta sus dardos contra “el inquebrantable triángulo de científicos del clima, grupos de apoyo y gestores de políticas con interés en provocar alarmismo”. Afirma también que conoce a “docenas” de científicos que están de acuerdo con él pero que no se atreven a decirlo públicamente, e insiste en que los grupos ambientalistas son los responsables de los mayores abusos de la Ciencia.
Lo cierto es que alrededor del debate sobre el calentamiento global asoman intereses muy influyentes, de orden político y económico. Por una parte, la prédica incesante de Al Gore (importante figura del Partido Demócrata que acaba de llegar al poder en los Estados Unidos de la mano de Barack Obama) se contrapone al contundente recha-zo del republicano George W. Bush a la ratificación del Protocolo de Kyoto y a la manipulación y censura comproba-da de documentos científicos relacionados con el calentamiento global.
La otra gran lucha -cuándo no- se centra en los poderosos intereses económicos que pueden resultar beneficiados o perjudicados ante las políticas que se tomen con respecto al calentamiento global. Así como Richard Lindzen acusa a los activistas ecológicos de causar el pánico para obtener mayores fondos en su propio beneficio, se sabe también que los grandes lobbies petroleros, del carbón y de otras empresas de energía están presionando con toda su influencia para negar la existencia del calentamiento global, ya que la aplicación de políticas de reducción de contaminación y consumo de combustibles fósiles produciría una drástica reducción de sus gigantescas ganancias. De hecho, existen pruebas de que el propio Lindzen y otros de sus colegas son apoyados económicamente por la petrolera Exxon Mobil, en una maniobra similar a la de las compañías tabacaleras que financian a científicos que intenten demostrar a toda costa que los cigarrillos no perjudican a la salud del fumador.
“Pocos desafíos que enfrenta Estados Unidos y el mundo
son más urgentes que combatir el cambio climático.
La ciencia está más allá de la discusión y los hechos son claros.”
Presidente electo Barack Obama, Noviembre 19, 2008.
Nosotros, los científicos abajo firmantes, mantenemos que el caso para una alarma en relación con el cambio climático está groseramente exagerado. Los cambios de la temperaturas de superficie durante el siglo pasado han sido episódicos y modes-tos, y desde hace una década no se registra un calentamiento global.[1,2] Después de tomar en cuenta el aumento de la po-blación y el valor de las propiedades, no hubo ningún aumento en los daños causados por eventos relacionados con el tiempo extremo. [3].
Los modelos computados que predicen un rápido cambio de temperatura fracasan al explicar el reciente comporta-miento del clima.[4]
Sr. Presidente, su caracterización de los hechos científicos relacionados con el cambio de clima y el grado de seguridad con se informa sobre el debate científico está simplemente equivocado.
Fuentes:
http://mitosyfraudes.org/about.html
http://mitosyfraudes.org/Polit/PascuaLutgen.html
http://terranoticias.terra.es/ciencia/articulo/luis_carlos_campos_1404884.htm
http://www.grupopaleo.com.ar/paleoargentina/pionero07.htm
http://www.elcato.org/acercade/info-acercade.html
http://www.cambio-climatico.com/foro/topic/62
http://www.agua.org.mx/content/view/5218/233/
http://www.nuestroclima.com/blog/?p=1405
Imagen principal: http://www.ecolosfera.com/wp-content/uploads/2007/12/cambio-climatico.jpg
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