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TN Ecología – Haciendo Propaganda
al Salame

Por Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC

En una opinión vertida en una avant première del film documental de Al Gore, "Una Verdad Inconveniente", que TN Ecología y Sergio Elguezabal dieron para 5 representantes del ecologismo local argentino, un politólogo dijo que en los Estados Unidos mucha gente consideraba a Al Gore "un verdadero salame”. No de la Colonia, por supuesto –porque “colonia” somos nosotros.

Sergio Elguezabal, productor y conductor de TN Ecología sigue presentando su particular visión de los asuntos ambientales de una manera que no parece estar inspirada en la ciencia sino en el más candoroso sensacionalismo y una ingenua exageración de las cosas. El sábado 1º de octubre, en su semanal edición de desinformación en su programa TN Ecología que sale al aire por el canal de cable TN Todo Noticias, Elguezabal invitó a 5 personalidades del ecologismo nacional para un estreno privado de la película de Al Gore, “Una Verdad Inconveniente”, y luego cado uno opinó sobre la documental y el calentamiento global.

¿Y la Otra Campana?

Qué bueno que hubiese sido que el Sr. Elguezabal hubiese invitado a opinar a varios conocidos “disidentes” argentinos, como quien escribe esto, o la Dra. Silvia Duahu, de la Universidad de Buenos Aires, astrofísica investigadora del CONICET, o el Dr. Marcelo Martínez, investigador en el LAGE, Laboratorio de Geofísica también de la UBA. Pero como a los verdes no les atraen los debates ni la confrontación con otros científicos, prefieren “predicar para el coro” y codearse entre ellos satisfechos, y pregonar que su teoría absurda tiene “amplio consenso”. Está claro: entre los partidarios del calentamiento global catastrófico, hay un amplio consenso (no total) sobre el tema. En la comunidad científica, por otro lado, no lo hay. El asunto es simple: en la ciencia nunca hubo consenso sobre ningún asunto!

Sin embargo, malos vientos soplan del norte, y no son causados por el cambio de clima planetario, sino por un cambio de clima en lugares como la alguna vez respetada Real Sociedad de Ciencias de Gran Bretaña. La Royal Society dice ahora, en un parte de prensa emitido hace pocos días, que la “aceptable verdad científica es ahora determinada por el consenso y no por las evidencias cien-tíficas." Y que las investigaciones conflictivas (como las de la Dra. Duhau y Martínez), deberían ser eliminadas cortando la financiación. También han llegado a un acuerdo con los edi-tores de las revistas Science y Nature para que aquellos estudios que no conforman su Standard de “verdad científica” tienen que ser modificados antes de publicar -o ser rechazados. Trofim Lysenko y Joseph Goebbels jamás imaginaron tanto éxito en sus postulados.

Una campana de palo

De los cinco invitados 4 eran representantes de al-gún pensamiento político, bastante alejados del quehacer científico relacionado con la climatología. El Sr. Marcelo Acerbi representando a la Fun-dación Vida Silvestre, la sucursal vernácula de la multinacional del hiperecologismo Worldwide Fund for Nature, o WWF; el Sr. Gustavo Costa, naturalista de Aves Argentinas; la Sra. Cristina Maiztegui, de la Defensoría del Pueblo de la Nación; y el Sr. Gustavo Martínez Pandiani, Politólogo, Decano de Comunicación Social (de una universidad que se me pasó por alto).






 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



El mapa de las tendencias de temperatura del NOAA muestra que la región de Kenia, donde está el Kilimanjaro se ha enfriado durante las últimas décadas.

El 5º invitado era el meteorólogo Eduardo Agosta, cuya opinión fue poco solicitada –pero de lo poco que pudo hablar nos quedó claro que,

  1. o no conoce mucho de climatología,
  2. o no quería quedar mal con su anfitrión Elguezabal,
  3. o tenía miedo de que los demás invitados lo patotearan por no estar de acuerdo con las opiniones tremendistas y tan políticamente correctas que todos emitieron.

Sergio Elguezabal, por su lado, presentó algu-nas escenas de muestra de la película, mientras recitaba conclusiones y comentarios extraídos de la maravilla producida por Al Gore. ¿Que trae de nuevo la película de Gore? Nada que no nos ha-yamos cansado de ver en las gacetillas de Green-peace, o del WWF, o del Worldwatch Insitute, o de los noticieros de la noche. Hay algunas tomas de ríos de agua corriendo en los campos de hielo de la Antártida, cosa que ocurre todos los veranos desde que la Antártida ocupó por primera vez ese lugar en la geografía del planeta.

También las consabidas escenas de sequía, lluvias torrenciales, inundaciones, chimeneas lanzando gruesas columnas de vapor (blanco!), las autopis-tas repletas de autos, y escenas de glaciares que se rompen y lanzan bloques de hielo al agua. “Los glaciares se derriten”, dice Gore, “y si la tenden-cia sigue así no habrá más hielo en el 2100”.

Lástima que las tomas del glaciar que se destruye son las del perito Moreno, (tomas tan conocidas por nosotros, los argentinos) uno de los tantos glaciares del mundo que avanzan a ritmo acelerado!

Pero ¿cuál es la ciencia que apoya a las escenas que muestra Al Gore? Comenzó la exposición de TN Ecología con una foto del glaciar Upsala de 1928, y otra del año 2004. La voz de Al Gore diciendo: “Esto era la Patagonia hace 80 años; esto es la Patagonia ahora.” La suti-leza de la mentira de Gore es que el Upsala si bien está en la Patagonia, no es LA Patagonia. Ape-nas si es una milésima parte de ella. Quienes vean la película creerán que TODA la Patago-nia se ha calentado tanto que pronto comenzarán a crecer palmeras y cocoteros frente al glaciar Upsala.

La mentira de patas cortas de Gore no alcanza a escapar a la velocidad con que la verdad científica y los registros de temperatura prolijamente lleva-dos por el Servicio Meteorológico Nacional se des-plazan: De hecho, la Patagonia es uno de los tantos lugares del mundo que se han enfriado de ma-nera notable. No hay más que ir al sitio web del NOAA/GISS y ver el mapa de las temperaturas mundiales, donde la Patagonia y casi toda la Ar-gentina tienen un pronun-ciado color azul enfria-miento. Vean ustedes:



Conclusión 1:

Gore (y por extensión Elguezabal) mienten, o no se han preocupado de informarse antes de abrir la boca. Mala cosa para quienes se han autonombra-do divulgadores de temas sociales.

En seguida, la otra escena es del Monte Kilimanja-ro hace 60 años y ahora, con su glaciar en franco retroceso. Como en el caso de la Patagonia, la mentira sigue siendo de patitas muy cortas porque los mapas de la región de África donde se alza el Kilimanjaro también se ha enfriado en las últi-mas décadas.

Entonces, si la Patagonia y la región de Kenia se han enfriado, ¿por qué ambos glaciares están en retroceso? En este sitio web expusimos la falsedad que promovió Greenpeace con el glaciar Upsala, y los hechos concretos y los estudios científicos de glaciólogos de reconocida fama están esperando siempre que los lectores ingresen a la página:

Glaciar Upsala, Nuevo Fraude de Greenpeace. Allí están los links a los estudios de gla-ciología sobre el Upsala, por los glaciólogos R. Naruse, P. Skvarca and Y. Takeuchi, que en su estudio: Adelgazamiento y retroceso del Glaciar Upsala, y una estimación de los cambios de la ablación anual en el sur de la Patagonia nos cuentan que el retroceso del Upsala se detuvo en 1995 y que las causas de su retroceso son de origen dinámico, sin que la temperatura tenga nada que ver.

Lo mismo, exactamente lo mismo, sucede con el Monte Kilimanjaro, donde las causas de su retro-ceso no tienen relación con el calor (la región se ha enfriado) sino con otras causas perfectamente determinadas: la tala de bosques en las laderas del monte causan una variación en los vientos que ascienden en patrones que afectan a las precipitaciones. Las precipitaciones han estado disminu-yendo desde comienzos del siglo 20, precisamente en una época en que la prensa mundial alar-maba a la gente crédula por un inminente retorno a otra Edad de Hielo, y los niveles de emisión de CO2 de la humanidad eran mínimos!


Arriba, izquierda: Al Gore explicando que el derretimiento de los glaciares hará subir el nivel del mar hasta sepultar Florida y Nueva York (hace años se incluía la Teatro Colón). Arriba, derecha: El clá-sico ejemplo del consumismo suicida. Las autopistas llenas de autos que queman combustibles fósiles.



Nuestro tan querido glaciar Perito Moreno que, a pesar de que crece y avanza a buen paso, lo mues-tran como ejemplo de glaciar que se derrite. Pero lo que se muestra no es derretimiento! Es el desplome del frente de hielo causado por el fuerte crecimiento! ¡Cómo le mienten, señor!


Sin embargo, el Sr. Eduardo Agosta, meteorólogo, dijo que la “ciencia estaba muy bien mostrada en la película.” Pregunta al Sr. Agosta: ¿La Ciencia -o la Ciencia Ficción? ¿Cómo puede afirmar tamaña barbaridad? Al Gore afirma que el calentamiento global ha causado y seguirá causando un aumento en la frecuencia y violencia de los huracanes - y el ejemplo que ponen es del huracán Katrina de agosto del año pasado, huracán de categoría 3 al tocar tierra- pero de categoría 10 en el imaginario de Gore y los propulsores del fraude del CCC, o cambio climático catastrófico.

Después de Katrina, cuya catástrofe fue causada por una sistema de diques pésimamente construidos y peor conservados, todos los climatólogos del mundo, incluidos los tremendistas pro-calentamiento global como el mismo James Hansen de la NASA, salieron apresurados a desmentir las afirmaciones de la prensa amarillista (como TN Ecología) de que los huracanes aumentarían en frecuencia y en violencia en el futuro. Se cansaron de decir que no existe ninguna relación ente el calentamiento global y un presunto aumento futuro de los huracanes. Y que si alguna correlación hay entre temperatura del planeta y los huracanes es que en los tiempos muy cálidos del pasado la frecuencia y la fuerza de los huracanes —era menor.

¿Tenían razón los científicos? La actual temporada de huracanes del Atlántico y el Caribe nos muestra que la frecuencia ha disminuido, como también la fuerza de los huracanes. Quienes no me crean sólo vayan a esta página web del Centro Nacional de Huracanes de los EEUU y comprueben los informes siguientes:

JUNIO: Un ciclón tropical ... tormenta tropical ALBERTO ... formado en la bacia Atlántica durante junio, La formación de una tormenta con nombre en la bacía Atlántica durante junio no es una ocurrencia desusada. En los 50 años previos a 2006 ... por lo menos una tormenta con nombre se formó en la bacía Atlántica para el 30 de junio en 29 de esos años.

JULIO: Durante julio sólo un ciclón tropical ... BERYL .. . FORMADO EN LA BACÍA Atlántica – No hay informes de heridos o daños significativos.

Agosto: Tres ciclones tropicales ... La tormenta tropical CHRIS ... tormenta tropical ... DEBBY ... y huracán ERNESTO ... desarrollados en la bacía Atlántica durante agosto. La cantidad de tormentas tropicales en agosto está cerca del promedio pero la ocurrencia de sólo un huracán está por debajo del promedio.

El Centro no ha publicado aún el informe de septiembre, pero estos fueron detectados: Huracán Florence, huracán Gordon, huracán Helena, y tormenta tropical Isaac, en desarrollo al momento de escribirse esto (1º de octubre 2006). En otras palabras, la profetizada temporada de violentísimos huracanes para el año 2006 ha sido cancelada por buen tiempo. Para desazón de Gore y sus amigos de la película.

Conclusión 2:

Al Gore miente, Elguezabal apoya la mentira, y Eduardo Agosta calla mostrando que, si bien la meteorología es una disciplina básica de la climatología, no es suficiente para conocer de clima-tología ni para opinar sobre el futuro de la humanidad. Tampoco es razón para callar y no decir, “Mire Elguezabal, lo que dice Gore con respecto a los huracanes y los glaciares es un macanazo tremendo!”. Quiero creer que, piadosamente, ha preferido no avergonzar a Elguezabal ante su público –ni arriesgarse a la mirada reprobadora de los demás invitados.

La opinión de los demás invitados

¿Qué se puede decir de personas cuyas especialidades tienen poco y nada que ver con la climatología? La opinión del naturalista Costa se encuadra dentro del desconocimiento que demuestra sobre la ciencia de la climatología. Como no opinó sobre pájaros –su especialidad, nada más se puede añadir.

La opinión de la representante de la Defensoría del Pueblo, la Sra. Maiztegui transcurrió por los mismos carriles, habló bien del formato de la documental, lo vistosa que es, etc. El represen-tante del WWF nos hizo escuchar el casette grabado que tienen siempre listo, opiniones políticas alejadas del quehacer científico. Nada importante, por cierto. Todo descartable.

La opinión del politólogo, el Sr. Martínez Pandiani siguió la línea trazada por Elguezabal, pero se concentró más sobre la personalidad del ex vicepresidente Al Gore, y dijo que la opinión gene-ralizada de los ciudadanos acerca de él durante su mandato, era considerarlo “hablando técni-camente, un salame. Estoy muy de acuerdo con el Sr. Martínez Pandiani, en lo salame que fue, es, y seguirá siendo Al Gore, aunque es necesario saber que se trata de un “salame” peligroso porque está muy bien operado por los núcleos de poder que lo “mandan al frente” para impulsar al Protocolo de Kioto. Pero, ¿es Al Gore tan “salame” como lo pintan en los Estados Unidos? ¿O en realidad es mucho peor de lo que parece a primera vista?

Gore: Un Salame de Ozono

Recordemos que a principios de los años 90 Gore era apodado en su patria como el Hombre Ozono por su campaña para prohibir a los CFC. Entre las tonterías que hablaba para asustar a la gente por el terrible peligro que significaba el Agujero del Ozono de la Antártida, le dijo al mundo entero que miles de ovejas y liebres de la Patagonia (Gore parece tener una fijación casi sexual con ella) habían quedado ciegas a causa del Agujero.

Claro, se olvidaron de decirle (o no lo leyó en los diarios) que el volcán Hudson había hecho erup-ción en ese año de 1991 y sus cenizas habían matado a miles de ovejas al rellenar sus vellones que, cuando cayó una lluvia las convirtió en ataúdes de piedra –las ovejas que sobrevivieron con-trajeron una conjuntivitis que les provocó la ceguera. Lo mismo pasó con las liebres, hecho que fue comprobado por los estudios del Conicet y de científicos que vinieron de los Estados Unidos. También juró Al Gore que los bebitos de Punta Arenas sufrían de melanomas por la radiación UV que dejaba pasaba el Agujero.

Tampoco le avisaron sus amigos que el melanoma es un cáncer de piel que lleva varios años para desarrollarse. Y que los bebitos no tienen todavía un año. Y que la radiación UV-B que pasa por los mini-agujeros de ozono sobre Tierra del Fuego dejan pasar una radiación UV-B que es la mitad de la que llega en ese mismo instante sobre Buenos Aires. ¿Quienes hicieron el estudio? Marcelo Martínez e Isidoro Orlansky, del LAGE de la UBA, en 1988.

¿Otra prueba de la “salamitud” de Al Gore? El 15 de enero de 2005 alquiló un teatro en Nueva York para denunciar públicamente que el calentamiento global causará estragos; que el calor ya se ha hecho insoportable; que está causando el avance de las enfermedades en todas partes del mundo; y otras bellezas de la Letanía Verde. Por desgracia para el “salame”, esa noche, precisa-mente esa mismísima noche del calentamiento global catastrófico, la ola polar del Ártico marcó el récord histórico de frío para Nueva York. La gente se reía -¿cómo no se iban a reír? Al Gore dejó escapar un lagrimón, que al rodar por el empedrado… Chán, chán.

Pero la conclusión del politólogo Martínez Pandiani es que la película de Gore puede significar el espaldarazo final para el próximo lanzamiento de su candidatura para ver si esta vez, sí, por fin!! llega a la presidencia de los Estados Unidos, o un fiasco catastrófico y el probable fin de su carrera política. Lo probable es que la gente del mundo, como también la de los Estados Unidos, les guste tanto la película de Gore y le crean tanto como le creyeron a la otra muestra del cine catástrofe: El Día Después de Mañana, que ni siquiera pueden alquilarla en los “video clubs”. Sería un inmenso beneficio para la humanidad si el Sr. Al Gore desapareciese de la escena politica.

La película de Gore está levantado escándalos en donde la estrenan. Los científicos serios que la ven se quejan escribiendo indignadas cartas a los diarios, pero los pastores religiosos y los predi-cadores de la TV la alaban y apoyan sus conclusiones. Las iglesias siempre han visto al Apocalipsis -o su inminencia- como una excelente manera de hacer que los fieles vuelvan al rebaño –y contribuyan con sus limosnas. Quizás la película consiga más limosnas para las iglesias, pero no convence con sus argumentos y escenas Apocalípticas a quienes tienen dos dedos de frente y un cierto conocimiento de los hechos científicos.

Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC



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