Tomé conocimiento de Willi Soon en 2009 cuando leía los emails del Climategate. Uno de ellos era una suge-rencia jocosa de un calentador llamado Tom Wigley sobre la mejor manera de desprestigiar a Soon y a su coautora, la Dra. Sallie Baliunas.
Podría ser interesante ver con cuanta frecuencia Soon y Baliunas, individualmente, son citados (como astró-nomos). ¿Son buenos en su propio campo? Quizás podríamos comenzar a referirnos a ellos como astrólogos (excusable como…. Ups!, sólo un error de tipeo).
Ustedes podrían preguntarse qué han hecho Soon y Bliunas para ganarse el odio y la furia del establishment alarmista del clima. Bueno, ellos simplemente publicaron un meta-análisis de todos los 'papers' que han sido escritos sobre el Período Cálido Medieval (PCM). Lo que su estudio demuestra es que, contrariamente a las afirmaciones de un tal Michael Mann (el nombre le podría resultar familiar), el PCM no fue un evento peque-ño, localizado, sino que tuvo característica global, grande y ampliamente extendido.
Entonces salió un memo del Equipo del Hockey (la obsecuente pandilla ultra-vengativa de Mann) de cazar a Soon, y lo estuvieron haciendo desde entonces: no criticando la calidad de su ciencia, algo muy difícil de hacer porque su ciencia es impecable. Pero tratando de hacerle la vida miserable e imposible, negarle su cargo, y embadurnarlo de mentiras como comprometido con los combustibles fósiles y corrupto.
La razón para el último ataque sobre Soon es que es el coautor junto con Christopher Monckton et al., de un 'paper' publicado a principios de este año en el Science Bulletin de la prestigiosa Academia China de Ciencias.
Este estudio -Por qué los modelos corren calientes - enfureció al establishment alarmista, primero porque era sumamente popular (recibió 10.000 visitas –mil veces más que cualquier paper científico), y segundo, por-que se burla de sus adorados modelos computados.
Como lo explica Paul Driessen:
Los resultados de un irreduciblemente simple modelo del clima, concluyó con que una vez que se toman en cuentas las discrepancias que hay en los modelos computados del IPCC, el impacto del calentamiento global producido por las emisiones de CO2 antropogénico durante los próximos 100 años (y más allá) es posible que sea “no mayor que de un tercio a la mitad de las actuales proyecciones del IPCC” – es decir, apenas 1 a 2º C para el año 2100. Eso es equivalente al Período Cálido Medieval, y sería muy be-neficioso y para nada perjudicial.
En lugar de atacar a la sustancia del 'paper', los calentadores recurrieron a sus trucos acostumbrados, lidera-dos por Kert Davies, un abogado activista que trabaja para una organización frontal de (nada menos que!) Greenpeace, llamada Centro de Investigaciones Climáticas.
El director ejecutivo de este centro (y ex funcionario de Greenpeace) Kert Davies, le dijo al Boston Globe que “simplemente no puede ser cierto” que los autores no tengan conflicto de intereses en su estudio, considerando a las (supuestas) fuentes de financiación de la industria y honorarios externos de consul-toría. Davies crucificó a Willi Soon diciendo que el investigador de Harvard había recibido más de $1 millón de dólares de compañías que financian a los estudios que son críticos de la teoría del calentamien-to global antropogénico. Un grupo aliado lanzó una petición para que Harvard despidiese a Soon.
Las afirmaciones difamatorias de Davies no tienen ninguna base fáctica. Ninguno estos cuatro autores ha recibido dinero en becas de estudio, o subsidios, u otra clase de pago para investigar y escribir su paper' sobre los modelos climáticos computados. Todos y cada uno de ellos trabajó en su propio tiempo libre. El único dinero contribuido al Science Bulletin de la Academia China de Ciencas fue para pagar los gastos de acceso al sitio web de manera que el público tuviese acceso gratis al estudio.
Anoche hablé con Soon. Me dijo que, por supuesto, él recibe financiación privada por sus investigaciones: tiene que hacerlo porque es la única forma en conseguir el objetivo, dado que el establishment alarmista lanzó una vendetta en contra suyo cuando, desde 2009 en adelante, él se hizo más vocal y notorio en sus críticas de la teoría del calentamiento global.
La institución Harvard-Smithsonian hizo los mejores esfuerzos para hacerle la vida más dura y difícil, primero prohibiéndole trabajar en nada remotamente conectado con temas como el cambio climático o el CO2, luego trasladando su oficia lejos del departamento de astrofísica a un área remota que Soon llama Siberia. Lo que la facultado no podía hacer era despedir a Soon porque no tenía ningún motivo: él estaba produciendo una buena cantidad de 'papers' de calidad, y también porque él estaba además trayendo gran cantidad de dinero (el 40% iba directo a la caja de la facultad).
De modo que no haya nada escandaloso en este último trabajo sucio lanzado por el New York Times sobre el pobre Willi Soon. Es nada más que la continuación de la vieja vendetta que estuvo operando durante años sobre un honesto, decente, laborioso –e increíblemente valiente- científico que se rehúsa a inclinarse ante la (cada vez más desacreditada) postura oficial sobre el calentamiento global antropogénico.
Lo que es definitivamente escandaloso es la vil hipocresía del hostigamiento a Soon que hace le establishment alarmista, que recibe miles de millones de dólares todos los años del gobierno norteamericano, las fundaciones de la izquierda, y los billonarios activistas como Tom Steyer y George Soros para promocionar su causa co-rrupta promoviendo exactamente el tipo de ciencia basura que Soon (y otros científicos con sólidos principios éticos) están haciendo una misión sagrada de desenmascarar y destruir.
Los calentadores están perdiendo su argumento, y la batalla. Su desesperación está comenzando a mostrarse.