por Eduardo Ferreyra
"Mentir y mentir, que algo siempre queda!" - Cuando se declara a la prensa la manera "inocente" en que actuó Argentina en el conflicto por las pasteras, el consejo de Goebbles es aplicado de manera inevitable y con enorme torpeza.
La vieja receta de Joseph Goebbels se sigue aplicando con gran desparpajo por parte del gobierno argentino y sus parlanchines funcionarios, que debieran tener un poco más de prudencia a la hora de emitir declaraciones que nos comprometen a todos los argentinos. Se caracterizan los “Fernández” del gobierno por su verborrea –y no verborragia, dada la naturaleza y calidad de sus diarreas verbales- que los hacen responsables de la poca popularidad que el gobierno tiene en amplios sectores de la población.
El lunes 4 de diciembre pasado, el señor Aníbal Fernández se despachó ante las cámaras de Crónica TV y otros canales de aire y cable, con un breve pero jugoso recuento de la actuación argentina en el conflic-to, diciendo que "Argentina jamás había sido consultada por Uruguay por la instalación de las plantas de celulosa." Podemos los argentinos hacer un piquete frente a la Casa de Gobierno en Buenos aires (haciendo uso del derecho de expresarnos, de rango constitucional otorgado por bendición presidencial durante el carnaval del Corsódromo) y expresar nuestro repudio por tales declaraciones que constituyen una mentira clara y sin que le hubiese temblado un pelo de su bigote.
Es MENTIRA, y muy inocente, porque:
El Sr. Aníbal Fernández tiene pleno conocimiento de lo que sucede dentro de su gobierno. Nada se le escapa, y menos aún, cosas de la importancia de las plantas de Fray Bentos, que habían estado en debate y tratativas entre Argentina y Uruguay, desde el principio mismo del asunto. Sabe el Sr. Aníbal Fernández, que el diputado Godoy había recibido copia de la versión taquigráfica de la reunión de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto de la Cámara de Diputados de la Nación realizada el 14 de abril de 2004 con la presencia del Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Dr. Rafael Bielsa, en la que se abordó también la cuestión de la instalación de las plantas de celulosa en Fray Bentos.
Ante la pregunta de un legislador sobre la cuestión, el canciller Bielsa respondió (se transcribe textual):El Horrible Rostro de la Verdad“Respecto de M'Bopicuá, el acuerdo que suscribimos con Uruguay va a tener tres etapas. Una primera etapa es la que culmina con la aprobación del emprendimiento. Esa etapa tiene un ámbito que es la Comisión del Río Uruguay –la CARU- en la que la Argentina va a recibir toda la información por parte de Uruguay. Como se sabe la Argentina ha presenta-do dos informes de impacto ambiental y los informes contienen los planes de remedia-ción.”
“La segunda etapa, que es la de construcción, es de cuatro años, respecto de la cual la Argentina va a tener una posibilidad de monitoreo, que no es un tema trivial, porque el punto está puesto en que existen procesos tecnológicos que permiten reducir al mínimo las consecuencias medioambientales, excepto que las plantas que tienen esa naturaleza son mucho más caras.
Entonces, Uruguay, en su carácter de país verde, es el sexto país en protección del medio ambiente a nivel mundial y tiene muy en cuenta estas preocupaciones.”
“Me pareció que era una incumbencia que podemos reclamar de acuerdo con el tratado del Río Uruguay y la Comisión va a ser la que va a monitorear la construcción.”
“En la etapa de funcionamiento vamos a tener un permanente intercambio a través de mediciones. El tratado es un poco restrictivo porque habla de flujo de agua y no de márge-nes, y por ello acordamos en darle una interpretación amplia vinculada con efectos como pueden ser los malos olores, las lluvia ácida o la polución en materia de azufre.”
“Luego de un largo proceso, la Argentina y Uruguay llegaron a ese acuerdo”.
Que es nada menos que el largísimo documento (527 páginas) llamado la “Memoria Anual del esta-do de la Nación 2004,” que el Sr. Presidente de la Nación Argentina, Dr. Néstor Kirchner emitió ante el Senado de la Nación en diciembre 2004.
Es necesario llegar hasta la página 105 , donde se habla de lo que sucedió entre nuestro país y el Uru-guay, y luego en la página 107, en su párrafo final comienza hablando del diferendo de la siguiente manera. Textualmente –pero destacado en rojo lo que nos parece fatal para las pretensiones en cual-quier foro y/o corte internacional:
En junio, las autoridades energéticas de ambos países formalizaron un acuerdo que contempla en suministro argentino de 200 MW, por un plazo de 30 días, prorrogables por términos iguales y con carácter interrumpible. Sumado ello a los 150 MW provenientes de la Central Güemes, que restituyó el flujo eléctrico existente con anterioridad a la suspensión del suministro en marzo de 2004.
En el mismo mes, ambos países firmaron un acuerdo bilateral, poniendo fin a la controversia por la instalación de una planta de celulosa en Fray Bentos.
Éste acuerdo respeta, por un lado el carácter nacional uruguayo de la obra, que nunca estuvo puesto en entredicho y, por otro lado, la normativa vigente que regula las aguas del Río Uruguay a través de la CARU.
Asimismo, supone una metodología de trabajo para las tres etapas de cons-trucción de la obra: el proyecto, la construcción y la operación.
No queda mucho para añadir. Es imperioso que los funcionarios tengan asesores de calidad, que no les hagan declarar cosas que luego se demuestran que son mentiras -porque miente quien sabe que lo está haciendo. En el tema de las papeleras SE MIENTE a destajo y sin vergüenza alguna, desde Greenpeace hasta el último funcionario argentino, pasando por todos los activistas de la piquetera y sediciosa Asamblea Ciudadana de Gualeguaychú. Se hace con claros y mezquinos intereses políticos electoralistas hoy y, cuando hayan pasado las elecciones, sólo Dios sabe cuáles serán las razones que se darán para reprimir a los cortes de rutas y puentes. Suponemos que la única que existe es que son un delito especificado en la Constitución.
La manera en que el futuro gobierno enfrente la situación –porque tendrá que hacerlo, sí o sí- será para alquilar balcones. Una vieja maldición china decía: “Te deseo que vivas tiempos interesantes”.
Tiempos interesantes nos tocan vivir a los argentinos – sólo que, con algo de suerte, podrían terminar más pronto de lo que muchos creen.
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