El problema con el mundo es que
los estúpidos están totalmente seguros,
y los inteligentes llenos de dudas.
--Bertrand Russell.
La evidencia científica presentada por renombrados climatólogos de diversas nacionalidades en la Conferencia del clima de Nueva York (2 al 4 de Marzo 2008), demuestra que el costoso fraude del calentamiento global ha llegado a su fin.
El profesor Ross McKitrick, quien previamente había demolido el mango del gráfico “Palo de Hockey,” que había abolido falsamente al Período Cálido Medieval, ahora terminó de destruir la cabeza del palo. La temperatura global, dijo, ha crecido desde 1980 sólo la mitad de los registros oficiales muestran. Las Naciones Unidas, en su informe climático de 2007 no han podido encontrar ningún estudio científico que pueda desmentir esta afirmación.
El Dr. Bill Gray mostró que los cambios en lo profundo de los océanos a lo largo de décadas toman cuenta del 75% del calentamiento observado recientemente.
El Dr. Willie Soon, del Centro Harvard de Astrofísica demostró correlaciones sumamente estrechas entre los cambios en la actividad solar y los cambios en la temperatura global de superficie. Durante el período de gran máximo de 70 años de duración que acaba de terminar, el sol fue más activo (y durante más tiempo) que en cualquier otro período similar en los últimos 11.400 años –pero este hecho importantí-simo ha pasado desapercibido y sin ser informado por los medios de comunicación. Ahora la actividad solar está declinando y lo mismo hace la temperatura media global: el descenso entre el mes de Enero 2007 y Enero 2008 fue el más grande desde que se comenzaron a llevar registros en 1880. De acuerdo con algunos astrofísicos, el sol es el responsable de por lo menos la mitad del calentamiento observado desde entonces.
El Dr. Rajendra Pachauri, presidente del Panel de las Naciones Unidas del Cambio Climático, ha notado que la temperatura global no está subiendo como lo predecían sus informes de 1990, 1995, 2001 y 2007. Acaba de decir que los cálculos deben ser ahora revisados. Mi propia presentación en la conferencia de New York le dijo exactamente por donde debe comenzar a buscar. Mi contribución ganadora de un Premio Nobel para el Informe de 2007 tomó la forma de una corrección a una tabla de cifras (insertada por los burócratas del IPCC después que los científicos autores del informe hubiesen enviado sus infor-mes finales) en donde las contribuciones al ascenso del nivel del mar de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida habían sido incorrectamente –y creo que deliberadamente- multiplicadas por 10, por medio del ingenioso método de correr, no sólo uno, sino cuatro lugares una coma decimal en la tabla. A causa de mi insistencia, este error fue rápidamente corregido después de la publicación del informe.
En mi presentación yo mostré que la declaración del IPCC del valor de una variable clave como un lugar decimal en vez de los correctos tres lugares, había llevado a una sobreestimación del 50% del efecto de todos los gases invernadero sobre las temperaturas. También demostré que el IPCC, sin justificación o explicación alguna, había aumentado el valor del multiplicador de realimentación de la temperatura en 71% en poco más de una década. Removiendo este y otros errores bochornosos y exageraciones por patre del IPCC, yo calculé que la temperatura global podría aumentar probablemente menos de un inofensivo 1ºC en respuesta a una duplicación de la concentración de CO2.
Pero fue Vaclav Klaus, el Presidente de la República checa, quien puso a la conferencia de pie con un elegante discurso que presenta acertadamente a los “alarmistas del calentamiento global” como al último de una serie de movimientos políticos cuya única ambición es arrebatarnos nuestra prosperidad y nuestra libertad. “No se trata de climatología,” dijo Klaus, “Se trata de Libertad”.
¿Y adónde vamos ahora? Al tiempo en que tanto el Ártico y la Antártida se extienden simultáneamente para cubrir más millones de kilómetros cuadrados que en cualquier otro tiempo desde que comenzaron las mediciones y los registros, no es sólo el pobre Dr. Pachauri quien está comenzando a darse cuenta de que los políticos y los burócratas que dominan al IPCC han equivocado sus sumas y restas. Los votantes ordinarios, enfrentados con absurdas intrusiones en sus vidas privadas en la forma de imposición com-pulsiva de bombas de luz cargadas de veneno y fraudulentos esquemas de tráfico de bonos de carbono, están comenzando a hacer preguntas molestas que los medios de prensa debería haber hecho –si no hubiesen estado fascinados por el aumento de la circulación y ventas causado por sus historias originales de catástrofes y Apocalipsis.
Ahora la histeria se está desvaneciendo, y los medios que están ganando la guerra de los ratings son quienes están haciendo una presentación más seria y balanceada de los hechos. Es sólo cuestión de tiempo hasta que algún importante periodista de investigación gane un Premio Pulitzer exponiendo los muy desagradables nexos financieros y políticos entre la docena de científicos que son principales responsables del fraude del calentamiento global y ciertos políticos nacionales e internacionales, la mayoría de ellos en la cercana izquierda comunista.
Los votantes sienten ahora que el miedo del calentamiento está terminado. Como siempre, les tomará tiempo a los políticos subirse a la realidad. Pero aquellos que fueron los más obsecuentes impulsores de las falsas predicciones del alarmismo climático se hallarán a su debido tiempo expulsados de sus puestos en los gobiernos, quizás para siempre. Como dice el Buen Libro, “Grande es la verdad, y la verdad prevalecerá.”
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