NOTA DE FAEC: Nuestro amigo y colaborador, Willis Eschenbach, investigador inde-pendiente del clima, autor del artículo publicado hace pocas semanas (La Hipótesis del Termostato), nos envía otro trabajo de investigación sobre el origen, desarrollo y causas de la pérdida de ahua dulce y terreno en las islas y atolones coralinos del Pacífico. También incluye las recomendaciones necesarias a las autoridades de las islas para mantenerlas en un excelente estado de salud, y con ellos Es un trabajo brillante, que expone una cantidad de detalles que son ignorados por la inmensa mayoría de periodistas y activistas de ONGs ecologistas que se rasgan las vestiduras clamando por la “salvación” de las islas. Willis Eschenbach les provee los detalles y las prácticas necesarias para lograrlo.
Mucho se ha escrito últimamente en relación a la inminente desaparición de los atolones de colar del mundo debido al ascenso del nivel del mar. Recientemente, aquí, en las Islas Salomon, se ha culpado al ascenso del nivel del mar por la intrusión de agua salda en la “lente” de agua dulce que hay debajo de algunos atolones. Debajo de la superficie de la mayoría de las islas hay un cuerpo de agua dulce con la forma de una lente que flota sobre el agua salda debajo suyo. Lo alegado es que el nivel del mar que asciende está contaminando al depósito de agua dulce con agua salada.
Estas aseveraciones y alarmas ignoran muchos hechos. El primero y más importante de los hechos, descu-bierto por nada menos que Charles Darwin, es que los atolones de coral esencialmente “flotan” sobre la su-perficie del mar. Cuando el mar sube de nivel, el atolón también asciende, y cuando el nivel del mar desciende también lo hace la isla. Los atolones existen en un delicado equilibrio entre arena nueva y escombros de coral que son agregados desde el arrecife, y arena y escombros que son erosionados por el viento y las olas de regreso al mar.
Cuando el mar desciende, más arena se desploma o desbarranca desde las partes altas, y el atolón queda más expuesto a la erosión del viento. El atolón desciende junto con el nivel del mar. Cuando el nivel sube la erosión del viento disminuye. El coral crece junto con el aumento del nivel del mar. El flujo de arena y escom-bros sobre el atolón continúa y el atolón se eleva. Dado que los atolones suben y bajan junto con el nivel del mar, la idea de podrían ser sepultados por las aguas cuando suba el nivel del mar es totalmente infundada. Los atolones son como boyas. Han pasado por aumentos del nivel mucho más grandes y mucho más rápido que el actual lento crecimiento.
Dado ese hecho científicamente establecido, ¿Por qué hay una intrusión de agua salda en las lentes de agua dulce? Hay varios factores que afectan a esto. El primero y principal, la lente de agua es una cantidad limi-tada. A medida de que la población de una isla aumenta se retira cada vez más agua del reservorio. El final inevitable de esto es la invasión de agua del mar en reemplazo de la extraída. Esto afecta tanto a los pozos como a las plantas, ya que ambos extraen agua de la misma lente. También lleva a infundadas afirmaciones de que el culpable es el ascenso del nivel del mar. No lo es. El agua de mar está ingresando porque se está extrayendo agua dulce del reservorio.
La segunda razón para la intrusión de agua salada en la lente es la reducción en la cantidad de arena y es-combros que se acumula en el atolón y que provienen del arrecife. Cuando se perturba el equilibrio entre arena agregada y arena perdida, el atolón se achica. Esto tiene dos causas principales –la extracción de corales y la matanza del pez equivocado. El uso de coral para la construcción en muchas islas es sumamente común. Algunas veces esto se hace de una manera que daña al arrecife como también lo hace la extracción de coral. Esta es la parte visible de la pérdida del arrecife, la parte que podemos ver.
Lo que pasa inadvertido es la pérdida de la arena del arrecife, que es esencial para la continuada existencia del atolón. La causa de la pérdida de la arena es la indiscriminada y total matanza de los peces conocidos como “parrot fish” [pez loro] y otros peces con “picos” que se alimentan de las algas de los arrecifes. Un solo pez loro, por ejemplo, crea alrededor de media tonelada de arena de coral por año. Los peces loro y otros peces de pico crean la arena al moler el arrecife con sus mandíbulas masivas, digiriendo el alimento y excre-tando el coral molido.
NOTA de FAEC: El parrot fish o pez loro, es un especie mayor-mente tropical, son perciformes y de la familia Scairdae. Son abundantes en arrecifes de poca profundidad en el Mar Rojo, el Atlántico, el Índico y el Pacífico, y la familia de los parrot con-tiene diez géneros y unas 90 especies. Son llamados así por su dentición; sus numerosos dientes están arreglados en un mosai-co densamente empacado en la superficie externa de las quija-das tomando la forma de un pico de loro que lo usan para rascar algas de los corales y otras superficies rocosas. Aunque son considerados herbívoros, los peces loro comen una gran varie-dad de organismos que viven en los arrecifes de coral. Su acti-vidad alimentaria es importante para la producción y distribución de la arena de coral en el bioma del arrecife, y puede impedir que las algas ahoguen al coral. Los dientes crecen continua-mente haciendo difícil controlar el sobrecrecimiento en los acuarios. Ingerida durante la alimentación, la roca de coral es molida por los dientes faríngeos. Después lo excretan como arena y así se crean algunas veces pequeñas islas.
Además de producir toda esa fina arena blanca que forman las hermosas playas, los peces de pico también aumentan la salud general del coral, crecimiento, y producción. Esto sucede de la misma manera en que la poda hace que los árboles frutales produzcan nuevas ramas, y de la misma manera los leones man-tienen a los rebaños de cebras saludables y productivos. El “pastoreo” constante de los peces loro mantienen a los corales en modo de producción “a full”.
[FAEC: La salud y fortaleza de la raza de los rebaños de alces y caribúes, están aseguradas por la acción de los lobos que persiguen y cazan primero a los ejemplares viejos y/o enfermos, retirándolos así del “banco ge-nético” del rebaño. Las leyendas esquimales hablan de que los lobos fueron creados por los dioses como un regalo para que alces y caribúes fuesen fuertes y saludables. Y no están equivocados.]
Desgraciadamente, estos peces duermen durante la noche y son fácilmente barridos por los pescadores submarinos nocturnos. En años recientes su población ha descendido en muchas áreas. ¿Resultado Mucha menos arena.
La tercera razón para la intrusión de agua salada en las lentes es el ciclo de mareas. Actualmente estamos en la parte más alta del ciclo de mareas de 18 años. La marea más alta en Honiara, Guadalcanal, fue 10 centímetros más alta que la máxima marea alta de 1996, y las máximas irán decreciendo hasta 2014. La gente a menudo confunde una marea inusualmente alta con un aumento en el nivel del mar, que no es tal. No existe ningún registro de un aumento de la tasa de crecimiento en el nivel del mar. De hecho, el nivel del mar global se ha aplanado en los últimos dos años.
¿Qué puede hacerse para revertir la situación en los atolo-nes? Hay una cantidad de pasos prácticos esenciales que los habitantes de los atolones puede dar para preservar y re-construir sus atolones, y proteger a las lentes de agua dulce.
No tengan tantos hijos. Un atolón tiene un abasteci-miento limitado de agua. No puede mantener a una po-blación ilimitada. Punto.
Recojan cada gota de lluvia que caiga. En el suelo, construyan pequeños diques en cualquier curso de agua para hacer que el agua de lluvia impregne la tierra y descienda a las lentes de agua en lugar de correr hasta el mar. Pongan tanques de agua debajo de cada alero de sus casas. Caven “pozos de recarga” que re-gresen al agua filtrada de la superficie a las lentes en los tiempos de grandes lluvias. Atrapen al agua de la escorrentía. En Majuro han colocado canaletas en am-bos lados de la pista de aterrizaje para recoger toda el agua de lluvia de la pista. Es recogida de las canaletas y bombeada a tanques de almacenamiento. En otros atolones dejan que el agua de lluvia simplemente se escurra de regreso hasta el mar.
Hagan tabú a la pesca del pez loro y otros peces de pico. Dejen de pescarlos por completo. Háganla una especie protegida. El pez loro debería ser el “pájaro nacional” de cada nación de los atolones. Hablo en serio. Si uno lo declara el “pájaro nacional”, los turistas preguntarán por qué un pez es el pájaro nacional y les podrán explicar cómo los peces loro es la fuente de las hermosas playas sobre las que caminan de manera que no deben arponearlos ni comerlos. Dejen de matar al pez que fabrica el suelo sobre el que viven. Cada año los peces loros y similares están proveyendo de toneladas y toneladas de fina arena blanca para mantener su isla a flote en tiempos turbulentos. Ustedes debería estar honrándolos y protegiéndolos en lugar de matarlos! Esta es la cosa más importante que ustedes pueden hacer.
Sean precavidos en relación al uso del coral como material de construcción. El atolón no es terreno só-lido. No es una “cosa” constante en la manera en que una isla rocosa es una cosa. Un atolón es un remolino, un cuerpo en constante cambio que está siendo rellenado por un (ojalá) río sin fin de arena y escombros de coral. Es un proceso donde, por un lado los arrecifes saludables más los peces loros, más las tormentas, proveen de una continua corriente de arena de coral y escombros. Esta arena y los escombros están siendo añadidos de manera constante al atolón haciéndolo más grande. Al mismo tiempo, la arena y los escombros están siendo comidos, erosionados y soplados del atolón. La forma del atolón cambia de estación a estación y de año en año. Crece en este extremo y el mar barre aquel otro.
Por supuesto, si alguna cosa altera el equilibrio entre la arena añadida y la arena perdida, si el abaste-cimiento anual de arena de coral y escombros de coral comienza a disminuir (por daño al arrecife, o extracción de coral para construcción, o por matanza del pez loro), o si la pérdida total de arena y es-combros aumenta (por grandes lluvias, o fuertes vientos, o cambios en las corrientes) el atolón resul-tará afectado.
De manera que si el coral es necesario para la construcción, sáquenlo de manera racionada, frugalmen-te, en puntos específicos. Extraigan coral muerto o moribundo con preferencia la coral vivo. Extraigan el coral profundo y no el superficial. Usen herramientas de mano. Dejen suficientes corales saludables alrededor para resembrar el área con coral nuevo. Un arrecife saludable es la fábrica que produce anualmente toneladas y toneladas de material de construcción que es absolutamente necesario para mantener a flote al atolón. Ustedes lo perturban a su propio riesgo.
Reduzcan la pérdida de arena del atolón de cualquier manera posible. Esto puede hacerse mediante plantas que detengan la erosión del viento. Pero no introduzcan plantas para ese propósito. Alienten y trasplanten las que ya crecen localmente. La reducción de la erosión del agua también se consigue con los pequeños diques mencionados más arriba, que atraparán a la arena erosionada por la lluvia. No des-cuiden la erosión humana. Cada paso que un persona da en el atolón empuja a la arena cuesta abajo, más cerca a un regreso al mar. Extiendan alfombras de hojas donde esto es evidente, en todos los sitios donde los caminos se están erosionando. La gente forma un sendero y muy pronto está más bajo que el terreno a su alrededor. Cuando llueve se convierte en un pequeño canal por donde se forman torrentes. De manera invisible el agua lava a su preciosa arena hacia el océano. Protejan a su isla. Impidan que sea lavada y soplada hacia el mar.
Monitoreen y construyan la salud del arrecife. Ustedes y nadie más son los responsables del bienestar de la asombrosa fábrica submarina mantenida por los peces, que año tras año mantiene a su atolón e impide que desaparezca. Los programas de resiembra de coral hecho por algunas escuelas han sido muy exitosos. Hagan que los niños se involucren en la vigilancia del arrecife. Eduquen a la gente para que ellos sean los guardianes del arrecife. Hablen con los pescadores, explíquenle lo de los peces loro y la manera en que mantienen vivo al atolón.
Expandan al atolón. La moderna ingeniería de costas ha demostrado que es muy posible hacer crecer a un atolón. La clave es frenar o ralentizar al agua del mar cuando pasa. Mientras más despacio corre el agua más arena se acumula. Ralentizar al agua se consigue construyendo bajas paredes submarinas perpendiculares a la playa. Estas se extienden hasta los extremos están a pocos metros debajo de la superficie. Esto se hace normalmente con unos tubos de tela geotextil que se rellena de concreto. En los atolones se puede logra un efecto similar mediante cestones de alambre rellenos de bloques de co-ral muerto. Aten con alambre los cestones y asegúrenlos juntos en una forma triangular, apuntálenlas con barras de refuerzo y esperen a que la arena las rellene. Probablemente podría hacerse con viejas cubiertas atadas juntas y trozos de coral muerto apilados encima. Probablemente llevaría un par de años para llenarse. En las fotos a continuación se ve un antes y un después del sistema usado en una playa (no en un atolón) tomadas con tres años de diferencia. Nótese la baja altura y la forma triangular de la pared extendiéndose desde la playa y siguiendo bajo el agua (hecho de tres tubos de tela geo-textil). Esta forma triangular no intenta detener las corrientes marinas. Sólo las frena y las dirige hacia la playa para que depositen su carga de arena. Eventualmente, todo el área es rellenada con arena.
Playa tres años más tarde
Por supuesto, para hacer eso es necesario disponer de una fuente constante de arenas, como por ejemplo, un arrecife saludable… con muchos peces loro. Por ello dije antes que la cosa más importante para la supervivencia de los atolones es proteger a los peces y al arrecife. Si se tiene peces loro y un arrecife saludable, se tendrá abundancia de arena y escombros para siempre. Si no, ustedes están en problemas.
Los atolones de coral han probado durante miles de años que, si se los deja solos, ellos pueden subir y bajar con los cambios del nivel del mar. Y si seguimos algunas simples prácticas de conservación ellos pueden continuar haciéndolo y soportar a sus habitantes. Pero no pueden sobrevivir un ilimitado creci-miento de la población, o a la pesca irrestricta, o la extracción incontrolada de las lentes de agua dulce, o la descontrolada extracción de coral para construcción.
Willis Eschenbach,
Honiara, Guadalcanal, Islas Salomon
Septiembre 23, 2009
“Ningún otro trabajo mío comenzó en un espíritu tan deductivo como este; porque toda la teoría fue pensada en la costa oeste de Sudamérica antes de que yo hubiese visto una isla de verdadero coral. Por consiguiente sólo tuve que verificar y extender mis pensamientos mediante un cuidadoso examen de los arrecifes vivientes. Pero debería ser observado que durante los dos años previos yo había estu-diado incesantemente el efecto en las playas de Sudamérica la intermitente elevación de la tierra, junto con la pérdida y depósito de sedimento. Esto me llevó necesariamente a reflexionar mucho sobre los efectos de la subsidencia, y fue fácil de reemplazar en la imaginación la continua deposición de sedimento por el crecimiento hacia arriba del coral. Hacer esto fue formar mi teoría de la forma-ción de los arrecifes de coral y los atolones.” (Darwin, 1887, p. 98.99)
FAEC: Completo y valioso informe que será de enorme utilidad para los gobiernos de las islas del Pacífico que temen ser sepultadas por algún aumento del nivel del mar que, como muestra Willis Eschenbach y lo comprobara Charles Darwin, sólo hará que los atolones floten siguiendo el ascenso del nivel. Además, se puede añadir que los Acrophora y otros corales pedregosos, que proveen el grueso de la masa de los arrecifes modernos, crecen hasta 15 centímetros al año (6 pulgadas).
Eduardo Ferreyra
Los corales de géneros más antiguos crecen alrededor de 5 cm al año. Ambas tasas de creci-miento están bien seguras más allá de las predicciones más agresivas de los alarmistas del calentamiento.
Además, los corales se propagan sexualmente y la larva móvil resultante (planulae) puede viajar largas distancias para establecer nuevas colonias. Los corales son muy antiguos en la historia del mundo y su resistencia es proverbial. Se remontan a varios cientos de millones de años y han sobrevivido a numerosos eventos de extinciones masivas, donde desapareció el 90% de las especies existentes. No es necesario que nos preocupemos por la supervivencia de los corales, sobre todo en un período de temperaturas similares o inferiores a varios períodos por los cuales han pasado, o períodos cuando el CO2 atmosférico fue 20 veces más elevado que el actual, con el correspondiente disminución de la alkalinidad (a aumento de la acidez...) de las aguas del mar.
Quizás si en el futuro hay otro calentamiento global similar o mayor que el que acaba de pasar a la historia, los corales extiendan la zona de crecimiento más hacia los polos. La Gran Barrera de Arrecifes de Australia, en su actual forma, se creó hace apenas 10.000 años hacia el comienzo del actual interglacial. Los corales han sobrevivido varias edades de hielo y varios interglaciales de mayor temperatura que las de hoy. Creer que más CO2 o más temperatura les harán daño es desconocer la historia de la Tierra y la manera en que los corales reaccionan y se adaptan a su cambiante entorno. O tener intenciones bastante oscuras pero que ya conocemos.
Presidente de FAEC
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