Hielo Marino
Temperatura Polo Norte
La Iglesia del Cambio Climático está lanzada a todo vapor en su campaña de “control de daños” para reparar la catástrofe causada en su credibilidad por el escándalo del Climategate. Sin embargo, lo único que se les ocurre es repetir su vieja Letanía, con la esperanza de que si se repite una mentira muchas veces la gente creerá que es una verdad.
De toda la información científica y observacional que se dispone, se advierte que los fieles creyentes de la Iglesia del Cambio Climático están en un inexorable curso de colisión con la Realidad. El impacto será terrible porque durante 20 o más años han ido ganado ganando velocidad hacia su trágico destino.
El no tan “Independent” diario de Gran Bretaña, feroz partidario del fraude climático, publica un artículo de su editor de ciencias Steve Connor que dice los siguientes dislates:
Los humanos deben ser culpados por el cambio climático, dicen científicosNingún fenómeno natural posible podría haber causado el enorme
ascenso de las temperaturas experimentado en el pasado medio siglo
The Independent
Por Steve Connor, Editor de Ciencias
Viernes 5 de marzo, 2010Los científicos del clima han producido una poderosa réplica a las críticas de los escépticos con un estudio que refuerza el caso al decir que el calentamiento global es en gran medida el resultado de las emisiones humanas de gases invernadero.
Los investigadores hallaron que ningún otro posible fenómeno natural, como las erupciones volcánicas o las variaciones en la actividad del sol, podrían explicar el significativo calentamiento del planeta durante los últimos 50 años como se registra en cada continente, incluyendo la Antártida.
Acá hay un problema. Y uno muy serio, por cierto. El problema es que existen datos de temperatura con los cuales se hicieron gráficos. Vamos a matar dos pájaros con una sola piedra y veremos un gráfico animado que presenta dos versiones: la primera son los datos “crudos” de las estaciones, y el otro el resultado después de que esos datos son manipulados y se les aplica una corrección (que llaman “homogeneización”) para” quitarle los errores debido al “efecto de isla de calor urbano”. El resultado es que los datos originales muestran una temperatura con una tendencia menor al calentamiento que los datos supuestamente “mejorados”. En concreto, el ajuste que se le aplica a los datos da por resultado una tendencia al calentamiento que no es la real, y la intención es mostrar una aceleración de la tendencia que es falsa -de falsedad absoluta. Los algoritmos y metodología de esos “ajustes” permanecen sin ser revelados. De revelarse, demostrarían la trampa.
Eso indica que el “significativo calentamiento” tiene un origen claramente humano: fue fabricado por el hombre en el centro de cómputos del CRU, NASA/GISS, o NOAA, las agencias encargadas de llevar las estadísticas de las temperaturas. ¿Qué confianza se puede tener en esos datos y gráficos? Si usted está al tanto del escándalo del Climategate ya se habrá dado cuenta de la respuesta: ninguna. Cero.
El otro pájaro que volteamos de su rama es el “significativo calentamiento” desde hace 50 años. En el gráfico de arriba vemos que desde más o menos 1920 hasta 1938 se produjo un “significativo” calentamiento, y que desde 1950 hasta 1978 se produjo un “significativo” enfriamiento del planeta. El CO2 no lo pudo causar. ¿Qué otra cosa queda? Una causa natural. Que ha sido tan poderosa como para compensar el efecto calentador que se le atribu-ye al CO2 –que había permanecido creciendo de manera constante. Hasta los niños de primaria se pueden dar cuenta de que hay factores climáticos que son mucho más poderosos que el CO2. Pero eso lo niegan los “negado-res” de las causas naturales, como el Sr. Connor del Independent.
Es entonces cuando el efecto calentador de la actividad humana al emitir millones de toneladas de dió-xido de carbono a la atmósfera es considerado la única explicación posible para que las temperaturas globales promedio hayan crecido tan significativamente desde la mitad del siglo 20.
Esta gente le llama “significativo” a 0,8ºC en 150 años. O 0,08ºC por década, o 0,008ºC por año. Si usted se fija bien verá que en 1997 había la misma temperatura que en 1900. Pasaron 97 años y las temperaturas subieron, bajaron y volvieron a ubir y nuevamente a bajar, y a subir de nuevo… ¿Todo causado por el CO2, o por alguna causa natural? Significativo le llamo yo a 15ºC por la mañana y 32ºC por la tarde, y no se produce ninguna catás-trofe.
Es importante saber que las investigaciones que los científicos usaron para llegar a esa conclusión son los resulta-dos de sus modelos computados del clima. Es decir, programas de computadora donde el código, algoritmos y ecuaciones están diseñados para que muestren resultados que les permitan afirmar que no hay otra explicación para el calentamiento que el aumento del CO2 en la atmósfera.
Esto significa que si uno no encuentra una explicación para algo, no quiere decir que esa explicación no exista. Sólo revela la incapacidad para analizar otros factores que inciden en el problema. La afirmación de los científicos es una “excusa desde la ignorancia”. Si algún día deciden reformar los modelos que usan y dejan de lado al CO2 como úni-ca causa del calentamiento y les añaden los factores astronómicos, solares y cósmicos que afectan a los grandes manejadores de clima, las corrientes y oscilaciones oceánicas, entonces podrán hablar con mayor credibilidad. Eso si los valores que les den a constantes y variables de sus ecuaciones son correctas, o por lo menos muy aproxima-das a la realidad. No apuesto ni un centavo a eso.
El estudio actualiza un informe del Panel del Cambio Climático de las Naciones Unidas y ha descubierto varios elementos nuevos del clima global que han sido influenciado por los humanos, tales como el au-mento de vapor de agua que se evapora de océanos más calientes y un correspondiente aumento de la salinidad del mar.
“Hay una posibilidad, que cada vez se hace más remota, de que el cambio climático esté dominado por factores naturales en lugar de antropogénicos,” terminan diciendo los científicos en su estudio, publica-do en el journal Wiley Interdisciplinary Reviews of Climate Change.”
¿Se estarán curando en salud? Pero no eso lo que el editor Connor dice en su artículo. Él niega absolutamente la existencia de cualquier factor natural que sea más potente que el CO2.
Observaciones científicas basadas en registros de temperatura en cada continente, como también lecturas de termómetros en, dentro y encima de los océanos, dejan “poco espacio para la duda” de que la Tierra se está calentado, pero intentar atribuir una causa para este calentamiento global no es posible a menos de que la actividad del hombre en la forma de emisiones de dióxido de carbono se tomen en cuenta, dicen los científicos.
Si ellos no pueden explicar el calentamiento sin tomar en cuenta a los factores naturales, no significa que esos factores no existan sino que ellos son incapaces de detectarlos. Están totalmente encandilados por el brillo que le han dado al CO2.
La revisión, liderada por Peter Stott, del Met Office Hadley Center en Exeter, descubrió “la huella digital” de la actividad humana en muchos aspectos diferentes del cambio climático, incluyendo el calentamiento generalizado de la Antártida recientemente documentado por primera vez por otros investigadores.
Otros dos problemas en un solo párrafo: la “huella digital del hombre” y el “calentamiento generalizado” de la An-tártida documentado por otros investigadores. Se pretendió haber descubierto la “huella digital” del hombre en los resultados de los modelos del clima que afirman que en la estratosfera del trópico aparecerá un “punto caliente” que confirma la teoría del calentamiento global antropogénico. La realidad es que hasta ahora dicho “punto calien-te” sigue sin aparecer según todas las observaciones y mediciones hechas por satélites y globos sonda. Abajo, el “punto caliente” profetizado y las observaciones:
Luego, el calentamiento generalizado de la Antártida de otros científicos, se refiere al fallido estudio de Eric Steig, uno de los editores del sitio web Real Climate, que resumiendo un poco el estudio, inventó estaciones donde no existían mediante una interpolación de otras muy pocas –que además estaban cubiertas por el hielo. Eso signi-fica que las temperaturas que esas estaciones automáticas leían era la de la nieve: 0ºC y no la del aire exterior de -40ºC. No sorprende que su estudio mostrara un Antártida más cálida que lo real. Pero eso no tiene importancia para los feligreses de la Iglesia del Cambio Climático: el estudio fue publicado en una revista con “peer review” y los escépticos a callar su boca! Si quiere sabe más sobre este triste evento de una chapuza científica monumental, siga el desarrollo de la crítica hecha en el excelente sitio web de Anthony Watts: también aquí, y aquí.
Las observaciones no pueden explicarse por factores naturales,” dijo el Dr. Stott. “Desde 1980 la Tierra se ha calentado uno 0,5ºC y está ahora calentándose a una tasa de unos 0,16ºC por década. Con tasas mayores en las latitudes altas como en el Ártico.”
Pero esto deja muy mal parado al Dr. Phil Jones, el jefe de la pequeña banda de manipuladores de datos del CRU, pegadito al Hadley Center en donde trabaja el Dr. Stott, porque en sus últimas declaraciones ante los miembros de la Cámara de los Comunes de la Gran Bretaña reconoció que… “hace 15 años que la Tierra no se calienta.” Aclaremos, dijo el vasco…
“La huella digital de la influencia humana ha sido detectada en muchos aspectos diferentes del obser-vado cambio climático. Lo hemos visto en la temperatura, y en el aumento de la humedad atmosférica, lo hemos visto en cambios en la salinidad. Lo vimos en la reducción del hielo del Ártico y en el cambio en los patrones de lluvia,” dijo el Dr. Stott. “Lo que vemos aquí son observaciones consistentes con un mundo en calentamiento. Esta riqueza de evidencias que tenemos ahora muestra que hay una posibili-dad, crecientemente remota, de que el cambio climático esté dominado por factores naturales más que por factores humanos.”
Él desestimó las sugerencias de que las variaciones en la actividad solar –la intensidad del Sol– pueda explicar los patrones de calentamiento durante las décadas pasadas. Si el Sol fuese el responsable, entonces tanto la atmósfera superior como la inferior se estarían calentando, en lugar de solo la at-mósfera inferior como lo predicen los modelos computados del calentamiento por gases invernadero.”
El Dr. Stott no quiere reconocer que la propiedad del CO2 de irradiar el calor es lo que cuenta aquí. En la atmósfera inferior irradia y calienta a la estratosfera, y ésta, que está pegada al espacio exterior la irradia rápidamente en esa dirección. Como el calor que le llega desde la troposfera se ha reducido, pero su emisión de calor hacia el espacio se mantiene constante, el resultado es el enfriamiento de la estratosfera.
También dijo el Dr. Stott que más agua se evapora hacia la atmósfera como resultado de mares más cálidos y eso está manejando al ciclo del agua más duramente, causando que áreas más húmedas en las latitudes del norte como la Gran Bretaña se hagan más húmedas, y áreas más secas en las regiones tropicales como el África Oriental se hagan más secas.
Preguntado si los escépticos del clima estarían de acuerdo con sus hallazgos, el Dr. Stott dijo: “Tengo la esperanza de que la gente mire las evidencias de la manera en que el clima está cambiando de manera sistemática. Espero que ellos recapaciten sobre la evidencia científica.”
Precisamente esa es la misma esperanza que tenemos los escépticos: que los fieles creyentes en el calentamiento global antrópico revean toda la evidencia geológica, astronómica, solar y oceánica –además de las evidencias de los emails del CRU- echen una mirada por la ventana, lean los diarios y los textos de la historia climática de la Tie-rra, y se den cuenta de que los patrones cíclicos de los cambios de clima se repiten una y otra vez, independientes de la abundancia o escasez de CO2 en la atmósfera.
El actual “consenso científico” argumentado por los creyentes es una repetición de los viejos consensos que impe-raron siempre en la ciencia, como el consenso universal sobre la Tierra como centro del Universo, la existencia del “flogisto”, o el consenso contrario al movimiento de las placas tectónicas expresado por Alfred Wegener a mediados del Siglo 20. Gracias Dios que Einstein echó por tierra definitivamente al flogisto, y que Wegener avergonzó a la comunidad mundial de geólogos. Hoy hay demasiados científicos que están demoliendo el consenso sobre el cambio climático. Los consensos mueren y cambian y se transforman en nuevos consensos. Nada tienen que ver con la ciencia y son productos de las políticas de la época.
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