Esto tiene que ser la “caca de gracia” de los logros burocráticos en la categoría clima y ecología.
¿Dónde están los Beatles cuando uno los necesita? Alguien dentro de la EPA me llamó la aten-ción sobre cómo el representante de Oregon Earl Blumenauer ha propuesto una legislación que ordene a la agencia federal definir qué es el “papel higiénico”.
En verdad. Lo dice bien clarito en el proyecto de ley, el “Acta de Protección de Recursos Acuáticos,” (Ya sé, ya sé, usted estaba esperando que se llamara “PISS” [Protecting Infras-tructure and Sewer Systems Act]:
“SEC. 4172. DEFINICIONES Y REGLA ESPECIAL.
(b) PRODUCTO DE DESECHO EN AGUA. – Para propósitos de este subcapítulo – (4) PAPEL HIGIÉNICO – El término 'papel higiénico' significa papel higiénico, como está determinado bajo las regulaciones prescriptas por el Secretario.”
No, no es tan tonto como suena. Es mucho peor!
La acción de reglamentar algo para definir qué cosa se eleva hasta el nivel de 'limpia-traseros' se hace en nombre de una buena causa: ponerle un impuesto a esa cosa. La actual pandilla de federales no creen que usted esté pagando bastantes impuestos — esto ha sido estable-cido ad nauseum— y ahora quieren un ingreso dedicado a pagar para el reemplazo de cañerías corroídas y sistemas de cloacas sobrecargados a nivel nacional.
Todos sabemos qué más está involucrado en los confines del baño de manera que, natural-mente, hay una sección “mitigación para el cambio climático” como también, después de un escrutinio inicial, no es tan invasivo como el contexto indica que debería ser este asunto.
En realidad se torna aún más ridículo: además de añadirle un impuesto del 3% a los ítems desechados en el agua de los inodoros, lavabos, bidets, bañeras, etc, como la pasta de dientes, cosméticos, papel higiénico y aceite de cocina porque estos productos terminan en la corriente de agua y requieren de una limpieza por las plantas purificadoras del sistema de cloacas,” de acuerdo con la Fact Sheet de Blumenauer, las bebidas basadas en agua clasi-fican en la infraestructura impositiva tanto a la entrada como a, ejem, ah, la salida. De modo que esas bebidas son alcanzadas por un impuesto de cuatro centavos por envase.
Este es un buen agregado al dossier que, yo creo, veremos en el futuro como votado por una mayoría legislativa (y por cierto, una clase política entera) que pronto se encontró dando vueltas en el remolino del resumidero.
Ustedes ya lo ven, estamos infestados por una clase de idiotas que creen que si usted usa menos papel higiénico, usted está “salvando” árboles. Esta misma clase de idiotas cree que reciclar papel de alguna manera “salva” árboles cuando en ambos casos la verdad es exactamente lo contrario.
Los árboles que se plantan para fabricar papel son cosechados como cualquier otro cultivo. Hace mucho que no se cortan bosques naturales para producir papel. Los mayores plantadores de árboles del planeta son las compañías papeleras (seguidas de las compañías madereras). Estos árboles están diseñados para crecer rápido y producir fibra utilizable para papel en poco menos de una década, algunas en tan corto tiempo como 5 años después de haber sido plantados.
Si la necesidad de pulpa nueva se reduce, las compañías de papel no necesitarán plantar estos árboles ni alquilar ni mantener esas tierras donde crecen los árboles. El resultado es que una vez que se hizo el último corte de árboles, las compañías venden esas tierras a desarrolladores de proyectos, a granjeros o ganaderos.
Reciclar papel da por resultado que se planten menos árboles y que menos CO2 sea retirado de la atmósfera.
Además, esta clase de idiotas cree que el “viejo bosque natural” es alguna clase de productor de oxígeno que retira CO2 de la atmósfera. La verdad es que un bosque adulto es neutro en carbono, no retira ni añade CO2 a la atmósfera. Cuando un bosque es joven –como después de un incendio o una tala- comienza a producir biomasa y es un neto sumidero de carbono. A medida de que madura, la biomasa que se va añadiendo se reduce por la pérdida de hojas, tallos, ramas que se rompen o mueren, o árboles que mueren y se caen y comienzan a podrirse.
A medida de que esta descomposición y podredumbre progresa, se libera el CO2 que habñía sido retirado del ambiente para producir biomasa. Cuando el bosque alcanza su plena madurez, no está añadiendo nueva biomasa. Ha alcanzado la estabilidad. Se muere y se pudre tanta biomasa como la que se añade anualmente por el crecimiento. Si un fuego viene, la mayor parte de esa biomasa será convertida en CO2 (menos lo que es convertido a carbón de leña más estable). Si se hace una tala total, ese carbono es secuestrado a través del uso de la madera en la construcción de edificios, donde se mantendrá aislado durante décadas o posiblemente convertido en algo que se arrojado a un relleno sanitario y mantenido fuera de la atmósfera durante siglos.
Reducir el uso del papel higiénico y reciclar papel sólo sirve para reducir el número de árboles de que plantan anualmente, aumenta la cantidad de tierra disponible para el desarrollo inmobiliario, y reduce la cantidad de CO2 que se retira de la atmósfera. Si usted realmente siente ese ardor para reciclar y muchos otros siguen su ejemplo, usted podrá “salvar” los árboles suficientes para construir un Wal-Mart donde antes existía una plantación de árboles para producir papel.
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