De acuerdo con mi teoría sobre los efectos Jovianos (o del planeta Júpiter) sobre las manchas del sol, basada en hechos medidos desde 1700 y estimados desde 1500 (Schove).
Las últimas manchas de sol decentes del ciclo solar 23 aparecieron en julio de 2003. Desde agosto a septiembre 2008 el sol hibernó. En octubre y noviembre el ciclo 24 mostró sus primeras manchas decentes. En diciembre de 2008 el sol comenzó a hibernar nuevamente, si sólo contamos a las manchas. Al mismo tiempo, sin embargo, comenzó un aumento de flujo de 10,7 cm corregido (a una distancia de 1-AU) desde diciembre de 2008.
Parece que en mayo/junio la hibernación finalizó (al menos por el momento). El lento crecimiento del ciclo 24 podría deberse al fenómeno Penn-Livingston de la disminución del magnetismo de las manchas desde al menos 1990 que podría demorar al encendido del actual ciclo. Pareciera ser que el período desde enero a abril de 2009 ha sido todo el tiempo una preparación del ciclo 24. En el siglo 20 no nos hemos acostumbrado a ver a un período tan quieto. Este mínimo prolongado y el retraso del ciclo 24 significa que el ciclo 24 será muy débil, y un nuevo Mínimo Maunder parece ser muy posible.
El asunto es un largo que exceda los 12 años siempre ha llevado a un prolongado gran mínimo (Mínimo Dalton de 1798, Mínimo Damon de 1856). No se conoce con precisión cuán largos fueron los ciclos anteriores al Maunder, pero parece que hubo un mínimo en 1620. Esto lleva a 25 años para los dos ciclos 1620-1645 justo antes del Mínimo Maunder.
Esto significa enfriamiento durante décadas, por lo menos de 30 años, pero no podemos estar seguros que estemos en un curso a una nueva Pequeña Edad de Hielo. Un nuevo Dalton es probable, pero uno no puede estar seguro, hay demasiadas indicaciones de que el campo magnético del sol está en una profunda caída.
Una digresión: el aumento del CO2 en la atmósfera desde 0,03 a 0,04% no tiene ningún significado en este juego donde el vapor de agua es por mucho el jugador más grande. Yo soy un estadístico y este es un estudio estadístico, pero una observación, para todos quienes durante años me estuvieron pregun-tando mi opinión sobre la relación magnética: El campo magnético de la Tierra es sumamente sensible a las variaciones en el campo magnético del sol. Esto puede tener efectos mucho más grandes sobre la Tierra que sólo las auroras y las caídas de las redes eléctricas humanas.
Encuentro que la teoría (2006) de Henryk Svensmark sobre los rayos cósmicos oscilando al ritmo del campo magnético del sol es la más prometedora. Más rayos cósmicos conducen a más nubes en la atmósfera baja, lo que enfría a la tierra. Las investigaciones del CERN de 2010 probablemente estable-cerán definitivamente al asunto. Tal como lo entiendo, el vapor de agua es el gas invernadero de mayor forzamiento radiante. Aunque al principio hay una realimentación positiva cuando el vapor de agua se convierte en nubes, la realimentación cambia a negativa y así se mantiene el equilibrio, donde un aumento de 0,01% no puede tener una influencia discernible.
Si la realimentación del vapor de agua no cambiase hacia el final a negativa, hace eones que la Tierra hubiese perdido a sus océanos. También hay indicaciones de que el espectro UV de la radiación solar oscila muchas más veces que la parte visible. Una caída significativa de radiación UV, más una signi-ficativa caída en la TSI (Irradiación Solar Total) más una buena caída en el poder magnético de las manchas combinado con llaves interruptoras de los actuales ciclos crean una ambiente donde se instalan todas las precondiciones para un nuevo Mínimo de Maunder.
El análisis estadístico realizado por Timo Niroma le llevó a confeccionar, a mano alzada, un gráfico en papel milime-trado que me envió en un email, y me pidió que si le podía dar una forma gráfica aceptable para publicar en las redes. Los datos usados para su gráfico son los llamados Números de Wolf, o la cantidad de manchas en la super-ficie del sol registradas desde 1620 en adelante, luego de la invención del telescopio. El gráfico tiene dos curvas, ubicadas una encima de la otra, que es la división en dos períodos del mismo largo: 1620–1820, y 1821-1999, fecha donde terminan las observaciones de Niroma, son dos períodos de 220 años cada uno. Observa Timo que la forma de las curvas son tan similares que, como dice en su predicción más arriba, “si el pasado es un buen predictor”, la repetición de efectos observados en el pasado permite extrapolar y pronosticar la repetición de esos fenómenos en el futuro.
El gráfico se explica por sí solo, y solo hay que tener en cuenta que las curvas no representan la temperatura sino la cantidad de manchas del sol. Pero las fecha indicadas en varios puntos de las curvas permiten recordar las temperaturas de esas épocas. La línea roja de la curva superior es la del pronóstico de Timo Niroma. Todo parece indicar que acertó al mismo centro del blanco.
Plan your trip
Local Radar
Detailed Forecast
|
Pruebe la velocidad de su conexión a Internet!
¿Desde qué países nos visitan?
¿Quiénes son los visitantes?
Ranking entre sitios de la web
Usted es el visitante número
desde Noviembre 28, 2008
Vea aquí nuestras estadísticas
¿Desde qué países nos visitan?
¿Quiénes son los visitantes?