Nuestro insustituible socio Pepe Salama de Pinto Pinto Gorgorito, se ha encargado de la delicada tarea de traducir uno de los geniales dibujos de Josh, habitual colaborador de WattsUpWithThat, que por cierto se mostró encantado con el asunto tras la consulta de Plazaeme.
A continuación una copia de la propia entrada en Pinto Pinto Gorgorito, para disfrute de todos los seguidores de los Premios Ruiz de Elvira.
La estable mesa del calentamiento global
No es tan estable como se piensa. La mesa en la que gobiernos, ciencia políticamente co-rrecta, ecologistas, ecolojetas, ecofascistas y medios de comunicación invitados se sientan para difundir los alarmismos sostenibles que, cíclicamente, nos lanzan para volver a meter en cintura las libertades individuales y devolvernos a la edad media mediante restricciones e impuestos. Y digo cíclicamente porque cuando no toca no toca. Pero ya tocará de nuevo.
La viñeta original de Josh (de Cartoons by Josh) y la actualizada, cuya traducción presento aquí, la vi en sendos posts de WhatsUpWithThat.
Como dice Josh, las teóricas y simples 4 «patas» sobre las que se basa el calentamiento global antropogénico (el efecto invernadero, el CO2 como el gas más importante para el efecto invernadero, el aumento de los niveles de CO2 tras la revolución industrial, y las emisiones de CO2 por el uso de combustibles fósiles) hace un año no tenían discusión porque esa era la verdad establecida. Un año después, la imagen no se ve tan clara: subterfugios, pérdida de datos, falta de datos, falta de calentamiento, predicciones falsas, erróneas, investigaciones amañadas, mala ciencia, falta de ciencia… Algo que era tan evidente y se daba por sentado ya no lo es, e incluso para la gente de a pié, el tablero que descansa sobre esas 4 patas es más inestable que nunca.
La caricatura de Josh es un intento de mostrar eso, sin duda con gran imprecisión científica y tergiversaciones (como él mismo dice). De hecho Josh invitó a los lectores a aportar cosas a la viñeta para hacerla mejor. Y así surgió ésta.
Mesa de madera de pino de Bristlecone, excelente y longevo arbol utilizado como proxy para determinar el clima del pasado, pero sobre todo para ocultar el periodo cálido medieval. Sobre el mantel del IPCC, que sirve de “cobertura” para todo, se sirve té de ¿consenso? para todos (no se permiten escapes y está prohibido cualquier otro “té”). Que no falte la leche (subvencionada claro). De merienda galletas hechas con los mejores ingredientes convenien-tes (modificados o artificiales). Para remover el té, nada mejor que un palo de hockey prefa-bricado comercializado por la fábrica de verdades incómodas de Al Gore.
Oculto, en las entrañas de la mesa, el “gusano” de la Climate Research Unit de la Universidad de East Anglia (Reino Unido) horadando el tinglado para ocultar los “trucos” del Climategate. En la papelera el Acta de Libertad de Información (FOIA) usada como servilleta (ya se sabe, ni libertad, ni información ni las dos cosas juntas están invitadas a la merienda). Calzando la mesa, cosas bien estables pero que no se ponen sobre ella: la relación no lineal entre CO2 y temperatura, la propia variación natural o el desprecio del, más importante en magnitud que el CO2, vapor de agua. La única pata que parece estable, el efecto invernadero, cuya definición simplista que escuchamos desde pequeños es, al menos, debatible, está al borde del precipicio y no se sostendrá sola. Mientras, los ciclos solares no entienden de nada, erre que erre. Aunque el que no entiende de nada es nuestro osito polar, ajeno a todo el asunto.
Al final, la carcoma negacionista pone su granito de arena, pero, como se suele decir… entre todos la mataron y ella sola se murió.
La única mesa sólida es la que se sirve sobre ella el debate científico. El debate sobre el tema existe y a la mesa han de sentarse la ciencia y la ética. Y mientras exista esa falta de conocimiento científico sobre cómo funcionan las cosas, me niego a que, en base a una visión parcial, sesgada, debatible, debatida, discutible y discutida se alarme al individuo, se le criminalice como una lacra del planeta, se le impongan normas, leyes, impuestos “por mi bien”. El ser humano no es una lacra. No soy un inquilino alquilado de la Tierra. Tengo pasa-porte terrestre desde que nací y la conciencia planetaria existe porque existe en mi mente. No soy nada sin la Tierra. Pero me temo que la Tierra tampoco es nada sin el ser humano.
Gracias a Plazaeme de Plaza Moyua por las gestiones para pedir autorización a Josh, que accedió efusivamente, para publicar esta viñeta traducida. Aprovecho para recomendar visitar Cartoons by Josh y ver sus geniales viñetas sobre el tema. No descarto traducir alguna que otra más. Thanks Josh !!!
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