Es una lástima que las noticias que se publican sobre los efectos de la mari-huana sólo mencionan al cuco de moda: calentamiento de la atmósfera y no sobre los devastadores efectos que causa en el cerebro, especialmente sobre el centro de la memoria reciente. Y no hablar del efecto cancerígeno que también tiene el hábito dado que es envuelto en papel para fumar –cuyos compuestos químicos que impregnan al papel son los mayores responsable de los cánceres de pulmón.
Nos cuenta el San Francisco Business Times del 12 de abril, que como está permitido en California la tenencia de marihuana para uso personal –cosa que ya está permitida en Argentina- la gente ha comenzado a plantarla en galpo-nes y habitaciones dentro de las casas (porque está prohibido hacerlo en el exterior, para colmo de lo absurdo!), y para acelerar el crecimiento de las plantas, las iluminan con lámparas que irradian luz ultravioleta. El consumo de electricidad dio un salto espectacular y ahora el cultivo de la marihuana re-presenta el 1% del consumo de electricidad de los Estados Unidos. Dice el San Francisco Business Times:
Marijuana causes global warming, uses 1% of U.S. electricityTramposos y hormigas, nunca se acaban
Las personas que crecen marihuana en interiores usan el 1 por ciento de la provisión eléctrica de EEUU, y cada año crean 17 millones de toneladas de dióxido de carbono (sin contar el humo exhalado), según un informe de Evan Mills, un analista de energía en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore.
Después de que el uso medicinal de la marihuana fue legalizado en California en 1996, dice Mills, la electricidad por persona en el Condado de Humboldt saltó un 50% comparado con otras partes del estado.
Para poder producir este año unas 17.000 toneladas de marihuana, Mills estima que los plantadores autorizados usarán electricidad por valor de $5.000 millones de dólares. Eso equivale a la producción de siete plantas eléctricas de las grandes.
Mucho del dióxido de carbono producido por la industria proviene del transporte, aunque la necesidad de luces “500 veces más potentes que la recomendada para leer”, también usa mucha energía y produce mucha polución. También contribuyen al efecto el aire condicionado, ventilación, y control de la humedad.
En California hay 400.000 productores autorizados que usan 3% de la electricidad del estado para su negocio. “Esto corresponde al uso de electricidad promedio de 1 millón de hogares californiano, la emi-sión de gases invernadero iguales a las de 1 millón de autos promedio, y gastos de energía de $3.000 millones de dólares anuales,” dice Mills. Sin embargo, dado que California es un estado tan “verde”, sólo general el 20% del total de las emisiones de dióxido de carbono de la nación con su producción de marihuana. Mientras que usa el 70% de la energía nacional para su industria.
“Desde la perspectiva de los consumidores individuales, un solo cigarrillo de Cannabis representa medio kilo de dióxido de carbono emitido,” afirma Miller.
Para este informe que Mills publicó de manera independinte, dice que él no ha tomado en cuenta la energía usada en la producción de fertilizantes agua, materiales y equipos de construcción también usados en las granjas de marihuanas en ambientes interiores.
Dado que el cultivo de la marihuana agrava al calentamiento global, los drogadictos estarían contribuyendo a la extinción de los osos polares, las ranitas de las selvas, y a la proliferación de enfermedades tropicales. Por supues-to, esa suposición es una tontería absurda. Sólo están acelerando su propia degradación física y moral, y al adquirir la droga contribuyen a la expansión del tráfico de drogas a escala nacional y mundial. Aunque no les guste recono-cerlo, són cómplices de los narcotraficantes.
Tomando como base la experiencia en el fuero laboral argentino, donde la industria de las demandas laborales fue durante largas décadas uno de los negocios más redituables, los jueces establecieron -y fallaron en consonancia- que no hay ninguna manera de probar científicamente que a una persona NO le duele la columna, o “los huesos”, o la cabeza. De modo que con sólo afirmar que “sólo la marihuana me calma el dolor” es suficiente para fumar a gusto y placer sin ir a parar al calabozo como antes.
Si la legalización o despenalización del uso de la marihuana hubiese servido para disminuir el tráfico ilegal de la sustancia, uno podría estar de acuerdo con la medida. Pero la dura realidad es que la laxitud y benevolencia de las autoridades para con el uso y el tráfico de drogas de todo tipo, ha empeorado las cosas al punto en que todos podemos comprobarlo con sólo leer un diario, ver la Tele, o ser asaltado por drogadictos dentro de nuestras casas, que las cosas están empeorando a un ritmo alocado.
Como dirían los científicos del calentón global: “…es peor que lo antiguamente imaginado.” o "sin prece-dentes en la historia argentina," Y nuestra percepción del asunto no está basada en modelos computados. Si bien las predicciones para el futuro son inimaginables, en un marco de "el negocio como de costumbre" sin que las medidas adecuadas sean tomadas con urgencia, todo indica que son escalofriantes.
Plan your trip
Local Radar
Detailed Forecast
|
Pruebe la velocidad de su conexión a Internet!
¿Desde qué países nos visitan?
¿Quiénes son los visitantes?
Ranking entre sitios de la web
Usted es el visitante número
desde Noviembre 28, 2008
Vea aquí nuestras estadísticas
¿Desde qué países nos visitan?
¿Quiénes son los visitantes?