Anda la prensa con una noticia de gran impacto. Los pobres habitantes de Kiribati, tres archipiélagos de atolones e islas coralinas en el Pacífico, se tienen que trasladar por el “cambio climático”. Se les van a hundir las islas, y están pensando en comprar 23 km2 de terreno en Fiji, para refugiarse allí cuando llegue el momento fatal. Y la prensa nos está contando el drama, que nos tiene acongojados.
Nos fiamos del asunto, y nos lo creemos, sin más. No en vano nos lo dice el IPCC, todos esos científicos del clima más la burocracia internacional. ¡Y los periodistas! No hay mucho más que pensar, ¿no?
Lo malo es que tenemos cierta culturilla general, de esa que se les supone a los plumillas profesionales. Y recordamos que Darwin descubrió alguna cosa interesante respecto a las islas bajas del Pacífico. Una observación de esas suyas, tan agudas. Resulta que hay miles de islas similares, y todas tienen la misma (muy poca) altura sobre el agua. Y como sabemos que el nivel del mar varía mucho, más de 100 metros en los últimos 10.000 años, parece una lotería que nos haya tocado vivir justo en el momento en el que los atolones estén casi a ras de agua, un pelín por encima, y que no nos haya tocado vivir cuando están 50 metros por debajo del nivel del agua, o 50 por encima.
Darwin no creía mucho en las casualidades. Si algo parecía de mucha casualidad, le daba por pensar, en vez de por preguntarle a los burócratas. Y así, llegó a la conclusión de que no era por suerte que los atolones estuvieran a ras de agua, sino que era el nivel del mar el que marcaba su altura. Muy a groso modo, lo que explicó era que cada atolón o isla coralina se apoyaba en un volcán sumergido. El volcán, después de surgir del fondo submarino por una eyección de lava, y formar una isla de bastante altura, se iba hundiendo lentamente por su propio peso.
Imagina algo así. Primero surge un volcán del fondo del mar, y forma una isla alta:
Si no tienes imaginación para hacerte la idea, piensa en esto:
¿Qué son esas manchas rosadas pegadas a la isla, en su borde, en la línea del nivel del mar? ¡Coral! En aguas cálidas se pega a todo lo que flota, o a todo lo que hay entre la superficie y unos metros de profundidad.
Como esa montaña-isla pesa mucho, y el suelo de abajo no es tan firme, se va hundiendo podo a poco. Desde el punto de vista del nivel del mar es lo mismo que si el mar estuviera subiendo. Algo así:
Si el dibujo no se entiende, Bora-bora es un ejemplo muy bueno:
Pero la mayor parte de los volcanes son suficientemente antiguos para haberles dado tiempo de hundirse del todo. Y queda un atolón. Ya los españoles, que fueron los primeros europeos en navegar por el Pacífico, observaron en Tuamotu que era prácticamente imposible fondear junto a un atolón, a no ser que te arrimaras peligrosamente a la costa. Porque a pocos metros de la playa no eran capaces de hacer fondo con el ancla, aunque tiraran 300 metros de cabo. Por esto:
Que para los amigos es como esto:
Puede tener muchas formas. Incluso rellenarse la laguna central y hacer una isla de buen tamaño. Pero siempre levantando apenas unos pocos metros del nivel del mar. Y es por eso por lo que todas ellas, cientos y cientos, están poco por encima del ras de la marea alta. No era casualidad.
Y ese es el problema. Que si los periodistas tuvieran un mínimo de culturilla, y se acordaran de la explica-ción de Darwin, se preguntarían: ¿Está subiendo ahora el mar más de lo que puede crecer el coral, y por eso se hunden las islas coralinas? Investigarían un poco, no más de diez minutos teniendo internet, y verían que ese no es el caso.
- NZ research shows Pacific islands not shrinking
- Ya sé que sería demasiado pedir que buscaran, además, la literatura científica de apoyo.
- The dynamic response of reef islands to sea-level rise: Evidence from multi-decadal analysis of island change in the Central Pacific
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En resumen, cuando leas lo de Kiribati estos días, recuerda a Darwin. Y recuerda la confianza que se puede depositar en la prensa. Porque el asunto estaba a huevo. Cualquiera sabe que el nivel del mar ha subido más de 100 metros desde la glaciación. Que, redondeando, son 100 metros en unos 10.000 años, o 10 mm / año. Y la parte fuerte de la subida fue al principio, a tasas muy superiores. ¿Cuánto sube ahora? Otros 3 minutos de internet te dicen que entre dos y tres milímetros al año, dependiendo de que te fíes de las mediciones de los satélites (3,2 mm) o de los mareógrafos (1,7 – 2 mm). Sin aceleración alguna desde que se mide (hacia 1900). Y hemos visto que ni 3 milímetros al año de subida del mar, ni muchísimo más, pueden hacerle nada a las islas de Kiribati. Claro que la realidad tiene mucha menos venta que el drama sobrecogedor de los refugiados climáticos.
Comentarios del blog:
Ijon Tichy - marzo 10, 2012.
Plaza, todas esas explicaciones, las conozcan o no (que a lo mejor más de uno las conoce) les importan un pito. El objetivo de estas noticias es que los habitantes de Kiribati nos den mucha penita (como bien señala Kielvi, este tipo de cosas son habituales hoy día en los colegios) y los malvados occidentales productores de CO2 nos sintamos culpables y no tengamos reparo en pagarles la mudanza a los Kiriba-tienses.
Naturalmente, entre que se mudan y no, también tenemos que pagar a los científicos calentológicos que tanto se procupan por los kiribatienses y al montón de funcionarios de agencias guberanmentales, nogu-bernamentales y mediopensionistas que viven del dinero que nos sacan del bolsillo cada día.
Sin estos cuentos que tanta penita dan, igual algún día nos cansábamos de financiar tontadas.
plazaeme - marzo 10, 2012
Cierto, Ijon. No es que lo conozca más de uno de los científicos; lo conocen absolutamente todos. Saben que las islas coralinas son sobre todo dinámicas, y saben que siguen el nivel del mar. También saben que la subida del nivel del mar de ahora no les puede hacer absolutamente nada. Ni siquiera es imaginable que una subida de un metro por siglo les vaya a afectar para mal. Son 10 mm al año. Así que salvo los que sueñan con varios metros en un siglo, los demás están dejando que cuele una mentira.
La verdad es que yo no le he visto hablar de las islas de coral a ningún científico. Creo. Hablan de costas como Holanda, y Bangladesh, que son costas muy diferentes. Y hablan de lo que quieren imaginar que podría subir, en el caso de que sus predicciones más extravagantes se realizaran. Son los políticos y los periodistas los que lo transforman en “ya está pasando”, y ya hay “refugiados climáticos” .