¡Cuidado! Cualquier cosa puede matarle!
Alan Caruba
Warning Signs
Abril 2, 2011
Según un nuevo libro, “El Hogar Saludable”, cada habitación de su hogar o departamento es letal. Más le valdría vivir en una carpa en el bosque según lo que los autores muestran.
Entre las amenazas mortales a nuestras vidas está la necesidad de quitarnos los zapatos antes de ingresar a nuestra casa para evitar contaminarla al caminar por ella, sin darnos cuenta, con aceite de automóvil, pesticidas, desechos animales,” y “otras toxinas.”
¿Y sabía usted que “las ollas y sartenes de teflón liberan al aire gases y partículas potencialmente peligrosas como gases tóxicos, cancerígenos y contaminantes globales”? Cocine un almuerzo y muera!
Y, por favor, deshágase de esas sábanas antiarrugas porque lo exponen al químico PFC (compuestos de perfluoruro)” que “están relacionados a toxicidad reproductiva y de desarrollo, como también al cáncer de vejiga e hígado.” Ahí tiene, tener lo que usted cree que es bueno para una buena noche de sueño y, en vez de ello, usted termina atacado por sus propias sábanas!
Este libro odioso sigue explicando por qué las lámparas fluorescentes “le harán sentirse cansado y letár-gico,” y los artefactos eléctricos crean campos electromagnéticos (CEM).
No es solamente UN libro. También está “Criando a Elijah: Protegiendo a nuestros hijos en una Era de Crisis Ambientales.” Se nos informa que “Desde el spray contra bichos, la ensalada de atún, las nuevas pinturas con plomo, a su propia terraza hecha con madera prensada y tratada (que contiene al cance-rígeno y neurotóxico del desarrollo –arsénico)”, el autor se lanza por la ruta de la paranoia.
Como todos sabemos, todo es una crisis ambiental. ¡Aíre! ¡Agua! ¡Combustibles fósiles! ¡Energía Nuclear! ¡Comida! Si usted le cree a Al Gore, los mares están subiendo, los polos se derriten, y nosotros sólo tenemos que reducir al dióxido de carbono, un gas del que, junto con el oxígeno, depende la vida en el planeta.
Aquellos de mi generación gozan distribuyendo listas de las cosas que hacíamos cuando estábamos cre-ciendo en los años 30 y 40. Nos hacen recordar que dormíamos en cunas de brillantes colores pintadas con pinturas a base de plomo, no habían botellas de medicinas con tapas a prueba de niños, y cuando andábamos en bicicletas no usábamos casco.
Comíamos pasteles, galletitas, pan blanco con borato, mantequilla de verdad, y tocino. No teníamos PlayStations, Nintendos y juegos de video, o televisores de 150 canales y metro y medio de pantalla. Esta lista sigue y sigue, pero el asunto es que, a menos que estuviese lloviendo, estábamos todo el día jugando fuera de la casa! Hacíamos toneladas de ejercicio, mucha luz del sol, y nadie estaba advirtién-donos constantemente de todas las cosas, reales o imaginarias, que podría matarnos excepto no jugar en el medio de la calle. Y también lo hacíamos!
Expectativa de vida más alta que nunca
Entonces, ¿qué hacemos con las noticias de que la expectativa de vida en los Estados Unidos está en su punto más alto de su historia?
El último informe del Centro de Control de Enfermedades dice que en 2009 la expectativa de vida superó los 78 años por primera vez jamás. Cuando mi padre nació en 1901, la expectativa de vida era de 47,3 años. Él vivió hasta los 93. Mi madre vivió hasta los 98!
Que insanos son aquellos que producen estudios de investigación como uno reciente de la Universidad de Wageningen en Holanda, notando que los insectos producen mucho menos gases invernadero que el ganado y los cerdos, y que sería una “viable alternativa al consumo de carne”. Así es, es correcto –los verdes quieren que usted comience a comer bichos para salvar a la Tierra.
El último terror es la radiación de los reactores nucleares japoneses, el resultado del terremoto más grande que golpeó a esa nación en 140 años. En los EEUU usted recibirá más radiación simplemente asoleándose en su patio este verano.
Puede que no lo mate, pero una deuda de $14 billones puede matar a la economía de los EEUU si el Congreso no termina con el insano derroche de dinero que el gobierno hace cada día, como los $60 millones que el Departamento de Agricultura les está dando a tres universidades públicas, $20 millones a cada una, en Florida, Iowa e Idaho, para estudiar el “impacto del calentamiento global que tenemos sobre las cosechas y bosques.” Sólo que no hay calentamiento global. La Tierra ha estado en un perfecto ciclo natural de enfriamiento desde 1998.
Estoy a favor de un estilo de vid sano. Demasiado de cualquier cosa es probable que sea malo para usted, pero las chances son que usted está entre los millones de personas en el mundo que vivirán hasta los 78 años y quizás más.
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