Sugerir a los idealistas del ecologismo que el mundo natural no está por colapsar ante el asalto de una humanidad codiciosa y despreocupada es lo mismo que decir, en una convención de pastores Bautistas del Sur, que el juego, la bebida y el baile no son pecados. En ambas circunstancias, los ideólogos Verdes y los Bautistas le denunciarán como un hereje venal que debe ser expulsado de la comunidad de hombres y mujeres decentes antes de que usted los contamine con sus peligrosas ideas.
Bjorn Lomborg, el autor del excelente libro El Ecologista Escéptico: Midiendo el Real Estado del Mundo (The Skeptical Environmentalist: Measuring the Real State of the World), recién publicado por Cambridge University Press, ha provocado la ira de los fundamentalistas ecológicos. En consecuencia, este antiguo miembro de Greenpeace está sufriendo ahora una salvaje campaña de desinformación orquestada por algunas de las más grandes y prominentes grupos del lobby ecologista, incluyendo al Worldwide Fund for Nature (WWF) y el World Resources Institute (WRI).
Como parte de dicha campaña, el WWF y el WRI han emitido un parte de prensa conjunto a todos y cada uno de los miembros de la Sociedad de Periodistas Ambientales (Society of Environmental Journalists) alertándoles "que deben ser precavidos cuando informen sobre el nuevo libro de Bjorn Lomborg." ¿Por qué? Entre otras razones, el libro "ha sido ampliamente publicitado y aplaudido por los conservadores".
El parte de prensa del WWF/WR, firmado por el presidente del WRI Jonathan Lash, asegura que el libro está "plagado con argumentos engañosos y errores fácticos." Luego pasan a listar "Nueve Cosas Que los Periodistas Deben Saber Sobre el Ecologista Escéptico", incluyendo la encanecida y vieja estrategia de ataques Ad Hominem de cuestionar las credenciales del sujeto atacar al Hombre, no al argumento.
La Copa Llena de Dislates de Stuart Pimm
Sin embargo, cuando se revisan las "Nueve Cosas", encontré que es mejor que los periodistas y todos los demás lectores estén alertas sobre la grave y severa desinformación que les está siendo vendida por los lobbystas verdes que han descubierto que sus franquicias comerciales están amenazadas por el libro de Lomborg. Por ejemplo, en el punto #2, el WWF/WRI acusa a Lomborg de "pseudo erudición" porque cita "artículos que no han pasado por el proceso de peer-review científico".
Esta afirmación se repite como loro en una aborrecible revisión del libro aparecida en la revista Nature que alega, "Como un mal examen trimestral, el texto de Lomborg se basa ampliamente en fuentes secundarias. De unas 2.000 referencias, un 5% proviene de fuentes de noticias, y 30% de "downloads" de Internet - fácilmente accesibles, por consiguiente, pero frecuentemente sin revisión "peer-review". Apenas el 1% son estudios originales de Nature &. Esta inclinación hacia material sin peer-review sobre publicaciones internacionales de reputacion es algunas veces increible"
Uno de los revisores elegidos por Nature es el notorio alarmista ecológico Stuart Pimm, un profesor de Biología Conservacionista de la Columbia University. De manera interesante, el profesor Primm acaba de publicar "El Mundo Segun Pimm", y un rápido vistazo a las 245 notas al pie que apoyan su ortodoxia ideológica y en consecuencia pesimista de la evaluación del estado del mundo natural, nos revela que por lo menos la mitad de las fuentes que el mismo Pimm cita provienen de trabajos sin peer-review, incluyendo numerosos informes de grupos del lobby ecologista como la Audbon Society, y agencias internacionales y gubernamentales como la FAO, UNEP, y otras. También cita Pimm numerosos libros sin peer-revirew como Cadillac Desert y Guns, Germs and Steel junto a numerosas fuentes secundarias como la Encyclopedia Britannica, informes de los medios del New York Times, Barron's, The Economist, y Vanity Fair
De hecho, de las 245 referencias, Pimm cita artículos de Nature solamente 10 veces lo que hace el 2,5%, no el 1%. Pero no resulta nada claro que un 1,5% adicional de citas de Nature le agreguen algo de credibilidad, después de todo, dado que Lomborg debe haber citado a Nature más de 20 veces para obtener el 1% calculado por Pimm.
En cuanto al desprecio de Pimm por los "downloads de Internet", mirando a las referencias de Lomborg se encuentra que la mayoría de los downloads son, ciertamente, informes de organizaciones internacionales y gubernamentales que juntan y publican las estadísticas ambientales que aún los alarmistas como Pimm usan en su propios libros. De manera de Pimm está criticando a Lomborg por hacer exactamente lo mismo él hace, y que sabe que es perfectamente aceptable hacerlo. Muy claramente, los editores de Nature deberían avergonzarse por haber publicado esta porquería de revisión intelectualmente deshonesta.
El Bosque en Vez de los árboles
El ataque del parte de prensa del WWF/WRI cita como un ejemplo de la pseudo erudición de Lomborg una supuesta cita errónea de un informe del WWF que encontraba que "casi 2/3 de los bosques originales del mundo, remontándose hasta el período pre-agrícola, (definido como 6.000 AC), habían sido cortados en alguna oportunidad". En realidad, Lomborg no hace nada de eso. él meramente está refutando un engañoso parte de prensa del WWF del 8 de Octubre, 1997, que anunciaba "El WWF reveló hoy estremecedoras nuevas cifras que muestran, por primera vez, que casi 2/3 de los bosques originales habían sido destruidos. De las 8.080 millones de hectáreas de bosques existentes en el mundo hacen 8.000 años, sólo permanecen actualmente 3.044 millones de hectáreas"
Nótese primero cómo la retórica del WWF fue sutilmente desviada del originalmente inflamatorio "bosques han sido destruidos" al más juicioso y prudente "fueron cortados en alguna oportunidad". Más aún, el "informe" del WWF aparentemente jamas fue publicado, y mucho menos sujeto a "peer-review".
En cuanto a las 8.000 millones de hectáreas citadas como "cobertura original de bosques", uno de los más prominentes investigadores en bosques del mundo, Roger Sedjo, que es miembro Senior del Recursos para el Futuro (Resources for the Future, en Washington, DC), dice que la cifra es excesivamente elevada. De hecho, un estudio emitido por el Oak Ridge National Laboratory en 1997, encontró que los bosques podrían haber cubierto un estimado de 6.800 millones de hectáreas hace unos 8.000 años. Más interesante todavía, si nos remontamos unos 18.000 años, hasta el el final de la última Edad de Hielo, el estudio del Oak Ridge encontró que los bosques solamente cubrían 2.000 millones de hectáreas de la Tierra. Nótese además que hacen 18.000 años, los bosques tropicales lluviosos cubrían unas 500 millones de hectáreas, mientras que los bosques tropicales de todo tipo cubrían apenas un poco más de 900 millones de hectáreas. Actualmente, 18.000 años después de que los hielos glaciales continentales se retiraron, y aún antes del impacto de la Humanidad, los bosques tropicales cubrían unas 1.700 millones de hectáreas. Aunque no directamente comparable con la información de bosques del Oak Ridge, el último informe de la FAO (Organizacion de las Naciones Unidas sobre Alimentos y Agricultura) sobre el estado de los bosques del mundo, muestra que la cobertura global de bosques es de unas 3.900 millones de hectáreas.
"Miren, el asunto relevante es lo que está pasando con los bosques en la actualidad" dice Sedjo, "El hecho es que los bosques templados boreales se han estado expandiendo durante décadas y la tasa de deforestación tropical esta reduciéndose". Sedjo también está de acuerdo con los expertos que cita Lomborg, quienes dicen que cerca del 20% de los bosques han sido convertidos a otros usos, primariamente agrícolas, durante los últimos dos siglos
Revirtiendo Causa and Efecto
A continuación, el parte de prensa del WWF/WRI afirma que Lomborg ha confundido "asociación con causalidad", específicamente, que Lomborg "atribuye mejoras ambientales al aumento de los niveles de vida más que a un mejoramiento de la comprensión de la investigación científica o a las firmes políticas ambientales" Esto es tan completamente engañoso, que llega al punto de ser deshonesto. Lomborg está en favor de ciertas regulaciones ambientales y muy claramente declara que "es probablemente justo decir que la regulación es una de las razones para la reducción de la polucion"
Sin embargo, al revés que sus antagonistas ideológicamente motivados, Lomborg hace notar todavía que "factores tecnológicos también juegan un importante rol" en la reducción de la contaminación. Por ejemplo, los consumidores han hecho mucho para limpiar el aire simplemente al elegir un cambio de combustibles relativamente sucios como madera y carbón a los más limpios como la electricidad y el gas natural. El Banco Mundial ha identificado "umbrales ambientales" que ocurren cuando los ingresos promedio de un país llegan a ciertos niveles, por ej.: $1.200 para agua potable limpia, y $3.200 y $3.800 para el comienzo de la reducción de los particulados en aire de dióxido de azufre. Los ideólogos verdes han invertido en gran medida el orden de "causa y efecto", --buena ciencia y fuertes regulaciones ambientales son adoptadas cuando la gente alcanza un cierto nivel de ingresos. En otras palabras, a medida de que los ingresos de la gente aumenta, entonces la gente comienza a preocuparse por los detalles ambientales.
¿Cuándo un Respaldo No es Un Resplado?
Acto seguido, los revisores de Nature recurren a la repugnante táctica de llamar a sus cófrades ideológicos para "refutar" a Lomborg. Especificamente, Lomborg cita a los apocalípticos Paul Ehrilch y E.O. Wilson como patrocinantes del Wildlands Project que reservaría al 50% del continente de Norteámerica como "tierras silvestres inhabitadas". De manera que Pimm y Harvey dijeron que ellos simplemente llamaron a Ehrlich para preguntarle si el apoyaba dicho plan. "No se nada acerca de dicho plan", replicó Ehrilch. "si existiese alguno, no lo apoyaria" De manera que Lomborg debe de estar equivocado, no es cierto? Equivocado!
Lomborg y todos los lectores de la revista Science pueden bien ser perdonados por pensar que Ehrlich y otros apoyaron al mencionado proyecto. Después de todo, un artículo titulado "The High Cost of Biodiversity" (El Alto Costo de la Biodiversidad), en la edición del 25 de junio de 1993 muy claramente decia que ellos apoyaban el proyecto.
"Los principios del Wildlands project han recogido respaldo de luminarias científicas tales como E.O. Wilson de Harvard, Paul Ehrlich de Stanford (quien se describe a sí mismo como un "entusiasta impulsor"), y Michael Soule de la Universidad de California, Santa Cruz, quien es uno de los fundadores del proyecto", informó Science. ¿Podria ser este un caso donde un ambientalista ideológico olvida lo que dijo antes, cuando es conveniente hacerlo?
La Tétrica Science
Sobre el cambio climático, el parte de prensa del WWF/WRI descarta a Lomborg por apoyarse supuestamente en un "controvertido modelo económico" en su análisis de los costos de intentar reducir las emisiones de los combustibles fósiles como una manera de controlar al calentamiento global a través del Protocolo de Kyoto. Una revisión negativa del libro de Lomborg hecha por el analista inglés Michael Grubb, en la edicion del 9 de noviembre del 2001 de Science concuerda con el el WWF/WRI y afirma que el libro de Lomborg "llega su nadir cuando Lomborg se vuelve hacia la economia del clima y el Protocolo de Kyoto".
Graciosamente, la misma edición de Science en donde se publica la revisión de Grubb, aparece un artículo del economista de la Universidd de Yale, William Nordhaus, titulado "Economía del Calentamiento Global" (Global Warming Economics), Nordhaus investiga al mismo "controvertido modelo económico" que es despreciado por el WWF/WRI y Grubb. Nordhaus calcula que si el Presidente Bush no se hubiera retirado del Protocolo Kyoto-Bonn, le hubiese costado a los Estados Unidos $125 Mil Millones anuales implementarlo, llegando a un total de $2.5 Billones durante los próximos diez años. Aún sin la participación de los Estados Unidos, a los signatarios de Kyoto les costará más de $600 mil millones para implementarlo en los próximos diez años. "El Acuerdo Kyoto-Bonn hará pocos progresos en frenar el calentamiento global, mientra que incurrirá en costos substanciales", concluye Nordhaus. Lo que demuestra la nula validez del frecuentemente escuchado argumento de los verdes de que reducir el uso de los combustibles fósiles ahorrará más dinero del que costará
Sólo Postre?
Una vez más, sin la menor pizca de vergüenza acerca del hecho que acababan de despellejar a Lomborg por usar información sacada de la web y sin peer-review, los revisores de Nature finalizan su crítica dirigiendo a sus lectores a un sitio de la web Anti-Lomborg.com, que no contiene análisis con peer-review de ninguna clase, sólo predicciones apocalípticas, no originales, de ideólogos ecologistas. El sitio contiene una foto de un ecologista arrojando una torta de crema a la cara de Lomborg durante la presentacion de su libro que tal para un debate razonable?
Y la campaña de odio en contra de Lomborg sigue rodando. De acuerdo a Pimm y Harvey, la revista Scientific American ha comisionado a 5 revisores para que desenmascaren a Lomborg. Nada tan útil como prejuzgar las conclusiones!
Finalmente, en un libro que trata un tópico tan vasto como "El Real Estado del Mundo", existe la posibilidad de que hayan errores menores y traspiés de interpretación y análisis. Encontrarlos y corregirlos es un ejercicio importante y honorable, pero no es eso lo que los ideólogos del ecologismo están haciendo. En su lugar, están tratando de hallar errores menores para luego exagerar su significancia mientras que se sugieren errores mayores. Al vilipendiar y calumniar a Lomborg intentan impedir que los ciudadanos preocupados, formadores de políticas, y periodistas lean y evaluen al El Ecologista Escéptico por ellos mismos.
"Si usted es escéptico con ambos lados del asunto, creo que usted verá que yo cito continuamente evidencia y argumentos científicos.", dice Lomborg. "Mis criticos tratan de prejuiciar a los lectores en mi contra, de atacar más a mi caracter que a mis argumentos. Ello tiende a hacerme sospechar más de sus intenciones" Amén.
es el corresponsal cientifico de Reason, y el editor del Earth Report 2000: Revisiting the True State of the Planet (McGraw-Hill).
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