Los Verdes Demandan
al Gobierno de los Estados Unidos

por    John L. Daly

Still Waiting for Greenhouse - 31 Agosto 2002

Traducido por Eduardo Ferreyra (FAEC) del artículo original

Introducción

Para Agosto 26 de este año de 2002, dos agencias del gobierno de los Estados Unidos, de ayuda al extranjero, están siendo demandadas judicialmente por una coalición de tres demandantes - Greenpeace, Friends of the Earth, y la Ciudad de Boulder, Colorado, alegando que ellos "sufren y sufrirán el impacto del cambio climático"

La demanda judicial afirma que dos agencias federales, la Overseas Private Investment Corporation y la Export-Import Bank de los Estados Unidos, financiaron y apoyaron el desarrollo de los combustibles fósiles en países como Indonesia, Rusia, Chad-Camerún, en el África Occidental, México y China. Los proyectos incluyeron el desarrollo de campos petrolífe-ros, construcción de oleoductos y plantas de generación eléctrica. Las agencias involucradas no construyeron estos proyectos sino que meramente ayudaron con préstamos financieros, garantías y seguros.

A partir de esto, los demandantes hacen un salto de lógica para afirmar que estas agencias están así ayudando a acelerar el 'cambio climático' (código burocrático para 'calentamiento global inducido por el hombre'). Quizás Greenpeace prefiera que los Africanos construyan centrales nucleares en su lugar.

La lógica de la demanda es que los países en desarrollo deben ser condenados a una eterna pobreza, privados del capital para su desarrollo, simplemente porque no pueden acceder al tipo de energía que goza el mundo desarrollado. No sólo es una arrogante posición la adopta-da, sino que es también una especie de imperialismo ecologista; siendo el Tercer Mundo víctima de las obsesiones ecologistas de super celosos grupos de presión occidentales.Sin la asistencia provista por estas agencias de ayuda, muchos países en desarrollo serán impedi-dos de desarrollar sus propios recursos naturales, y por consiguiente liberarse del interminable ciclo de pobreza.

Para demostrar que financiar proyectos de creación de riqueza en los países en desarrollo puede ser una violación de la ley, los demandantes hacen el gigantesco salto por encima de la lógica legal para afirmar que estas actividades de inversión por parte de las agencias federa-les están en violación del Acta Nacional de Política Ambiental (NEPA).  El mismo título de esta Acta indica el alcance y los límites de su jurisdicción. `Nacional'.  El NEPA no intenta, ni jamás se intentó que lo hiciese, extender su jurisdicción fuera de las froneras de los Estados Unidos y sus territorios.  Sería una novedad para las naciones soberanas que su desarrollo económico es reheén de legislación doméstica dentro de los Estados Unidos.  La arrogancia de los demandantes en procurar globalizar lo que es puramente una ley nacional, es un insulto a la soberanía de otras naciones cuyas prioridades son muy diferentes - tal como sacar a su propia gente de la abyecta pobreza.

Aún cuando los demandantes encontrasen alguna oscura cláusula en el NEPA que justificara la extensión de su jurisdicción fuera de los Estados Unidos, ello no lo hace legal, dado que es axiomático que cualquier ley nacional promulgada en cualquier país sólo se extiende hasta sus fronteras, y no más allá.  `Pensar Globalmente', el cliché favorito usado por los grupos ecologis-tas, no tiene valor en la ley, a menos la ley en cuestión sea una ley verdaderamente internacio-nal -y el NEPA ciertamente no lo es.

Los demandantes afirman que las agencias de ayuda deberían haber sometido sus intenciones de inversión al NEPA, y al no haberlo hecho estaban infringiendo esa ley nacional.  Tenemos todavía que oír de las agencias si ellas tomaron en cuenta al NEPA o no en sus decisiones, pero si lo hicieron o no es totalmente irrelevante.  Dado que los proyectos eran en el extranjero, estaban claramente fuera de la jurisdicción del NEPA.

Legislación por Publicación Científica

Los demandantes hicieron un resumen del Informe 2001 del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) citándolo como la principal referencia sobre el tema del cambio climático.  Sin embargo, en los documentos de la demanda, ellos citaron, no a los capítulos científicos del informe del IPCC, sino al `Resumen para formadores de Políticas', un docu-mento manifiestamente político, y no un documento científico.

Pero, cualquiera sea el status científico o lo que sea, del resumen del IPCC, la demanda judicial implícitamente propone un alejamiento de la manera en que se establecen las leyes.  Estamos familiarizados con leyes promulgadas por los parlamentos (o Congresos en el caso de los Estados Unidos), y por los precedentes judiciales, o jurisprudenica.  Sin embargo, si esta demanda tuviera éxito, veríamos la creación de todo un nuevo proceso de crear leyes - legislación por medio de publicaciones científicas. Los demandantes citan las opiniones del IPCC y otras selectas fuentes científicas como constituyendo una norma de comportamiento, por la cual deberían juzgarse generalmente las decisiones de organizaciones no científicas y la de personas que no son científicos.

En efecto, cualquier artículo o "paper" publicado en revistas como Nature o Science, podrían adquirir status legislativo.  En otras palabras, las opiniones de cualquier científico en su campo de pericia, en caso de publicarse en una revista con "peer-review", podría adquirir estado de ley por la puerta trasera.  Los "legisladores" en esta instancia no serían representantes elegi-dos por el pueblo, o jueces públicamente responsables, sino científicos profesionales actuando con el apoyo del "peer-review", un proceso donde un estudio es juzgado anónimamente por dos o tres profesionales elegidos por las revistas.  Tal tipo de "legislación" sería cerrada, secreta, y fuera del alcance del público en general.

Por ejemplo, si un científico en nutrición publica descubrimientos de que alimentar niños con leche de vaca es perjudicial para su salud, ello podría usarse en todos los futuros procedimien-tos legales como evidencia prima facie de que los padres han cometido un acto de abuso infantil sobre sus hijos.  En otras palabras, un opinión científica podría convertirse en la base para una nueva "ley" - una ley establecida sólo porque un estudio publicado en una revista científica así lo afirma.

Imagine cómo reaccionarían muchos científicos y revistas si supieran que sus "descubrimien-tos" se convertirán en nueva ley, por el simple hecho de ser publicados en una revista.  La fábula que escribí hace algunos años como un chiste de Navidad (`Un Día en la Vida de la República Científica de Australia') dejaría de ser un chiste.  Sería el triunfo del `cientificismo', la creencia compartida por muchos científicos, de que la ciencia debería tener el monopolio del conocimiento, y que todo conocimiento no bendecido por la ciencia debería ser rechazado y aún, ser puesto fuera de la ley.

Se precipitaría sobre nosotros un oscuro futuro de sociedades enteras controlada por la opinión de unos pocos no elegidos; un regreso a los días de las cerradas hermandades medievales que controlaban las vidas de la gente común.

La Ciudad de Boulder

De los tres demandantes, todos conocemos a Greenpeace y su desprecio por la ley cuando a ellos les viene bien, su convicción de que ellos pueden actuar por fuera de la ley cuantas veces se les ocurra -porque están "salvando al planeta".  Friends of the Earth es una organización menor, conducida en este caso por la más poderosa Greenpeace.

¿Pero, qué hay de la Ciudad de Boulder?

De los cientos de pequeñas villas y ciudades en los Estados Unidos, ¿por qué es que sólo Boulder ha elegido agregar su nombre a esta demanda?  ¿Están ligados de alguna manera al movimiento ecologista? ¿Tiene algún interés especial en el cambio climático que no es compartido por otras ciudades?

Este es el registro de las temperaturas de Boulder, comparado con historiales similares de la cercana Denver y la villa rural de Cheesman(54 millas al sur de Boulder).  Como resulta claramente evidente, el cambio climático no está haciendo titulares en y alrededor de Boulder - no hay ningún calentamiento allí.

Durante una conferencia de prensa para anunciar la demanda judicial, el alcalde de Boulder Will Toor, hizo público su preocupación sobre "el efecto del cambio del clima" sobre todas las cosas, desde los recursos hídricos hasta la destrucción de los ecosistemas de las dehesas cercanas a Boulder. ¿Dehesas montañosas?

Sucede que justamente pasé por Boulder en mi reciente viaje a los Estados Unidos, y tomé algunas fotos del área. Boulder es una ciudad mediana de unos 100,000 habitantes, recos-tada contra el borde de las grandes praderas junto al este de la Gran División de las Montañas Rocosas.  La principal actividad económica allí es el gobierno - si es que ello puede llamarse "económico". 

Estando cerca de las montañas, resulta difícil imaginar a Boulder escaso de agua en el largo plazo, especialmente cuando hay extensos reservorios en las monta-ñas, y que alimentan a la ciudad. Sin embargo, hay una sequía actualmente en progreso, que está causando cierta preocupación. Sin embargo, la preocupa-ción del alcalde acerca de las dehesas de la montaña era más desconcertante. Esta es la vista de Boulder desde el sur. Está en las praderas de abajo, con las Rocallosas hacia la izquierda.

Una vez en Boulder, las montañas proveen un paisaje dramático hacia el este de la ciudad, y en esta foto tenemos un indicio de las "dehesas" en la base de la montaña, y que tanto parecen preocupar al alcalde.
Pasando a través de la ciudad, seguimos a lo largo de Table Mesa Drive, subiendo la colina hasta pasar por esta muy atractiva dehesa de montaña. 

No hay ninguna señal de degradación ambiental, y estando tan cerca de la ciudad, toda el área sería el sueño dorado de cualquier inmobiliaria.

Mirando hacia las montañas, somos recibidos por esta gloriosa vista de la dehesa, coronada por una línea de coníferas. Realmente valió la pena pasar por Boulder para ver esto y fotografiarlo.
Mirando hacia abajo desde estas dehesas, vemos a la ciudad de Boulder extenderse delante nuestro en la pradera más abajo. En cuanto al agua, hay una red de reservorios locales y lagos claramente visibles más abajo, que mantienen a la ciudad bien abastecida.

Finalmente, subiendo por Table Mesa Drive un poco más, somos recibidos por este mamotreto visual en la parte superior de la dehesa - un enorme complejo, completo con un gran estacionamiento asfaltado. Plantado en la parte superior de la dehesa, arruina claramente todo el pasisaje circundante.

Pero este no es un complejo ordinario.

Este es el Vaticano de la Industria del Calentamiento Global. El Centro Nacional para la Investigación Atmosférica - NCAR, por abrevia-tura. Aquí ellos tienen los "modelos" que predicen los horrores del cambio climático que vendrán.

Estas fotos fueron tomadas después de las 5 de la tarde del 25 de abril del 2002, después de que la mayoría del "staff" en el NCAR había dejado su trabajo para volver a casa. Este es el lugar de trabajo de muchos prominentes científicos y promotores del invernadero, incluyendo a Tom Wigley, y Kevin Trenberth, todos viviendo y trabajando en espléndido aislamiento, por encima de las preocupaciones mundanas de la ciudad de Boulder, bien lejos de ellos.

(en 1999, Tom Wigley, fue el autor del estudio titulado `La Ciencia del Cambio Climático' publicado por el Pew Center on Global Climate Change, (Centro Pew sobre el Cambio Climático) una rica organización ecologista, y lo hizo desde su posición en el NCAR. En efecto, él asoció directamente al NCAR con el movimiento ecologista.)

Con el NCAR dominando esta dehesa de montaña encima de Boulder, quizás siendo su dueño, los comentarios del alcalde de Boulder acerca de las dehesas, sugiere que el NCAR puede ser la la influencia clave por detrás de la participación en el litigio. Hay muchas instituciones del gobierno en Boulder, pero sólo el NCAR está directamente relacionado con la investigación del clima, el tema crucial de este litigio.

La pregunta es, entonces - ¿hasta que punto ha influido el NCAR a la ciudad de Boulder para que se una a una demanda contra su propio empleador - el gobierno de los Estados Unidos? Es un asunto que podría muy bien emerger durante las audiencias en la corte.

Las Falsas 'Víctimas' de la Demanda

Los demandantes han citado a seis individuos como habiendo ya sufrido "daños" por el cambio climático y estaban enfrentando futuros daños por venir. Presuntamente, estas personas aparecerán como testigos si el caso llegase algún día a escucharse en la corte. Cinco de estas 'víctimas' son -sorpresa, sorpresa! - miembros de Greenpeace y Friends of the Earth. Una de ellas hasta era un empleado de Greenpeace. Vale la pena resumir el "daño" que el litigio afirma que se ha sufrido.

Tengan sus pañuelos listos, porque estas historias desgarrana los corazones en sus cuitas de tragedias humanas.

El Dr Phillip Dunstan es profesor de biología en Charleston, y miembro de Friends of the Earth. Él investiga mayormente los corales y culpa una supuesta degradación de los corales al 'cambio climático'. (presuntamente, la sobrepesca y la polución del agua no fue considerada por él). Dunstan reclama que la pérdida del coral disminuyen 'sus oportuni-dades para la investigación biológica'. Se nos parte el corazón!

Su pasatiempo favorito es el buceo en los Cayos de la Florida, y él afirma que el cambio climático está arruinando su recreación. Mucha gente en el mundo tiene la suerte de poder simplemente comer, pero se espera que sintamos lástima por Dunstan porque su diversión ha sido arruinada. ¿Y cómo exactamente llega Dunstan hasta los Cayos de la Florida desde Charleston? ¿Quizás en una 4x4 comedora de gasolina? Cualquiera sea el medio usado para llegar, tanto por tierra hasta Florida y luego en lancha hasta los arrecifes, podemos estar absolutamente seguros de que su "recreación" emite más gases de invernadero que muchos de nosotros en varios meses.

Además, Dunstan está construyendo una casa en las tierras bajas cerca de Charleston, y está muy preocupado por el ascenso del nivel del mar, tanto, pero tanto, que en lugar de vender la propiedad y construir en terrenos más altos, está elevando su casa a un gasto adicional, y encima se queja del probable aumento de las primas del seguro que deberá pagar a causa del temor por el ascenso de las aguas!. Consejo para Dunstan: los precios de las propiedades en los Estados Unidos son altos. Simplemente venda y construya en otro lado. Hasta puede haber una jugosa ganancia al hacerlo.

Pam y Jessie Williford son ambos miembros de Greenpeace y Friends of the Earth, están jubilados viviendo cerca de Raleigh, North Carolina. Son propietarios de una manzana de terreno en tierras bajas e intentan construir su casa allí en pocos años. Pero ahora temen al ascenso de las aguas marinas y reclaman que ellos jamás habrían comprado la tierra hace 25 años, si hubiesen sabido que se inundarían. De manera que ahora se ven obligados a gastar más dinero para hacer su casa a prueba de inundaciones.

Nota de FAEC: Por la misma lógica, también podrían demandar al gobierno de los Estados Unidos e Inglaterra por haber proporcionado las armas y el apoyo político a los mujaidines Afganos, que permitió eventualmente a los Talibanes y a Osama Bin Laden llegar a poder, destruir las torres Gemelas y sumir a los Estados Unidos (y a los jubilados como ellos) en un estado de neurosis y paranoia jamás visto en la historia.

¿Debe el gobierno pagarle "daños" a ellos? Hay una mejor solución: podrían vender su terreno con una espléndida ganancia (después de haberla poseído por 25 años, además!) y construir en cualquier otra parte.

Arthur y Anne Berndt son granjeros en Vermont, producen Melaza de Arce, o 'Maple Syrup'. Ambos son miembros de Greenpeace y de Friends of the Earth. Ellos tienen miedo de que los árboles de arce puedan migrar hacia el norte y quedarse sin más arces para producir la melaza.

Si los arces realmente migraran hacia el norte, los Berndts siempre podrían hacer lo que otros granjeros han hecho desde tiempos inmemoriale, cuando los cambios del clima y del mercado han ocurrido - cultivar y producir otra cosa.

Melanie Duchin es una empelada y miembro de Greenpeace, trabajando en Anchorage, Alaska. Ella culpa los brotes de plaga del escarabajo de la corteza del abeto al 'cambio climático', algo que 'daña' sus actividades recreacionales de caminatas en el área. Tiempo para el ingreso de los violines.

Pero Ms Duchin tiene el último As en la manga para ponerla aparte como la "víctima" del cambio climático. Ella realiza periódicos viajes a la costa Ártica de Alaska para "recreación personal", y pretende hacerlo todos los años. El cambio climático del Ártico, dice ella, disminuye su "deleite recreacional y estético" del Ártico.

Pero piense por un momento en la difícil situación de Ms Duchin. Ella misma está contri-buyendo directmente al mismo cambio climático que, según ella, está afectando a su auto impuesta "recreación'. Para llegar desde Anchorage hasta el Ártico y regresar todos los años, se requiere de transporte - y ese transporte usa combustibles fósiles, como la gasolina de aviación. De modo que el solo acto de viajar 1600 kilómetros hasta el Ártico y regresar, todos los años, suma una emisión de significante cantidad de gases de inver-nadero por su parte. Mientras que ella reclama el derecho de consumir una gran cantidad de combustible fósil en su viajes al Ártico, ella le quiere negar acceso a esos combustibles a la gente de los países pobres, cuyas necesidades son mucho más apremiantes que una mera "recreación".

Quizás deba ella demandarse judicialmente a sí misma, con las mismas bases que está demandando al gobierno de los Estados Unidos.

Conclusión

¿Acordarán las Cortes norteamericanas ni siquiera escuchar esta demanda? Si lo hacen. el caso será escuchado en Washington DC, en el mismo epicentro del sistema legal y político de los Estados Unidos. Ello está bien dentro de la estrategia de Greenpeace de extraer la máxima publicidad de los medios. Para las cortes de los Estados Unidos, permitir que los conviertan en meros peones de esta pantomima política serviría sólo para seguir disminu-yendo su credibilidad.

En términos del caso en sí mismo, la ciencia que apuntala al 'cambio climático' no está, de ninguna manera, aceptada como los demandantes parecen imaginarse. Bien lejos de las afirmaciones acerca del calentamiento global (cuya magnitud es ardientemente disputada), la demanda se basa primariamente en los alegados impactos que este cambio climático podría tener. No existe ningún consenso en la comunidad científica sobre lo que estos impactos podrían ser, algunos hasta viendo la posibilidad como beneficiosa, (tal como el efecto fertilizador del dióxido de carbono). Y sin embargo, el caso está enteramente basado en la afirmación de que el impacto será al mismo tiempo real y universalmente dañino.

Es de esperar que este caso provea la oportunidad para probar si las afirmaciones sobre el calentamiento global y su posible impacto sean probados y careados en un foro público, libre de las restricciones de los "peer-review" internos de las publicaciones y la censura de las opiniones disidentes que los caracterizan.

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