"El desarrollo sustentable es el desarrollo que se ajusta a las necesidades del pre-sente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de alcanzar sus propias necesidades.”Jamás comprendí esa definición. ¿Cómo podría usar mi pala para dar vuelta la tierra de mi jardín, por ejemplo? Cada kilo de mineral de hierro que es extraído de la tierra para fabricar mi pala es un kilo de mineral de hierro que no estará más disponible para que las “generaciones futuras alcance sus necesidades”. Es inevitable. Lo que quiere decir que algún momento nos quedaremos sin hierro, de manera que cualquier uso del hierro, al final, no es sustentable. El uso de mi pala está privando a mis bisnietos de palas.
Y si cavar en mi jardín no es sustentable… entonces qué es sustentable? Quiero decir, dónde están los zelotes del “pico del hierro” cuando los necesitamos?
De modo que fuera de la luz solar, viento y arco iris… simplemente ¿de qué se supone que está com-puesto el desarrollo sustentable? Los teléfonos celulares son una de las herramientas más revolucionarias del desarrollo… pero les estamos privando a las futuras generaciones de níquel y cadmio al hacerlo. Eso no es sustentable.
Aquí esta la horrible verdad. Es simple, grosera, y amarga. Nada es sustentable. OK, como dicen los marineros, el viento es gratis. Como lo es la luz del sol. Pero todo lo que extraemos de las minas y canteras para hacer cualquier cosa desde palas hasta teléfonos celulares eventualmente se acabará. La única cuestión es, ¿se acabará pronto, o más tarde? Porque nada es sustentable. “Desarrollo sustenta-ble” es sólo la fantasía de un rayo de luz de luna en un cuento de hadas, un oxímoron de la New Age. En el mundo real, no puede suceder. Yo encuentro que el término “desarrollo sustentable” es útil nada más que para una sola cosa.
Cuando la gente lo usa, yo sé que no han pensado mucho en este asunto.
Finalmente, hay una arrogancia subyacente acerca del concepto que yo encuentro perturbador. El cuarenta y cinco por ciento de la población vive con menos de $2 dólares por día. En China es el sesenta por ciento. En la india las tres cuartas partes de la población lo hace con menos de $2 dólares al día.
Negarles a esos hombres, mujeres, y especialmente a los niños la posibilidad de mejorar sus vidas basa-dos en una preocupación profesada acerca de generaciones que todavía no nacieron, es algo que no encaja conmigo. La respuesta obvia del lado de ellos es “para usted es fácil decirlo, usted ya lo hizo.” Y eso es cierto. Occidente se hace rico por medios que el “Desarrollo sustentable” le quiere negar a los pobres del mundo.
Vea, en cincuenta años podría haber una catástrofe climática. Y podríamos chocar con alguna pared de sustentabilidad en cincuenta años.
Pero cuando los hijos de una mujer están hambrientos, ella no verá la lógica de no alimentar s sus hijos para evitar “comprometer la posibilidad de las futuras generaciones de alcanzar sus propias necesida-des.” Ella no comprenderá esa lógica en absoluto. Y tampoco lo hago yo. Por cierto, yo pienso que deberíamos vivir lo más livianos posibles en ese planeta maravilloso. Y sí, tasas de uso y relaciones de R/P son un tema. Pero nada es sustentable. De modo que ubiquemos a la frase “Desarrollo sustentable” en el estante de curiosidades sin sentido, volvamos a concentrarnos en alimentar a los niños que ya teneos en esta Tierra, y dejemos a los bisnietos que se preocupen por ellos. Todos dicen que vivirán hasta los mil años, y serán mucho más ricos de lo que soy yo y tendrán computadoras que podrán escribir poesías, de modo que estoy seguro de que ellos descubrirán la manera de hacerlo.
Willis Eschenbach
P.D.: Los teóricos dicen que no es suficiente que el desarrollo sea sustentable en términos del ambiente. ¿Socialmente sustentable? ¿Culturalmente sustentable? Ni siquiera sabemos si lo que hacemos es cultural o socialmente sustentable. ¿Cómo podemos adivinar si algún desarrollo es culturalmente sustentable?
Juro que algunas veces pienso que la gente ha perdido completamente la trama de la obra. Es onanismo mental del orden más alto, sentarse y debatir si algo es “culturalmente sustentable”. Como ya dije… vol-vamos al asunto de alimentar a los niños. Una vez que lo hayamos hecho, podemos debatir si la manera en que los alimentamos es culturalmente sustentable.
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