Argentina, Hong Kong
y la psicología de las creencias
Stephen Hicks, Ph.D.
Stephen Hicks.org
Marzo 21, 2013
El ranking mundial de ingresos per cápita de
los últimos 80 años de Hong Kong y Argentina:
El relativamente libre mercado de la pobre en recursos Hong Kong la llevó desde la pobreza a la riqueza. Los experimentos en estatismo de la muy rica Argentina la llevaron de la prosperidad hasta a la declinación y a la semi funcionalidad. En este ranking del Wall Street Journal/Heritage Hong Kong está actualmente primero en el mundo por lebertad económica, y Argentina está en el puesto 138.
De modo que me pregunto: ¿Por qué no hay un movimiento mundial en dirección al libre mercado? Especialmente frente a los excelentes resultados que las ciencias sociales hicieron posible por una generación de trabajo arduo y poder computacional, la información está disponible y es convincente. Entonces, ¿por qué no?
Mucha gente no conocen los datos. La educación en economía no ha sido una fuerza en nuestro sistema escolar, tampoco en el secundario ni en la universidad.
Intereses atrincherados – burócratas que protegen y expanden su “quintita”, capitalistas amigos conecta-dos y el sector de sindicatos del sector público que ordeñan al sistema, y así por delante. Una vez que estos tipos están dentro del sistema es muy difícil expulsarlos.
Compromisos morales-ideológicos. Cuando yo traigo a colación ejemplos del tipo Argentina /Hong Kong con mis colegas académicos, la reacción es a menudo un “quizás” y un encogerse de hombros y sacarse el problema de encima. Usualmente la discusión se vuelve en un asunto moral de justicia, igualdad, corrup-ción, y depredación y si los gobiernos o los mercados le va mejor con esos criterios. Mis colegas están típicamente convencidos de ka básica moralidad del manejo de los gobiernos y la básica inmoralidad del capitalismo de libre mercado. De modo que, simultáneamente, ellos…:
Dan al argumento estatista el beneficio de la duda y tienen la esperanza de que la próxima vez funcionará mejor y,
Desechan los méritos de los logros obtenidos por el capitalismo.
Este tercer punto destaca para mí el poder de la filosofía.
En términos del contenido de ética normativa, los principios que ellos aceptan como moralmente legítimos son implícitamente o explícitamente altruistas, no egoístas: Ellos creen que la ética se trata primariamen-te de ayudar al más débil de cualquier modo posible, incluida la compulsión del gobierno, más que prima-riamente acerca de auto responsabilidad y libertad.
También en términos normativa ética, ellos creen que existe un conflicto entre libertad y qué es lo mejor para el más débil. Ellos creen que los libres mercados son suma-cero y dan ventaja al predador fuerte a expensas del más débil.
En términos meta-éticos, aquellos que desprecian la información son anti-consecuencialistas: ellos juzgan de acuerdo a los motivos, no por los resultados. Los motivos de los gobiernos son altruistas, creen ellos, y los del capitalismo de libre mercado egoístas y motivados por el lucro. De manera que los gobiernos reci-ben el beneficio de la duda y se cuelga una nube de dudas morales sobre los mercados libres.
En términos epistemológicos, ellos creen a priori, no a posteriori: su compromiso de creencia es a prin-cipios anteriores más que con resultados empíricos. Los tres elementos éticos en sus mentes forman un patrón ideológico. Los fracasos gubernamentales no encajan fácilmente en ese patrón; tampoco encajan los logros de los mercados libres. De tal manera los ejemplos del tipo Hong Kong/Argentina obtienen muy poca aceptación.
Necesitamos: mejor educación económica, mejor educación moral, y un mecanismo político que rompa los intereses atrincherados.
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