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El Panda ecologista: nueva especie
política derivada del osito Mischa.
por Carlos Wotzkow
ornitólogo Cubano, exiliado en Suiza
¿Qué pasaría si un pequeño grupo de líderes mundiales llegasen a la conclusión de que le principal riesgo para la Tierra proviene de las acciones de los países ricos? Y si el mundo tiene que sobrevivir, esos países ricos deberían firmar un acuerdo reduciendo su impacto sobre el ambiente. ¿Lo harán? La conclusión del grupo es "no". Los países ricos no lo harán. No cambiarán. De manera que, para salvar al planeta, el grupo decide: ¿No es la única esperanza para el planeta que la civilización industrializada colapse? ¿No es nuestra responsabilidad de que ello ocurra? Este grupo de líderes mundiales forman una sociedad secreta para provocar un colapso e onómico."
Maurice Strong
Secretario General, 1992
Conferencia de la ONU
sobre Ambiente y Desarrollo
(Primera Parte)
Hace tiempo lo vengo alertando. El ecologismo militante no es otra cosa que una guerra ideológica dirigida por la izquierda contra las libertades civiles, la propiedad privada, y la tecnología. Cuando el desarrollo tecnológico es atacado sin considerar que el fruto de esa misma tecnología será para beneficio de la población humana, nada puede ser llamado ecologista, ni ambientalista, ni mucho menos progresista. Los ideólogos de Greenpeace y todos esos variopintos movimientos verdes, lo único que quieren es poder. Hoy nuevamente lo repito: el ecologismo militante es totalitario.
Hace semanas que Europa arde en llamas. Pero aparte del calor coyuntural y la escasez de agua por la ausencia de lluvias, es el cambio climático, las emisiones de gas y hasta el vertido del "Prestige" los que han vuelto a ser titulares de prensa. Ninguno de los ecologistas pagados para hablar sobre esos temas fuera de contexto han mencionado a los fuegos intencionados. Ni siquiera han pedido a los gobiernos locales mano dura contra los pirómanos que tantos bosques europeos han quemado en estos días. Tal parece que la marea negra (ya controlada) del barco que transportaba petróleo de contrabando desde Irak, es más importante a la hora de imponer un gobierno de izquierdas en la Unión Europea.
Hace semanas que en Portugal, España y Francia los ancianos mueren por culpa de una desastrosa política sanitaria. Pero lo que a los ecologistas se les ocurre mencionar como algo oportuno es que están muriendo por culpa del Calentamiento Global. Sin embargo, no he visto a un solo representante de Greenpeace en Francia, España, o Portugal hablar de las decenas de cócteles molotov encontrados en los focos originales de cada incendio. Mucho menos se les ha escuchado hacer la más mínima alusión a que el calor que se ha experimentado en Europa se haya visto agravado por el fuego.
Según estos raros defensores del ambiente, el calor experimentado en el centro europeo se debe a la masa de aire caliente que nos ha llegado desde un mar mediterráneo en ebullición. Es decir, que Suiza experimenta calor porque las corrientes desplazan la masa de aire caliente del mar Mediterráneo hacia el norte y no, porque esas mismas corrientes desplazan el calor desprendido en los países del sur por esos fuegos intencionales. Esa es una de las características que definen la "ciencia" ecologista. Una ciencia prefabricada, inventada y sometida a una agenda política calculada.
Una de las tácticas que permite que esta gente mienta con cierta credibilidad son los procesos climáticos que, por ser un tanto anormales, en ocasiones le dan la razón. Es decir, un "caluroso verano" puede ser convertido en noticia ecologista. Se debe dirán ellos al calentamiento global, las emisiones de dióxido de carbono, el efecto invernadero y la destrucción de la frágil capa de ozono. Pero aún y cuando los especialistas interesados reportaban que el agujero de ozono se había reducido en más de la mitad, las cadenas informativas europeas seguían mostrando este agosto animaciones computarizadas que los ecologistas habían hecho públicas en el año 2000.
¡Qué extraño! Para nada el calor desprendido por estos incendios ha influido en la temperatura. En cambio, a algunos se les ha antojado hacer programas televisivos para limitar a 80 km/h la velocidad de los autos en las autopistas. Los pobres resultados experimentados en el ecosistema como consecuencia de las campañas propagandísticas de los Verdes ha estimulado al Consejo Federal en Suiza a reducir los gastos en 500 millones para el próximo año fiscal. Al parecer, algunos políticos se han dado cuenta que la propaganda "per se" no ayuda a resolver los problemas de la tierra. Incluso hay representantes ecologistas renunciando a altos cargos en el gobierno por motivos de "fatiga".
Pero a los recortes anunciados para el presupuesto de esta basura llamada "ecologista", los eco-guerrileros del WWF han respondido con una propuesta que implica aumentar el precio del litro de combustible en 35 céntimos. Los ciudadanos de Suiza, vale que lo aclare, ya están pagando el litro de combustible al mismo precio que los norteamericanos pagan el galón y ello, como resultado de un impuesto de contaminación jamás secundado por nadie en este mundo. Como en la política, los ecologistas hacen uso de las cifras a su antojo y mientras hablan de las causas globales del calor y la sequía, ignoran a los "gélidos inviernos" como algo que era lógico esperar.
Earth First! es una de las agrupaciones que más personas tiene engañadas en los Estados Unidos. Ellos han llegado a postular lo siguiente: "Si los ecologistas radicales inventasen una enfermedad que lleve a las poblaciones humanas de vuelta a la cordura, probablemente sería algo como el SIDA" Pero ¿qué es lo que convence a tanta gente a sustentar con donaciones a estos monstruos? Una sola cosa, la verdad camuflada de que la protección de la naturaleza es un bien común. Ellos aseguran además, de que son los países industrializados los que más contaminan (no los derrochadores países en desarrollo con la ayuda de generosos subsidios), y no los tiránicos regímenes que desperdician, como lo hace Cuba, el más preciado de sus recursos naturales: su pueblo.
El 18 de agosto de este año la televisión española internacional (ecologista como no las hay) informó en su noticiero del mediodía, que el deshielo del macizo montañoso del Mont Blanc era inminente. Y claro, la noticia no tenía nada de particular (pues para hablar de catástrofes climáticas son los primeros) si no fuera porque la elevación más alta de Francia quedaba para ellos ubicada en Suiza. Todavía recuerdo cuando Agustín Remesal (corresponsal especial de RTVE) criticaba, el 16 de julio de 1998 (1), que unos mendigos habían muerto en New York, el imperio del aire acondicionado (según sus propias palabras) por culpa el calor.
¡Qué extraño! Que el sensible periodista de la televisión española no hable ahora de los casi 14 000 ancianos europeos que este año se han ido al cielo por falta de atención médica en este paradisíaco continente incendiado y saturado de pirómanos ecologistas. Y claro, si digo "pirómanos ecologistas" es por una simple razón: no concibo el silencio respecto a estos actos criminales en contra del medio ambiente, ni tampoco los discursos políticos sobre un supuesto calentamiento global que los ignoran. Cada día me convenzo más de que los defensores del Panda son los párvulos evolutivos del extinto osito Mischa. El pensamiento radical y perverso de estos ecologistas apunta su dedo inquisidor contra los países ricos. Son los Estados Unidos y algunos estados europeos los culpables de todo. ¿Les recuerda esto algo?
¡Qué extraño! Y debo sorprenderme nuevamente de que la cremación intencional de tanto bosque y matorral mediterráneo no alarme a los ecologistas de la misma forma que lo hacen las escasas bolas de crudo del "Prestige" en las playas de Galicia? ¿Será que las elecciones españolas se acercan y hay que gobernar a la vieja España al rojo vivo. Es decir, de una manera tan incendiaria como ecologista? Nadie habla de los esfuerzos norteamericanos para reducir al máximo la contaminación por hidrocarburos en Irak. Nadie habla de la ola de frío que mató hace unas semanas a varias personas en Perú. Mucho menos de las lluvias torrenciales en Asia.
¿Dónde están Greenpeace y Earth First! que no andan ahora mismo arrancándole las tiras del pellejo a los islamistas que acaban de incendiar el oleoducto cerca de la frontera con Turquía? Dónde están los Verdes europeos, tan preocupados por la ecología del Mar Rojo antes de la guerra de liberación del pueblo iraquí? ¿Por qué callan, o es que ahora les da lo mismo si se quema, se dilapida en el desierto, o se derrama en el mar el "contaminante" (y expropiado) petróleo de Irak? Dónde están los pacifistas que tantas vidas gusta salvar de las "garras del G-8"? ¿Por qué no se ven estos insalubres altermundistas implantando su caos, su desorden, su pillaje y la destrucción de la propiedad estatal en China?
Y claro, si hablo de los altermundistas es porque al igual que los ecologistas, lo que todos quieren es la fuerza del poder. Estos olorosos manifestantes sólo se diferencian de los militantes verdes en una cosa: el frente de batalla. El drama humano más comentado de la televisión hoy día es el goteo de soldados norteamericanos muertos en Irak. Esta esmerada atención nada tiene que ver con la simpatía occidental hacia esos pobres hombres y mujeres en servicio, sino con el deseo expreso de meterle en la cabeza al mediocre televidente que los americanos están pagando un alto precio por desobedecer a Francia.
La televisión de España por ejemplo, se cuida mucho de criticar a sus mercenarios de la Plus Ultra (cuyo distintivo en el uniforme es la cruz de la victoria católica contra los árabes de 1421), aún y cuando todos sabemos que están allí para "cobrar en crudo su solidaria" colaboración. ¡Entérense jilipollas, los terroristas árabes acaban de destruir un oleoducto y miles de barriles se están derramando en el suelo que tanto defiende la izquierda española para los iraquíes, y ustedes sólo están preocupados por el impacto electoral de unas bolitas negras de las playas gallegas! ¿No es acaso esa protección del medio ambiente mundial un ecologismo tan hipócrita como peligroso?
Los eternos enemigos del aire caliente se lamentan ahora al ver que la poderosa Francia (empezado el siglo XXI) no cuenta todavía con la posibilidad de producir el aire acondicionado suficiente para hacer frente a una ola de calor. Esta vieja y conocida tecnología bien hubiera podido salvar miles de vidas humanas. Pero los ecologistas no lo quieren: "es demasiado norteamericano". ¿No es simpático? Tanta bazofia publicada en contra de las emisiones de gas, tanto sindicalismo y reducción de horas laborales, tanta hipocresía basada en una política más temeraria que social, es el resultado de este terrible desastre humano. Y claro, como ya lo ha señalado Earth First!, mientras más gente muera, mejor para la tierra.
Francia es el país abanderado del ecologismo europeo. De aquí han salido ilustres idiotas como Jacques Costeau. Pero este ecologista no ha podido ver a sus compatriotas muertos y apilados en camiones refrigerados a la espera de alguna reclamación que no llega. ¡Ni siquiera las vacaciones interrumpen estos hipócritas franceses! Mientras tanto, la misión de la política exterior europea continua en los informativos de manera casi inmutable: "hoy suman 135 los soldados norteameri-canos muertos desde el fin de las operaciones militares. Casi uno por día es el saldo que deben pagar las fuerzas de ocupación norteamericanas por el petróleo de Irak."
En eso se entretiene el estado más islamizado del mundo occidental (hablo de Francia), mientras sus abuelos dan el último suspiro en el apartamento de enfrente sin que un vecino, o un trabajador social les haga una visita. Las imágenes, generalmente sacadas en Internet por la prensa no-francesa, son escalofriantes. Una vez publicadas, es que Francia las endulza, las edita, las reproduce mutiladas y las decora con un discurso ambientalista. ¡La culpa de esta calamidad la tiene el efecto invernadero! No la falta de árboles, ni la ausencia de políticas de reforestación, ni el uso irracional de los recursos hídricos.
No es nada nuevo que algunos ecologistas, en aras de una protección ambiental extremista, apoyen incluso la idea de legitimar grandes masacres. Francia fue uno de los primeros países europeos en prohibir las exportaciones de DDT hacía Africa. Desde entonces (mediados de los años 70), veinte millones de africanos han muerto por culpa de la malaria para satisfacción de Rachel Carson. El Dr. Van den Bosch (de la Universidad de California), se muestra ahora irritado contra aquellos preocu-pados por "todas esas pequeñas personas marrones en los países pobres" que se podían haber salvado si el DDT hubiera sido utilizado (2). ¡Todo un ejemplo de solidaridad humana!
Debe ser por eso que los franceses están molestos por el encierro de los talibanes en Guantánamo. Como que la política de los ecologistas es salvar el medio ambiente por la vía de eliminar a los seres humanos, debe resultar muy molesto que en aquella prisión con aire acondicionado no se haya muerto ningún árabe de calor. El referéndum en Suiza para acabar con la energía atómica ha dejado una vez más al descubierto el sueño todavía no cumplido de la señora Rand. Las manifestaciones antiglobalización sin embargo, cumplen ya con una parte de su programa (léanse "La Revolución Antiindustrial") y cientos de jóvenes son inculcados con apoyo de los medios de comunicación en el odio contra toda clase de tecnología.
El relevo que Cuba ha hecho al desaparecido osito Mischa será tratado en un próximo texto. Pero el desprecio cubano por la naturaleza es bastante diferente a la tendencia del ecologismo antes descrito. El problema de Castro es su visceral envidia al exceso de civilización. Su sueño, como el de la ONU es colapsar la industrialización y para ello, Castro cuenta con una habilidad que pocos políticos dominan como él: el arte de adoctrinar con odio, el arte de manipular a la juventud por todo el mundo, al arte del sabotaje en manos adolescentes, el perfecto arte de exportar el terrorismo y el vandalismo como si se tratara de actos preñados de moral.
Fidel Castro es el único dictador que en este mundo ha logrado convencer a miles de estudiantes, científicos, y líderes religiosos de que el terrorismo es de alguna manera algo digno.
Carlos Wotzkow
Bienne, Suiza, Agosto 31, 2003
1.- Carlos Wotzkow. Radio Televisión Española: nuevo instrumento político de Fidel Castro para América y Europa. NoCastro.com, News. Septiembre 7, 1999.
2.- Val Mac Queen. Les hypocrites dangereuses. FrontPageMagazine.com. August 28, 2003.
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