Disfunción eréctil: la incapacidad de excitarse por cualquiera de las opciones para Presidente ofrecidas por cualquier partido en las eleciones de 2008.
No tengo la menor idea de lo que ustedes piensan, pero a mi me ha encantado uno de los últimos artículos del compañero Armengol. Si ustedes toman en cuenta que el sietemesino del Nuevo Herald vio al partido Demócrata perder en las dos últimas elecciones, y leen con esa perspectiva su antepenúl-timo ladrido intitulado “La radio de los perdedores”, no es muy difícil imaginar el tufo y la mala leche que este gordiflón ha dejado en la atmósfera que le rodea hace 8 años.
No voy a repetirme sobre el valor que hallo en un voto de castigo, ni las mil y una razones por las cuales los cubanos debieran castigar a los Republicanos. Cada cual soporta los insultos con diferente rigor. Sólo voy a adelantarles una realidad norteamericana incuestionable: gane quien gane en Noviembre, no es el fin de la democracia, sino el de un ciclo que terminará en un voto contra el gobernante de turno cuatro, u ocho años después. Si los cubanos tuvieran la lucidez de memorizar eso, sólo les faltaría aprender mejor cómo aprender, y aprender mejor cómo aprender mejor cómo aprender.
Hay un tipo de inteligencia para la cual los principios de la selección natural facilitan varias explicacio-nes posibles, pero también están los inteligentes tropistas cuya conducta es gobernada por controles instintivos. Ambos andan entremezclados entre Demócratas y Republicanos. Ambos consideran seriamente la Ley de la Oferta y la Demanda. Ninguno es tonto: todos quieren obtener tanto como sea posible. Todos saben cuánto desean y cuánto desean eso que tanto desean. Sólo me asombra que rechazaran a un líder de la talla de Mitt Ronmey por el sólo hecho de vestir otra sotana.
Las consecuencias gubernamentales para la próxima administración variarían apenas en un par de detalles según sea el nombre del nuevo presidente. Si gana McCain el Síndrome de Estocolmo inundará las relaciones internacionales. Si gana la Clinton, el amor a los judíos y el Síndrome Post-menopáusico la impulsarán a bombardear Irán. Si por el contrario gana Obama, un síndrome desconocido lo llevará a sustituir la alta tecnología para la detección de explosivos en los aeropuertos norteamericanos, por el olfato de los rastreadores de elefantes del parque natural de Mombasa.
Aquellos que votan demócratas lo hacen porque creen que los republicanos son anti-trabajadores. O, porque “Clinton = residencia” y “Obama = Caguama”. Pero el mercado de valores cae porque los inversores creen que su dinero en otras manos estará más seguro. Así las cosas, la conducta electoral es generalmente adaptativa, o lo que es lo mismo, exitosa en el sentido de reducir las necesidades y facilitar la vida. No se engañen. Salga quien salga como presidente electo en las próximas elecciones, ninguno influirá a favor de impulsar la libertad de Cuba. Primero deben consolidarse unos cuantos capitales.
Y si por alguna de estas casualidades mi texto no es capaz de convencerles, reflexionen en los comenta-rios de Bush desde Tanzania. “Bla, bla, bla, la transición en Cuba ya ha comenzado, bla, bla, bla.” Parece insípido el planteamiento, pero miembros de la seguridad del estado parecen estar a punto de perder la paciencia en Cuba. Según una de estas fuentes, Estados Unidos y Cuba parecen haber acorda-do desde hace más de 4 años un cambio gradual del sistema para Cuba. El pitazo lo da uno de los encar-gados de vigilar a Lisandro Otero: Jefe de redacción y uno de los redactores de “las reflexiones del comandante”.
En este supuesto pacto, los EEUU se habrían comprometido a aceptar la inmigración de todos los em-presarios (hijos de papá y algunos papitos viejos y enfermos) afortunados del régimen, así como a no perseguir económicamente a los que eligieran otros destinos. A cambio, la cúpula del Partido, encabe-zada por Fidel (desde la sombra) y su hermano Raúl, irían desmontando el andamiaje revolucionario poquito a poco. El mensaje de Fidel ha sido claro y Bush lo ha captado al vuelo. McCain, con el viento de popa, no dudo termine abrazando a Vecino Alegret; la Clinton se consolará jugando con los tabacos del marido, y Obama Bin Laden, rezará hacía la Meca desde la oficina oval.
¿Dónde se ha radicado recientemente Silvio Rodríguez? ¿Y sus admiradores de clase? ¡Que viva la amnesia!
Carlos Wotzkow
Bienne, Febrero 20, 2008
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