La Organización Mundial de la Salud, OMS, se ha rendido ante la presión de los lobbys de la industria farmacéutica, los fabricantes de mosquiteros con insecticidas inútiles, y las crimina-les ONGs que fomentan el genocidio en los países donde la malaria es la principal causa de muerte.
La noticia nos llega a través del Wall Street Journal donde se informa que la OMS revirtió su anterior decisión del año 2006 de emplear al DDT en sus programas de rociado en el interior de las casas para erradicar al mosquito anofeles de las regiones donde se aplica. La intención declarada de la OMS es reducir el uso del DDT un 30% hacia el 2014 y llegar a su total prohibición en 2020. Una clara y reprobable política genocida en vista a la total ineficacia de los mosquiteros y de las terapias basadas en el extracto de Artemisinina más un compuesto inefectivo –provisto por la Farmaffia- que aumenta la resistencia del plasmodio a la droga.
Malaria, Política y DDT
La ONU se inclina ante el lobby anti-insecticida
Editorial del Wall Street JournalEn 2006, después de 50 años y 50 millones de muertes que pudieron prevenirse, la Orga-nización Mundial de la Salud revertió su rumbo respaldando el uso del insecticida DDT para combatir la malaria. Eso se acabó. A principios de este mes la agencia de la ONU ha rever-tido su marcha para promover métodos menos efectivos para atacar la enfermedad. El resultado es una victoria de la política sobre la salud pública, y millones de los pobres del mundo sufrirán los resultados.
Citando un programa piloto de 5 años que redujo los casos de malaria en México y Sudamé-rica distribuyendo píldoras de cloroquina contra la malaria a personas no infectadas, los funcionarios de la ONU están listos para empujar por “un mundo con cero DDT”. Suena bo-nito, si no fuese por los hechos. Es cierto que la cloroquina se ha mostrado efectiva cuan-do fue usada terapéuticamente, como en Brasil, Pero también es cierto que los científicos han cuestionado la seguridad de la droga como un profiláctico oral porque es tóxica y se ha comprobado que causa problemas cardíacos.
La ONU planea ahora abogar por drásticas reducciones en el uso del DDT, que mata o repe-le a los mosquitos que transmiten la malaria. La intención es “alcanzar un recorte del 30% en la aplicación del DDT a escala mundial para el 2014 y su total prohibición para principios de 2020, si no antes,” dijeron la OMS y el Programa del Ambiente de la ONU en una decla-ración en Mayo 6, 2009.
Ecuador es único país netamente tropical que se mantuvo libre de malaria porque nunca abandonó su programa de rociado y fumigaciones con DDT en las regiones maláricas del Oriente y en la baja región costera. Nucna se registró ningún caso donde el DDT hubiese causado el menor perjuicio a la salud de los habitantes ni a los animales ni al mabiente. No hay evidencia alguna para sostener la afirmación de que el DDT sea peligroso para la salud o el ambiente. Ninguna.
En mis primeras expediciones en la selva del Amazonas en 1971, el tratamiento preventivo contra el paludismo eran las pastillas de diversas quininas como el Daraprim, y el Aralén, basadas en cloro-quina o camoquinas, pero siempre complementadas por otras drogas que previenen o alivian los problemas hepáticos que esas drogas causan.
Durante mis primeros años en el Amazonas no vi casos de malaria, pero a partir de la prohibición del DDT y la suspensión de su empleo por el gobierno Brasileño, la ciudad de Ariquemes, en el Estado de Rondonia se convirtió en la "Capital Mundial de la Malaria", y la enfermedad se extendió hacia el sur en dirección a Bolivia, Paragua y Perú hacia el oeste, donde también el uso del DDT había sido suspendido.
En mi estadía en la "jibaría" del "curaka" Mukuinkiu en el Río Wichimi en 1980, pude ver los carteles que el servicio de sanidad nacional dejaba en cada grupo de casas de los Achuara -los famosos redu-cidores de cabezas- anunciando la fecha de la última fumigación. Los Jíbaros no sufren de malaria, y la única enfermedad que a veces causa problemas serios es la gripe común aportada por los visitantes del exterior como antropólogos y fotógrafos.
Y por supuesto, la parasitosis por amebas que son endémicas en los ríos de la selva y otros parásitos como la anquilostomiasis y esquistosomiasis, contra los que ningún insecticida tiene efecto. Sigue diciendo el artículo del WSJ:
El Lobby GenocidaLa mayoría de las muertes por malaria ocurren en el África sub-Sahariana, donde la cloroquina funcionó una vez pero comenzó a fracasar en los años '70s cuando el parásito desarrolló resis-tencia. Aún si las drogas fuesen todavía efectivas en África, son costosas y por ello imprácticas en una de las regiones más pobres del mundo. Esto no es un argumento en contra de la cloro-quina, los mosquiteros u otras intervenciones. Pero es un argumento para continuar el uso de rociados con DDT como una parte clave de cualquier esfuerzo para erradicar la malaria que mata a más de un millón de personas –principalmente niños- todos los años. Casi todo el rociado se realiza en el interior de las casas para impedir que el mosquito se alimente de noche. No es rociado a tontas y locas en el hábita de la jungla.
La OMS no está diciendo que el DDT no debería ser usado. Pero al revocar su sello de aproba-ción envía un claro mensaje a los donantes y a los países afectados que prefieren intervencio-nes más “políticamente correctas,” aún cuando no funcionen tan bien. En los años recientes países como Uganda, Tanzania y Zambia comenzaron o expandieron el uso del DDT, a menudo con ayuda de grupos del exterior. Pero estos países están deseosos de mantener los favores de la ONU, y los donantes están menos interesados en financiar intervenciones que la OMS desa-lienta.
“Tristemente, el cambio de actitud de la OMS no tiene nada que ver con la ciencia o la salud y todo que ver con inclinarse ante la voluntad de ecologistas bien ubicados,” dice Roger Bates de Africa Fighting Malaria. “Los fabricantes de mosquiteros y vendedores de insecticidas menos efectivos tampoco se benefician cuando el DDT es empleado y por consiguiente se oponen a él, a menudo detrás de bambalinas.”
No es ninguna coincidencia que los funcionarios de la OMS se vieron unidos por el jefe del Pro-grama para el Ambiente de la ONU al anunciar la nueva política. No hay evidencia de que rociar DDT en la cantidad necesaria para matar a los peligrosos mosquitos pone en peligro a cosechas, animales o a la salud humana. Pero eso no detiene a grupos verdes como la Pesticide Action Network de urgir al público para celebrar el Día Mundial de la Malaria el mesa pasado diciéndole a “los Estados Unidos a proteger a los niños y las familias de la malaria sin rociar pesticidas como el DDT en el interior de los hogares.”
“Tenemos que tomar una posición basada en la ciencia y la información,” dijo el jefe de malaria de la OMS Arata Kochi en 2006. “Una de las mejores herramientas que tenemos es el rociado interior residual con DDT. De la docena o más de insecticidas que la OMS ha aprobado como seguros para el rociado de hogares, el más efectivo es el DDT.” Mr. Kochi estaba el lo cierto entonces, aún cuando otros funcionarios que están ahora inclinándose ante las presiones pretendan otra cosa.
Esta es una prueba más de que la política genocida del lobby ecologista multinacional trabaja sin descanso y con mucha efectividad. Los intereses económicos que impulsan a la Mafia de la industria farmacéutica ha sido denunciada repetidas veces desde este sitio web, aportando las pruebas de la financiación del presu-puesto anual de la OMS por parte de PharMaffia, que se eleva al 75% del mismo. La mayoría de los países participantes en la ONU son deudores crónicos de sus cuotas de mantenimiento de la organización mundial, obligando a recurrir a fuentes de financiación sospechosas, como el caso evidente de la OMS. Sabido es que quien aporta la financiación para algún proyecto o a alguna organización “benemérita”, se reserva el derecho a opinar y a exigir ciertos favores a cambio de sus aportes. Esto es tan evidente en el tema de la OMS que resulta ya superfluo seguir insistiendo sobre este punto.
La influencia que PharMaffia ejerce sobre la OMS se ve reflejada no sólo en las campañas contra la malaria y otras enfermedades transmitidas por vectores, sino que es la clave para la política y las recomendaciones de la OMS sobre el HIV/SIDA, otro de los increíbles mitos que parecen haberse instalado en los medios de propaganda que siguen impulsando los innumerables mitos y fraudes que agobian a la humanidad. El objetivo de la propaganda es instalar en la población mundial la idea de que un Gobierno Único Mundial, el famoso Nuevo Orden impulsado por el notorio miembro del Grupo Bilderberg, George Bush, padre, es la solución mágica para todos los problemas que existen en el mundo.
Para cualquier niño de edad escolar le queda claro que la solución es la de los problemas de las elites del Grupo Bilderberg y su conjunto de corporaciones industriales, financieras y ONGs ecologistas que son las herramientas ideales para lograr este insano deseo del Poder Total y Absoluto sobre los recursos del mundo y pasar por encima de las decisiones de los pueblos a determinar y elegir su manera de vivir.
La batalla que tiene que librar la humanidad en el Siglo 21 es por la defensa de las libertades individuales de cada ser humano del planeta y el mantenimiento de las soberanías de los pueblos. Si se pierde esa batalla, la humanidad será sumergida en una nueva Edad de las tinieblas de la que será imposible escapar. George Orwell ni siquiera pudo imaginar el alcance de su profético libro “1984”.