Hielo Marino
Temperatura Polo Norte
Borrador del discurso de presentación a pronunciar en la conferencia internacional a realizarse entre los días 1 y 3 de diciembre, 2010 en la capital de Camboya, Phnom Pehn por invitación de la organización International Eco-Safety Cooperative Organization, patrocinada por las Naciones Unidas, UNESCO, FAO, OMS, UNEP y muchas organizaciones más. El artículo relacionado con la invitación especial de la IESCO se puede encontrar en este link.
El clima y el comportamiento cultural siempre han tenido un gran impacto sobre las enfermedades transmitidas por el agua y los vectores. Los vectores necesitan de un rango específico de temperatu-ras para su desarrollo. En las regiones tropicales las condiciones climáticas proveen ambientes exube-rantes donde prospera una innumerable cantidad de enfermedades. Las lluvias también juegan un rol principal y los vectores de enfermedades, como los mosquitos, son más abundantes durante la estación de lluvias.
Como expertos en el campo de la certificación ambiental y de salud (ISO 14000 y OHSAS 18000), hemos enfrentado en nuestras misiones internacionales con la tremenda carga de las enfermedades tropicales y disentería. Si es verdad que las malas prácticas ambientales tienen un impacto sobre la salud y las enfermedades, lo contrario es todavía más cierto: las enfermedades y la pobreza tienen un efecto desastroso sobre el ambiente, la polución de las aguas, la deforestación, el inadecuado uso de la energía, en los deslizamientos de tierra.
Las enfermedades caen dentro de dos grupos distinguibles, los bien financiados y los mal financiados como la leishmaniasis, la malaria, cólera, dengue, chagas, filariasis, dracunculiasis, amebiasis, fasciola, tracoma, hidrofobia, úlcera buluri, giardiasis… Los fondos que se adjudican actualmente para combatir las enfermedades son dramáticamente bajos comparados con los costos de atención de la salud para enfermedades más comunes. Estas enfermedades desatendidas son una gran causa de muerte, inca-pacidad, perturbación social y económica para millones de personas. La productividad perdida, las oportunidades de educación perdidas, y el alto costo de la salud causados las enfermedades contagio-sas impactan pesadamente sobre las familias y las comunidades.
Cada año mueren 9,5 millones de personas debido a enfermedades infecciosas –casi todas viven en los países en desarrollo. Los niños son particularmente vulnerables a las enfermedades infecciosas. Neumo-nía, diarrea, y malaria son las causas principales de muerte ente los niños menores de 5 años; la mala-ria cerebral puede causar un deterioro mental permanente.
De manera conjunta con asociaciones en una docena de países y universidades en África y América del Sud estamos concentrando nuestros esfuerzos en la lucha contra la malaria y la disentería. Nuestro principales patrocinantes son la ArcelorMittalFoundation, y el Rotary Club Luxemburgo Vallées.
La malaria, al contrario de muchas creencias, ha sido también una enfermedad común en países tem-plados, aún en Siberia. Después de la Segunda guerra Mundial se llevó a cabo un gran esfuerzo para erradicar a esta enfermedad, con éxitos dramáticos en casi todos los países del norte; Sicilia, España, Florida, Cuba, Rusia, Ontario, Grecia…
La herramienta ideal para esto fue el DDT, pero los abusos en su empleo llevaron a que organizaciones ecologistas se preocuparan y el producto fue prohibido antes de que se consiguiera la erradicación total en los países pobres del Sur. Una sobrerreacción con consecuencias dramáticas porque, a pesar de cientos de estudios médicos que intentaron demostrar una eventual toxicidad humana del DDT, hasta hoy no se ha conseguido documentar ningún efecto negativo en la salud humana y, en Septiem-bre 2006, la OMS levantó la prohibición de, DDT para la IRS (rociado interno residual). De hecho, el DDT actúa sobre los mosquitos más por su efecto repulsivo que por su toxicidad. IRS es una luz de esperan-za para millones de niños que mueren de malaria.
Aunque damos la bienvenida al uso del DDT-IRS que puede salvar de inmediato miles de vidas, creemos que el futuro está en los productos herbáceos más que los insecticidas químicos. El extracto de Neem (Asadirachta indica), por ejemplo, tiene fuertes propiedades repulsivas e insecticidas.
Pero más allá de las estrategias preventivas basadas en mosquitero para camas e insecticidas, las terapias basadas en medicina herbácea pueden ser muy efectivas y ganarán en importancia. El 70% de la población mundial todavía se asienta en éstas. Una planta juega un rol clave en este enfrentamiento novedoso: Artemisia annua. Durante los últimos años hemos acumulado evidencias científicas que muestran que si un té de esta planta es tomado durante siete días (50 gramos en 20 tazas) la infec-ción de la malaria es curada por completo, con un mínimo riesgo de recaída.
Si se toma durante más de 7 días puede reducir la gametocitemia y la transmisión del hombre al mos-quito. Los chinos han conocido a esta planta por más de 2000 años y en ninguna parte se ha notado ninguna señal de resistencia a la terapia con esta planta. Sin embargo, las píldoras para la terapia com-binada de Artemisia (ACT) han dado durante el año pasado señales alarmantes de resistencia. Proba-blemente porque ellas carecen de los efectos sinérgicos de los polifenoles presentes en la hierba seca.
Para poder coordina mejor nuestros esfuerzos, hemos lanzado este año a BELHERB (Asociación para la Promoción de la Medicina Herbal). Se basa en el trabajo de una docena de profesores universitarios y médicos de Bélgica y Luxemburgo. Las medicinas herbales de China e India han hecho milagros durante siglos. Con las modernas herramientas espectroscópicas queremos conocer mejor a su cinética farma-cológica.
En nuestro trabajo de investigación en Luxemburgo hemos descubierto que la Artemisia annua tiene un fuerte efecto esterilizador sobre el agua contaminada. De hecho, una taza de té añadida a un litro de agua de río provee de agua perfectamente bebible. Este efecto fue confirmado por varias universidades europeas, y también por universidades en Senegal, África Central y en Colombia.
La Universidad de Antioquia, en Colombia, confirmó que la Artemisia annua tiene buenas propiedades terapéuticas para la leishmaniosis y la fasciola hepática.
La Universidad de Belgrado confirmó que el té de la Artemisia annua tiene citotoxicidad contra líneas de células malignas humanas: el adenocarcinoma HeLa del cuello de útero, el melanoma maligno Fem-x y BG, la leucemia mieloide K562, el adenocarcinoma de mama MDA-MB-361 y el cáncer de colon LS174.
En el campo de la malaria, los resultados más alentadores fueron obtenidos por nuestros asociados afri-canos en las Universidades de Dakar, Bangangte, Bangui, y Yaoundé. Sus resultados están disponibles por pedido.
Hemos iniciado plantaciones en una docena de países en África y Sudamérica, y hemos alcanzado ni-veles de producción para la comercialización de productos fito-farmacéuticos en varis de estos países.
Los científicos de “Belherb” están muy conscientes de que se necesita trabajo de investigación adicio-nal para confirmar y extender los descubrimientos mencionados en cooperación con nuestros asociados académicos en el Sur. En caso de que esto fuese confirmado, sería revolucionario, Cada día mueren 20.000 niños de malaria, cólera, diarrea, leishmaniasis…
En este período de cambios climáticos que tienen efectos dramáticos sobre la salud de la gente en los países del Sur, la Artemisia annua y otras hierbas “chinas” podrían ser medicinas gratis para ellos y el fin de innombrables sufrimientos.
Dr. Pierre Lutgen
[email protected]
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