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¡ADIÓS NONILFENOL!

Por Mario R. Féliz


“Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se avienen con lo que reclaman el sentimiento y el concepto moderno de las universidades.
El chasquido del látigo sólo puede rubricar el silencio de los inconscientes o de los cobardes.
La única actitud silenciosa, que cabe en un instituto de la ciencia
es la del que escucha una verdad o la del que experimenta para crearla o comprobarla.”

Manifiesto Liminar, Córdoba 21 de junio de1918 1

Introducción

Debo admitir que hace meses había dado por concluida mi intromisión en el asunto que ha llevado a nuestro país a litigar con el Uruguay ante el tribunal de La Haya. No obstante, no me he desentendido y he mantenido una atenta vigilia de toda la información pública alrededor del tema.

Por cierto tiempo nada nuevo asomó en el terreno técnico, excepto la mención, en las presentaciones ante el tribunal, de la posible contaminación con nonilfenol. Sustancia de la que no había oído hablar, hasta ese momen-to, en relación con las críticas hacia la industria de pulpa de celulosa. A pesar de la novedad no creí necesario, más allá de estudiar un poco sobre el particular, volver a intervenir. Parecía prudente, a esta altura, esperar la sentencia. Y en ese momento opinar, en todo caso, sobre sus consecuencias.

Sin embargo, una semana atrás se publicó en el “Journal” Página12 2 un artículo donde se afirmaba que “Un informe de la Universidad de La Plata probó que la planta de Botnia emite nonilfenol”. Traté, rápidamente, de averiguar de que se trataba. A pesar de mis esfuerzos, toda la información “oficial” disponible se redujo a una inclusión del artículo periodístico en la sección noticias de la página web de la Facultad de C. Exactas.

Días después recibo algunas consultas sobre el tema. El autor de una de ellas me cuenta, a su vez, que había hablado con el profesional involucrado, un profesor de la UNLP, que habría actuado como perito de parte del gobierno argentino. Aquel se niega a ofrecer mayor información y alega haber entregado su informe a la SAyDS 3, agregando que no estaba autorizado, por ésta, para darlo a conocer. A pesar de ello el contenido del informe fue hecho público por el periódico mencionado en el párrafo anterior.

Este nuevo episodio me ha empujado a reflexionar sobre aspectos que, por cierto, podrían obviarse en un texto como el presente y zambullirse directamente en el tema central. Sin embargo, aunque brevemente, algunos comentarios tal vez ayuden al lector, no familiarizado, a considerar el uso de la ciencia por la política y la vincu-lación de los investigadores con ella y a explicar porqué en una disputa que sería fácilmente resuelta con una mirada científica termina enredando investigadores en una trama política de apariencia irracional.

Para empezar, y a riesgo de pecar por inmodestia, me aventuro a plagiar a Pauling 4 , y decir que “soy un cientí-fico, y que examino las cosas en la forma que lo hace un científico”. Pienso que la “ciencia es la búsqueda apasionada de la verdad” y que “el científico debe rechazar dogmas y revelaciones, y todo autoritarismo”…En realidad, adhiero firmemente a la tesis de que “la historia de la ciencia es una larga lucha contra el Principio de Autoridad”. 5

En búsqueda de auxilio adicional acudo a Popper 6 quien nos hace saber que “la ética no es una ciencia. Pero, aunque no existe ninguna base científica racional de la ética, existe en cambio una base ética de la ciencia y el racionalismo.” No obstante, desde que se escribieran aquellas palabras, las cosas han cambiado y “las condicio-nes actuales de ejercicio de la investigación científica” incluyen “el desconcierto de las ambiciones en compe-tencia, la presión de los poderes públicos y de los intereses comerciales, y también de las expectativas que la imagen mágica de la ciencia suscita en la opinión pública y que los científicos mismos mantienen a fuerza de espejismos”. 7

Sin lugar a dudas, desde que Louvois 8 declarara que la “investigación curiosa, aquello que no es más que pura curiosidad o que es, por así decir, un divertimento” debe ceder lugar “a la investigación útil, la que puede tener relación con el servicio al rey y al Estado”, se ha pasado del sabio amateur, al científico universitario y, final-mente, al investigador profesional a quién la industria del saber transforma en un empleado y un productor como los demás. Y en la actualidad, en consecuencia, “el presupuesto de las cosas está de entrada invadido por el peso de las ideas, los intereses y los valores de los que se alimenta la escena política, y es no por nada que los científicos se han convertido hoy en actores privilegiados en esa escena, donde se juega la competencia entre instituciones y entre estados por el poder, la fortuna y la gloria”. 9

En definitiva aquella “orden de no inmiscuirse en la política y la moral se ha vuelto cada vez más difícil de cumplir.” Y por lo tanto “la institución científica y sus actores se encuentran cada vez más asociados al poder político, así como al sistema industrial y al complejo militar.” En efecto, “el auge de la ciencia contemporánea como práctica industrial basada no en su valor de verdad, sino en sus promesas de aplicación, hace que la doble lealtad del científico, para con la ciencia y la humanidad, caiga bajo la ley común de las lealtades nacio-nales”. Por otra parte, no se puede negar que “un régimen totalitario es, evidentemente, el menos favorable para las normas de la institución científica, porque el control político y la centralización del poder tienden por naturaleza a limitar la libertad de pensamiento y publicación.” 10

Para finalizar este introito, me parece útil traer a colación la opinión de Cereijido 11 quien nos recuerda que “un científico tiene una cosmovisión gnóstica e interpreta la realidad a la manera científica, aunque carezca de originalidad alguna y sea incapaz de ganarse la vida como investigador. Es frecuente que un buen investigador sea además un buen científico y viceversa, pero queremos enfatizar que no necesariamente tiene que ser así”. Según el autor citado, una sociedad como la nuestra favorece la investigación y no la ciencia por varias razones. Entre ellas “porque la investigación no cuestiona la cosmovisión, no molesta la política, la injusticia social ni el autoritarismo”.

Nonilfenol y sus etoxilatos. 12

Los etoxilatos de nonilfenol (NPEs) 13 son un grupo de compuestos dentro de una clase más amplia de sustan-cias conocidas como etoxilatos de alquilfenoles. Los NPEs son compuestos químicos que se producen en gran volumen y que han sido usados por más de 50 años como detergentes, emulsionantes, agentes humectantes, dispersantes y en agricultura como aditivos en formulaciones de pesticidas. Una gran cantidad de productos que contienen poli-etoxilatos de nonilfenol son utilizados en muchos sectores industriales que incluyen la fabricación de textiles, el procesamiento del cuero, los procesos de producción de papel y pulpa de celulosa, de pinturas, resinas y recubrimientos protectores, en la industria del petróleo y recuperación de gas, la fabricación de acero, polietileno, PVC, etc.

Por otra parte, existe una amplia variedad de productos limpiadores, desengrasantes y detergentes para uso doméstico e institucional que contienen NPEs. Tales substancias tienen numerosas aplicaciones que incluyen el control de depósitos en maquinarias, limpieza de equipos, lavado (scouring) de fibras, teñido, etc. Los NPEs se usan, además, en un amplio rango de productos de consumo masivo: cosméticos, limpiadores, pinturas, etc.

La síntesis de detergentes líquidos, industriales y domésticos, es la mayor aplicación representando el 80% de la demanda de NPEs y ha sido la responsable del progresivo crecimiento del consumo de Nonilfenol (NP), precursor de los NPEs. 14

El restante 20% de la demanda se debe al uso mayoritario como aditivo en aceites lubricantes, antioxidantes para caucho y plásticos. En el año 1999, la industria de pulpa de celulosa en Europa representaba alrededor del 1% del total del consumo de NPEs. 15

De la refinación del petróleo se obtiene propileno, luego un trímero de propileno y este se combina con el fenol y de allí nacen los nonilfenoles (NP). Posteriormente se convierten en etoxilatos de nonilfenol (NPE). Estos últimos no poseen propiedades tóxicas relevantes y son los que terminan en el ambiente. Sin embargo, los compuestos enventualmente tóxicos son los nonilfenoles y sus productos de degradación. ¿Por qué preocuparnos entonces? Porque es en el ambiente donde la degradación los NPEs conduce a la aparición de los NPs y sus derivados, en ríos y lagos.

Toxicidad

En 1993, Colborn 16 y colaboradores, puntualizaron que grandes cantidades de desechos químicos, provenientes de la industria y con capacidad para interferir en el sistema endocrino (hormonal), habían sido vertidos al am-biente desde la segunda guerra mundial. Entonces, formularon la hipótesis de que la exposición a estos produc-tos por el feto o durante las primeras etapas postnatales podría resultar en daño permanente e irreversible a la vida salvaje y a los humanos.

Efectivamente, desde entonces se han realizado muchos estudios que han procurado sostener esta hipótesis. Sin embargo, hay quienes son manifiestamente escépticos 17 respecto de la existencia de una relación causal entre la exposición a los disruptores endócrinos (de origen industrial) y efectos adversos para la salud humana. Tal vez, el origen de tal escepticismo se deba a los bajos niveles de exposición a esos disruptores endócrinos sintéticos, particularmente aquellos con actividad estrogénica (hormonas femeninas) si se la compara con las altas concentraciones de compuestos con actividad endócrina de origen natural, presentes en frutas y vegeta-les, y los productos alimenticios preparados con ellas.

Entre aquellas sustancias con probable actividad hormonal se encuentran los NPs y otros productos de su de-gradación. Por ejemplo, se ha especulado que la estrogenización de peces en ríos Británicos, podía deberse a los NPs. Sin embargo, la posterior identificación de agentes etiológicos en las plantas de tratamientos de efluentes, provenientes principalmente de desechos domiciliarios, fue realmente sorprendente. Los principales componentes estrogénicos hallados fueron hormonas naturales como el 17b-estradiol (E2) y estrona, junto a cantidades me-nores del 7b-etinilestradiol, ingrediente de las píldoras usadas para evitar el embarazo. 18

En cantidades totales que explicarían perfectamente el efecto observado en las truchas. Por otra parte, en una revisión realizada por Nilsson 19, se destaca que mientras existe llamativa evidencia de que los estrógenos con-tenidos en ciertos alimentos e hierbas medicinales pueden inducir cambios hormonales en mujeres y manifestar toxicidad en los hombres, los datos existentes para apoyar una relación causal entre la exposición de la pobla-ción a productos químicos, no armacéuticos, y efectos adversos sobre el sistema endócrino, son francamente insuficientes.

En términos de magnitud y extensión la exposición a todos los llamados disruptores endócrinos queda completa-mente disminuida frente al extensivo uso de contraceptivos orales y estrógenos para tratamientos de desórde-nes menopáusicos o postmenopáusicos. Además, cualquier exposición a xenobióticos hormonalmente activos es virtualmente insignificante cuando se la compara con la ingesta de fitoestrógenos presentes en alimentos y bebidas y más aún cuando se compara con ciertas pociones herbáceas usadas en la “medicina alternativa”. No se salvan de esta condición ciertas bebidas muy populares como la cerveza y el vino. Así es, con cada vaso de vino tinto te embuchas hasta 2 mg de estrógenos equivalentes. Parece, que tomar vino en abundancia combate el colesterol y es una buena ayuda para cambiar de sexo.

Las toxicidad aguda y crónica de los NPs sobre organismos acuáticos ha sido revisada en los últimos años 20 se observa que NP ha mostrado toxicidad (LC50 = dosis necesaria para producir la muerte de la mitad de los individuos inyectados, después de cierto tiempo) para los peces a concentraciones desde 17 a 3000 mg/L. Por otra parte, los invertebrados se muestran ensibles al NP en el rango de LC50 de 21 a 3000 mg/L, en tanto que las algas tienen LC50 entre 27 y 2500 mg/L. Además, la embriotoxicidad en crustáceos (Daphnia magna) ha sido registrada a niveles de 4 mg/L. Estas concentraciones, todas en el orden de los microgramos por litro de agua, serán útiles para comparar con las cantidades determinadas en el río Uruguay, por el perito de la parte argen-tina.

Restricciones al uso de los nonilfenol etoxilatos

Las conclusiones de la CEPA 21 basada en los datos disponibles destacan que el nonilfenol y sus etoxilatos ingresan al ambiente en cantidades o concentraciones o bajo condiciones que tienen o podrían tener un efecto dañino, inmediato o a largo plazo, sobre el ambiente o su diversidad biológica. Sin embargo, sus recomendacio-nes finales hacen evidente los límites del posible daño.

Efectivamente, allí se recomienda que el uso de NP/NPEs debería manejarse de forma de minimizar la exposición y el riesgo de los ecosistemas canadienses. De tal manera, en Canadá, USA y Japón 22, entre otros, se han promovido acciones voluntarias en la industria con el propósito de disminuir la utilización de NP/NPEs. Esta política de restricción ha tomado en la Unión Europea un carácter mandatorio a través de la Directiva 2003/53/ EC donde se establece que: “No se pueden comercializar o usar como sustancias o constituyentes de prepara-dos en concentraciones iguales o superiores al 0,1% en masa de nonilfenol o 1% en masa de etoxilato de nonil-fenol”.

Entre los sectores que han disminuido o eliminado el uso de NP/NPEs se encuentra la industria de la producción de pasta de celulosa. Como hemos visto en Europa esa reducción está regulada. Por el contrario en Canadá se estableció un programa voluntario de reducción, en las plantas de pulpa de celulosa, y una encuesta realizada en 2002 por Environment Canada, muestra que el 74% de las empresas había completado o tenía en ejecución un plan de substitución de los NP/NPEs.

Niveles de NP/NPE en diversos efluentes

Los NPEs son utilizados, también, en productos para evitar la formación de hielo en aviones y mediciones de estas sustancias en los desagûes de aeropuertos alcanzaron concentraciones de hasta 1190 mg/L23. En otro estudio, por otra parte, se observó que en los efluentes de una planta de celulosa y en los líquidos de ingreso a plantas de tratamiento de residuos cloacales municipales, los niveles de NPEs llegaron hasta 1300 mg/L y en varios ríos alcanzaban valores de hasta 13,8 mg/L 24. Sin embargo, en efluentes cloacales no tratados y en pozos sépticos los niveles de esos compuestos tenían valores de hasta 11000 mg/L y en las aguas de pozo, para beber, la concentración llegaba hasta 32.9 mg/L 25. Aún las aguas salientes de plantas de tratamiento de efluentes cloacales contienen nonilfenoles en concentraciones de hasta 369 mg/L en USA, 343 mg/L en España y 330 mg/L en Gran Bretaña 26 Recordamos, además, que el uso de NP/NPEs en agroquímicos se observa en aguas de drenajes agrícolas donde las concentraciones llegan a valores de hasta 6 mg/L 27

Finalmente, para completar el panorama agregaremos que en los sedimentos de estuarios (Jamaica Bay, NY) se pueden encontrar cantidades de NP/NPEs de hasta 50 mg/g 28 y que el papel higiénico y papel reciclado puede contener hasta 430 mg/g (de masa seca) siendo este una fuente importante de estas sustancias en los dese-chos cloacales 29

El propósito de mostrar estos números es para compararlos con los valores determinados en el rio Uruguay por el perito argentino y de esa forma apreciar el grado de contaminación de ese curso de agua.

Niveles de NP/NPEs en el río Uruguay

La información presentada ante la La Haya se puede ver en la web del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina 30 Allí se observa que el promedio de los valores medidos en los sedimentos del río en el punto más cercano a la salida de los efluentes de la planta de pulpa de celulosa de Fray Bentos es 53,2 nanogramos/g (ng/g) y el valor máximo alcanza los 388,4 ng/g (de masa seca). Como la diferencia entre microgramos (µg) y nanogramos (ng) es un factor 1000, la cantidad hallada es más de mil veces menor que la observada en la bahía Jamaica de New York.

Similarmente, el valor medio en muestras de agua alcanzó los 43,8 ng/g y el máximo valor fue de 374,1 ng/g. Otra vez, más de mil veces menor que los observados en situaciones similares en otros lugares del mundo. Un detalle, a destacar, de estas mediciones es que no se muestran las hechas antes de que la planta comenzara a funcionar, probablemente porque no existen, de tal forma que no es posible verificar como cambiaron (si lo hicieron) las condiciones del río con el funcionamiento la fábrica de celulosa.

Por otra parte, no se ha hecho ninguna medición a la salida de los efluentes cloacales de las ciudades vecinas de Gualeguaychú, Fray Bentos, Colón, Concordia, Paysandú, etc. De esa manera se ignora cuál es la contribu-ción de esas fuentes de NPEs haciendo, obviamente, inconsistente cualquier evaluación de la causa de su pre-sencia en el río.

La primera conclusión que podemos sacar es que la cantidad de NP/NPEs hallados en el río son significativamen-te menores que las observadas en otros lugares del planeta. Y desde luego definitivamente se encuentran muy lejos de los valores peligrosos ¡Una gran noticia! Además, los NP/NPEs observados provienen, seguramente, de los desagûes cloacales, de la actividad agrícola y de otras industrias como las textiles, de las cuales hay un par en Gualeguaychú.

Esta es la conclusión evidente derivada de los datos presentados ante el tribunal de La Haya. Por otra parte, la empresa afirma no usar NPEs y esta información es ratificada por la DINAMA31 y podría ser verificada por Argen-tina si existieran los controles conjuntos. En el articulo 32 periodístico, mencionado al comienzo, se destaca que se detectaron 962 ng/g en una muestra de celulosa obtenida clandestinamente de la planta. ¿Alguién puede creer que una muestra tomada en estas condiciones puede ser considera por algún tribunal como válida? Por ello, seguramente, los datos de estos exámenes de muestras obtenidas en enero de 2008 33 no fueron presen-tados ante el tribunal. Por otra parte, si el resultado fuera creíble, la cantidad medida es 500 veces menor que la contenida en el papel higiénico.

Los resultados mencionados han sido explicados al tribunal de La Haya por el perito argentino y han hecho afirmar a la Consejera Legal de la Cancillería Argentina 34 que “Tenemos la certeza de que fue Botnia”, refiriéndose a la presencia de NPEs en el río. Amigos, tengo la sensación de que la evidencia presentada nos llevará a cumplir un gran papel, un verdadero papelón.

“Si los argentinos se convencieran de que el oscurantismo y el analfabetismo científico son dos grandes enemigos de la sociedad, no les resultaría tan remoto tomar su erradicación como una galvanizante labor común.” 35

Referencias

  1. Declaración de la Federación Universitaria de Córdoba, dando inicio a la Reforma Universitaria.
  2. Articulo publicado en Pagina12 el 8/noviembre/2009.
  3. Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable.
  4. Linus C. Pauling, premio Nobel de Quimica y de la Paz. Conferencia dictada en Universidad Técnica del Estado, Chile, 1970.
  5. Cita de Thomas H.Huxley.
  6. Karl R. Popper, La sociedad abierta y sus enemigos. Paidos Surcos.
  7. Jean-Jacques Salomon, Los científicos. Entre poder y saber. Ed.UNQUI.
  8. François Michel Le Tellier de Louvois, Marqués de Louvois (París, 1641 - Versalles, 1691), Ministro de Luis XIV.
  9. Ref.7
  10. 10 Ref.7
  11. Marcelino Cereijido y Laura Reinking, La ignorancia debida, Libros del Zorzal. Aun recuerdo a M.Cereijido, mi profesor de Biofísica, sentado sobre uno de aquellos taburetes de laboratorio, como flotando, exhibiendo su enorme moño azul con lunares blancos.
  12. Sobre este tema y su relación con el conflicto por Botnia recomiendo el articulo titulado “ ¡Que le corten la cabeza!, publicado por el Dr.O.N.Ventura en su blog: www.lascosasdenestor.blogspot.com
  13. Nonylphenol and its Ethoxylates, Canadian Environmental Protection Act, 1999, Canada.
  14. Nonylphenol, an integrated visión of pollulant. Scientific Review. Applied Ecology and Environmental Research. 4(1)[2005]1-25
  15. Nonylphenol Risk Reduction Strategy. Final report, 1999. Departament or the Environment, Transport and Regions.
  16. Developmental Effects of Endocrine-Disrupting Chemicals in Wildlife and Humans. T.Colborn, F.S.vom Saal, A.M.Soto. Environmental Health Perspectives 101(5)[1993]378-384
  17. Endocrine Disruptors and Human Health-Is There a Problem? An Update. Stephe H.Safe. Environmental Health Perspectives 108(5)[2000]487-493
  18. Identification of estrogenic chemicals in STW effluent. 2.In vivo responses in trout and roach. RoutledgeEJ, Sheahan D, Desbrow C, Brighty GC , et al. Environ.Sci.Tecnol 32[1998]1559-1565
  19. Nilsson, R. Endocrine Modulators in the Food Chain and Environment. Toxicologic Pathology 28(3)[2000]420-
  20. 20 a) Servos M.R. Review of the aquatic toxicity, estrogenic responses and bioaccumulation of alkyphenols and alkylphenols polyethoxylates. Water Qual.Res.J. Canada, 34[1999]123-177. b) Lussier SM, et al. Acute toxicity of para-nonylphenol to saltwater animals. Environ. Toxicol. Chem. 19[1999]617-621. c) Staples C., et al. A weight of evidence analysis of the chronic ecotoxicity of nonylphenol ethoxylates, nonylphenol ether caboxylates, and nonylphenol. Human. Ecol. Risk Assesm. 10[2004]999-1017.
  21. Ref.12
  22. a) Aquatic Life Ambient Water Quality Criteria-Nonylphenol. EPA-822-R-05-005. December 2005, USA. b) Study Group for Risk Assesment and Management of Nonylphenol, August 2003, Japan.
  23. S.R.Corsi, et al. Nonylphenol Ethoxylates and Other Additives in Aircraft Deicers, Antiices, and Waters Receiving Airport Runoff. Environ.Sc. Technol 37[2003]4031-4037.
  24. Field, JA, et al. Nonylphenol Polyethoxy Carboxylate Metabolites of Nonionic Surfactants in US. Environ. Sci. Technol, 30[1996]3544-3550.
  25. Rudel, R.A, et al. Identification of Alkylphenols and Other Estrogenic Phenolic Compounds in Wastewater, Septage, and Groundwater on Cape Cod, Massachusetts. Environ. Sci. Technol. 32 [1998]861-869.
  26. G.G.Ying, et al. Environmental fate of alkylphenols and alkylphenol ethoxylates-a review. Environment International 28[2002]215-226.
  27. A.Zgola-Grzeskowiak, et al. Determination of nonylphenol and short-chained nonylphenol ethoxilates in drain wáter from an agricultural area. Chemosphere 75[2009]513-518
  28. Ferguson, Pl, et al. Biogeochemistry of Nonylphenol Ethoxylates in Urban Estuarine Sediments. Environm. Sci. Technol. 37[2003]3499-3506.
  29. M.Gehring, et al. Bisphenol A contamination of wastepaper, cellulose and recycled paper products. Department of Waste Management, Dresden University of Technology, Germany.
  30. www.mrecic.gov.ar/publicdocuments/index_en.php
  31. Dirección Nacional de Medio Ambiente de Uruguay. Informe para la Comisión de Seguimiento de Botnia.
  32. Ver Ref.2
  33. Ver Ref.2
  34. Pagina 12, Domingo 4 de octubre de 2009
  35. Ref.11




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