El diario Online Diario El Argentino,” de Gualeguaychú, es el único medio argentino que ha dado a conocer una noticia que debería haber sido tapa a ocho columnas de los grandes diarios argentinos. Pero hasta la madrugada del 25 de mayo los “grandes” de las noticias no parecían haber caído en cuenta de que algo fundamental en la ecología del país estaba ocurriendo. Periodismo. Estarían todavía recobrándose de los vapores alcohólicos de la fiesta de los Martín Fierro?
Dice el Diario El Argentino:14:55 | El 23 de mayo, la secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, Romina Picolotti, inauguró el primer Taller sobre el Plan de Reconversión para el sector de la Industria de Celulosa y del Papel (PRI-CEPA). Allí se dio a conocer que el sistema EFC es recomendable para utilizar en el país.
La apertura del encuentro se realizó el miércoles a las 14 en el en Hotel TRIP de Buenos Aires, y tuvo como objetivo poner en conocimiento a todas las empresas del sector e informar sobre los avances del PRI-CEPA. El taller, trató principalmente sobre la concien-tización social; consumo sustentable; reconversión productiva; aspectos económicos y apoyo a la formación de personal técnico especializado en celulosa y papel.
Además, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable firmó un acuerdo con la Asociación de Fabricantes de Celulosa y Papel de Argentina, institución que nuclea a las empresas de ma-yor envergadura dentro del sector.
Cabe destacar que también, durante la presentación del taller, se suscribió un convenio entre la Secretaría de Ambiente y la Universidad Nacional de Misiones donde la Cartera que conduce Picolotti se compromete a una asistencia financiera para el desarrollo de la Tecnicatura Univer-sitaria en celulosa y papel.
A dicha reunión asistieron en representación de la Subsecretaría de Promoción del Desarrollo Sustentable: Florencia Roitstein, Subsecretaria de Promoción de Desarrollo Sustentable; Patricia Maccagno, coordinadora del Proyecto de Reconversión del Sector de Pulpa y Papel (Subsecreta-ría de Promoción de Desarrollo Sustentable); Luis A. Tournier, asesor técnico de la subsecretaría de Promoción de Desarrollo Sustentable, y Victoria R. de Higa, asesora técnica de la subsecreta-ría de promoción de desarrollo Sustentable.
Desde distintos sectores ambientalistas y gubernamentales se señaló que, “es bueno que Ar-gentina incorpore como mejor sistema para el blanqueo de celulosa el sistema Libre de Cloro Elemental (EFC)” y aclararon que esa postura no eclipsa ni contradice el reclamo de Guale-guaychú para que Botnia se vaya de la región.
“El proceso de instalación de Botnia es cuestionado porque se localiza violando el Tratado del Río Uruguay, y por no haber efectuado en su momento la consulta para obtener la llamada licencia social”.
Entonces, toda la alarma y el escándalo causado por la instalación de la planta de Botnia no fueron porque iba a envenenar a la mitad de Argentina, causar cáncer a todos los guauchia-nos y espantaría el turismo y los compradores de miel europeos. ¿En que queda todo el delito continuado, la violación de la constitución, el daño causado a la economía de los pobladores de Fray Bentos? (y Entre Ríos también).
Entonces todo el maldito embrollo fue porque Uruguay no efectuó la consulta en su momento para obtener una “licencia social”. ¿Licencia social? Como dicen algunos en Córdoba, ¡Queeeé loque deciiií...!!!
Sabíamos de muchas clases de licencias, incluidas la de conducir, las de contaminar mediante la compra de bonos de carbono --y de licencias licenciosas también, visto en reinas del carnaval con licencia para aparecer ligeras de ropa en revistas españolas –pero todo sea por la “causa de la ecología”. Pero resulta que la ecología no era la “causa” porque ahora el mismo sistema se reco-mienda para arreglar el extendido desastre que son nuestras plantas productoras de celulosa en Argentina. ¿Que es esa nueva figura de “licencia social” que desgraciadamente me parece que ter-minará incluida en nuestra destrozada Constitución Nacional, como lo hará el “derecho a expre-sarse cortando las rutas”.
Entonces, ¿en qué terminará toda esta grotesca aventura de nuestra querida tropa de elefantes en un bazar? Como decía nuestro recordado Pepitito Marrone: Chééééé...!!
Eduardo FerreyraVea desde donde nos leen
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