El último Boletín del CADIC, el Centro Austral de Investigaciones Científicas del CONICET, publica los últimos datos sobre el Agujero de Ozono en la Antártida, y sus valores nos dicen lo mismo que Erich María Remarque: “Sin Novedad en el Frente”
El parte del CADIC dice textualmente:Septiembre 10, 2008.
De acuerdo con las mediciones del instrumento de la National Science Foundation (NSF) instalado en CADIC, el valor máximo del Indice de UV (UVI) en la última semana fue de 1.
Según los pronósticos de NCEP/NOAA y las imágenes TOMS, la columna total de ozono en los próximos días podría llegar a 300 Unidades Dobson. Lo cual podría llevar a un UVI máximo a cielo despejado de 2, que es normal para esta zona en esta época del año. Esta situación podría mantenerse por uno o dos días.
Se debe tener en cuenta que, estando en presencia de suelo cubierto por nieve, se incrementarían los niveles de radiación a los que uno estaría expuesto, ya que la misma refleja entre un 50% y un 90% de la radiación recibida.
Como referencia se menciona que, el índice de UV (UVI) en Buenos Aires, en esta época del año a cielo descubierto, es de alrededor de 3 y en verano tiene valores entre 11 y 13.
Nos ilustran, además, sobre los niveles relativos de radiación UV-B que inciden sobre diferentes lugares del mundo, como Buenos Aires, Río de Janeiro y San Diego, California, y los comparan con los valores en Ushuaia. Si se hiciese caso a las alarmistas advertencias de los ecologistas, la población de Río de Janeiro y Buenos Aires (para no mencionar a las poblaciones desde Córdoba hasta el Ecuador) deberían ser evacuadas de inmediato.
Todavía se recuerdan las denuncias del reciente Premio Nobel de la Paz, Al Gore, cuando en 1992 apoyaba la nefasta campaña para la prohibición de los CFC mostrando como prueba que las liebres y las ovejas de la Patagonia se estaban quedando ciegas a causa del agujero de ozono. Darle el Premio Nobel a un mentiroso consuetudinario no habla nada bien de la Fundación Nobel.
El parte del CADIC dice que el índice UVI máximo en la última semana, durante la máxima amplitud del infausto “agujero”, es de 1 sobre Ushuaia, mientras que en Buenos es de 3. También informan que los valores de ozono predichos para pronto llegarán a las 300 UD -pero no nos dicen que los valores sobre Buenos Aires y casi todo el resto de l país por encima de los 40ºS son de entre 250 y 275 DU: menos ozono que en Ushuaia! Por eso insistimos en que los porteños deberían evacuar la ciudad de manera urgente, o sino demostrar que Al Gore sigue siendo el tonto que ha demostrado ser.
En esta época del año, la radiación UV-B sobre San Diego, en California, es de alrededor de 5 mW/cm2 (microWatts sobre metro cuadrado), mientras que en Ushuaia, con el temido agujero tan cerquita, es de más o menos 1,6 mW/cm2, unas tres y media veces menos. La misma cantidad de radiación UV-B está incidiendo sobre la ciudad chilena de Punta Arenas, donde los informes que nos enviaban los ecologistas decían que el agujero de ozono estaba causando un aumento de los melanomas en los bebés! Sabiendo hoy, después de cientos de estudios al respecto, que la radiación UV-B no tiene relación con el melanoma, y que la mayor incidencia de melanomas se observa entre las personas que trabajan en ambientes cerrados iluminado con luz fluorescente, podemos sacar algunas conclusiones bastante acertadas:
Los verdes chilenos nos estuvieron mintiendo descaradamente (no es exclusivo de los verdes chilenos esa costumbre, sin embargo)
Los empleados públicos que trabajan bajo luz fluorescente tienen más riesgo de desa-rrollar melanomas que los trabajadores en el campo.
La propuesta de cambiar las lamparitas incandescentes por las de bajo consumo fluo-rescentes no parece tener en cuenta este riesgo. Greenpeace parece preocuparse más por la salud de las ballenas que por la salud de los humanos.
Y la última conclusión que podemos extraer, viendo la manera en los CFC fueron desapareciendo y reduciendo su concentración en la atmósfera, y la manera en que el famoso “agujero” de la Antártida se ha mantenido –con ligeras variaciones- más o menos del mismo tamaño y profundidad que cuando George Dobson y sus amigos los franceses Leroy y Raynaud lo descubrieron allá por el 1957 y 1958, durante el Año Geofísico Internacional. Las conclusiones forzadas son:
El Premio Nobel de Química 1995 para Rowland, Molina y Crutzen por el fraude que inven-taron, se pone a la altura del mismo Premio Nobel otorgado a Al gore por su fraude sobre el Calentamiento Global.
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