Reproducido de la American Cancer Society, CA Cancer J Clin 2001;51:137-141
H. Howard Frumkin, MD, DrPH
Anne Jacobson
Ted Gansler, MD
Michael J. Thun, MD
ANTECEDENTES
Los tumores intracraneales comprenden aproximadamente el 95% de los 17.200 tumores cerebrales y otras malignidades que se proyectan ocurrir en 2001 en los Estados Unidos 1,2. La mayor parte de los cánceres de cerebro no pueden actualmente ser atribuidos a factores de riesgo conocidos.1
A la reciente atención de los medios se ha enfocado en una posible conexión entre el uso de teléfonos celulares y el cáncer de cerebro. Programas de noticias de la televisión han realizado sus propios ensayos sobre los teléfonos móviles, informando al público que algunos teléfonos móviles exceden el nivel máximo permitido de energía de radiofrecuencia (RF) por la Comisión Federal de comunicaciones3. En el año 2000 se estimó que había 92 millones de usuarios de teléfonos celulares en los Estados Unidos, un número que crecía a razón de un millón por mes. Este informe resume lo que sabemos ahora acerca del potencial cancerígeno del uso de los teléfonos celulares, dado que este es un tópico de amplia preocupación.4,5
Teléfonos Inalámbricos
Los teléfonos celulares operan con radiofrecuencias, una forma de energía electromagnética localizadas en el espectro magnético entre las ondas de FM (frecuencia modulada) y las ondas usadas en los hornos de microondas, radares, y estaciones satelitales. Los teléfonos celulares no emiten radiación ionizante, el tipo de radiación que causa daños en el ADN.
La tecnología de los teléfonos celulares opera en un sistema de zonas geográficamente separadas llamadas “celdas” o “células”. Cada celda tiene su propia “estación de base” que recibe y emite ondas de radio. Cuando una llamada se emite desde un teléfono celular, una señal es enviada desde la antena del teléfono hasta la estación de base de esa celda. La base responde a la señal del teléfono ulular asignándole al teléfono un canal de radiofrecuencia disponible. Cuando se asigna el canal de RF se transmiten simultáneamente señales de radio moduladas permitiendo la transmisión de información de voz entre el teléfono u la base. La estación base transfiere la llamada al centro de distribución desde donde la llamada se puede transferir a la red de teléfonos locales o a otro teléfono celular.6
Existen cuatro tipos de teléfonos inalámbricos –sin cables, transportables, móviles, y teléfonos portátiles. Los teléfonos sin cables, usados comúnmente en los hogares, tienen unidades de base que están conectadas a los enchufes telefónicos y comunicados a la red de telefonía local; no son considerados “teléfonos celulares.” La preocupación por los riesgos de salud asociados con estos teléfonos –que operan a una potencia 1/600 menor que la de los celulares- no existe.6
Los teléfonos transportables, móviles y portátiles son todos considerados “teléfonos celulares.” Los “transportables” son conocido también como teléfonos de bolso y operan con equipos guardados en pequeños estuches portátiles: la antena del teléfono de “bolso” normalmente se extiende desde el estuche de transporte. A causa de que están usualmente instalados dentro de un automóvil con el usuario del teléfono, o portados por el usuario del teléfono, los teléfonos de “bolso” pueden ser una fuente más grande de RF que los teléfonos móviles. El uso de los teléfonos transportables está declinando a medida de que los teléfonos portátiles se hacen más populares.
Los teléfonos móviles, también llamados “teléfonos de automóvil,”usualmente tienen una antena montada en la parte exterior del vehículo -en la ventanilla, en guardabarros, techo o baúl. La antena de un teléfono celular es la principal fuente de RF. La superficie metálica del auto provee un escudo entre el usuario del teléfono y la energía asociada con la antena. La distancia física entre el usuario y la antena sirve también de protección contra la energía de RF. A causa de estos dos obstáculos –la superficie metálica del vehículo y la separación física- se asume que los usuarios de los teléfonos móviles tienen muy poca exposición a la energía de RF.6
La antena de un teléfono portátil está integrada en el cuerpo del teléfono. A causa de que la antena de un teléfono portátil está cerca de la cabeza del usuario, los teléfonos portátiles proveen una mayor exposición a la RF que los otros tipos de teléfonos inalámbricos.
Los teléfonos celulares son una importante fuente de exposición a la RF para los usuarios. La cantidad de RF a la que una persona está expuesta depende de una serie de factores. La cantidad de “celdas” en un área geográfica depende del tráfico de teléfonos en esa área. Por ejemplo, las grandes ciudades pueden tener muchas células por kilómetro cuadrado, mientras que un área rural, menos poblada, puede tener una única célula que cubre varios kilómetros cuadrados. Mientras más lejos esté un teléfono celular de su estación base, mayor es el nivel de la potencia necesaria para realizar la conexión. Las células muy pequeñas están asociadas entonces con menor exposición a las radiaciones5.
Cada celda geográfica tiene una cantidad diferente de canales disponibles. Los teléfonos celulares operan idealmente con la menor cantidad de interferencia de canales vecinos. Para ayudar a lograr la operación óptima, los teléfonos celulares se ajustan automáticamente al menor nivel disponible que mantenga la conexión abierta con la estación de base. Por el otro lado, cualquier obstáculo físico tal como edificios o árboles, que interfieren con la comunicación entre la base y el teléfono fuerza a la estación base a aumentar la potencia de la señal enviada a ese teléfono. Por consiguiente la cantidad de potencia enviada desde la estación de base a un celular en particular puede variar, aún dentro de la misma llamada.5
Se les requiere a los fabricantes que informen a la FCC (Comisión Federal de Comunicaciones) la tasa específica de absorción (SAR –specific absorption rate) de su producto. El SAR es la cantidad de energía de RF absorbida del teléfono por los tejidos locales. El límite superior permitido de SAR es de 1,6 watts por kg de peso corporal3. La exposición a la RF también depende la duración y la frecuencia del uso del teléfono, implicando un mayor uso una exposición mayor. Finalmente, los modelos de teléfonos más viejos (analógicos) involucran una mayor exposición que los equipos digitales más nuevos.
Estudios Epdemiológicos
Porque el uso de los teléfonos celulares tiene poco más de una década de antigüedad, hubo una limitada oportunidad de examinar su efecto a largo plazo sobre la salud. Sin embargo, tres estudios de casos de control publicados recientemente y un gran estudio acompañante (cohort study) han comparado el uso de los teléfonos celulares entre los pacientes de cáncer de cerebro y los invidiuos libres de cáncer cerebral.
El primer estudio de casos de control comparó 233 pacientes de cáncer de carero diagnosticados entre 1994 y 1996 en las regiones de Estocolmo y Upsala en Suecia. Y 466 controles7. El segundo estudio comparó 469 pacientes de cáncer de cerebro diagnosticados entre 1994 y 1998 en New York, Providence y Boston, con 422 controles8. El tercero y más grande de los estudios comparó 782 casos pacientes de cáncer de cerebro diagnosticados en Phoenix, Boston y Pittsburg entre 1994 y 1998 con 799 controles5. Los tres estudios de casos de control tuvieron resultados similares.
Los resultados del estudio cohorte, que asociaba la información entre los 230.095 usuarios de teléfonos celulares en Dinamarca entre 1982 y 1995 con el Registro de Cáncer de Dinamarca, están en concordancia con los resultados de los estudios de casos de control. El uso de los teléfonos celulares no estaba asociado con un aumento del riesgo de desarrollar tumores cerebrales; como tampoco había asociación con ningún otro subtipo de tumor cerebral o con tumores en cualquiera ubicación anatómica dentro del cerebro. En cuanto a los estudios de casos de control, no había correlación entre el riesgo de tumor cerebral y la dosis de RF, como se evaluó en la duración del uso del teléfono celular, fecha desde la primera suscripción, edad a la primera suscripción, o tipo de teléfono celular utilizado.9
Resumiendo, existe ahora considerable evidencia epidemiológica que muestra no muestra ninguna asociación consistente entre el uso de los teléfonos celulares y el cáncer de cerebro.
Estudios en Animales
La mayor parte11, pero no todos12 los estudios de laboratorio han informado de una ausencia de daño al ADN inducido por la RF. No se observó ningún aumento en los tumores cerebrales espontáneos o en tumores intracraneales inducidos por exposición transplacentaria a la nitrosurea en los dos estudios de Fischer sobre 344 ratas expuestas a la RF.13, 14 la incidencia de linfoma se incrementó después de una irradiación de RF a cuerpo entero en un modelo de animal transgénico10.
Qué dicen las Agencias de Salud Pública
Basadas en las evidencias como los ejemplos citados aquí, varias agencias de salud pública han evaluado el potencial cancerígeno de los teléfonos celulares.
En octubre 1999, el Centro para Dispositivos y Salud Radiológica (CDRH) de la Administración de Alimentos y Drogas (FDA) respondió al incremento de la atención de los medios sobre los teléfonos celulares y el cáncer de cerebro emitiendo una Actualización para el Consumidor Sobre Teléfonos Móviles (incluyendo los celulares). En esa actualización, el CDRH declara que, “la ciencia disponible no permite concluir que los teléfonos móviles son absolutamente seguros, o que ellos sean inseguros. Sin embargo, la evidencia científica disponible no muestra ningún efecto adverso sobre la salud asociado con el uso de los teléfonos móviles.4
la ECC emitió una declaración en octubre 1999 en respuesta a las afirmaciones de los medios de que algunos teléfonos móviles excedían el máximo nivel permitido. Alegando apoyo de la FDA, la EPA (Agencia de Protección del Ambiente), el Instituto Nacional de Seguridad Ocupacional y Salud, y la Administración de Seguridad Ocupacional y Salud, la FCC declaró que sus directivas “ya incorporan un gran margen de seguridad entre los niveles de exposición permitidos y los umbrales de exposición que han sido identificados con conocidos efectos adversos para la salud.” Los excesos en los niveles de seguridad reportados por los medios estaban “bien dentro del margen de seguridad y, por consiguiente, no hay indicación de ninguna inmediata amenaza para la salud humana proveniente de esos teléfonos.” La FCC está actualmente llevando a cabo nuevas investigaciones para verificar la seguridad de los niveles de RF emitidos por los teléfonos móviles.2
En el Reino Unido, el Grupo Asesor del Panel Nacional de Protección Radiológica sobre Radiaciones No-Ionizantes concluyó en mayo 1999 que, “…no hay ninguna evidencia humana de un riesgo de cáncer que resulte de la exposición a la radiaciones que emiten los teléfonos móviles.”15
La Agencia de Protección del Ambiente (EPA) el Programa Nacional de Toxicología, y la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), no han evaluado la carcinogeneidad de los teléfonos celulares.
Asociación con Otros Problemas de Salud
El único efecto adverso para la salud documentado del uso de los celulares es un aumento del riesgo de los accidentes de automóvil ocurridos durante el uso de los teléfonos mientras se conducen vehículos16,17. A la fecha, no hubo reclamos hechos sobre que el uso de los celulares sea responsable de otros problemas de salud3. Un pequeño estudio epidemiológico de Alemania encontró una asociación entre el melanoma de la úvea (capa pigmentaria del iris ocular) y la exposición a los teléfonos móviles y los dispositivos transmisores de RF, pero esto no ha sido examinado aún en otros estudios18. El gran estudio cohorte Dinamarqués no halló asociación significativa con tumores de las glándulas salivares, leucemia, tumores de ojo, o cualquiera de los tros 22 tipos de cáncer9.
Resumen
Dado que los teléfonos celulares son una tecnología relativamente nueva, no tenemos aún un seguimiento de largo plazo de sus posibles efectos biológicos. Sin embargo, la ausencia de radiación ionizante y el bajo nivel de la energía emitida por los teléfonos y absorbida por los tejidos humanos hacen poco probable que estos dispositivos causen cáncer. Además, muchos estudios epidemiológicos bien diseñados no encontraron ninguna relación consistente entre el uso de los celulares y el cáncer de cerebro. Es imposible probar que cualquier producto o exposición es absolutamente seguro, especialmente en ausencia de un seguimiento de muy largo plazo. De acuerdo con ello, el siguiente resumen del Centro para Dispositivos y Salud Radiológica de la FDA ofrece consejos a la gente preocupada por sus riesgos:
Si hay un riesgo por estos productos –y en este punto no sabemos si lo hay- probablemente es muy bajo. Pero si la gente está preocupada por evitar aún los riesgos potenciales, hay pasos muy simples que se pueden tomar para hacerlo. Las personas que deban mantener largas conversaciones en sus automóviles todos los días pueden cambiarse a un tipo de teléfono móvil que ponga mayor distancia entre sus cuerpos y la fuente de la RF, dado que la potencia y la exposición disminuye dramáticamente con la distancia.
Además, las personas muy preocupadas pueden cambiarse al uso de los teléfonos digitales dejando los analógicos, ya que los primeros usan niveles más bajos de RF.
Otras Fuente de Información
National Institute of Environmental Health Science:http://www.cancer.org/docroot/ipg.asp?siteName= National+Institute+of+Environmental+Health+Science&url=http://www.niehs.nih.gov
World Health Organization International Commission on Non-Ionizing Radiation Protection (select Qs & As): www.who.int/emf
United Kingdom, National Radiological Protection Board:http://www.cancer.org/docroot/ipg.asp?siteName=United+Kingdom,+National+Radiological+Protection+Board&url=http://www.nrpb.org.uk/Advice/Nir-is4.htm
International Electromagnetic Field Conference:http://www.cancer.org/docroot/ipg.asp?siteName=International+Electromagnetic+Field+Conference&url=http://www.who.int/peh-emf/
RF Safety Program, Office of Engineering and Technology, Federal Communications Commission:http://www.cancer.org/docroot/ipg.asp?siteName=RF+Safety+Program,+Office+of+Engineering+and+Technology,+Federal+Communications+Commission&url=http://www.fcc.gov/oet/rfsafety/
El Dr. Frumkin es jefe del Departamento de Salud Ambiental y Ocupacional, de la Escuela Rollins de Salud Pública, Universidad Emory, Atlanta, Ga, USA.
Ms. Jacobson es un estudiante MPH, del Departamento de Salud Ambiental y Ocupacional, de la Escuela Rollins de Salud Pública, Universidad Emory, Atlanta, Ga, USA.
Medical Content, Health Content Products, American Cancer Society, Atlanta, GA, y Editor de CA.Dr. Thun es Director of Epidemiología y Supervisión de Investigaciones , de la American Cancer Society, Atlanta, GA. USA.
Referencias
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2. Greenlee RT, Hill-Harmon MB, Murray T, Thun M. “Cancer statistics, 2001.” CA Cancer J Clin 2001; 51:15-36.
3. Parte de Prensa: “Safety guidelines for hand-held cellular telephones.” Federal Communications Commission; 1999. Disponible en http://www.cancer.org/docroot/ipg.asp?siteName=Federal+Communications+Commission&url=http://www.fcc.gov/Bureaus/Wireless/News_Releases/1999/nrwl9044.html.
4. “Consumer Update on Mobile Phones.” Center for Devices and Radiological Health (CDRH), U.S. Food and Drug Administration; 1999. disponible en http://www.cancer.org/docroot/ipg.asp?siteName=US+Food+and+Drug+Administration&url=http://www.fda.gov/cdrh/ocd/mobilphone.html 11/26/99.
5. Inskip PD, Tarone RE, Hatch EE, et al. ”Cellular telephone use and brain tumors.” N Engl J Med 2001; 344:79-86.
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7. Hardell L, Nasman A, Pahlson A, et al. ”Use of cellular telephones and the risk for brain tumors: A case-control study.” Int J Oncol 1999;15:113-116.
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12. Lai H, Singh NP. ”Acute low-intensity microwave exposure increases DNA single-strand breaks in rat brain cells.” Bioelectromagnetics 1995; 16:204-210.
13. Adey WR, Byus CV, Cain CD, et al. ”Spontaneous and nitrosourea-induced primary tumors of the central nervous system in Fischer 344 rats chronically exposed to 836 MHz modulated microwaves.” Radiat Res 1999; 152:293-302.
14. Adey WR, Byus CV, Cain CD, et al. ”Spontaneous and nitrosourea-induced primary tumors of the central nervous system in Fischer 344 rats exposed to frequency modulated microwave fields.” Cancer Res 2000; 60:1857-1863.
15. United Kingdom, National Radiological Protection Board: http://www.cancer.org/docroot/ipg.asp?siteName=National+Radiological+Protection+Board&url=http://www.nrpb.org.uk/Advice/Nir-is4.htm
16. Redelmeier DA, Tibshirani RJ. ”Association between cellular telephone calls and motor vehicle collisions.” N Engl J Med 1997;336:453-458.
17. ”An investigation of the safety implications of wireless communications in vehicles.” National Highway Traffic Safety Administration; 1998. Available at http://www.cancer.org/docroot/ipg.asp?siteName=National+Traffic+Safety+Administration&url=http://www.nhtsa.dot.gov/people/injury/research/wireless/
18. Stang A, Anastassiou G, Ahrens W, et al. ”The possible role of radiofrequency radiation in the development of uveal melanoma.” Epidemiology 2001; 12:7-12.
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