BUENOS AIRES, nov 18 (DyN) - El presidente del directorio de la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN), Raúl Racana, negó hoy que la presencia de uranio en agua de los partidos de Ezeiza, La Matanza y Esteban Echeverría sea "un problema", y aseguró que su ingesta, a valores actuales, "es absolutamente confiable".
Hace una semana, el gobierno bonaerense dio a conocer un informe pedido a la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), e informó que al menos 10 de las 50 muestras de agua extraída de pozos cercanos al Centro Atómico de Ezeiza presentaban valores de uranio que superaban lo normal, pero que no eran "alarmantes".
"La presencia de uranio en agua puede traer dos problemas, uno de radiación y uno de toxicidad. Por radiación, que es de responsabilidad total de la ARN, no hay contamina-ción", aseguró Racana en una conferencia de prensa que brindó en la sede de la entidad.
Ante una consulta de DyN, el funcionario dijo que "tomaría absolutamente tranquilo" el agua de la zona, "si la pregunta es por (la presencia de) uranio. Me preocuparía más por la contaminación bacteriológica, pero no hay ningún problema desde el punto de vista del uranio", insistió.
Respecto de la toxicidad, el funcionario, que aclaró que en este punto hablaba a nivel personal y no como representante de la ARN, recordó que la legislación argentina permite hasta "100 microgramos de uranio por litro de agua", valores que, tanto para la EPA como para la ARN no son traspasados.
Según la ARN, las muestras que tomó la EPA presentan valores "de 35 microgramos de uranio por litro de agua, en un caso, y de 29 microgramos en otras nueve muestras".
El dato que brindó la ARN sobre esas muestras es el único conocido, pues el gobierno bonaerense no hizo especificación alguna sobre los valores de uranio hallados en las muestras analizadas por la EPA.
Racana reconoció que existe una "discusión de tipo político, o económico, o social", respecto de los valores de uranio en agua que deberían ser aceptados, y por ello abogó por estudiar "los parámetros que la gente prefiere".
La gente de Ezeiza, Esteban Echeverría y La Matanza "tiene menos contaminación que si vivieran en Médanos o en Cosquín, y tiene que definir qué valor quieren. Una vez definido, se toman las medidas para alcanzar esos valores", explicó.
En ese sentido, Racana dijo que "si fijo como límite 35 microgramos por litro, la provincia de Buenos Aires no está contaminada. Si fijo 20, estará contaminada".
Racana estuvo acompañado por el especialista de la ARN Abel González, quien, al ser preguntado sobre la existencia del conflicto en esa zona, y no en otros lugares del país, el funcionario dijo que "hay una asociación mental entre esos tres partidos y el Centro Atómico de Ezeiza".
"Si yo fuera 'doña Rosa', y en los diarios sale que el agua que tomo está contaminada, me preocupo, es una preocupación genuina, hay quienes activan los reclamos", deslizó, aunque no respondió quienes motorizarían esos pedidos.
En ese punto, Racana prefirió decir que los que reclaman es "gente que piensa distinto".
COMENTARIO DE FAEC: Las autoridades de la Comisión Reguladora Nuclear son demasiadas discretas y prudentes como para darle un nombre propio al fraude mediático que lleva cabo desde años la organización eco-terrorista Greenpeace en contra de la actividad nuclear, pero en especial en contra de todo lo que significaba el Programa Nuclear Argentino.
La Argentina comenzó hace muchos años una dura marcha por el camino hacia el autoabastecimiento de energía, y ello le llevó a conseguir estar entre las principales potencias del mundo en el uso de la energía nuclear con fines pacíficos. No le fue tan bien en el terreno del autoabastecimiento de petróleo, a pesar de contar con ingentes reservas del producto en su territorio. Políticas corruptas y un mal comprendido y peor manejado uso de las empresas del Estado en el campo de los recursos estratégicos, hicieron imposible que Argentina se autoabasteciese y fuese uno de los grandes exportadores de petróleo junto a Venezuela.
Con la llegada al poder de la nefasta administración Menem, la corrupción llegó a batir récords todas las semanas, y lo peor fue que la entrega que se hizo del país significara el desmantelamiento de grandes programas científicos e industriales como el Proyecto Cóndor, el Programa Nuclear, el desguace de la industria aeronáutica nacional, el cierre y la emigración de miles de fábricas a Brasil.
Greenpeace no ha sido ajena a esta política de entrega de los recursos del país. Su política anti-industria, anti-progreso inspirada y diseñada en salones imperiales en Londres, ha sido una activa arma en contra del desarrollo argentino y una efectiva piedra en el camino del pueblo hacia una mejor situación económica y social. Pero no sólo es contra Argentina que Greenpeace dirige sus ataques antidesarrollo en Sudamérica.
No le importa a Greenpeace si sus denuncias tienen algún fundamento científico que merezca ser considera-do. La misión de Greenpeace es la de esparcir la alarma, el miedo y las dudas entre la población para difi-cultar -o directamente detener- el desarrollo de una nación tradicionalmente exportadora de materias primas sin valor agregado y a precio vil, y compradora de tecnologías obsoletas a precios usurarios. Cuando esa nación comienza a desarrollar industrias que entrarán en franca competencia con las industrias de la Madre Patria de Greenpeace, como lo eran la aeronáutica, la aerospacial, la nuclear, la petrolera, la electrónica de chips de alta densidad, la organización es enviada para patear el tablero y reducir a la Argentina a su anterior y tradicional condición colonial.
No le interesa a Greenpeace basar sus denuncias y alarmas en la ciencia comprobada. Sólo le interesa esparcir la mentira y la duda de una manera en que luego resulta casi imposible recomponer la confianza del pueblo. Es como destripar una almohada de plumas en la intersección de dos avenidas batidas por el viento y luego pretender recoger las plumas.
Greenpeace miente y es una maestra en el arte de engañar a la gente. Aún quienes se prestan a hacer avisos publicitarios rematando la desinformación con un “¿Contamos contigo? Ignoran la oscura y terrible verdad que se esconde detrás de la imagen de solidaridad y pretendida intención de “salvar al planeta”.
En la hermana república de Brasil se encargaron las Cámaras de Diputados y Senadores de exponer la falsedad con que actuaba Greenpeace Brasil, en colaboración con la sucursal de la Fundación Gaia (con sede en Londres), en relación con el programa nuclear Brasilero. Estuvo Greenpeace casi a punto de liquidar a la industria y a la actividad nuclear Brasilera, pero la verdad terminó por salir a la superficie y hoy Brasil está a punto de comenzar a construir su cuarta central nuclear, la Angra IV, de última generación. Brasil sigue avanzando y progresando.
Y Argentina sigue sin terminar Atucha II comenzada hace más de 20 años!
Greenpeace, GO HOME !!!
Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC
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