Raúl Montenegro es el biólogo que preside la Fundación para la Defensa del Ambiente o FUNAM, una organización que se caracterizó desde sus inicios en el muy hábil uso de medias verdades, exageraciones, hechos fuera de contexto, tiempos verbales potenciales y condicionales, todo muy bien ordenado para presentar desinformación sobre asuntos de la ecología que hacen creer al público que FUNAM tiene una sólida base científica, y sus intenciones son salvar a la gente común de horribles peligros ambientales.
Raúl Montenegro es bueno para recordar estadísticas, y atribuir causas y efectos, y si no tiene algunas de estas cosas que se ajuste a lo que quiere vender, las inventa. Por ejemplo:
CAUSA | PROBABILIDAD DE MUERTE |
Fumar 20 cigarrillos diarios | 1/200 |
Gripe | 1/5000 |
Viajar en transporte público | 1/10.000 |
Concurrir a un estadio de fútbol | 1/25.000 |
Practicar alpinismo | 1/25.000 |
Tomar píldora anticonceptiva | 1/50.000 |
Terremoto (California) | 1/600.000 |
Transporte aéreo | 1/10.000.000 |
Central Nuclear | 1/10.000.000 |
Repositorio de residuos de alta actividad |
1/100.000.000.000.000 |
Además, quienes realmente conocen sobre la verdad del plan nuclear argentino -con fallas de corrupción in-cluidas- apoyan la continuidad del plan y, en lo posible, su ampliación con la adopción de los nuevos diseños de reactores "inhrentemente seguros" que fabrica la compañía estatal de Río Negro y la CNEA, INVAP, orgullo de tecnología de avanzada en lo nuclear y en lo espacial.
Más declaraciones de Montenegro que merecen ser analizadas y destripadas de su contenido alarmista:
Los valores de radiactividad del uranio natural, tan abundante en la región de Sierra Pintada (como en las Sie-rras de Córdoba y varias regiones del país de elevada radiactividad natural de fondo), son, (¿cómo decirlo sin ofender susceptibilidades?): “niveles y valores naturales de radioactividad que se encuentran en el uranio natural.” Es claro que esos valores naturales en Mendoza, San Juan, gran parte de la Cordillera y zonas monta-ñosas del mundo son 20 a 40 veces más altos que valores naturales de regiones que carecen de uranio, o mon-tañas que naturalmente tienen niveles de radiación más altos que los de provincias de llanura Entre Ríos, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Buenos Aires, Santiago del Estero, La Pampa y ríos como el Paraná, el Uruguay o el Para-guay, que nacen en regiones no muy montañosas y de baja radiación de fondo.
En la siguiente declaración Raúl Montenegro pretende lucirse –y lo consigue, aunque no de la manera en que a él le gustaría:
El "temible" Radón
Acerca de los radionúclidos con los que Montenegro goza mencionándolos con el objeto de asustar a la gente, está el Radio-226 que es uno de los productos del decaimiento del uranio-238, que está ampliamente encontra-do en la mayoría de rocas y suelos, como los jardines y el interior de nuestras casas. Cuando este radio decae produce radón-222, un gas inerte con una vida media de casi 4 días. (Radio-224 es producto de decaimiento del torio, y decae a radón-220, también conocido como "toron", con una vida media de 54 segundos. A causa de que el radón tienen una vida muy corta, y decae en rayos alfa una cantidad de "productos hijas" que son sólidos y de muy corta vida, hay una gran probabilidad de que decaiga cuando sea inhalado, o cuando las hijas del radón en el polvillo aéreo son respiradas. Aunque la radiación alfa es fácilmente bloqueada por una hoja de papel biblia, las partículas alfa tienen una fuerte acción sobre las mucosas del pulmón. Por suerte, los mecanismos de reparación naturales del organismo se encargan de hacer las reparaciones necesarias y si las dosis alfa no son excesivas, los daños quedan anulados –por más "efecto Petkau" que se invoque.
La exposición típica al radón y su progenie toma cuenta de la mitad de las dosis de radiación de una persona, haciendo que sea el principal contribuyente. Este radón proviene del suelo, con exposiciones que son afectadas por factores como la georgrafía local, la construcción de edificios, y el estilo de vida. Los niveles de radón en el aire varían desde unos 4 a 20 Bq/m3. Los niveles de radón en el interior de las casas atrajeron un gran interés de los años 70s, y en EEUU tienen un promedio de 55 Bq/m3. La EPA tiene determinado un nivel de acción pre-ventiva 150 Bq/m3. Los niveles de los hogares en Escandinavia son aproximadamente el doble de los de EEUU y los niveles en Australia son de casi la quinta parte de los niveles americanos. En casas de EEUU se han medido niveles de hasta 100.000 Bq/m3, y en cuevas y grutas abiertas al público turista se miden niveles de hasta 25.000 Bq/m3.
En realidad, casi toda la Argentina debería de ser vigilada durante miles de años porque todos los radionú-clidos que mencionan ocurrían antes de que Sierra Pintada o cualquier otra mina de uranio fuese abierta a la explotación. Montenegro está engañando a la gente con una afirmación como esta porque “...una verdad a medias es una mentira completa.” La "concentración" que se hace en la mina es separar algunos minerales e impurezas que están incrustadas en el mineral de uranio. El nivel de radioactividad no se incrementa ni un solo micro-Sievert! Esa radioactividad estuvo allí desde hace millones de años y lo seguirá estando, decayendo lentamente con el tiempo. Pero no representa riesgo alguno para la salud ni para el ambiente como acaba de declarar el Comité Científico de las Naciones Unidas para las Radiaciones Atómicas (UNSCEAR, 2012), sobre la Teoría Lineal Sin Umbral (LNT) ,y ya en abril de 2004 cuando se pronunció sobre "los beneficios para la salud, para la fertilidad, para el refuerzo del sistema inmunológico y la defensa contra enfermedades –por ende para la longevidad- de las dosis de radiación de bajo nivel proveniente de los niveles de radiación natural de fondo."
Pero Montenegro no opina igual. Se quedó en el Siglo Pasado. Dijo:
El libreto usado para sembrar el miedo y generar el rechazo a todo lo que sea nuclear y radiactividad, ha sido expurgado de toda ciencia seria. Se basa en viejas creencias y teorías que fueron perdiendo credibilidad hasta su descarte definitivo de las ciencias. Lo que hoy la ciencia acepta como cierto es que las células vivientes están siendo bombardeadas de manera constante por radiación ionizante de diversas formas y desde diversas fuentes. Todo esto tiene el potencial de dañar al ADN y, a menos de que ese daño sea corregido por los meca-nismos de auto-reparación del organismo, puede resultar en una disfunción de las células o una enfermedad maligna conocida como cáncer. Para la mayoría de las personas la exposición adicional de las pruebas de armas nucleares, actividades de generación de energía nuclear o los accidentes nucleares son una minúscula fracción del total de radiación que recibimos todos en el mundo.
El MIT, o Massachusetts Institute of Technology, se interesó en saber “¿Cuánta radiación adicional es de-masiado?” Montenegro dice que cualquier nivel de radiación, “por pequeño que sea, es de riesgo y puede producir cáncer.” Nos gustaría que nos explicase el motivo por el cual las poblaciones que viven en regiones del mundo con elevada radiación de fondo viven más, y tienen menos cánceres que las regiones con baja radiación de fondo…
El estudio del MIT expuso a un grupo de ratas a radiación de bajo nivel durante cinco semanas y comparó los efectos con otro grupo expuesto a la misma cantidad de radiación (en mSv) administrada de un solo golpe, como también se comparó con un tercer grupo de control expuesto a nada más que a niveles normales de radiación de fondo. Los resultados fueron que el grupo de “bajas dosis” no mostró “cambios significativos” en los niveles de varios daños al ADN en comparación con el grupo de control.
El MIT dijo que la cadena de ADN en cada célula está sujeta a por lo menos 10.000 cambios por día, pero que los mecanismos de autoreparación son capaces de corregirlos. Las exposiciones a radiación de 400 veces los niveles de fondo dieron por resultados en apenas 12 cambios extras. El paper concluye: “Tomados en conjunto, los estudios de animales que viven bajo condiciones de prolongadas y continuas exposiciones a radiación 400x del fondo natural de radiación no muestran ninguna evidencia de aumento en los niveles de daño de base… como tampoco ruptura de doble hélice… tampoco una inducción de respuesta del ADN al daño…”
Por si Montenegro se interesa en actualizar sus conocimientos, algo que le vendría muy bien a él y a la población argentina, el título del estudio es “Análisis integrado y molecular indica daño indetectable del ADN en ratas después de irradiación continua a ~400 veces la radiación natural de fondo.” Fue publicado en el Journal of Environmental Health Perspectives, y está disponible en este link de PubMed: Integrated molecular analysis indicates undetectable DNA damage in mice after continuous irradiation at ~400-fold natural back-ground radiation)
En Noviembre 2012 el UNSCEAR declaró que todas las evidencias que emergen de miles de estudios indican que la Teoría Lineal Sin Umbral, (o LNT por “lineal no-threshold”) tiene que ser abandonada y se debe reconocer la existencia de un efecto “Hormético” de las radiación de bajos niveles, como los naturales de fondo y… curioso, no? los niveles de radiación de las minas de uranio como la de Sierra Pintada. "Hormesis es el mecanismo que usan las vacunas para potenciar al sistema inmunologico mediante la exposición del organismo a pequeñas dosis de alguna sustancia tóxica o venenosa. Funciona. Las dosis de bajas radiaciones tienen el potencial de reforzar al sistema inmunológico lo mismo que las vacunas.
El ICRP (Comisión Internacional de Protección Radiológica) puede haber llegado en algún momento a la conclu-sión de que la radiación de fondo es peligrosa porque la LNT dice (como Montenegro) que “cualquier nivel de radiación es peligroso”. Sin embargo esto fue profundamente absurdo desde el primer momento cuando alguien comenzó a fijarse en los datos empíricos. Refutar al modelo LNT a bajas dosis resulta muy fácil, con sólo mirar los datos de lugares del mundo como:
La expectativa de vida LNT significa que no debería haber ni un solo individuo vivo con una edad mayor que la indicada: la teoría LNT predice una mortalidad del 100% por cánceres inducidos por la radiación de acuerdo a la edad dada. Esa en la base de los famosos estudios de la Academia de Ciencia de los Estados Unidos y los estu-dios en BEIR VII Segunda Fase. La información actualizada ha desechado a tales normativas y sugerencias de que la teoría LNT tiene alguna validez.
Energía Nuclear en el mundo
En 40 países del mundo existen (a Junio 2013) 434 reactores en operación; hay 67 reactores en construcción; 159 reactores en fase de planeamiento, y 318 más propuestos. (La información completa aquí). Viendo la demanda que existe para esta tecnología no hay base alguna para afirmar que la energía nuclear sea cara, ineficiente o peligrosa. La información disponible muestra que las más difundidas energías alternativas (eólica y solar) están en retirada en los países donde jugaron un importante papel debido al fabuloso negocio de los subsidios que se otorgaron, sin los cuales no hubiesen podido competir contra las tecnologías tradicionales de generación eléctrica. La quiebra de las principales empresas productoras de paneles solares es una señal innegable del error de haber invertido y dilapidado enorme cantidad de recursos en tecnologías ineficientes.
Vuelvo a repetirlo para que no haya confusiones: El Comité Científico sobre Efectos de la Radiación Ató-mica de las Naciones Unidas ha finalmente admitido que no podemos usar la hipótesis LNT (lineal sin umbral) para predecir al cáncer por niveles bajos de radiactividad.
Un informe muy grande fue publicado el año pasado con muy poca fanfarria y nada de trompetas. Llega a la conclusión de lo mismo que quienes estuvimos un tiempo en el campo de la energía nuclear ya sabíamos desde hace décadas: las dosis de radiación inferiores a unos 10 rem (0,1 Sievert) no son problema. La hipótesis “lineal sin umbral” o LNT no se aplica a dosis menores a 10 rem (0.1 Sv), que es la región que comprende los valores de la radiación natural de fondo en todo el mundo, y es la región de la mayor importancia para la energía nuclear, la mayoría de los procedimientos médicos y la mayoría de las áreas afectada por accidentes como Fukushima. El Comité Científico sobre Efectos de la Radiación Atómica de las Naciones Unidas UNSCEAR 2012) envió el informe que, entre otras cosas, declara que las incertidumbres de las bajas dosis es de tal magnitud que el UNSCEAR “recomienda no multiplicar las bajas dosis por cifras grandes de individuos expuestos a dosis en incremento a niveles equivalentes o inferiores de los niveles naturales de fondo.” (UNDOC/V1255385)
¿Para qué hablar de los biólogos que se arrogan conocimientos de física y de tecnología nuclear que no demues-tran tener? La CNEA no puede rebajarse a debatir con quienes no conocen de la ciencia, y apenas usan anota-ciones en el dorso de un sobre sobre los supuestos riesgos de la energía nuclear y, sobre todo, con quienes demuestran desconocer casi todo lo que es necesario conocer sobre radiactividad y el organismo humano. El Efecto Petkau es solamente relevante para dosis sumamente elevadas donde el mecanismo de reparación del ADN no se realiza perfectamente, y no es aplicable a los niveles de radiación inferiores al rango de 500 mSv. Pero no tiene en cuenta al sistema natural de reparación del ADN que se mencionara al principio de esta nota.
El “efecto espectador”, al que Montengreo adjudica ser "un fenómeno recientemente descubierto que torna aún más riesgosas las bajas dosis de radiación.” Se trata en realidad de un fenómeno psicológico por el cual es menos probable que alguien intervenga en una situación de emergencia cuando hay más personas que cuando se está solo. No tiene relación ni es relevante para los niveles de radiación de cualquier naturaleza o magnitud. Pero su mención (como el “cóctel de contaminantes” y el “efecto Petkau” cumple con la función de impresionar a la gente que lo ignora todo… que es la inmensa mayoría de la población. Esa población impresiona-da y asustada será usada para presionar por prohibiciones y legislaciones restrictivas sin base científica alguna. El perjuicio será repartido entre todos los habitantes de la nación y se manifiesta normalmente como un atraso en la industrialización, en las actividades agropecuarias, y en todas las actividades productivas que generan riqueza nacional que podría ser redistribuida entre todos los pobladores.
Esperemos que algún día el pueblo haya sido suficientemente ilustrado, instruido y educado en la manera en que la ciencia se ejercita, y aprenda a desconfiar del canto de sirenas de las ONGs verdes que juran estar cuidando nuestra salud pero no muestran evidencias científicas de que estén haciéndolo. Habrá que modificar mucha le-gislación, por supuesto, para que los que emiten alertas y denuncias ambientales sin bases técnicas, y científi-cas ciertas deban rendir cuentas a la justicia como "estafadores de la confianza pública" de la misma manera que lo hacen quienes ganan dinero con los famosos "cuentos del tío" o la "venta de buzones y obeliscos".
Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC
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