por Carlos A. Ortiz
Más allá de la intrascendencia o de las imprecisiones de muchas decisiones corrientes, existen hechos que por sus características medulosas, altamente estratégicas y de prio-ritaria importancia, constituyen verdaderos “temas bisagras”, que marcan un “antes y un después”, y en los que se definen las verdaderas posturas de los gobernantes, políticos con pretensiones de serlo, hombres públicos, académicos, científicos, medios de comu-nicación y comunicadores sociales.
Sin duda todo lo concerniente al desarrollo tecnológico posee gran importancia estra-tégica, por más que los cultores dogmáticos del neoliberalismo se empeñen en afirmar que “todo es transable”, y que “el mercado reemplazó a las prioridades estratégicas”.
Para estos nuevos “ciudadanos del mundo” carentes de nacionalidad afectiva (los mismos que Don Arturo Jauretche llamaba simplemente cipayos), el concepto de Patria está perimido, la geopolítica no existe como ciencia, y sólo están vigentes “las leyes invisibles del mercado” y los postulados de los “gurúes económicos” bendecidos por el establish-ment internacional.
Es preocupante que varios de esos “ciudadanos del mundo” pueden llegar a imponer dogmática y tiránicamente en las propias Universidades Nacionales la perversa filosofía del “pensamiento único”, evitando todo pensamiento disidente y acallando toda voz que no comulgue con dichas imposiciones, siendo ese un tema que me afecta muy de cerca; pero eso será –en su momento– tema de otros artículos.Por su parte, los peones dóciles –y muchas veces involuntarios e inadvertidos– del grupo que Don Arturo Jauretche habría llamado “el cipayaje neoliberal globalizante”, son los militantes dogmáticos del fundamentalismo ecológico, perfectamente funcionales a las políticas transnacionales que pretenden reemplazar la idea fuerza del desarrollo socio económico por la del conservacionismo a ultranza, opuesto a toda política de desarrollo y que de hecho se “olvida” de las necesidades del ser humano.
Por eso no es casual que en temas troncales, como en el desarrollo tecnológico nuclear argentino, Greenpeace y WorldWide Fund for Life coincidan plenamente con neoliberales a ultranza como Julio Ramos y López Murphy; siempre oponiéndose y “poniendo palos en la rueda” a la Comisión Nacional de Energía Atómica y sus entes asociados. Tal como antes sutil pero sistemáticamente Ramos desde su diario –sostén del más crudo liberalismo antinacional– se había opuesto a las exportaciones de los cazas argentinos IA 58 Pucará, que hubiesen aportado los fondos para evitar el ahogo y desmembramiento de la Fábrica Militar de Aviones, perpetrado en la terrible década del '89 al '99 (comenzada en 1976 y prolongada hasta 2002 según afirma Aldo Ferrer).
Pero así como en la reedición de la “década infame” el Congreso Nacional tuvo un desempeño bochornoso (con las contadas excepciones que son las que confirman la regla), siendo cómplice o partícipe necesario de la sistemática destrucción del patrimonio nacional y del tejido social argentino; así también pocos meses atrás el actual Congreso Nacional votó favorablemente el acuerdo de venta de equipamiento y tecnología nuclear a Australia, aún a pesar de soportar una artera y sistemática campaña de presiones, mentiras y costosas manifestaciones de Greenpeace.
Poco después la misma Greenpeace montó una alharaca descomunal, acusando supuestas y “posibles” contaminaciones de las napas de agua de la zona de Ezeiza, cerca del Centro Atómico Ezeiza. Como los informes científicos e imparciales fueron lapidariamente claros, desnudando la falsedad de dicha “contami-nación” Greenpeace y los comunicadores sociales, artistas “adheridos” y demás “pusieron violín en bolsa” y sólo guardaron densos silencios. Tal como lamentablemente suele pasar, las desmentidas técnicas a los infundios de los grupos del fundamentalismo ecológico tuvieron muy poca difusión. En la TV prácticamente se las ignoró, y en la mayoría de los diarios apenas les concedieron algunas pocas líneas, con títulos de muy bajo perfil.
Recientemente una comitiva del Congreso Nacional visitó Australia, para interiorizarse de los avances del montaje del reactor argentino, producido por INVAP y adquirido por el ente nuclear nacional de Australia (ANSTO). Las declaraciones públicas que hicieron (que también padecieron la “sordina” de los grandes medios de comunicación) resaltaron el orgullo que sintieron como argentinos, al conocer la magnitud e importancia de las tareas del grupo de científicos y profesionales del Sector Atómico Argentino (en este caso del INVAP) realizadas acá (en Argentina) y allá (en Australia) ganándose el respeto y la admiración de sus pares australianos.
Esos congresales argentinos marcaron una bisagra en la deslucida y corrupta historia reciente del Congreso Argentino, una verdadera “vuelta de página” que esperemos se concrete en nuevas actitudes de patriotismo efectivo y no declamatorio.
Pocos días atrás, la difusión del pedido formal de la Venezuela Bolivariana de Hugo Chávez, de adquirir un reactor atómico de Argentina, del tipo CAREM (de ciclo cerrado y de pequeña - mediana potencia), ha pro-vocado otra “situación bisagra” en la cual los políticos, los comunicadores sociales, los académicos y otros sectores sociales han debido definirse, poniendo en claro sus posturas nacionales o antinacionales (englo-bando dentro de estas últimas a los “ausentes o no opinantes”).
Quede en claro que si bien es comprensible que el ciudadano común no sepa inicialmente que postura tomar en un tema complejo como lo es el de la tecnología nuclear, eso es inadmisible en un político, en un comunica-dor social relevante y en un académico. En estos casos el silencio o las indefiniciones son sinónimos de inadmisible ignorancia, de la tibieza acomodaticia fácil y/o de una actitud de felonía y consecuente falta de compromiso con las responsabilidades de sus compromisos éticos derivados de sus funciones y responsa-bilidades ante toda la sociedad argentina.
¡Sin duda es importante que Argentina concrete otra exportación de un reactor nuclear! Es un gesto claro de soberanía, además de reafirmar la preponderancia que la tecnología nuclear argentina tiene por méritos propios bien ganados en el mundo!
Debe desmentirse categóricamente que a partir de ese pequeño reactor de 25 MW diseñado para producir electricidad, Venezuela pueda desarrollar armas nucleares. ¡Eso es un disparate, maliciosamente difundido por “opinantes al voleo”, cuando no por mercenarios del periodismo!
Pero además es bueno recordar quienes “hicieron mutis por el foro”, quienes se opusieron tenazmente (como López Murphy, Ramos y otros enrolados en el neoliberalismo), quienes manifestaron desconocer el tema o elípticamente eludieron definirse (como Carrió y Brandoni, por ejemplo), y quienes apoyaron la iniciativa sin tapujos ni medias tintas.
Ya que estamos, es bueno recordar aquí que precisamente quienes montaron la campaña de discriminación doctrinal en mi contra en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Misiones, por mis “graves pecados” de “escribir mucho y muy agresivamente” y por “tener pensamiento nacional” (tales los dichos y las actitudes), han sido los mismos Licenciados en Economía y demás que durante la severa crisis socio económica y política de 2001 que llevó a la estrepitosa caída del inepto gobierno de De La Rúa, resultaron inhallables cuando en la UNaM el alumnado y los colegas docentes no especialistas buscaban a alguien que hable acerca de la crisis económica de ese momento. Pero el que suscribe en cambio no tuvo empacho en hablar en dicho acto (y fue difundido por dos radios locales) por más de una hora.
Precisamente esa clase pública y las precedentes en el ámbito de la UNaM fueron realizadas en repudio a la política económica que pretendió implementar López Murphy en el 2001, quien entre otras “lindezas” pretendía arancelar fuertemente las Universidades Nacionales, transformándolas en cerrados cotos elitistas.
¡Ah!, varios de esos “grandes especialistas en economía” alababan en sus clases a los mismos gurúes eco-nómicos que nos llevaron al desastre y nos pusieron al borde de la disgregación nacional; o se mofaron de la tecnología nuclear en las clases de alguna materia vinculada a la Economía. Pero los mismos “especialistas” afirmaron que “los libros de Ortiz no son importantes porque ellos no los leyeron” (SIC) y han despreciado a autores como Aldo Ferrer, Eduardo Conesa, Joseph Stiglitz, Frederick List y otros, recomendados por quien suscribe.
¡Temas bisagra, si los hay!
C.P.N. Carlos Andrés Ortiz
Docente Universitario
Especialista en Gestión de Producción y Ambiente
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