Erik Schonfeld
Green Tech.com Mayo 3, 2011
Después del desastre nuclear de Japón, el público en general está comprensiblemente inquieto por usar otra vez energía nuclear. Pero no Bill Gates. Hablando hoy en una conferencia de negocios en Wired en Nueva York, él está hablando de los beneficios de la energía nuclear, en particular de los diseños de la próxima generación. Piensa que las repercusiones negativas están demasiado infladas. “Si se compara con la cantidad de muertes causada por el carbón por kilovatio hora,” hace notar, “son mucho, mucho menos.” Cuando ocurre un accidente, sin embargo, sus efectos son mucho más visibles. “El carbón mata menos gente en poco tiempo, lo que altamente preferido por los políticos,” dice Gates.
Gates está poniendo su dinero donde está su boca. Es un inversor en el arranque del reactor nuclear Terrapower, de su amigo Nathan Myrhvold, que está diseñando uno de esos reactores de próxima generación que produce una milésima parte de residuos radioactivos.
Pero Gates también tiene inversiones en “docenas” de otras compañías de energía, desde fábricas de baterías a paneles solares y biocombustibles. “Debemos preocuparnos por todas,” dice él. ¡La cantidad de IQ que está trabajando hoy en energía y las herramientas que ellos tienen que simular comparado con 20 años atrás es el día y la noche, pero es impredecible si se obtendrán resultados significativos.”
Las energías eólica y la solar tienen gran potencial, pero son fuentes de energía intermitentes. Por ello es Gates es entusiasta de la nuclear. Son necesarios adelantos para que la economía en general se mantenga moviendo hacia adelante, argumenta. Gates ve tres problemas primarios que necesitan ser enfrentados: costo, seguridad, e impacto ambiental:. Además de ser muy costosa, se pueden producir cortes en cualquier momento, o puede destruir al planeta, está OK.”
El costo es el desafío clave que las fuentes de la nueva energía deben superar. “En el mundo rico nos volvemos torpes,” dice, porque podemos permitirnos pagar extra por la energía solar y eólica. Pero para hacer un verdade-ro impacto, los costos deberán volverse competitivos con la actual energía producida por combustibles fósiles. “En el 80% del mundo la energía será comprada donde sea económica,” afirma Gates. “Uno tiene que ayudar a que el resto del mundo obtenga la energía a precio razonable.”
¿Qué hay de la energía distribuida donde cada casa genera la propia y alimenta el exceso a la red? Gates piensa que es una idea atractiva, pero no va a ocurrir.” Son necesarias instalaciones de energía más grandes, tales como campos de paneles fotovoltaicos en los desiertos. “Si usted quiere belleza vaya a esas cosas que hay en el hogar. Si usted quiere resolver el problema de energía vaya por las cosas grandes en el desierto.”
COMENTARIO DE FAEC: Bill Gates es pragmático, y el éxito que tuvo en su vida y sus empresas así lo demuestra. Estamos de acuerdo en casi todo lo que dice, aunque tenemos nuestras reservas viendo las inversio-nes que tiene en el campo de las energías renovables, donde el principal atractivo son los generosos subsidios que tienen. Estamos seguros de que sin la existencia de los subsidios, Bill Gates no invertiría un centavo en las energías renovables. Él es, ante todo, un exitoso hombre de negocios, y lo que le atrae son las ganancias. Las energías eólicas y la solar, sin subsidios no son rentables. No pueden competir con las tradicionales.
No sabemos cuánto he incursionado Bill Gates en la historia de la energía solar, pero la historia nos demuestra que los grandes experimentos de plantas de energía solar han tenido pésimos resultados. El caso paradigmático es la planta Solar One: Una planta solar gigante fue construida por la compañía de electricidad Southern California Edison, en Barstow, California.[1] Se llamaba Solar Uno, cubría 3,4 Km2 y contaba con 92.900 m2 de espejos (11.818 espejos en total), cada uno manejado por computadora para apuntar siempre al Sol y reflejar sus rayos sobre la torre de agua de 100 metros de altura. Con algunos dispositivos de almacenamiento, Solar Uno podía generar 10 Megawatts/hora a un costo de 14.000 dólares por Kw de potencia instalado.
Esto es, más o menos, de 5 a 7 veces más caro que la más cara de las centrales nucleares que se haya cons-truido alguna vez en el mundo. No es una alternativa económicamente viable. En días sin nubes, Solar Uno podía generar a potencia completa durante 8 horas en el verano, y sólo 4 horas diarias en el invierno. Suponiendo que todo vaya bien y que los espejos se mantengan limpios y bruñidos (¿cuánta gente limpiará tantos espejos sin rayarlos?), la disponibilidad de energía de Solar Uno estaba entre el 17 y el 33%. Las centrales nucleares y las convencionales de petróleo y carbón tienen una disponibilidad que varía del 65 al 84%. En otras palabras, Solar Uno producía cerca del 1% de la electricidad de una central nuclear o una de petróleo, en una superficie cinco veces mayor y sólo funcionaba la cuarta parte del día. ¿Y el costo total? Una verdadera pichincha...
Cerca de ocho veces más cara que una central nuclear moderna. Aún sin tener en cuenta el asunto de la dis-ponibilidad, la energía solar no resulta ninguna ganga debido a la prodigiosa cantidad de materiales necesarios para construir una central solar (más de 1.000 veces que para una nuclear de potencia similar), más los elevados costos de mantenimiento (mantener 11.818 motores eléctricos y limpiar 11.818 espejos, sin desalinearlos ni rayar-los).
Para construir una planta solar de 1.000 MegaWatts son necesarios los siguientes materiales: 35.000 toneladas de aluminio, 2 millones de toneladas de hormigón (500 veces más que para una central nuclear!), 7.500 toneladas de cobre, 600.000 toneladas de acero, 75.000 toneladas de vidrio y 1.500 toneladas de cromo y titanio. Al alcan-ce de cualquier municipio de Argentina o Bolivia...
Como la producción de cemento emite una considerable cantidad de CO2 a la atmósfera, la central solar de Barstow contribuyó a ello 500 veces más que si se hubiese construido una central nuclear de la misma potencia. Para peor, uno de los técnicos de la planta Barstow reveló que en base a sus rendimientos anuales, la planta solar era una neta consumidora de electricidad, es decir, la planta no producía ni siquiera la electricidad que necesitaba para funcionar! Por desgracia, este hecho sólo se descubrió después de que la planta ya estaba construida...[2]
El 31 de Agosto de 1986 Solar Uno resultó seriamente dañada por una explosión y por el fuego resultante. Los 960.000 litros de aceite mineral de los transformadores eléctricos se incendiaron y quemaron todo. [3] Se usó aceite mineral porque la EPA había prohibido el uso de los PCB, producto sintético que reemplaza con infinitas ventajas al aceite mineral en numerosas aplicaciones industriales, aduciendo que se trataba de un producto cancerígeno. La EPA y su legión de seguidores se empecinan en seguir ignorando a las evidencias científicas y los mensajes de la realidad cotidiana.
La Generación Fotovoltaica
La conversión de luz solar en electricidad puede conseguirse de manera directa por medio de paneles fotovoltai-cos los «paneles solares». Cualquiera sea el método de conversión utilizado, calor o fotovoltaico, la superficie necesaria es enorme. Para una planta de 1000 Megawatts son necesarios unos 129,5 Km2. Compárese esta superficie con las 30 a 70 Há necesarias para una central nuclear o una de petróleo o carbón de igual potencia. [4]. Supongamos que las 8 millones de personas del Gran Buenos Aires tuviesen que usar electricidad fotovoltai-ca: para producir los 7.000 Megawatts que serían necesarios, la planta solar tendría que tener 906 Km2, una superficie mayor que la ciudad misma!.
Aunque los costos de las células fotovoltaicas han bajado desde $ 10 por watt pico a principios de los 80, hasta $ 3 por Watt pico, el costo sigue siendo elevado. El costo de una unidad solar hogareña en oferta por Photocomm, Inc. es de $ 7.377, y proporciona 4 Kw/h. Un generador eléctrico Diesel MWM/Leroy de 36 Kw/h cuesta u$s 15.000 o menos – el doble del monto a invertir, pero nueve veces más potencia. Para una potencia similar a la fotovoltaica, un generador Honda de 5 Kw/h vale $ 650 y tiene la ventaja de funcionar durante todo el día, sin interrupciones.
En resumen, existen aplicaciones adecuadas para la energía solar, pero ninguna de ellas incluye la producción de grandes cantidades de energía. Por otro lado, las células y paneles fotovoltaicos requieren una considerable cantidad de energía para su fabricación, y también requieren de materiales tóxicos, desde cadmio hasta ácido fluorhídrico. Si a esto le agregamos los grandes problemas de mantenimiento que nacen de mantener limpios de polvo y películas grasosas a los espejos, paneles y lentes colectoras, se hace evidente que la energía solar es una de las formas menos seguras de producir electricidad.[5]
Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC
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