por Ing. Guillermo A. Hamlin
Está instalado en las mentes de la población del mundo, que existe un proceso de calentamiento global. Eso no puede ser discutido, es así. Hace años que estamos soportando un bombardeo incesante donde nos repiten lo mismo: la tierra se está calentando y hay que hacer algo para detener éste proceso. Los ambientalistas están exultantes, parece que sus prédicas por fin comienzan a dar algún resultado. ¿Puede el ciudadano común poner en duda éstos mensajes? ¿Puede alguien en su sano juicio negar la “evidencia” de lo obvio, de lo que el sentido común nos indica?
Los ambientalistas (más adelante trataremos especialmente este punto) cosechan cada vez más cola-boradores, hay una conciencia ambiental creciente, los gobiernos tienen organismos especiales para controlar el tema, nuestro país no hace mucho (en el gobierno de Menem y la primera titular fue María Julia Alsogaray) inauguró la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable.
Recordemos el concepto “desarrollo sustentable”, lo trataremos más adelante. Este furor por el ambiente y el daño que el hombre, con sus actividades industriales, supuestamente le está haciendo, ha llegado a convertirse prácticamente en una religión que recoge cada vez más adeptos y que se practica con devoción. Hay conciencia ambiental en las escuelas, se enseña ecología como materia, se multiplican las publicaciones y programas de televisión donde se difunde la importancia del cuidado del ambiente, de nuestro planeta, que es nuestro hogar. ¿No es demasiado lindo? No hay duda que al ambiente hay que cuidarlo, pero, ¿Qué está pasando? ¿Puede aparecer algún hereje, que cuestione ésta opinión pública, que como sabemos, se instala en las mentes de las personas a través de la ingeniería de control social, que cada vez tiene más medios y mejores técnicas?
Por de pronto, al que escribe esto, ya lo pueden ir considerando como hereje. Pero no soy el único. Fue una alegría, y un alivio (uno empieza a pensar que está loco cuando no encuentra a otros herejes), cuando entre mis búsquedas en internet y mis lecturas, llegué a una conclusión, que fue una revela-ción: nos estaban recetando un remedio (los biocombustibles y la reducción de las emisiones de dióxido de carbono), para una enfermedad (el calentamiento global) cuya causa era la acumulación del dióxido de carbono en la atmósfera terrestre. Pues bien, en lo que sigue, veremos que la enfermedad no es tal, que la causa tampoco es cierta y el remedio es un veneno.
El discurso oficial mundial dice que se está produciendo a nivel planetario un calentamiento global, debido al efecto invernadero, causado por las emisiones de dióxido de carbono, producidas por la combustión de los combustibles fósiles no renovables y se propone como solución, la producción de biocombustibles y la reducción de las emisiones de dióxido de carbono.
El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), expresó ante la ONU a través de su Presi-dente que “hay un 90% de probabilidad de que el calentamiento global se deba a las actividades humanas”. Tras admitir que la certidumbre científica sobre éste punto nunca puede ser total, señaló que “en el mundo de los negocios y de la medicina, se tienen que tomar decisiones sin disponer de una certeza total”. (1)
Sin embargo, no hay unanimidad entre los propios miembros del IPCC, el Dr. Yuri Izrael, uno de los vicepresidentes de dicho organismo y miembro de la Academia Rusa de Ciencias y Presidente del Instituto de Ecología y Clima Global, opina textualmente: “creo que el pánico sobre el calentamiento global es totalmente injustificado, no hay una amenaza seria al clima, estamos más amenazados por el frío que por el calentamiento global”. (2)
Por su parte, los científicos daneses también se manifiestan en contradicción con el informe del IPCC ante la ONU; el Danish National Space Center señala que “El sistema climático es extremadamente complejo y cualquier estimación sobre el mismo es muy incierto”. “Nuestras investigaciones indican que la variable actividad del sol es la más importante y sistemática contribución a los cambios cli-máticos”. “La actividad solar ha sido excepcionalmente alta en el siglo veinte, comparada con los últimos cuatrocientos años”. (3)
El ingeniero Alberto Muñiz, Docente del Departamento de Ingeniería Mecánica de la FIUBA expresa al respecto: “Hasta bien entrados los ochenta, se nos mostró un futuro frío, debido a una nueva Era Glaciar generada por el dióxido de carbono, proveniente de la quema de combustibles fósiles, pero ahora se cambió el libreto y con los mismos argumentos pasamos a tener el “actual” calentamiento global”. “En cuanto a absorción de la radiación solar, cualquier explosión solar, mancha o mengua de actividad influye mucho más que el dióxido de carbono. Dicho de otra manera: el dióxido de car-bono puede intervenir en otras cosas y su multiplicación podría arrastrar otro tipo de inconvenien-tes. Pero estemos seguros que no es el del calentamiento global”. (4)
Zbigniew Jaworoski, Ph. D. cuestiona las mediciones (que el IPCC toma como buenas) de dióxido de carbono realizados en regiones heladas del planeta (como la Antártida y Groenlandia), mediante toma de muestras a diferentes profundidades, con el fin de determinar el aumento del dióxido de carbono en la composición atmosférica con el transcurso del tiempo, con los siguientes argumentos: “El sistema de extracción de muestras de hielo antiguo, somete a las probetas a esfuerzos mecánicos, térmicos y de descompresión muy grandes, lo que resulta en la contaminación con líquidos de trepanación a las mismas (fuel oil) y con material del trépano (plomo) y por ende, las mediciones de gases de inverna-dero entrampados no son correctas”. “No hay ningún estudio que demuestre que el contenido de gases en hielo antiguo, o aún en el aire intersticial de nieve reciente, represente la composición atmosférica”
El Profesor Jaworoski explica que el “carbono presente en el dióxido de carbono está compuesto por dos isótopos estables: el carbono-12 y el carbono-13. A la relación entre ellos se la denomina delta carbono-13. Este ratio es en el dióxido de carbono proveniente de la quema de combustibles fósiles, del orden de –26 por millón y en el resto del dióxido de carbono que interviene en el intercambio natural, del orden de –7 por millón. Esta gran diferencia nos permite por medio de cálculos de balance de masas de carbono isotópico, sacar conclusiones muy importantes. La primera de ellas es que en el contenido de dióxido de carbono detectado en la atmósfera actual, la proporción antropogénica es mínima. Es decir, que el dióxido de carbono generado por la actividad humana acumulado en la atmós-fera desde alrededor del año 1.750 (comienzo de la Revolución Industrial), hasta nuestros días es del orden del 4% y no del 21% como señala el IPCC.
La segunda, que la vida atmosférica del dióxido de carbono es de 5 años y no de 200 años, como señala el IPCC. Esto es de suma importancia, significa que la generación humana anual de dióxido de carbono, es insignificante comparada con el flujo de intercambio natural de dióxido de carbono que se da en la atmósfera, quedando el aporte humano, dentro del rango de fluctuación anual debido a causas natura-les. Una causa natural por ejemplo, es mayor actividad solar que genera un aumento promedio de la temperatura terrestre de, digamos 0,6 grados centígrados. Este incremento de temperatura hace descender la solubilidad del dióxido de carbono en el agua del mar en un 2% y aumenta por lo tanto en un 2% la emisión de dióxido de carbono del mar a la atmósfera.
Otra causa natural es una “gran erupción volcánica, luego de cada erupción volcánica se proyecta material a la alta atmósfera lo que produce hasta un año después, un descenso en la temperatura media de la tierra, debido al oscurecimiento de las capas altas de la atmósfera, luego de éstos enfriamientos se registran descensos en el registro de dióxido de carbono en la atmósfera”. (5)
Acabo de ver la película “The Global Warming Swindle” (El Fraude del Calentamiento Global) proyec-tada en el canal 4 del Reino Unido, es muy reveladora. En la misma se muestran reportajes efectuados a diversos científicos, la mayoría ingleses, pero también a un francés, un japonés y a dos yanquis. Con-firman lo que había averiguado hasta ese momento, desde el punto de vista científico-técnico, que se puede resumir así:
2) A no preocuparse, en la edad media las temperaturas promedio eran más altas que en la actualidad y los casquetes polares no se derritieron, los osos polares sobrevivieron, y las ciudades costeras europeas no fueron anegadas. Luego, en el siglo 18, el promedio de temperatura fue más bajo que el actual, en invierno el Támesis se congelaba y se hacían concursos de patinaje sobre hielo, lo que quedó registrado en relatos e ilustraciones de la época. Es posible entonces, que vol-vamos a tener luego de éste “veranito” otro “inviernito” como en el siglo 18, es decir, son ciclos largos de la vida de la tierra que están vinculados a la actividad solar.
El contenido de dióxido de carbono en la atmósfera aumenta porque ante un aumento de temp-eratura, la solubilidad del dióxido de carbono en el mar disminuye y el mar emite más dióxido hacia la atmósfera. La generación de dióxido de carbono por parte de la humanidad es irrelevan-te. De un contenido total en la atmósfera de 750 Gigaton de dióxido de carbono (esto es 0,054% dentro del total de gases en la atmósfera), el aporte anual de las actividades humanas es de 6 Gigaton es decir 0,8%. ¿Qué pasaría si, de golpe, la humanidad dejara de emitir ese 0,8%? Se produciría un desastre humanitario y no se alteraría el intercambio natural de dióxido de car-bono, cuyo volumen total seguiría aumentando debido al aumento de temperatura causada por la actividad solar.
La teoría del calentamiento global, está basada en la influencia que el dióxido de carbono tendría sobre el efecto invernadero. Pero en principio, el dióxido es el menos importante de los gases de invernadero, el más importante es el vapor de agua. Según ésta teoría, las ondas de calor, que regresan al espacio durante la noche, al encontrar una cada vez mayor barrera formada por los gases de invernadero, se irían acumulando en una proporción cada vez mayor, el calor quedaría retenido en esa barrera, y esto es lo que provocaría el calentamiento gradual de la atmósfera. Se enviaron globos meteorológicos hasta los 10 kilómetros de altura, donde según la teoría se pro-duciría éste fenómeno y por lo tanto en ese lugar, la temperatura sería mayor a la de la superfi-cie, sin embargo, esto no es así, no hay diferencias de temperatura, incluso se registraron tempe-raturas menores a las de la superficie de la tierra, no verificándose la teoría. Esto se comprobó también mediante mediciones satelitales.
Por ende, la teoría del calentamiento global, causada por el efecto invernadero generado por la emisión de dióxido de carbono debido a las actividades humanas, no es cierta.
¿Pero entonces, los informes del IPCC, organismo dependiente de la ONU, están equivocados? Así es, es la respuesta. El Profesor Phillip Sttot del Departamento de Biogeografía de la Universidad de Lon-dres, manifiesta lo siguiente: “Las conclusiones finales del IPCC están motivadas políticamente”. “La ONU es una organización política y la IPCC depende de ella”. Hay científicos pertenecientes al orga-nismo que no están de acuerdo con las conclusiones del IPCC, y sus opiniones no son consideradas. El Ph.D. Paul Reiter del Instituto Pasteur, París, Francia, relata que cuando se llegó al “consenso” en el IPCC, y se redactaron las conclusiones finales, él no estuvo de acuerdo y pidió que retiraran su nombre de la lista de 2.500 científicos de todo el mundo que conforman el panel.
Sin embargo, comprobó con sorpresa, que cuando se publicó el informe, su nombre todavía figuraba. Se presentó ante las autoridades del IPCC y reiteró su pedido y no accedieron al mismo, bajo el pre-texto de que como él había trabajado para arribar al informe final, era justo que su nombre figurara. Respondió que precisamente, como él no estaba de acuerdo con esas conclusiones exigía que su nom-bre fuera borrado de la lista. Sólo accedieron luego de su amenaza de tomar acciones legales. Este indignado científico manifiesta que su caso no fue el único, y expresa que “hay en el IPCC una gran cantidad de seudo científicos”.
Otro de éstos científicos “herejes” explicó que si uno se toma el trabajo de revisar las currículas de est-os 2.500 científicos, la mayoría no hizo ninguna investigación ni ningún aporte importante a la ciencia. El tema es que de alguna manera, el IPCC ralea de sus filas a los que no están de acuerdo con la teoría del calentamiento global. Todo es cuestión de fondos, todo científico que busque investigar algún tema tiene que referirlo al calentamiento global, sino no será aprobado el presupuesto. Esto lo puso de forma humorística un ex investigador científico que ahora se dedica al periodismo científico Nigel Calder: “Si un investigador quiere estudiar la vida de las ardillas del condado de Sussex, el pobre no conseguirá que le aprueben el presupuesto, pero si él lo expresara de esta otra manera, “Influencia del Calenta-miento Global en las ardillas del condado de Sussex” ¡¡ Seguro que le asignan un presupuesto!!
El estudio del calentamiento global se ha convertido en una industria en sí mismo, en EEUU se desti-nan $ 6.000 millones de dólares al año, en la UE 4.000 millones de u$s al año. Las publicaciones se multiplican, revistas, libros, hasta Hollywood nos ha regalado la película de Al Gore. Los editores prefieren publicar pronósticos de cataclismos, antes que la verdad científica, porque venden más. ¿Pero cómo comenzó todo esto? ¿Quién ó quiénes politizaron la ciencia hasta llegar a inventar la teoría del cambio climático?
Margaret Thatcher, fue la lacónica respuesta de un científico inglés. Explicó lo siguiente: en el año 1974, en Inglaterra estaban de paro los mineros del carbón. La “Dama de Hierro” tomó como es su característica, una rápida y drástica decisión. Asignó un fuerte presupuesto al desarrollo de la energía nuclear por un lado, y por el otro, destinó un suculento presupuesto a la Real Sociedad Científica para que demostraran que la utilización del carbón es nociva para los seres humanos y el planeta. Poco después las minas de carbón fueron cerradas, se había demostrado que eran nocivas.
Poco después el “modus operandi” se trasladó a las Naciones Unidas y el IPCC: pero en aquella época se estaban registrando sucesivos descensos de la temperatura, por lo tanto el efecto del dióxido de carbono era el del enfriamiento global, íbamos hacia una “era glacial”; el del calentamiento se adoptó más tarde, cuando las temperaturas comenzaron a aumentar. Como consecuencia de la aceptación de ésta teoría, lo que sigue entonces es emitir menos dióxido de carbono, es decir detener el crecimiento industrial. ¿Quién va detener su crecimiento? Los países centrales ya lo tienen decidido: los países periféricos.
El Dr. James Shikwati Economista, africano de raza negra se cuestiona: nos recomiendan la utilización de energías renovables y no contaminantes, como la eólica y la solar, ¿Pero como podremos con ellas generar energía suficiente para la industria siderúrgica y para un moderno sistema de ferrocarriles? (video del canal 4 del Reino Unido disponible en referencia 6).
Surgió en EEUU una resistencia de reconocidos científicos del Instituto Científico y Médico de Oregon, contra los efectos perjudiciales del Protocolo de Kyoto, donde el Profesor Frederick Seitz, quien fuera Presidente de la Academia de Ciencias de los EEUU, declara en un escrito, al cual han adherido más de 17,200 científicos, que “los Protocolos de Kyoto que recomiendan disminuir las emisiones de dióxido de carbono, no tienen sustento científico comprobado” (www.sitewave.net/pprojet/listbystate.htm)
Negocios “verdes”La industria de la investigación del fenómeno del “calentamiento global”, en todo el mundo está mo-viendo alrededor de 20.000 millones de dólares. Se destinan ingentes fondos a las investigaciones en busca de una solución a éste publicitado problema, hay un número cada vez más importante de empresas privadas que consiguen que le asignen parte de éstos fondos para sus investigaciones y se aparecen con soluciones de lo más disparatadas. Por ejemplo: lanzar a la alta atmósfera, por medio de cañonazos ó globos, sulfatos, imitando el efecto de oscurecimiento y posterior enfriamiento producidos por las erupciones volcánicas. ¿Y las emisiones de azufre? ¿Y la acidificación de los mares? ¿Y no piensan en reducir el dióxido de carbono?
Otra: tirar al mar polvo de hierro, el mismo aumentaría la población de fitoplancton, el cual, mediante el proceso de fotosíntesis, extraería dióxido de carbono del aire. Sin embargo, esto no contemplaría el problema que los físicos marinos advierten, de que dicho aumento de población, a gran escala, produ-ciría un cambio de temperatura entre la superficie y las aguas más profundas, lo que traería dramáti-cas consecuencias a la vida marina.
Otra: crear una especie de sombrilla por medio de pequeñas piezas de un metro de diámetro que se-rían lanzadas al espacio por medio de cohetes y que producirían una tenue sombra, al filtrar los rayos solares, suficiente para enfriar la atmósfera. El problema es que habría que poner en el espacio a 20 millones de toneladas de éstas piezas, mediante 20 millones de lanzamientos de cohetes. ¡Asombroso! Esta solución tampoco reduce el dióxido de carbono, según la teoría del calentamiento global. ¿En qué quedamos?
Otra: científicamente, ésta solución se la puede describir como “secuestrante” de dióxido de carbono. El proceso se haría por medio de aparatos que succionarían el aire de la atmósfera, lo filtrarían y luego según explican, viene la parte más costosa que es la disposición final que consistiría en enterrarlo profundamente en la tierra. ¿No sería más fácil plantar árboles, que son más agradables a la vista que esas torres altas como antenas de radio que proponen instalar, y que además nos proveerían de oxígeno? Todos éstos disparates salieron publicados en un artículo titulado “¿Could crazy technology save the planet?" (¿Podría la tecnología loca salvar al planeta? (www.usatoday.com/tech/news/tech-innovations/2007-03-15-climate-tech_N.htm)
Está apareciendo un nuevo marketing motivado por el calentamiento global. Hay empresas que se presentan frente a sus clientes como neutrales con respecto a la emisión de dióxido de carbono. Una empresa aérea, la Silverjet, una nueva transportista transatlántica, coloca alrededor de 28 u$s por cada boleto de ida y vuelta, en fondos para proyectos globales que, en teoría, eliminan tanto dióxido de carbono como el que la aerolínea genera, 1,2 toneladas por pasajero, según informa la aerolínea.
Asimismo, está apareciendo un negocio no regulado de “reducción de carbono”. En éste nuevo merca-do, empresas consultoras calculan el nivel de emisión de dióxido de carbono de una determinada com-pañía ó persona. Luego, se le vende a ésta persona ó compañía, bonos, que pagarán por proyectos en cualquier lado, que en teoría eliminarán la misma cantidad de dióxido generado por el cliente. Dejando de lado la posibilidad de que se trate de una estafa, esto se parece a las indulgencias que se pagaban a la iglesia católica. De ésta manera el emisor sigue emitiendo, pero paga porque cree que alguien elimi-nará sus emisiones. Los creyentes en la regulación del mercado avizoran que de ésta manera se logrará frenar las emisiones. Haciendo un elemental balance de lo que emite el norteamericano medio, 20 to-neladas por año de dióxido de carbono, es difícil pensar que se harán tantos proyectos en el resto del mundo, que solo emiten 4 toneladas año, como para compensar la emisión norteamericana. (www.nyti-mes.com/2007/04/29/weekinreview/29revkin.htm?ex=1180324800&en=...)
En el mercado Aim de la bolsa de Londres, una nueva compañía de bonos de carbono se lista por sema-na. Este mercado está desplazando al Nasdaq norteamericano como principal lugar para salidas a bolsa de empresas relacionadas con el efecto invernadero y la nueva tecnología verde. Los países que a par-tir de los protocolos de Kyoto, tienen que cumplir con compromisos de reducción de dióxido de carbo-no, compran “créditos” a quienes tienen excedentes por no contaminar la atmósfera. Esto originó otro particular mercado en donde se comercializan certificados de no emisión de los gases de invernadero, en las principales bolsas del mundo y los fondos de inversión. Este mercado movió en el 2006, 30.000 millones de u$s. (Clarín Suplemento Económico 10/06/07). Se está creando a gran velocidad otra “burbuja financiera” la “burbuja verde”, que como estamos viendo no tiene nada dentro, y se pinchará en algún momento, como ocurrió no hace mucho tiempo atrás, con la de las empresas.com. El descenso de la tasa de ganancia del sistema económico imperialista, va generando la necesidad de la aparición de éstas burbujas sucesivas que ofrecen ganancias más altas, por un tiempo, hasta que revelan lo que hay dentro: nada y sobreviene la explosión.
Ambientalistas y EcologíaLos ambientalistas se expresan a través de una diversidad de organismos no gubernamentales u ONGS. Este movimiento se difunde rápidamente, dado los apoyos gubernamentales y de fundaciones que proliferan, así como la vasta difusión que se hace de los temas ambientales a través de todos los medios. Gran cantidad de jóvenes se enlistan en éstas organizaciones y militan activa y fervorosamen-te. Es una cuestión de interés, para quienes militamos en política, buscar la respuesta a la siguiente pregunta: ¿Qué es lo que hace que gran cantidad de jóvenes opten por militar en estas organizaciones y no en un partido político?
La mala política de los malos políticos, puede ser una respuesta, que iría en fase con el creciente ausen-tismo en las elecciones, ya sean municipales, provinciales ó nacionales, lo que expresaría un claro repu-dio a la partidocracia. Pero por otra parte, convengamos en que la preservación del medio ambiente, es un tema importante y que imprime a sus practicantes y sostenedores una imagen muy buena, si la comparamos con la de la política y los políticos actuales. Pero debemos primero, me parece, definir qué entendemos por ecología y por contaminación.
El hombre forma parte de la naturaleza, no es “el hombre y la naturaleza”. El hombre, los animales y los vegetales vivimos en la misma atmósfera. Los procesos vitales de la respiración y de la fotosíntesis, son inversos y complementarios, e intervienen los mismos gases: el oxígeno y el dióxido de carbono. Nosotros y los animales inspiramos el oxígeno y expiramos el dióxido de carbono y los vegetales lo hacen a la inversa. La estructura de nuestros cuerpos está basada en la química del carbono: si algún tribunal científico decidiera quemarme en la hoguera por hereje, mi cuerpo se carbonizaría y el pro-ducto de la combustión sería dióxido de carbono y vapor de agua, como todos los hidrocarburos. Por eso, podemos decir que el dióxido de carbono no contamina a la atmósfera. Los que sí la contaminan son los aditivos que se emplean en los combustibles, los que al quemarse junto al hidrocarburo son emitidos a la atmósfera.
También es contaminante el monóxido de carbono, dado que es venenoso, que aparece cuando se pro-duce una combustión incompleta. Esto puede ocurrir en motores y estufas de mal funcionamiento. También es contaminación la que producen las compañías mineras imperialistas en sus explotaciones a cielo abierto con cianuro, mercurio y metales pesados que pasan a las napas de agua. Podemos y debe-mos mejorar el ambiente donde se desarrolla toda la vida, la biosfera. Podemos crear zonas fértiles donde haya desiertos, podemos forestar, podemos cuidar los bosques existentes, podemos curar a los animales que se enfermen, podemos preservar distintas especies, podemos hacer todo esto y mucho más a través de la tecnologías existentes y las que vayamos a desarrollar.
Pero fundamentalmente, tenemos que adoptar políticas que permitan hacer todo esto, en beneficio de la humanidad, no sólo debemos lograr que no se extingan, ni el yaguareté ni la ballena franca, ni el tatú carreta, ni el sapo overo, tenemos que lograr también que todos los seres humanos, nuestros herma-nos, sobrevivan y que alcancen una existencia digna. Esa creo yo, es la ecología correcta, en donde todos los habitantes del planeta tengamos cabida y así llegáramos a ser 8.000 millones, por medio de la tecnología, seremos capaces de que ésta tierra nos albergue a todos. Debemos alertar sobre ésa otra ecología de raíces maltusianas en donde la tierra es un lugar donde no habrá cabida para todos, donde se predica no tocar a la naturaleza, no desarrollar tecnologías peligrosas o no éticas.
EcoterrorismoPodemos incluir dentro de los que practican ésta nueva manera de sabotear proyectos industriales, además de a Al Gore con su película de cine-catástrofe, sin fundamento científico, y de los dramáticos informes del IPCC, difundidos más dramáticamente aún por la prensa y la televisión, a las organiza-ciones ambientalistas como Greenpeace la cual fue creada en 1969 a instancias de la WWF (World Wildlife Fund) conocida acá como la Fundación Vida Silvestre, de orígenes anglo-norteamericanos. Sus objetivos declarados son “trabajar para conservar la diversidad de vida y construir un futuro en que el hombre viva en armonía con la naturaleza”.
En la práctica se oponen a todo avance científico tecnológico que nuestro país intente, se oponen a nuestro desarrollo nuclear, al desarrollo de aerogeneradores por parte del INVAP, etc., etc. El impor-tante reclutamiento que Greenpeace hace de figuras del ámbito artístico y deportivo, arrastra tras de sí a muchos jóvenes, que como decíamos en el parágrafo anterior, militan fervorosamente en pos de los objetivos declarados por la organización. Este reclutamiento parece replicar, por otros medios, pero con los mismos fines, al reclutamiento que organizaciones guerrilleras como Montoneros hicieron en los años 70, de jóvenes con nobles ideales que creían luchar por un objetivo –la liberación nacional - pero que una dirigencia instalada, cooptada ó infiltrada por el imperio, los llevó a la muerte y a ser objetiva-mente funcionales al golpe cívico-militar de 1976, al servicio de la rosca oligárquica imperialista. De ésta manera éstos jóvenes militantes de Greenpeace, también guiados por nobles ideales, están siendo conducidos a luchar por objetivos contrarios a los que ellos se proponen, por dirigencias que responden a los objetivos imperiales. De manera que el imperialismo nuevamente vuelve a operar sobre la pobla-ción joven de la pequeña burguesía, la aparta de la política y de alguna posible alianza con el proleta-riado, y la emplea para los fines imperiales: impedir, postergar, y/o detener la industrialización del país.
Un testimonio muy importante aparece en la película del canal 4 del Reino Unido ya comentada, en donde Patrick Moore, co-fundador de Greenpeace, y ya retirado de la organización declara: el objetivo de Greenpeace es, en estos momentos, es impedir el desarrollo de los países del tercer mundo. A confesión de parte... Otro desertor de Greenpeace y también co-fundador de la organización, Lord Dick Taverne, se manifestó contrario a las actividades actuales de Greenpeace y apoya ahora el desarrollo nuclear. (www.wlym.com/%7Espanish/calentamiento_global/Entrevista_Lord_Dick_Taverne.pdf)
Biocombustibles: ¿Qué son?“Son alcoholes, éteres, ésteres y otros compuestos químicos producidos a partir de biomasa, como las plantas herbáceas y leñosas, residuos de la agricultura y actividad forestal y una gran cantidad de desechos industriales como los desperdicios de la industria alimenticia”. Ingeniero Industrial UBA Luis Aronoff (8)
De acuerdo a ésta definición entonces, además del biodiesel a partir de la soja y del etanol a partir del maíz, tan promocionados, por el Clarín Rural, existirían una diversidad de posibles biocombustibles a ser desarrollados que no son ni siquiera mencionados por el órgano difusor de los negocios transnacio-nales. Veamos algunas posibilidades. En principio, todo subproducto, como el bagazo de la caña de azúcar, utilizado para generar un biocombustible significaría generar energía, luego de haber aprove-chado el cultivo de la tierra para su finalidad alimentaria.
En la Provincia de Corrientes, se proyecta la instalación de una planta de generación eléctrica a partir de la utilización de cascarilla de arroz y de aserrín de madera. Se podría cultivar en tierras semiáridas, descartadas para la producción de soja y/o maíz y salir del proyecto transnacional al producir biocom-bustibles a partir de, por ejemplo tártago y ricino que no necesitan ni fertilizantes ni pesticidas, con lo cual mejora la ecuación. El gobierno podría, en lugar de asegurar el proyecto transnacional, promover la producción de biocombustibles, energía solar, energía eólica, etc, capacitando y financiando a los campesinos, dueños de fincas de pocas hectáreas, para que se independicen del sistema de distribución del gasoil, y no perjudicar su producción de alimentos, que en muchos casos es para propio consumo.
Más aún, la producción de combustible para sus tractores, o de sus cooperativas, podría ser directa-mente el aceite que obtengan de la especie cultivada por simple prensado; solamente sería necesario un pequeño ajuste en los motores. No olvidemos que el primer motor desarrollado por Diesel, los motores comunes hoy llamados gasoleros, funcionaba con un combustible muy simple: aceite de maní.
Biocombustibles, proyecto transnacionalEn nuestro país en abril del año pasado, se sancionó la Ley 26.093 y en febrero de éste año el Poder Ejecutivo la reglamentó, la misma indica que a partir del primero de enero de 2010, todos los com-bustibles deberán ser mezclados con biocombustibles. Las naftas se mezclarán con un 5% de bioetanol y el gasoil con un 5% de biodiesel. De acuerdo a los consumos proyectados, ese 5% representará 685 millones de litros de biodiesel y 200 millones de bioetanol. Esto, a su vez requerirá respectivamente, 3,8 millones de toneladas de soja a sembrar en 1,4 millones de hectáreas (10% del área sembrada actual) y 0,55 millones de toneladas de maíz (4% de la última campaña).
La ley tiene previsto beneficios fiscales para las plantas productoras de biocombustibles, de las cuales ya hay proyectadas “un Rosario” como dice el Clarín Rural. Son proyectos de transnacionales, por ejemplo: Repsol YPF, Bunge, Dreyfus, entre otras. Clarín Rural pronostica un gran futuro debido a que se exportará ¡Soja y maíz con valor agregado! (valor agregado significativo es el que resulta de expor-tar un reactor nuclear, cuyo precio, está en el orden de 180.000 u$s/tonelada).
El negocio está políticamente garantizado. Leyes similares garantizan el negocio en los EEUU y en la UE. Gran negocio para las empresas semilleras, productoras de herbicidas, fertilizantes, funguicidas, etc, así como las empresas encargadas del comercio exterior, que no casualmente son de capital imperialista ó vinculado a él. Un claro ejemplo es la multinacional Monsanto de origen norteamericana, que desarrolló las semillas transgénicas de soja y de maíz para que sean resistentes precisamente, a su herbicida estrella glifosato, utilizando como conejillo de indias a nuestro país y ahora pretende cobrar regalías, mientras que todavía no se sabe, porque no se ha investigado, si estos desarrollos son inocuos para la salud humana.
Monsanto venderá más semillas de soja y maíz a un precio mayor debido a ésta mayor demanda, y aumentará la venta de su famoso herbicida. Nuestro gobierno aumentará la recaudación fiscal fruto de toda ésta mayor actividad y casi todos contentos. Porque no estarán contentos precisamente los que pretendan comprar alimentos, ya que el mayor precio del maíz arrastrará a los precios de la produc-ción de pollos, cerdos, vacunos, entre otras y los de la industria de la alimentación que utiliza el grano, el almidón, la melaza, y el aceite de maíz como materia prima.
También habrá una presión sobre las tierras que se dedican a otros cultivos y a la ganadería para “aprovecharlas en algo más rentable” con lo que se incrementarán los precios de los otros cultivos y los precios de la carne y los lácteos y así se propagará este efecto a todos los alimentos. Todo esto nace de que el imperialismo ha convertido su crisis energética, en una oportunidad para hacer buenos negocios y lograr otras ventajas colaterales. Veamos, agitando el “cuco” del “calentamiento global” producido, según afirman, por las emisiones de dióxido de carbono provenientes de la combustión de combustibles fósiles como el petróleo, gas natural y el carbón, proponen la gran solución: producir biocombustibles, que son renovables y quemarlos en sustitución de los fósiles que no son renovables. El problema es que estos combustibles también generan emisiones de dióxido de carbono.
Ellos afirman que emiten menos porque las plantas, en su proceso de fotosíntesis vuelven a tomar el dióxido de la atmósfera y recomienza el ciclo. El tema es que “se olvidan” algunos pasos en la contabi-lidad de la energía en juego y por ende, se “olvidan” de algunas emisiones de dióxido de carbono. David Pimentel de la Universidad de Cornell y Tad Patzek de la Universidad de Berkeley, calcularon que para generar una unidad de energía a partir de la soja, se insume 1,27 unidades de energía.(7)
Se Gasta Más de lo Que Se RecuperaEn efecto, en toda la cadena de producción para llegar al biodiesel se utilizará energía fósil, a saber: la producción de la semilla transgénica insume energía, el transporte de la semilla al campo donde se la sembrará también lo hace, la siembra directa, la fertilización, se realizan con tractores que insumen energía, tanto la aplicación del herbicida glifosato como la de los funguicidas foliares y pesticidas varios, se hace fumigando con un tractor o con avión que también consumen energía, también consumen energía la producción del herbicida, del fertilizante y de los funguicidas y pesticidas, y debe contabili-zarse la energía necesaria para transportar todos éstos insumos al campo donde se los aplicarán.
Una vez crecida la soja, hay que cosecharla y transportarla a la planta de elaboración de aceite, éstos pasos también insumen energía. La producción del aceite de soja, involucra una serie de pasos en los cuales por supuesto, se consume energía. Primero, los granos de soja son sometidos a un proceso de limpieza por zarandeado y aspiración, luego se procede a la rotura del grano por medio de un sistema mecánico, formando láminas que aumentan la superficie de contacto con el solvente (hexano), luego se procede a una destilación aplicando temperatura y vacío y por último, luego de un filtrado, se neutra-liza y se seca, obteniendo como producto el aceite de soja refinado.
Los insumos, hexano 1Kg por Kg de soja, el ácido fosfórico 0,17 Kg por tonelada de soja y bentonita, también requieren energía para su producción y transporte a la planta elaboradora de aceite. El trans-porte del aceite hasta la planta elaboradora del biodiesel y la propia operación de la planta de elabora-ción del biocombustible también insumen energía. Esta operación consiste en lo que se denomina un proceso de transesterificación por catalización básica. El biodiesel es un metil-éster de soja elaborado a partir del aceite de soja combinado con metanol y con presencia de hidróxido de potasio como cataliza-dor básico. En el proceso se utilizan como insumos, metanol 110 Kg por tonelada de aceite, hidróxido de potasio 11 Kg por tonelada de aceite y ácido fosfórico 4,5 Kg por tonelada de aceite.
También se insumirá energía en la producción de estos insumos y en su transporte a la planta de ela-boración. Como se pretende utilizar éste combustible en forma masiva, entonces debe considerarse toda la energía involucrada en su obtención a los efectos de que se compruebe la obtención de un valor positivo, es decir que la energía obtenida sea mayor a la empleada para su producción. En ese sentido es que debemos computar también, la energía insumida en la producción de toda la maquinaria utili-zada en el proceso, desde las tareas agrícolas hasta las plantas productoras del aceite y del biodiesel (se entiende que la parte proporcional al desgaste de la maquinaria en la producción por Kg).
La mayoría de estas energías involucradas son aportadas por combustibles fósiles que también emiten dióxido de carbono a la atmósfera, la energía eléctrica consumida en la planta aceitera y en la planta productora de biodiesel también debe contabilizarse como un 55% de origen fósil debido a la composi-ción de nuestra matriz de generación eléctrica. También hay que incluir en el balance de dióxido de carbono otro factor “olvidado”: la tala de bosques, las ya realizadas para la producción de soja y los próximos a realizarse con el mismo fin. Me atrevería a decir que si se hicieran éstos cálculos, compro-baríamos que la producción y consumo de estos combustibles aumentarían la emisión de dióxido de carbono, en lugar de reducirlo. O sea que no sirven para lo que son propuestos como solución.
Biocombustibles, cada cual atiende su juego.Si la reducción de emisiones de dióxido de carbono están en duda ¿Porqué se los utiliza en los EEUU y en la UE? En EEUU el metanol es utilizado para eliminar las emisiones contaminantes de las naftas, como el plomo, al reemplazar como antidetonante al tetraetilplomo y otros compuestos contaminantes, por el metanol, que además de reducir Estas emisiones contaminantes aumenta la performance del motor.(8) El biodiesel es utilizado en la UE para conferirle al gasoil la lubricidad que pierde al utilizar para su producción petróleo crudo sin azufre, para poder cumplir con las más exigentes normas de emisión de gases sulfurosos. (www.inti.gov.ar)
Además, los objetivos de utilización son limitados, no se piensa por supuesto, en la sustitución total del petróleo por biocombustibles, dado que es físicamente imposible, se necesitaría sembrar una superficie equivalente a varios planetas tierra para hacerlo. La sustitución de combustibles fósiles por biocom-bustibles, está proyectada, tanto en los EEUU, como en la UE, en el orden de 20%, como máximo para el 2020, siempre y cuando no se utilicen masivamente los terrenos europeos ó norteamericanos desti-nados a cultivo de sus propios alimentos, es por eso que se demandará ingentes cantidades de biocom-bustibles del tercer mundo. O sea, los biocombustibles son complementarios de los combustibles fósiles para el imperialismo, lo que les permite a las grandes empresas petroleras prolongar la vigencia del modelo actual basado en los combustibles fósiles que rige desde hace más de dos siglos, manteniendo sin cambios todo su sistema tecnológico de producción, sus redes de distribución, etc.
Es decir que es falsa la antinomia de biocombustibles vs. combustibles fósiles; este es un proyecto en donde el imperialismo gana tiempo: el necesario para ir adaptando su aparato productivo a los cambios que tienen proyectado en sus matrices energéticas, mientras nosotros lo perdemos, precisamente generando la energía que les exportaremos y no consumiremos nosotros en nuestra industria, que es precisamente, lo que conviene al imperialismo mundial: que no incrementemos el consumo de nuestras materias primas que ellos consideran son sus reservas.
Brasil es el mayor productor mundial de biocombustibles. Tiene en estos momentos 347 plantas, la mayoría de etanol. Las razones son históricas. Debido a que en los años 70 no estaba madura la industria petrolera en el país y las importaciones se habían vuelto muy caras, para no detener su crecimiento industrial, se decidió incrementar la producción de etanol. Esto fue un recurso válido, basado en la producción de bioetanol a partir del bagazo de la caña de azúcar, que llegó a sustituir el 75% del consumo de nafta en los automotores brasileños. Es por eso que Brasil adopta posiciones diferentes al resto del tercer mundo: tiene con qué.
Reflexiones finalesEn la actual guerra por los recursos naturales del planeta, fundamentalmente los energéticos, librada entre el imperialismo mundial y los pueblos del denominado tercer mundo, los países imperiales han adoptado ésta ideología del “calentamiento global”, de la “reducción de emisiones de dióxido de carbono” y lucha “contra la contaminación”, a través del “desarrollo sustentable”, como forma de aplicar el tercer golpe de timón económico dado por el imperialismo, desde los años ´70.
El primero fue “La Revolución Conservadora” en los 70, liderada por Margaret Thatcher y Ronald Reagan. Consistió en el abandono de la economía keynesiana, dejar de lado al Estado de Bienestar, el objetivo de la economía no era ya la plena ocupación, sino el control de la inflación. Consecuencia: ajustes fiscales, desempleo, miseria, enfermedades y muerte, para los pueblos del tercer mundo.
El segundo, fue el llamado “Consenso de Washington” en los 90. Consistió en las privatizaciones, re-ducción de los Estados Nacionales a un mínimo, y la desregulación de las economías, obteniéndose las mismas consecuencias, agravando la situación.
Este tercero: es el del “Desarrollo Sustentable”, el objetivo será el de la “Economía Verde”, no contaminante. La consecuencia será la misma: desempleo, miseria, enfermedades y muerte, para los pueblos del tercer mundo. Esta política se está desplegando a toda velocidad. Además de la película que hace poco vino a promocionar Al Gore y su recomendación de la adopción de los biocombustibles, recordemos la casi simultánea visita de Bush a Brasil y el acuerdo sobre bioetanol que firmó con Lula (fue a Brasil un poco antes que Gore a la Argentina), la propuesta de Bush de realizar una cumbre del efecto invernadero (Clarín 1/6/07), la réplica simiesca y cipayesca de Ricardo Lagos, proponiendo que el acuerdo sobre no emisión debe incluir a los países del mundo entero (Clarín 3/6/07), la gran cober-tura que los multimedios al servicio del imperio le están dedicando, el grupo de los ocho volvió a reiterar el tema.
El texto aprobado declara “El cambio climático es un problema global, la respuesta debe ser interna-cional”, reconoce la responsabilidad de los países industrializados, pero llama a los emergentes a redu-cir también las emisiones de dióxido de carbono. (Clarín 8/6/07). En nuestro país se acaba de crear el “Instituto Nacional de Investigación para el Desarrollo Sustentable” dependiente de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable. (Clarín 15/6/07) Sigue vigente la estrategia recomendada en 1974, por Henry Kissinger, en el documento titulado “Las repercusiones del crecimiento mundial de la población, para la seguridad y los intereses de los Estados Unidos en ultramar”.
Recordemos que el Club de Roma en aquel entonces vaticinaba que para el año 2.000 la población mundial sería de 8.000 millones, la población real fue en ese año de 6.000 millones. Las políticas imperiales surtieron efecto. Pero ahora, van a pasar al ataque con ésta nueva ideología de la contami-nación, ya no pueden inventarle nuevos nombres al imperialismo y a la economía liberal, entonces ahora pasaremos a la etapa del “Desarrollo Sustentable”, o sea, al no desarrollo. Diríamos entonces al genocidio, al exterminio de miles de millones de seres humanos, basados en una ecología de tipo mal-thusiana. Suena petardista, exagerado.
En mis viajes por internet buscando temas sobre energía, encontré un estudio realizado por científicos de la Universidad de Berkeley y de la Universidad de Stanford, titulado “La cantidad de población óptima”. La parte interesante dice así: “Hasta que las culturas y la tecnología no cambien de forma radical, el número óptimo que puedan existir simultáneamente, se ubica aproximadamente entre 1.500 y 2.000 millones de personas.” “...las implicaciones políticas de nuestras conclusiones son claras.” Los autores de éste “estudio técnico” son Gretchen Daily de la Universidad de California, Anne Ehrlich y Paul Ehrlich de la Universidad de Stanford, julio de 1994. Si tienen estómago pueden buscar éste ensayo en (www.crisisenergetica.org).
La catástrofe humanitaria se puede producir al no poder disponer gran parte de la humanidad de la energía necesaria, en el momento necesario, en el lugar necesario. La crisis sobrevendrá fundamental-mente sobre la cuestión del agua potable. El agua potable disponible en el planeta es sólo del 2%. Por lo tanto, se requerirá energía para, llegado el momento, potabilizar el agua de los mares, transportarla y bombearla a donde se necesite. Por eso todos los proyectos que tengan que ver con la energía son de primera prioridad.
El imperialismo tiene un plan, nosotros aceptamos formar parte de su plan. El imperialismo tiene proyectos para invertir en plantas nucleoeléctricas, Estados Unidos proyecta 18 nuevas plantas que se sumarán a las 100 existentes, todas éstas son plantas con tecnología de fisión nuclear, pero ya están desarrollando, junto con la UE, Japón, Rusia, China, India y Corea del Sur, el ITER que será el primer Prototipo comercial de Reactor de Fusión Termonuclear del mundo, para producir energía eléctrica. Esto sería dominar el proceso del sol, sería una fuente de energía inagotable, dado que el combustible, el hidrógeno, es el elemento más abundante en la naturaleza.
Mientras tanto seguirán consumiendo hasta la última gota los combustibles fósiles y todo lo otro es para ganar tiempo. Es maniobra diversiva. Tiempo que perderemos nosotros si no hacemos algo. Tenemos con qué hacer algo: la CNEA desarrolló el CAREM, que es un reactor de cuarta generación, es decir de última generación, utiliza uranio enriquecido y agua liviana, con sistemas absolutos de seguri-dad, son pasivos es decir que actúan según principios físicos, que no implican intervención humana ni sistemas lógicos. Ya están interesados en el mismo Australia y Venezuela, pero nosotros debemos urgentemente replantear nuestra matriz energética en base a este potencial, en la misma deberemos incluir a todas las energías posibles, pero tenemos que dar prioridad a la nuclear donde tenemos ventajas adquiridas.
China ha anunciado que proyecta instalar 332 plantas nucleares hasta el 2050. Ahí tenemos una opor-tunidad para exportar realmente valor agregado. Una cosa es el proyecto dependiente actual en donde exportamos energía, que luego nos falta, y una cosa muy distinta es exportar plantas generadoras de energía, proyecto autónomo. La tecnología nuclear requiere especialistas en múltiples disciplinas: Física Nuclear, Radioquímica, Química Analítica, Química del Uranio, Electrónica, Biología, Medicina Nuclear, Radiación Cósmica, Metalurgia, etc. Proyectar un Plan Nuclear requerirá, por ende, utilización de personal altamente calificado, planes de capacitación, etc, la intervención de numerosas empresas proveedoras de alta calidad, el efecto multiplicador sobre la economía, será muy importante. Este Plan Nuclear será un capítulo dentro del Plan Industrial Nacional.
Esto, por supuesto, estará inscripto en un Proyecto Nacional, que solamente podrá ser llevado adelante cuando un Frente Nacional Antiimperialista, encare la Revolución Nacional y Social pendiente.
Guillermo A. HamlinVea desde donde nos leen
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