Opinión
Una excelente noticia:
LA CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION
APROBO EL ACUERDO CON AUSTRALIA
por José Antonio Artusi
Una fenomenal campaña de desinformación, escraches, y shows mediáticos ha logrado instalar en ciertos sectores de la opinión pública la falsa idea de que nuestros diputados han votado una ley que habilitaría la instalación de un "basurero nuclear" en Ezeiza. Nada más alejado de la realidad. Lo que estuvo en discusión, y se acaba de aprobar en la Cámara de Diputados de la Nación es un Acuerdo con Australia para Cooperación en el Uso Pacífico de la Energía Nuclear.
Este acuerdo ya había recibido la aprobación del parlamento australiano, y tuvo media sanción por unanimidad en el Senado. A pesar de lo que ha sido repetido como una cantinela, este acuerdo no es violatorio de la Constitución Nacional. Así lo entienden muchísimos prestigiosos constitucionalistas - algunos de ellos convencionales constituyentes y asesores de la Convención reformista en 1994, numerosas academias científicas nacionales, el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, y muchos ciudadanos argentinos que nos hemos dedicado a estudiar seriamente y sin preconceptos el tema.
El acuerdo sólo permitiría - en el hipotético caso que Argentina y Australia así lo acuerden dentro de 12 años - que ingresen al país "elementos combustibles gastados" generados por la operación de un reactor nuclear que la empresa INVAP S. E. está construyendo para la agencia nuclear australiana, merced a haber ganado una licitación internacional en la que venció a empresas de primera línea de Alemania, Francia, y Canadá. Estos "elementos combustibles gastados" - que no son residuos radiactivos- ingresarían temporalmente para su procesamiento y posterior reexportación de todo el combustible (más los residuos generados en el proceso) a Australia para su disposición final.
En la Argentina no quedaría ni un gramo, ni una molécula de residuos radiactivos. Estos factores, usualmente omitidos con prolijidad por las organizaciones que se oponen al acuerdo, tornan absolutamente carente de sentido hablar de "basurero nuclear" o "inodoro nuclear", como alegremente repiten tantos medios, intimidando y atemorizando a una opinión pública confundida por argumentos seudocientíficos cuando no directamente falaces. El gobierno nacional tuvo que enfrentar poderosas presiones de los países afectados por el éxito de INVAP, una empresa 100 % estatal, propiedad de la Provincia de Río Negro.
La licitación ganada fue un logro resonante en defensa del interés nacional. Hoy mismo, grandes medios nacionales siguen desinformando alevosamente, al sostener que el acuerdo con Australia contiene "cláusulas secretas", confundiendo (deliberadamente?) entre el acuerdo binacional de cooperación y el contrato entre INVAP y la agencia nuclear australiana, para la construcción del reactor.
El contrato tiene una cláusula de confidencialidad - usual en este tipo de contratos - como modo de proteger las innovaciones tecnológicas que harán de este reactor el más moderno de su tipo en el mundo. La Argentina es un país nuclear desde 1950, y tiene un registro impecable en materia de seguridad. Los verdaderos problemas ambientales no son producto del desarrollo sino de su ausencia, de la pobreza, de la miseria, del atraso, del subdesarrollo; y los sufren sobre todo los más pobres: agua contaminada, falta de saneamiento, residuos urbanos, viviendas indignas, hambre, inseguridad vial, etc. Estos problemas no son producto del desarrollo nuclear argentino, del que debemos estar orgullosos, y que por el contrario, permite salvar muchas vidas, y es un eje estratégico del desarrollo y de la autodeterminación nacional.
A los diputados que votaron a favor del acuerdo les asiste la razón, y han sido injustamente "escrachados" y vilipendiados. Deben sentir la solidaridad y el apoyo de la ciudadanía. Me permito finalizar citando párrafos finales de la declaración que suscriben numerosas academias científicas nacionales y que lamentablemente no ha tenido demasiada difusión: "...tratando la cuestión con seriedad, no vemos que se pueda arribar a otra conclusión que no sea que el Acuerdo con Australia en modo alguno contraviene la Constitución Nacional. ... La aprobación por la Cámara de Diputados del acuerdo marco de colaboración con Australia es de vital importancia para que esta actividad pueda continuar y para que la Argentina realice su destino tecnológico. ... la cancelación de este acuerdo relegaría al país a la triste categoría de socio no confiable y significaría condenar al fracaso la industria nuclear argentina. En último análisis la consecuencia de tal frustración sería empujarnos hacia la pobreza y el atraso...".
Por suerte, los Diputados de la Nación han estado a la altura de las circunstancias y han evitado semejante desatino. Falta que el Presidente Kirchner promulgue la ley.-
José Antonio Artusi Concepción del Uruguay
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