Cuando uno cree que ya escucho todo, que los argumentos antimine-ros ya han sido expuestos, aparece algo nuevo, original, por fin algo distinto!!!

Nos vienen a decir lo que debemos hacer…

Albert Berry, economista profesor de la Universidad de Toronto y candidato en 2004 al Nobel de Economía, nos alecciona:

“Yo diría que bajo condiciones colombianas, con la historia del conflicto rural, en general, independiente de la minería, esas son condiciones muy poco aptas para el desarrollo minero, por eso para mí sería buena idea cerrar las nuevas operaciones durante un tiempo hasta que Colombia pueda cumplir con las condiciones para manejar esa industria.”

Y en una suerte de “sincericidio” reconoce: “…claro que estoy adi-vinando y uno tiene que estar muy cerca de la realidad colom-biana, de las políticas del día a día para decirlo…” - “yo desco-nozco los debates internos en los diferentes ministerios de Colombia y en Planeación Nacional”. Si adivina, y no conoce, ¿para qué opina?

Este señor que admite adivinar y no saber, insiste en considerarse capacitado para juzgar quien puede o no, hacer minería. Y lo que es peor aún, hay gente en nuestros países que lo escucha, en una reedición del “colonialismo mental”, del que nos alertaran don Arturo Jauretche y Raúl Scalabrini Ortiz.

No solo este señor canadiense nos recomienda que hacer, también tenemos la versión nacional, como de entrecasa, una especie de “subcolonialismo mental” que desde Buenos Aires quieren ejercer algunos políticos porteños, al decirnos de qué debemos vivir y cómo en las provincias. Y no faltan los colonizados que les hacen caso.

Desde el puerto, nos quieren dar cátedra, y opinan de lo que somos o no capaces en el interior. Y no sólo algún diputado cineasta, hasta hay un político demócrata de Mendoza,  que encandilado por la luces de Buenos Aires, nos quiere dar lecciones. Incluso  hay gente que desde la misma provincia vecina de San Juan, sostiene que La Rioja no está preparada para tener minería…

Si los colombianos, algunos latinoamericanos, la gente del “interior”, o los riojanos, según la versión local, todavía no estamos en condiciones de hacer minería, cuando lo estemos, nos lo van a venir a indicar?. Tendremos que esperar su iluminado veredicto para poder empezar?

A principios del siglo XX los colonizadores ingleses se arrogaban el derecho de decidir en qué países ponían trenes, donde alguna industria o quienes se dedicaban a la provisión de cuales materias primas. Tenían la fuerza militar, la tecnología y el dominio colonial para hacerlo, lo consideraban la gran obra colonizadora del "hombre blanco". Y no es que estuviera bien o mal, era el signo de esos tiempos, el mundo se manejaba así; los franceses lo pretendían hacer, y envidiaban a los ingleses, y muchos otros querían sumarse al reparto colonial, al punto de llevar al mundo a la primera guerra mundial.

Ahora el colonialismo ya no se ejerce con las cañoneras. Ahora es más sutil, más delicado, ahora vienen los catedráticos extranjeros y opinan, los políticos porteños y opinan,… reforzando el accionar de la internacional verde, para alimentar los argumentos, y también los bolsillos de los pro-motores del subdesarrollo. Ahora el colonialismo es mental...

Como nos dice Jorge Orduna (Ecofascismo – 2008), “cazar monos con arco y flecha, tener prostitución infantil...... es ambientalmente sustentable....” Y cuando hablamos de prostitución infantil, no es retórica, basta mirar para el Valle de Uco, donde los intendentes, hacen gala de fe antiminera.

Quieren preservar el mundo para su uso y disfrute, y nos dicen que si nos desarrollamos, ponemos el planeta en peligro..., es fácil opinar si estás del otro lado del mostrador: alimentado, climatizado, vestido y desarrollado.

Buscar nuestro propio camino al desarrollo, un desarrollo integral, con cui-dado del medio ambiente y participación de la comunidad, a esta gente no le conviene, les arruina el negocio, el de imponernos espejitos de colores...

Vienen desde el norte, vienen desde el puerto, a decirnos que debemos hacer…, de qué somos o no capaces… y algunos colonizados mentales repiten lo que dicen…