“El debate del fumador pasivo está terminado”. Tal es el mensaje de la oficina del Cirujano General [equivale a Ministro de Salud de EEUU], distribuido por los serviles medios de comunicación. La afirmación es que la ciencia ha probado ya, de manera abrumadora, que el humo de otros fumadores le puede matar. En realidad, el “debate está terminado” simplemente significa: “Si tiene dudas, cállese!”.
Pero todos deberíamos tener dudas sobre el nuevo informe del Cirujano General, un masivo trancaportones de 727 páginas. Lo mismo que muchos informes masivos sobre asuntos controvertidos, probablemente está diseñado de manera que nadie (especialmente reporteros con una fecha de cierre inminente) querrá o tendrá el tiempo necesario para leer más allá de “resumen ejecutivo”. Eso me incluye a mí; si yo tuviese esa clase de tiempo volvería a leer La Guerra y la Paz. Dos veces. Pero el informe admite que no contiene nueva ciencia ni estudios de modo que podemos evaluarlo basados en las investigaciones actualmente disponibles.
Fumar activamente es tonto, pero no se ha mostrado hasta la fecha, después de más de dos décadas de investigación ninguna relación entre el fumador pasivo y mortalidad alguna.Primero consideremos al estudio de la EPA de 1993 que comenzó con la cruzada del fumador pasivo. Declaró que el humo de segunda mano era cancerígeno basado en un análisis combinado (meta análisis) de 11 peque-ños estudios. La prensa se apresuró a alinearse con la alarma con titulares que bramaban: "Fumar Pasiva-mente Mata a Miles", y editoriales demandando: “Prohíban al Peligroso Fumar; Informe Muestra Que Es Un Asesino.”
Pero el informe de la EPA tenía más agujeros que un colador de espaguetis. Su mayor debilidad fue la negati-va de la agencia para usar la norma de oro de la epidemiología, el intervalo de confianza de 95%. Esto simplemente significa que hay sólo 5 chances sobre 100 de que la conclusión se obtuvo por azar, aún cuando el estudio haya sido hecho correctamente.
Curiosamente, la EPA decidió usar el nivel de 90%, duplicando efectivamente la posibilidad de obtener su re-sultado por pura suerte en el revoleo de la moneda.
¿Por qué haría algo tan extraño? Usted lo adivinó. Sus resultados no eran significativos al nivel del 95%. Esencialmente, movió los postes del arco para atrás porque la pelota se había quedado corta. En terminología científica esto se conoce como “deshonestidad.”
Un meta análisis mucho más grande apareció desde el informe de la EPA. Publicado en el British Medical Journal (BMJ) en 2002, encontró una ligera significancia estadística cuando se combinaban 48 estudios. Examinándolos de manera separada, sin embargo, solamente siete mostraban mostraron un significante exceso de cáncer de pulmón. Los otros 41 no.
Sin embargo, los “meta análisis” sufren de problemas como diferentes estudios que han sido conducidos de manera diferente –el acertijo del las manzanas y las naranjas. Lo que era realmente necesario era un estudio que involucrar una gran cantidad de participantes durante una largo perío-do de tiempo, usando la misma evaluación.
Puesto de otra manera, por favor no sople el humo sobre la cara de sus hijos basado en un solo estudio. Pero también mostraba ningún aumento entre las esposas de los fumadores y sus compañeros de trabajo.
El más gigantesco de los estudios sobre el fumador pasivo, sin embargo, y probablemente el más grande que jamás vaya a aparecer publicado a causa de su enorme costo y esfuerzo, provino de los laboratorios de experimentación de los investigadores profesores James Enstrom, de la UCLA, y Geoffrey Kabat del State University de Nueva York, Stony Brook. Publicado en el prestigioso British Medical Journal en 2003, este estudio de 39 años de duración sobre 35.561 pobladores de California no encontró ninguna “relación causal entre la exposición [al humo de segunda mano] y las muertes relacionadas al tabaco,” añadiendo que sin embargo “un pequeño efecto” no puede descartarse.
La razón por la que el fumar tabaco activamente puede ser un terrible matador mientras que el fumar pasiva-mente puede no causar muertes yace en la regla de la toxicología: “La dosis Hace al Veneno”. Estamos bom-bardeados de manera constante por cancerígenos, pero en cantidades tan mínimas que el cuerpo los repele de manera efectiva. Un estudio del New England Journal of Medicine encontró que aún ya en 1975 –cuando el tener el humo soplado en el rostro era común en los restaurantes y lugares públicos- la concentración era equivalente a 0,004 cigarrillos por hora. Eso no es lo mismo que fumar dos paquetes por día, no?
Pero nada de esto tiene el menor impacto sobre las agencias federales, municipales, y organizaciones como la America Lung Association por una muy buena razón. Ellos saben que están científicamente equivocados. El motivo de la campaña del “fumador pasivo” jamás ha sido proteger a los no fumadores, sino el forzar a los fumadores a dejar el hábito.
Es fácil estar de acuerdo con esta última meta, pero inventar resultados científicos y cancelar el debate científico como un medio de lograrlo es tan intolerable como lo era cuando la Alemania Nazi “probó” la validez de la eugenesia.
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