El climatólogo James Hansen apoya al vandalismo anti-industria empleado para combatir al calentamiento global, y el científico de la atmósfera Paul Crutzen ve al colapso financiero mundial como benéfico para el ambiente. Mientras tanto, muchos miles de personas van a la quiebra por el colapso financiero mundial. El ambiente impertérrito.
"Si miramos al freno en la economía,” dijo el Premio Nóbel de Química 1995 por el fraude del agujero de ozono, “habrá menos quema de combustibles fósiles, de manera que para el clima será una ventaja.”
Un viaje desde el Planeta Gore a un pequeño lugar llamado Michigan, en el planeta Tierra, podría hacer que estos “expertos” fuesen más prudentes y mantuviesen su boca cerrada. Crutzen hallaría que el estado de Michigan estuvo bien a la cabeza (o la falta del uso de ella) de los demás estados de la Unión en la destrucción de su economía y el curado de las heridas hechas a la Madre Tierra, mediante la reducción de sus emisiones de gases de invernadero.
Desde el año 2000, Michigan ha sufrido una hemorragia de 460.000 puestos de trabajo mientras que su tasa de desempleo subió de 3,2 a 8,9 por ciento. El año pasado la ciudad de Detroit, donde están las más grandes fábricas de autos (General Motors, Ford, Chrysler, etc) batió el record de hipotecas eje-cutadas en la nación. Una verdadera ventaja para el clima!
El resultado de este freno en la actividad industrial y comercial, ha sido el resultado de esfuerzos líderes para los Estados Unidos en reducir las emisiones de gases de invernadero y por supuesto, su consecuencia notoria y bien visible ha sido la rápida desaparición de la actividad industrial y comercial, y con ella la desaparición de las oportunidades de trabajo. Ello causó un empobrecimiento de la pobla-ción en la clase media y la imposibilidad de cumplir con el pago de sus hipotecas.
Pero los habitantes de Michigan está lejos de aplaudir las ventajas que esto le ha traído a Madre Tierra. En vez de vandalizar a las industrias productoras de CO2, como bien predica el Sr. Hansen, el goberna-dor del estado (un Demócrata muy “verde”, de hecho) ha hecho lo contrario: hizo llover más de $100 millones de dólares en exenciones impositivas a los fabricantes que emiten dióxido de carbono en un desesperado intento de evitar la fuga de industrias y mantener los puestos de trabajo dentro de su desquiciado estado.
Crutzen concede que sacrificar la prosperidad económica en el Altar Verde puede parecer “Cruel”. Es cierto, y la idea de que dos científicos discutan seriamente cosas como el vandalismo y los beneficios del colapso económico sólo muestra la inmensa pero peligrosa tontería que es el movimiento que impul-sa la lucha contra el “calentamiento global”. Se vuelve mucho más grave cuando vemos que estos científicos embarcados en el fraude del cambo climático, tienen sólidos ingresos garantizados por el gobierno y fundaciones interesadas en promover su agenda política de control total de las fuentes de energía. Son verdaderos mercenarios a sueldo de intereses geopolíticos demasiado poderosos.
Conclusiones Para Latinoamérica
Si embargo, no todo es tan malo como parece a primera vista. Será malo para los países que adopten los insanos consejos del IPCC y su legión de mercenarios. En cuanto al futuro de Latinoamérica, que es lo que realmente nos debería preocupar, se podría presentar una pequeña oportunidad de zafar de la dependencia de los países industrializados. Es claro que, de aplicarse las restricciones que Kioto impone a las naciones que han firmado tan anticientífico tratado, las naciones firmantes tendrán serios proble-mas en sus economías –como lo está teniendo Michigan- y ya hay diez países de la Unión Europea que analizando las consecuencias de aceptar las directivas de la UE, hicieron conocer su negativa a aplicar esas directivas. Sobre todo Polonia, la República Checa, Grecia e Italia hicieron saber su intención de aplicar el veto a cualquier medida que signifique desmantelar sus industrias y perder miles de puestos de trabajo.
Una declaración de los líderes de varios estados de la Europa Oriental dijo que “La vasta mayoría de las reducciones de gases invernadero en la UE han sido logradas por los miembros menos afluentes y a un costo social y económico muy elevado, y esto debe ser reconocido." Como lo explicara bien claro el Primer Ministro Italiano, Berlusconi, “No es este momento para jugar al don Quijote cuando ni Estados Unidos ni China están reduciendo sus emisiones.”
Hace pocos días, los votantes en Canadá rechazaron de manera decisiva un impuesto a la energía que apuntaba a reducir las emisiones de CO2. En medio del pico de la crisis financiera internacional, los líde-res de la EU en Bruselas están discutiendo una costosa reforma del Esquema de Comercio de Emisiones (ETS). Al final, alguien terminará pagando por la burbuja especulativa que este mercado significa. Y tendrá que pagar dos veces: No sólo por la compra de los permisos para emitir CO2, en primer lugar, sino para la instalación de infraestructuras y know how para manejar al juguete del ETS. En tiempos donde el dinero se hace tan urgente para inversiones productivas para mantener a la economía real viva, mientras que los mercados financieros colapsan, las regulaciones sobre emisiones y derechos de emisión no parecen ser nada importante ni menos aún, tener la prioridad y urgencia que los especula-dores en bonos le quieren dar.
Como dije antes, los 10 países rebeldes de la UE no quieren suicidarse ni inmolarse en aras de una teo-ría sin pruebas ni evidencias. No quieren a sus pueblos sumidos en una crisis sin precedentes sólo en base al maléfico Principio de Precaución, y a vistosos juegos de video que llaman “simulaciones del cli-ma,” que no han podido predecir de manera alguna el actual enfriamiento y la estabilidad de las tempe-raturas desde 200 hasta 2007. Simplemente, no se quieren suicidar. No quieren arruinar sus economías sólo porque alguien les agite la imagen de un fantasma.
Eso fue lo que hizo Estados Unidos hasta la fecha, con excepciones como su estado de Michigan, que ahora sufre las consecuencias, y California que no la está pasando nada bien con su energía. Las diez naciones de la UE tienen el número necesario para cancelar con su veto cualquier iniciativa pro Kioto de la EU, de modo que no parece probable que las restricciones al desarrollo puedan ser aprobadas como han sido presentadas. ¿Quiénes serán los únicos beneficiados? Los especuladores en el negocio de los bonos de carbono, entre los que se encuentran los responsables del actual colapso financiero mundial, y son los principales promotores y financistas del miedo al cambio climático. Es su negocio. El beneficio para el ambiente y la humanidad es nulo.
Los Nuevos Dueños del Mundo
Se encuentran los países del G7 ante un nuevo peligro: el grupo llamado BRIC, por las siglas de Brasil, Rusia, India y China, que no están obligadas a acatar los dictámenes de Kioto sobre sus emisiones, y que por otro lado, resultan favorecidas por la insólita y corrupta actividad de los mercados de bonos de carbono, permisos de emisión, y otros mecanismo por el cual reciben dinero sin hacer nada por el am-biente. Una verdadera estafa, de la que Al Gore es un activo participante con su compañía Generation Investment Management en Londres, y su otra compañía en Boston. Asociado con el siniestro Maurice Strong, el ex secretario de la Cumbre de Río 92 y acérrimo ecologista. Los puntos de la imagen comien-zan a cerrarse y forman una imagen muy reveladora.
El BRIC es un grupo que tiene amplias fuentes de recursos naturales, minerales, yacimientos de carbón, de petróleo y gas natural, con los que pueden impulsar su desarrollo y crecimiento. El BRIC tiene una serie de países satélites o pseudo socios que también disponen de esos recursos, pero que no son un mercado interesante para el BRIC. Los principales mercados son, por ahora, Estados Unidos, Canadá, y la Unión Europea. Pero de imponerse las restricciones de Kioto, esas naciones entrarán en una recesión económica que hará inviable su condición de adquirentes de recursos, petróleo, gas y energía del nue-vo grupo que rodea al BRIC. En consecuencia, el BRIC se convertirá en un grupo cerrado que usará sus propios recursos, y algunos de ellos los destinará a la compra de tecnologías de punta –que todavía quedan pero que no serán más disponibles en caso de la recesión de los países del G7 y de América del Norte por falta de capitales para Investigación y Desarrollo.
El futuro del mundo no se muestra fácil de analizar debido a las innumerables variables y factores que intervienen. Hasta es posible que los miembros del BRIC se conviertan en los nuevos investigadores y desarrolladores de nuevas tecnologías de punta. Recursos no le faltará, y atraerán a cientos de miles de investigadores y técnicos que habrán engrosado la lista de los desocupados en Occidente. Gracias, Kioto, por la oportunidad que se nos presenta.
Es probable que, como se presentan las cosas en estos momentos, el próximo presidente de los Esta-dos Unidos sea el aprendiz de demagogo Barack Obama. Viendo los pergaminos y antecedentes de los gobiernos Demócratas desde Kennedy en adelante, las perspectivas no nos parecen buenas. Sobre todo desde las declaraciones de su equipo de ayudantes sobre la futura imposición a full de las restric-ciones de emisiones de CO2 para combatir el calentamiento global. La gente parece tener memoria de-masiado frágil, y olvidan que fue un Demócrata (Kennedy) quien metió a Estados Unidos en el berenje-nal de Vietnam. Y su seguidor Lyndon Johnson quien sepultó al país hasta el cuello en una guerra que sólo tenía sentido para los proveedores de armamentos. Luego fue un Republicano (Nixon) quien tuvo que sacar las castañas del fuego. De la presidencia del Republicano Ronald Reagan nos queda el colap-so de la ex Unión Soviética y el Tratado de Desarme Nuclear. De la presidencia del Demócrata Jimmy Carter nos quedó la debacle de la industria nuclear y la detención de su desarrollo hasta nuestros días, teniendo Estados Unidos que pasar a depender de la importación de petróleo de los países árabes y de Venezuela. La decisión de Obama de restringir la emisión de CO2 en el país precipitará a los EEUU en una crisis sin precedentes, pero creo que eso forma parte sus planes.
Con los Estados Unidos y Europa fuera del mercado comprador de insumos y recursos de los países productores, los únicos clientes que Argentina tendrían para sus productos serían los miembros del BRIC, y dada la precaria situación de la economía argentina, y la posición de fortaleza de Brasil, y China, estaríamos jugando en desventaja y pasaríamos a depender de ellos en lugar del G7. Estaremos cambiando una dependencia por otra. Y siempre perdiendo el tren que nos llevaría al desarrollo y al progreso. ¿Y cuál es nuestra salida? Ponerse a trabajar en serio. Dejar de lado intereses mezquinos de crear espacios de poder interno y desarrollar una estrategia de desarrollo industrial y explotación de nuestros recursos a largo plazo.
Explotar nuestras minas de uranio y fabricar el combustible que cientos de nuevas centrales nucleares en el mundo necesitarán inexorablemente. Dictar un nuevo Código de Minería que contemple las necesi-dades de la Nación y no la de las multinacionales extranjeras. Impulsar a fondo la producción del agro para abastecer de alimentos a los países que tendrán necesidad imperiosa de ellos. Cortar el gasto inú-til del estado de subvenciones retrógradas e invertir en infraestructura de energía, caminos, ferrocarri-les, aeropuertos, puertos de aguas profundas, construcción de canales para sacar la producción indus-trial, minera y agropecuaria directamente al mar por medio de barcazas, reduciendo inmensamente los costos de transporte y ahorrando un combustible fósil que será vital. Es decir, hacer exactamente lo contrario de lo que los gobiernos pasados (y el actual) estuvieron haciendo desde hace décadas.
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