Por Christopher Monckton
Conferencia en la Local Government Association, Londres
en Julio 3, 2008
NOTA DE FAEC: Lord Christopher Monckton de Brenchley ha sido un importante funcionario del gobierno británico de los años 80, durante el gobierno de la Primer Ministro Margaret Thatcher, y se ha constituido en un importante crítico del alarmismo que vienen mostrando los políticos de su país en relación al calentamiento global. En este sitio hemos publicado varios escritos suyos, y recordamos su intervención en la famosa documental del Canal 4 de Londres, “El Gran Timo del Calentamiento Global” (The Great Global Warming Swindle), que se puede ver en este mismo sitio en esta dirección. En este nuevo aporte al debate, Monckton presenta los argumentos que considera convincentes y menciona a los estudios científicos y su/s autor/es como referencia que los interesados pueden consultar haciendo una búsqueda en Google.
Aunque la temperatura global ha aumentado, lo hizo en una línea recta a una tasa de 0,5º C/siglo durante 300 años, desde que el Sol se recuperó del Mínimo Maunder, mucho antes de los humanos tuviesen alguna influencia (Akasofu, 2008)
Aún si el ascenso de la temperatura se hubiese acelerado, la temperatura está ahora 7º C por debajo de la que hubo durante gran parte de los últimos 500 años; 5º C debajo de los 4 últimos interglaciales; y hasta 3º C por debajo de la Edad de Bronce, y los Óptimos Climáticos Romano y Medieval (Petit et al, 1999; IPCC, 1990)
Aún si el actual calentamiento fuese sin precedentes, el Sol es la causa probable. Fue más activo em los últimos 70 años que en los 11.400 años anteriores (Usoskin et al., 2003; Hathaway et al., 2004; Solanki et al., 2005).
Aún si el Sol no fuese el responsable, durante la era Cambriana no hubo ningún atastrófico “invernadero desbo-cado”, cuando la concentración de CO2 en la atmósfera era ~20 veces más alta que la actual. La temperatura fue apenas 7º C más caliente que hoy (IPCC, 2001).
Aún si los niveles de CO2 hubiesen establecido un récord, no hubo calentamiento desde 1998. Las temperaturas estuvieron cayendo durante 7 años. La caída de temperatura entre Enero 2007 y Enero 2008 fue la más pronun-ciada desde 1880 (GISS; Delhi; NCDC; RSS; UAH: todos de 2008).
Aún si el planeta no se está enfriando, el ritmo de calentamiento es mucho menor que lo que el IPCC se imagina. Sería demasiado pequeño para causar daño. Podría no haber nuevo calentamiento hasta 2015 (Keenlyside et al., 20208).
Aún si el calentamiento fuera perjudicial, el efecto de la humanidad es minúsculo. “Los cambios observados podrían ser naturales.” (IPCC, 2001; Chylek et al., 2008; Lindzen, R., 2007; Spencer, R., 2007; Wentz et al., 2007; Zichichi, 2007; etc.)
Aún si nuestro efecto fuese significante, la huella humana proyectada por el IPCC –calentamiento de la tropos-fera media tropical al triple de la tasa que la superficie- está ausente (Douglass et l., 2004; Lindzen, 2007; Spencer, 2007).
Aún si la huella humana estuviese presente, los modelos climáticos no pueden predecir el futuro del complejo y caótico sistema climático, a menos de que sepamos el estado inicial con una precisión inalcanzable (Lorenz, 1963; Giorgi, 2005, IPCC, 2001). Aún si los modelos computados pudiesen funcionar, ellos no pueden predecir las tasas futuras de calentamiento. La respuesta de la temperatura al aumento de los gases de invernadero es una “entrada” a las computadoras, no una “salida” de ellas. (Akasofu, 2008)
Aún si la alta “sensibilidad climática” al CO2 imaginada por el IPCC fuese correcta, no sería muy probable que ocurriese un desastre. La literatura con “peer-review” es casi unánime en no predecir ninguna catástrofe climática (Schulte, 2008).
Aún si Al Gore estuviese en lo cierto sobre que algún daño podría ocurrir, “el escenario de Armageddon que él describe no está basado en alguna visión científica.” El nivel del mar podría subir 30 cm hacia el 2100, pero nunca 7 metros! (Burton, J., 2007; IPCC, 2007; Mörner, 2004).
Aún si el Armageddon fuese probable, las precauciones sin fundamento científico están ya hambreando a millo-nes a medida de que los biocombustibles –un crimen de lesa humanidad- impiden el uso de la tierra agrícola para alimentos, duplicando el precio de los cereales en un año (UN FAO, 2008)
Aún si las precauciones no estuviesen matando a millones de pobres en el mundo, no podrían funcionar mejor que la prohibición “precautoria” del DDT que mató a 40 millones de niños y personas en el mundo antes de que las Naciones Unidas (FAO) la cancelaran en Septiembre de 2006 (Dr. Arata Kochi, Programa Malaria de la ONU, 2006
Aún si las precauciones pudiesen funcionar, el daño estratégico causado a la humanidad matando a los pobres del mundo y destruyendo a prosperidad económica de Occidente cancelaría cualquier beneficio para la humanidad (Henderson, 2007; FAO ONU, 2007)
Aún si los beneficios climáticos de la mitigación pudiesen balancear las millones de muertes que están causando, la adaptación como es (y si es) necesaria sería mucho más costo-efectiva y menos dañina (todos los economistas excepto Stern, 2006)
Aún si la mitigación fuera tan costo-efectiva como la adaptación, el sector público –que emite el doble de CO2 que el sector privado para hacer lo mismo- debe reducir su propio tamaño a la mitad antes de predicarnos sobre algo (Friedman, 1993)
En consecuencia, esquemas inútlies y extravagantes propuestos por el Estado y sus órganos para mitigar el imagi-nado “calentamiento global” no tendrían más efecto que la orden del Rey Canuto a la marea de no subir para no mojar sus Reales Pies.
Debemos determinar la ciencia de manera correcta, o tendremos las políticas equivocadas. No hay cosa como una crisis climática causada por el hombre. Es un NO-problema. El correcto enfrentamiento político a un NO-proble-ma es el CORAJE DE HACER NADA.
Comentario de FAEC: Aunque lo correcto para enfrentar el “calentamiento global” es HACER NADA, dado que el verdadero cambio climático parece que va en sentido de un fuerte enfriamiento, lo correcto de hacer es asegurar que la humanidad pueda disponer en los países de altas latitudes de la suficiente energía para calefaccionar hogares, hospitales, escuelas, edificios públicos, autobuses, automóviles, y cualquier cosa donde los humanos se desplacen.
En este sitio hemos publicado numerosos artículos y referencias a cientos de estudios científicos que han demostrado que el frío causa casi SIETE veces más muertes que el calor. Aún en ciudades tropicales como San Pablo y Río de Janeiro, durante el invierno –donde las temperaturas raras vez bajan de los 15º C – hay mayor mortalidad entre los ancianos y enfermos que durante el verano cuando las temperaturas pueden llegar a sobrepasar los 40º C.
También deberemos prepararnos para una disminución de las áreas de siembra por el avan-ce de las regiones heladas sobre el ecuador. Esto causará disminución de las cosechas por reducción de los rendimientos- por más que las tecnologías en ingeniería genética traten de compensarlo. Las poblaciones del mundo sufrirán los efectos de esta reducción en la pro-ducción y disponibilidad de alimentos -y la gente recordará con tristeza la época cuando el mundo era más caliente.
La crisis energética que experimenta Argentina demostró en 2007, un invierno realmente helado, que es necesario desarrollar una mayor infraestructura en generación eléctrica y, sobre todo, en promover y/o financiar la exploración y perforación de nuevos pozos de petróleo y gas natural. Argentina es particularmente sensible a la escasez de gasoil porque el agro consume grandes cantidades del mismo, y de fuel-oil que es empleado para la generación eléctrica de las grandes usinas. Aún en este inverno particularmente moderado, la escasez de gasoil y gasolina se hizo sentir en todas las estaciones de servicio, aún cuando el transporte de carga estuvo sumamente restringido a causa de los cortes de ruta y el campo no estuvo preparándose para la siembra de la próxima campaña.
Pero la escasez se hará sentir una vez reiniciadas las actividades del agro y la temperatura caiga unos pocos grados. Por eso la prioridad UNO del gobierno debe ser concentrarse en el tema ENERGÍA, seguir a marcha acelerada la construcción de la central nuclear Atucha II y planificar a largo plazo el diseño e instalación de nuevas centrales nucleares distribuidas estratégicamente en todo el territorio para facilitar un desarrollo armónico del país, evitan-do la concentración de industrias en el Gran Buenos Aires, o las grandes ciudades. También puede exportarse el excedente de energía a Chile y Uruguay que seguramente seguirán con su crónica falta de energía. ¿No sería momento para que ellos también piensen en construir centrales nuclares para independizarse de los jeques petroleros?
Es claro que este plan no será del agrado de Greenpeace y la corporación ecologista argentina, chilena y uruguaya. Por ello tenemos que estar atentos para impedir que entor-pezcan o anulen el progreso de nuestras naciones y que de una buena vez el Mercosur sea una realidad en beneficio de todos.
Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC
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