Despidan A Hansen, AHORA!
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Mensaje a la NASA:
Despidan A Hansen, AHORA!


Por Anthony Watts
Meteorólogo
[Fuente: What's Up With That]


El Dr. James Hansen del Goddard Institute for Space Studies de la NASA

Estuve luchando con este tópico durante horas sobre la mejor manera de presentar esto en este foro. He decidido simplemente ponerlo de la manera que y lo veo.

Ha sido un feo día para la ley y el sentido común. Ahora, el vandalismo en nombre de las causas ecológicas está “OK” gracias en parte al Dr. James Hansen, del GISS de la NASA, yendo a defender a los eco ván-dalos. Vean la segunda historia más abajo. Ahora, envalentonados por esta “victoria” que sanciona al ecovandalismo en la Gran Bretaña, ¿cuántas “victorias” más veremos? ¿Y si alguna de estas personas u otras ajenas al hecho resulta herida en el proceso de la próxima acro-bacia? ¿Entonces qué? ¿Quién es el responsable?

Por cierto que yo deseo un mundo más limpio, y recursos energéticos más limpios con foco en el futuro. Pero, bendecir al vandalismo para estas causas no es la manera de llega allá. ¿Qué quiero yo de la NASA como contribuyente de impuestos? Ciencia, soluciones e ideas inspira-doras convertidas en realidad. No quiero activismo político en el nombre de la ciencia.

Después de pensar largamente sobre esto, he llegado a las siguientes conclusiones sobre James Hansen:

  1. Un científico alineándose con el vandalismo como una “excusa legal” es un inapropiado abuso de su posición. Se trata de un asunto legal, no de ciencia.

    En este caso el Dr. Hansen no puede separarse a sí mismo de la agencia como ciudadano privado, porque él fue llevado como “testigo experto”. Aún si hubiese pagado su pasaje y empleado tiempo personal, su presencia estuvo basada en investigación científica financiada por los contribuyentes.

  2. Parece que el Dr. Hansen ha violado el código de ética publicado en la página web de la Ofi-cina del Consejo General de la NASA.

    Tomado de la página web del Goddard Institute for Space Studies: GISS es un laboratorio compo-nente de la División Ciencias de la Tierra del Goddard Space Studies Center, que es parte del Direc-torio de Ciencias y Exploración de GSFC. En consecuencia Hansen cae dentro de esas reglas de ética.

  3. Específicamente, la defensa del vandalismo hecha por el Dr. Hansen en el nombre de una causa en la que él cree se encuadra dentro de la regla de mal uso de la posición. Si ha reci-bido alguna compensación como pasajes de avión, gastos de hotel, comida, etc, para pre-sentarse como experto de la NASA, estaría también rompiendo otras reglas de conducta de la NASA.

  4. Como recipiente de información, específicamente el conjunto de datos de la NASA, él ha llevado a la imparcialidad de esa información a ser cuestionada debido a su activismo en áreas sin relación con la investigación científica.

    Ciertamente el Dr. Hansen tiene un conjunto de trabajo que es impresionante, nadie lo discute. Pero es tiempo de que el Dr. Jim Hansen se vaya. Gracias a él, el conjunto de datos del GISS no es ya más imparcial. Tenemos un sesgo potencial del guardián de la información que no puede ser separa-do de esa información. Si él puede salir en defensa de quienes han quebrado la ley en nombre de la causa del calentamiento global, entonces resulta en un salto todavía más fácil para permitir que el mismo sesgo se infiltre en la información científica de la que es responsable y de las conclusiones extraídas de ella.

    Si usted siente la misma indignación que yo, su recurso es escribirle al administrador de la NASA, Michael D. Griffin, exponiendo sus quejas.

    Michael D. Griffin
    Admnistrador

    c/o NASA Public Communications Office
    NASA Headquarters
    Suite 5K39
    Washington, DC 20546-0001
    (202) 358-0001 (Office)
    (202) 358-3469 (Fax)

    O usar el formulario online para ello.



    Del sitio web de Greenpeace:

    Últimas Noticias: Los Seis de Kingsnorth Inocentes!


    Cinco de los “Kingsnorth Seis” en la parte alta de la chimenea de 200 m.



    Del diario The Independent, Inglaterra:

    Liberados: Jurado decide que la amenaza del calentamiento global justifica quebrar la Ley

    También;

    Científico de la NASA aparece en la corte para avivar las llamas de la estación de energía a carbón

    Fin del artículo de Anthony Watts.



    Más Preocupante de lo que parece

    por Eduardo Ferreyra
    Presidente de FAEC

    Las implicancias del fallo absolutorio son graves. Desde hoy es permitido cometer crímenes alegando una presunta lucha contra el calentamiento global, es decir, quemar un Rolls Royce de $150.000 dólares o un Hummer 4x4 de $70.000 está OK, siempre que se excuse uno diciendo que la destruc-ción de esos vehículos esta justificada porque al quemar combustible y emitir CO2 se está contribu-yendo a la amenaza del calentamiento global. Aunque no se haya demostrado científicamente que es causado por la presencia del CO2 en la atmósfera—y a pesar de que la Tierra ha dejado de calentarse y se dirige de cabeza a un enfriamiento severo.

    También será justificado ponerle una bomba a las refinerías de petróleo, a los pozos petrolíferos, a los super tanques que lo transportan (Greenpeace podría incorporar un submarino a su creciente flota de barcos para torpedearlos!); como el ganado de toda clase “contribuye” al calentamiento global con el metano emitido por ambos extremos de su anatomía, será legal en Inglaterra ametra-llar las vacas en el campo o en el tambo, o incendiar carnicerías, o supermercados que vendan hamburguesas. Todo vale. Hay “piedra libre” para delinquir en nombre del cambio climático.

    En este sitio hemos publicado numerosos artículos de SpikedOnline.com de un personaje ficticio lla-mado Ethan Greenhart (que suena como Ethan Corazón Verde), que tiene una columna donde acon-seja sobre las mejores maneras de vivir de acuerdo con una Ética Verde, un ultraecologismo llevado a extremos absurdos y desopliantes. Acerca de este evento de la central de Kingsnorth, Ethan res-ponde a un lector que le pregunta “si es ético clausurar centrales térmicas que queman carbón”.

    El desarrollo de la respuesta es fabulosamente cómico, pero en el fondo resulta impresionante la ma-nera en que se nos a revelando la filosofía básica del ecologismo a ultranza. En uno de sus últimos párrafos se expresa la verdadera esencia de un movimiento fascista que está convencido –al más puro estilo George Orwell- que ellos tienen el derecho a imponernos al resto del mundo un modo de vida que va en contra de los más básicos derechos del hombre: el de la libre determinación. Dice Ethan Greenhart:

    Johnny, no hay dudas de que debemos cerrar a Kingsnorth, esta catedral del car-bono, esta torre del terror. Haciéndolo zambulliríamos a mucha, mucha gente en a oscuridad e impediríamos que cocinen comidas preparadas en sus hornos eléc-tricos, mientras que también forzaríamos a los hospitales (esos antros basura en donde se almacenan y distribuyen píldoras ensayadas en animales) a cerrar o por lo menos a funcionar 8 horas por día en vez de una desgraciada base de 24/7 devoradora de recursos.

    Esto significa que matar a Kingsnorth no sólo impedirá que el carbón sea física-mente quemado y convertido en una ennegrecida granada de mano arrojada a Madre Tierra –también tomará cuenta de lo que sabemos muy bien que es el PROBLEMA PRINCIPAL que hoy enfrenta el planeta, y todo y todos los que esta-mos en él: el consumo impulsado por la electricidad; el avariento hábito de la gente; la vida de lujos a la que la masa de la población cree que tiene derecho cuando, como sabemos, y como los científicos y los hombres de la ley lo saben, y los expertos saben, ellos no tienen ningún derecho a tal cosa, contaminadores sin cerebro.

    Finalmente hizo aparición el horrible rostro de la verdad: los habitantes del mundo entero no tene-mos derecho a elegir la manera en que queremos vivir sino que tenemos que acatar las órde-nes y los dictámenes de un pequeño grupo de Maltusianos erigidos en “salvadores de la Tierra y los pobres bichitos.”

    Ese el futuro que nos espera si nos quedamos de brazos cruzados dejando que los pandilleros de Greenpeace y sus miles de ONGs asociadas, configurando una asociación ilícita, llevando adelante sus campañas y programas diseñados para “salvarnos” de nosotros mismos. Creen que somos estú-pidos sin cerebro y si dejamos que logren su objetivo les habremos demostrado que tienen razón. Que por estupidez, por inacción o por temor a ser catalogados de "anti-ecologistas", "monstruos contaminadores", o "lacayos de las petroleras" hemos permanecido con la boca cerrada.

    Después no se quejen de que no les avisamos. Lo hemos venido haciendo desde hace 10 años. Pero cuando el sentido común se pierde, el caos se nos viene encima. Vamos mal, pero no se preocupen: la cosa se pondrá peor -si nos quedamos sin reaccionar y permitimos que hagan de las suyas.

    Eduardo Ferreyra
    Presidente de FAEC

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