“Con medidas más racionales la industria del etanol basado en el maíz debería estar de rodillas. Sus seis compañías públicas más grandes han perdido más de $8,7 mil millones de dólares en valor de mercado sólo en los últimos tres años.
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El combustible tuvo muy poco impacto ya sea en los gases de invernadero o la dependen-cia de los EEUU del petróleo extranjero, a pesar de los $80 mil millones de dólares de subsi-dios provenientes de los impuestos de los contribuyentes que se suponía que se harían cargo de esos asuntos.
La crisis financiera mundial he dado munición fresca a los críticos que dicen los EEUU ya no pueden mantener tanta generosidad gubernamental, y no cesa el clamor sobre que los bio-combustibles exacerban el hambre del mundo. […] Pero ese es el tremendo poder político y corporativo detrás de la industria a la que sólo un valiente jugador apostaría que se desva-necerá pronto.”
Comentario de FAEC: En pocas palabras, mientras se sostenga de pie el fraude inicuo del cambio climático por el calentamiento global, causado por un gas que no tiene la capacidad de provocar el calentamiento, la estafa de los biocombustibles seguirá llenando los bolsillos de unos pocos especu-ladores que se alimentan de los subsidios que pagan los contribuyentes.
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