Como sucede en Argentina, algunos funcionarios en Holanda ven el generalizado miedo al cambio climático como una oportunidad de hacer algunos dinerillos extra. Pero de a poco, la gente comienza a darse cuenta de que el asunto huele feo.
Obviamente, al ser Holanda en su mayor parte un extenso delta de río por debajo del nivel del mar (por ello le llaman Países Bajos), su gente han estado siempre muy preocupados por sus defensas contra el una invasión de las aguas del mar del norte. Su preocupación está en relación directa con el nivel del mar frente a sus costas. Son famosas sus impresionantes defensas y murallones de contención que le han ganado al mar muchos cientos de kilómetros cuadrados, y ahora viven allí cientos de miles de súb-ditos de la Princesa Máxima, gozando de los beneficios obtenidos por el uso de las más modernas tec-nologías de la ingeniería de represas.
Es natural que los posibles cambios en el nivel del mar sean un motivo de especial preocupación y man-tengan su atención enfocada en el tema. Hace algunas semanas el gobierno publicó un extenso informe sobre el ascenso del nivel del mar, más o menos basado en el nivel profetizado por Al Gore y sus segui-dores.
Pero una pequeña estación de la televisión holandesa, la RTL4, hizo algo que no se había visto antes en el país: el 4 de Octubre pasado admitió que los asuntos del clima han sido exagerados a favor de un proyecto político del gobierno, y que hay que estudiar el asunto más fondo porque, como dije antes, el asunto les huele peor que un queso Camembert.
Si sabe leer Holandés, el tema se lo explican en esta página.“En su descripción del aumento del nivel del mar, la Comisión del Delta ha pintado el más negro de los escenarios,” según dicen los científicos. Según ellos, la Comisión del Delta quiere asustar a los ciudadanos para vender la enorme infraestructura del proyecto: 100.000 millones de Euros.
“El Mayor Peligro es la Negación”Cuando presentó el informe, el presidente de la Comisión del Delta Cees Veerman, dijo que Holan-da no debería esperar a que ocurra el desastre.
La última semana se publicó una cantidad de agregados al informe, donde la Comisión fue alenta-da a pintar el escenario más negro posible para asustar a la gente y así intentar impedir una discusión nacional sobre la factibilidad del proyecto. Se debería nombrar a un líder carismático como “dictador del Delta”, para suavizar la resistencia y expedir la implementación del plan.
La gente comienza a darse cuenta de que están siendo tratados como a niños; el representante en las cámaras del partido D66, Boris van der Ham exige saber por qué el gobierno usa al “miedo funcional” para obligar la construcción de un proyecto, en lugar de iniciar una amplia discusión general basada en investigación honesta. “El miedo funcional no encaja dentro de nuestra imagen de democracia,” dice van der Ham.
El asunto impulsó al físico y experto en climatología holandés, André Bijkerk a escribirle una carta al Primer Ministro Holandés, el Sr. Jan Peter Balkenende. Bijkerk es miembro de nuestro foro de discusión Climate Sceptics, y es coautor y moderador de un foro de discusión sobre el clima en esta dirección: http://earth.myfastforum.org donde hay abundante información muy seria y científica sobre el tema cambio climático.
Carta Abierta al Primer Ministro de Holanda
A Su Excelencia PM J.P. Balkenende Gobernar es mirar hacia adelante. Yo sé que usted sigue este viejo dicho holandés, y que usted está plenamente conciente de que el futuro bienestar de nuestro pequeño país depende enormemente de las acciones que tomamos ahora. Tenemos que iden-tificar los riesgos, evaluarlos con precisión, y estimar cómo actuar para optimizar al ambiente para el futuro de la gente y la naturaleza. Se trata de un trabajo muy delicado, cuya última responsabilidad descansa en los hombros del Primer Ministro, usted, Jan Peter. |
Será interesante saber acerca del desarrollo de este asunto. Nos preguntamos si en Holanda el gobier-no prestará atención a los argumentos razonables, nacidos de la experiencia y el conocimiento, o si hará lo mismo que sucede aquí con la famosa "Resolución 125", cuyo espíritu se niega a morir.