Desde hace varios años se presenta toda información sobre el clima como apoyada por un supuesto consenso de la comunidad científica sobre el calentamiento global, seguido de inmediato del categórico: "El debate está terminado". Lo curioso es que ni siquiera entre los mismos partidarios del calentamiento hay consenso. Todo es un pésimo chiste de mal gusto, pero que de grosero que es nos causa mucha gracia.
Navegando los mares de la Internet uno se encuentra con cientos y cientos de páginas de los partidarios de la hipótesis del calentamiento causado por el hombre que exponen las teorías más absurdas sobre las con-secuencias que tendrá -o que ya tuvo- el susodicho evento calorífico. Después de algunos años en el tema, no podemos menos que reírnos a carcajadas de las “prometidas” consecuencias.
Variables sobre el tema hay casi una por habitante de este mundo, pero las constantes que jamás faltan son el tiempo potencial y el condicional –algo así como querer curarse en salud, vista la diligencia de los escépticos, menos tremendistas, que salen al cruce de las barbaridades y exponen las razones científicas para una imposibilidad de grado casi infinito para la aparición de esas profecías. A nadie le gusta quedar como un idiota.
Entonces comprobamos que los calentadores se pelean entre ellos por sus teorías sobre el fin del mundo, claro que siempre causado por las acciones de ese ser despreciable, cáncer del planeta, que somos los demás seres humanos. Porque los tremendistas parecen provenir de otro planeta; ellos son inocentes de toda culpa porque separan la basura en orgánica y e inorgánica, o llevan la bolsita de compras al supermer-cado, o andan en bicicleta, o no queman las hojas del otoño o, como Al Gore, después de quemar combus-tible JP-1 a raudales en sus viajes dando conferencias, compensan su “huella de carbono” comprándose a sí mismos sus bonos de carbono –o permisos para seguir “contaminando”. Pavadas.
Antes de que Choquen los Planetas
A Nadie ningún ecologista se le ha ocurrido que el principal peligro para el fin del mundo es la colisión de un cometa descomunal o un asteroide gigantesco contra la Tierra. Quizás, y sólo quizás, el planeta Tierra pase ser otro cinturón de asteroides entre Venus y Marte. Lo más probable es que si el asteroide o el cometa no son los bastante grandes, la Tierra permanecerá más o menos entera y sólo se vería una extinción severa de las especies. Ya ha pasado; es probable que vuelva a suceder.
Unos gritan a todos los vientos que el calentamiento global “PODRÍA” (tiempo potencial, por las dudas) hacer que nazcan más bebés en el mundo, pero desde la página web del frente dicen que nacerán menos bebitos; o las focas andan “alzadas”, lo mismo que las gatas y las ardillas; o que los burdeles tienen menos clientes; se hacen menos circuncisiones; más ejecuciones de brujas; y otros terribles dislates del mismo calibre. Las razones expuestas son tan científicas como una lectura de las cartas del Tarot.
Una pequeñísima muestra de los titulares en Internet (todas son notas basadas en estudios “científicos”!)
Tenemos cientos y cientos de este tipo de titulares, cada uno más loco que el anterior, pero sería demasia-do cansador y el largo de la página bajaría por el monitor hasta la planta baja de un edificio de 20 pisos.
Nos ha parecido muy divertida la profecía de Ted Turner sobre la conversión al canibalismo de la humanidad en 40 años más. Tendría que pagarle derechos de autor al Gurú Sagrado del ecologismo, el biólogo Paul Ehrlich de la Universidad de Stanford, que ya en 1968 anunciaba que las hambrunas asolarían al mundo y reducirían la población de los Estados Unidos a menos de la mitad. Pobre Ted Turner, en la foto parece estar ya un poco viejito y algo desmejorado. Herr Alzheimer parece estarlo visitando con más frecuencia, pero hasta el Alzheimer está siendo achacado al calentamiento global. Tendría que alegrarse de ver cumpli-das sus profecías.
Entonces, para hacerlo un poco más corto al asunto, se muestra a continuación la lista de algunas cositas más que causa, ha causado o seguramente causará el calentamiento global siempre y cuando el actual enfriamiento se lo permita.
Basta. Estaba por aconsejarle a Al Gore y a James Hansen que se vayan "a robar al puerto", pero no. Ya tienen bastante dinero ganado con el fraude del "cambio climático." Sólo les aconsejo: no fuercen a la suerte. La ambición rompe al saco. Mejor mantengan su boca cerrada porque en una de esas, a lo mejor llegará el día en que tendrán que devolver el Premio Nóbel y los sacarán de la NASA a los empujones.
Eduardo FerreyraPruebe la velocidad de su conexión a Internet!
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