La semana pasada el Ministro del Ambiente de Irlanda, Sammy Wilson, provocó la ira de algunos ecologistas al cuestionar si el calentamiento ha sido producido por el hombre. El Partido Verde reaccionó y ahora Nigel Calder sale en defensa de la posición del Sr. Wilson.
Hay advertencias de fuertes tormentas marinas in Shannon, Rockall, Malin. Cuando esas advertencias para la navegación se ocurren con frecuencia durante el verano, uno tiene que preguntarse si el calen-tamiento global temido por los mejores expertos en el clima ha comenzado el hincar el diente. El podrido tiempo del verano de 2007 y 2008 en la Gran Bretaña es una buena razón para reabrir el debate sobre el calentamiento global, tal como lo porpone el Ministro del Ambiente de Irlanda, Sammy Wilson.
Terribles tormentas fuera de estación también destrozaron a la Armada Española. Después de los combates en el Mar de Irlanda, la Gran Armada escapó en dirección a su tierra alrededor de Escocia e Irlanda. Pero los fuertes vientos, a fines del verano de 1588, hizo naufragar a dos docenas de barcos en las costes del norte y oeste de Irlanda. Como dice la medalla de la Armada de la Reina Isabel, “Dios sopló y ellos fueron desparramados.”
¿Por qué ese boletín meteorológico de 1588 es relevante hoy? Porque un evento mundial de enfria-miento, la Pequeña Edad de Hielo, estaba comenzando a hacerse serio. un síntoma local fueron las tormentas de verano azotando las Islas Británicas, en lugar de derivar hacia el norte como en los tiempos más cálidos del medioevo. El sórdido y húmedo tiempo trajo miseria a los agricultores, y entre 1550 y 1600 el precio del trigo en Inglaterra aumentó un 200%. Con intervalos ocasionales, y un congelamiento máximo hacia 1700, la Pequeña Edad de Hielo continuó hasta cerca de 1850.
Un Sol perezoso lo explica. El escudo magnético solar era débil, y la Tierra sufría un gran influjo de veloces partículas atómicas provenientes de las estrellas en explosión.
Esos rayos cósmicos ayudaron a producir más nubes bajas, que enfriaron al mundo durante la Pequeña Edad de Hielo. Pero durante el Siglo 20 el sol duplicó su fuerza magnética y cortó el influjo de los rayos cósmicos. Eso significa menos nubes y un mundo más cálido.
Esta no es una teoría alocada. Una serie de descubrimientos hechos por el físico Henrik Svensamrk, en el Instituto National del Espacio de Dinamarca, respalda esta visión. Él y su pequeño equipo han traza-do la acción química de los rayos cósmicos involucrados en la formación de las nubes. Las evidencias de la teoría de los rayos cósmicos son ahora más fuertes que la noción políticamente correcta de que el dióxido de carbono controla al calentamiento global. El Dr. Svensmark y yo lo explicamos en lenguaje comprensible para todos en nuestro libro “Estrellas Congelantes” (Chilling Stars), publicado por Icon Books eb 2007.
Los historiadores del futuro se reirán de la manera en que la ciencia del clima se volvió loca, pero mien-tras tanto la vida no es tan divertida para mi amigo Henrik. Durante 12 años he visto cómo los científi-cos que tomaron el camino de la ciencia oficial le han difamado, le han provado de los fondos para investigación y haciéndole difícil publicar sus informes. Otros científicos que piensan que el Sol controla al clima, o simplemente critican a la teoría del calentamiento global, reportan experiencias similares. Ellos no han tenido la posibilidad de una discusión abierta sobre la evidencia, algo que los científicos están acostumbrados a esperar.
De manera que, ¿cuál es el problema? Precisamente la falta de debate de la que el Sr. Wilson se queja. Un grupo de científicos que hacen coloridos modelos computados del clima para las Naciones Unidas se han aliado con los políticos en muchos países occidentales, con lobbystas del ecologismo, y con perio-distas que han olvidado de tomar los pronunciamientos oficiales con la debida cantidad de precaución. La ciencia del calentamiento global está resuelta, dicen a coro, y no hay nada que discutir excepto cómo evitar al Apocalipsis climático.
Temo que el asunto será ahora resuelto, no mediante un argumento racional, sino por un inequívoco enfriamiento global, lo que serán muy malas noticias para los granjeros y el resto del mundo.
En la década de los 90 el sol terminó su ciclo de fuerte actividad y como resultado no hubo un aumento de la temperatura desde 1997, a despecho del sostenido aumento de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera. Los “calentadores” explican la “pausa” por cambios en los océanos. ¿No resulta pinto-resco que cualquier enfriamiento de mediano plazo sea sólo una peculiaridad de la naturaleza, pero que un calentamiento de mediano plazo sea obviamente nuestra culpa?
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