Hora de Córdoba |
Por Bjorn Lomborg,
National Post
¿Qué sucederá durante el próximo siglo, con la suba de las temperaturas? La historia estándar es que nuestro mundo se convertirá en uno muy desagradable. Ya es famosa la visión del asesor en jefe del gobierno Británico, Sir David King, "Es probable que la Antártida sea el único continente habitable hacia el final de este siglo si el calentamiento global permanece sin ser controlado."
Casi todas las discusiones de los futuros impactos del calentamiento global usan a la ola de calor de 2003 en Europa como su principal ejemplo. En palabras de Al Gore, “Ya hemos comenzado a ver la clase de olas de calor que los científicos dicen que serán más comunes si el calentamiento global no es enfrentado. En el verano de 2003 Europa fue golpeada por una masiva ola de calor que mató a 35.000 personas.”
Y sin embargo mientras que veremos más y más calientes olas de calor, hablar sobre olas de calor significa que estamos dejando fuera algo más importante.
El Panel Intergubernamental del Cambio Climático encuentra que las tendencias que hemos visito durante el siglo 20 continuarán, con temperaturas aumentando más sobre tierra, más en invierno y especialmente en las altas latitudes; Siberia, Canadá y el Ártico. En los inviernos las temperaturas podrían aumentar 3ºC en Siberia comparados con quizás 1.5ºC en África. Habrá un aumento en las olas de calor y una disminución en las olas de frío.
Los modelos muestran que los eventos de calor que ahora vemos cada 20 años se harán más frecuen-tes. Hacia el final del siglo, tendremos tales eventos aconteciendo cada tres años. Esto confirma la perspectiva de podríamos ver muchas más muertes debido al calor .una tragedia que sin dudas será causada por el calentamiento global.
Pero las olas de frío disminuirán en la misma medida en que las de calor aumentan. En las áreas donde hay una ola de frío cada tres años, para el final del siglo tales olas de frío sucederán sólo una vez cada 20 años. Esto significa menos muertes a causa del frío, algo de lo que raramente escuchamos hablar. Puede parecer insensible sopesar las vidas salvadas del frío contra las vidas perdidas, pero si nuestra meta es mejorar a la humanidad en su conjunto, entonces es importante saber cuántas muertes más causadas por el calor podemos esperar, comparadas con cuántas menos muertes por el frío.
Para casi cualquier ubicación en el mundo existe una temperatura “óptima” donde las muertes son más bajas. En cualquier lado de esta temperatura –tanto cuando se vuelve más frío o caliente- las tasas de muerte aumentan. Sin embargo, lo que es la temperatura óptima es un asunto diferente. Si usted vive en Helsinki, su temperatura óptima es alrededor de 15ºC, mientras que en Atenas usted lo pasa mejor a 24ºC. El punto importante para notar es que la mejor temperatura es típicamente similar al promedio de la temperatura en verano, pero a menudo será menor. En Helsinki la temperatura óptima es excedida normalmente sólo 18 días al año, mientras los restantes 312 días está por debajo de ella. Las investigaciones han demostrado que aunque unas 298 personas extras mueren cada año por estar demasiado caliente en Helsinki, unas 1.655 personas mueren por estar demasiado frío.
Podría no resultar sorprendente que el frío mate en Finlandia, pero lo mismo sucede en Atenas. Aun cuando las temperaturas absolutas son, por supuesto, más altas en Atenas que en Helsinki, las tempe-raturas se elevan más allá de la óptima sólo 63 días al año, mientras que 251 días están por debajo de ella. Nuevamente, las muertes por exceso de calor en Atenas es de 1.376 personas por año, mientras que las causadas por el frío excesivo son 7.852.
Esta ruta de estadísticas nos lleva a la conclusión de que, con límites razonables, el calentamiento global en realidad dará por resultado menos muertes en total.
La ola de calor en Europa de agosto 2003 fue excepcional en varias maneras. Fue una catástrofe de proporciones dolorosas. Con más de 3.500 muertes sólo en París, Francia sufrió casi 15.000 muertes por la ola de calor. Otras 7.000 murieron en Alemania, 8.000 en España e Italia, y 2.000 en Gran Bretaña: el total de muertes se elevó a más de 35.000.
El grupo verde Earth Policy Institute (Instituto de Políticas de la Tierra), que fue la primera en tota-lizar las muertes, nos dice que “a medida de que la conciencia de esta tragedia se extiende, es probable que genere presiones para reducir las emisiones de carbono. Para muchos de los millones que sufrieron a lo largo de estas olas de calor record, y los familiares de las decenas de miles que murieron, reducir las emisiones de carbono se está convirtiendo en un asunto personal de presión.”
Informes como ese alimentaron la percepción del público de que la ola de calor era un indicador seguro del calentamiento global. Pero la sabiduría grupal puede muchas veces estar equivocada. Un reciente estudio académico ha revisado esta teoría y llegado a la conclusión de que aunque las circunstancias fueron desusadas, anomalías de calor similar o mayor han ocurrido de manera regular desde 1979.
Además, mientras que 35.000 muertes es un número terriblemente grande, todas las muertes debe-rían ser, en principio, tratadas con la misma preocupación. Pero esto no está sucediendo. Cuando 2.000 personas murieron de calor en el Reino Unido, se produjo un clamor público que todavía se escucha. Sin embargo la BBC relató hace poco una historia muy calladamente contándonos que las muertes causadas por el tiempo frío en Inglaterra y Gales en años pasados oscilan alrededor de 25.000 cada invierno, agregando de manera casual que los inviernos de 1998-2000 vieron unas 47.000 muertes cada año.
Es notable que un solo episodio de 35.000 muertes en muchos países pueden soliviantar a todos mien-tras que 25.000 a 50.000 por año in solamente un país pase casi totalmente desapercibido.
En Europa, como un todo, mueren unas 200.000 personas por exceso de calor cada año. Sin embargo, 1.5 millones de de europeos mueren anualmente por frío excesivo. Esto es más de siete veces el núme-ro total de muertes por calor. Sólo en la década pasada, Europa perdió unos 15 millones de personas por el frío, más de 400 veces las icónicas muertes de 2003. Que nosotros ignoremos estas muertes y abracemos tan fácilmente aquellas causadas por el calentamiento global, nos habla de una ruptura en nuestro sentido de las proporciones.
¿Cómo cambiarán las muertes por frío y por calor en el próximo siglo? Supongamos, por el momento –muy irrealmente- que no nos adaptaremos al calor futuro. Aún así, el mayor estudio sobre el calor y el frío en Europa concluye en que para un aumento de 1,5ºC “nuestra información sugiere que cualquier aumento en la mortalidad debida al aumento de la temperatura sería sobrecompensado por una mucha mayor declinación a corto plazo en la mortalidad debida al frío.” Para Gran Bretaña, se esti-ma que un aumento de 1,5ºC significarán 2.000 muertes más –pero 20.000 muertes menos a causa del frío. En verdad, un estudio que trata de incorporar todos los estudios sobre este tema y aplicarlos a una amplia variedad de escenarios, tanto para los países desarrollados como para los en vías de desa-rrollo en el mundo, encontró que “el calentamiento global puede causar una disminución de las tasas de mortalidad, especialmente de las enfermedades cardiovasculares.”
Vea desde donde nos leen
Díganos su opinión!
contador