Hora de Córdoba |
por Eduardo Ferreyra
Tal como veníamos anunciando, las heladas tardías y las bajas tem-peraturas se hicieron presentes en esta bastante fresca primavera argentina. Los productores deberían comprender que esto seguirá así y deberían de tomar más medidas para los próximos 20 o 30 años –o las pérdidas de cosechas serán cada vez más graves
No es nuestra intención la de ser agoreros, ni decir “¿Vieron? Se lo habíamos avisado!”, sino de impedir de que el cambio climático produzca pérdidas en cosechas y perjudique las economías regionales y en última instancia, la nacional. Las noticias desde Mendoza dan cuenta de que se podría haber producido una pérdida de hasta un 25% de los rendimientos.
Ya en 2006 las pérdidas por heladas tardías en Mendoza hicieron estragos no sólo en Mendoza sino en el resto del país. Cuando las heladas tardías del 2006 cayeron sobre Córdoba, los árboles frutales esta-ban en su etapa de flor abierta y la producción de fruta se abortó. Como dice el manual de la Dirección de Agricultura y Contingencias Climáticas de Mendoza (DACC), si la temperatura baja de los 3 o 4º C bajo cero: “…son dañadas las yemas cerradas “mostrando color” en frutales de pepita y carozo.”
Las noticias de diarios de Mendoza, aquí extractadas, dicen así:
La primera helada tardía afectó al campo
La primera helada tardía mantuvo en vilo a productores agrícolas de casi todas las zonas productivas de Mendoza, desde la madrugada de ayer hasta que el sol empezó a calentar el ambiente. El pronóstico del tiempo desde la semana pasada ya hablaba de probabilidad de heladas para la provincia.
Tal como se preveía, un frente frío ingresó el sábado a primeras horas de la noche y generó un aumento de nubosidad que perduró hasta el domingo al mediodía.
Con aire frío y seco, cielo despejado y viento calmo estaban dados todos los requisitos para que en la madrugada del lunes se produjera la primera helada de la primavera en Mendoza. […] En Mendoza, los frutales con mayores riesgos de ser afectados por temperaturas bajo cero son aquellos que, en esta parte del año, tienen el fruto cuajado y la flor abierta. Se trata de los damascos, almendros y ciruelos además de las variedades de durazno que se cultivan para consumo en fresco.
Algunos productores agrícolas, despiertos para advertir que la temperatura bajaba velozmente, encendieron los calentadores (turbos de gas), quemadores de combustibles líquidos, o el riego por aspersión, conocidos como métodos de “defensa activa”. [. . .] Pero las temperaturas fueron realmente bajas, no sólo en distritos de San Rafael y General Alvear, donde las más extremas rozaron los 3 y 4 grados bajo cero, sino también en zonas cultivadas del Valle de Uco y el Este de la provincia.
El director de Agricultura de General Alvear dijo que “A la una y media de la madrugada ya había un grado y medio bajo cero y prácticamente a las 6 de la mañana había 4,5 grados negativos”. De acuerdo a Alejandro Gutiérrez “en algunas zonas llegó a los 6 bajo cero”. [ . . .] Explicó que en las próximas 48 horas tendrán el resultado de una inspección a campo en distintas localidades para poder cuantificar losdaños totales. [ . . .] En la última temporada hubo una disminución del 14 por ciento en la cosecha de durazno para consumo en fresco, ciruela, manzana y pera, producida principalmente por las heladas tardías.
“De no haber sido por el factor climático, tendríamos que tener un 25% más en todos los cultivos. Por ejemplo, la ciruela habría llegado a las 200 mil toneladas”, comentó en su momento Roberto Lamm, de la Cámara de la Fruta Industrializada de Mendoza. La cosecha de ciruelas alcanzó sólo a 80 mil toneladas el año pasado.
Las pérdidas materiales que provoca el frío son severas, cosa que no se comprobó que haya sucedido por el “calentamiento global” –al menos en estas regiones de Sudamérica, dado que el supuesto calentamiento no está registrado en los registros termométricos del país.
Pero si las pérdidas materiales son molestas, las pérdidas en vidas humanas son algo que las autorida-des deberían reconocer y tomar las medidas al respecto. Pero dado que el presidente Kirchner, con su reciente discurso en las Naciones Unidas parece haber sido embaucado por sus asesores en climatolo-gía, no creemos que vayan a tomar ninguna medida de prevención al respecto.
Ya vimos la manera en que el gobierno nacional negó que en Argentina existiese una crisis energética, al tiempo que racionaba combustibles líquidos, gas, y electricidad. También vimos la manera en mani-pula la información del INDEC y el jefe de Gabinete Alberto Fernández afirma que “En la Argentina no hay inflación,” de manera que tenemos muy pocas esperanzas de que algún día tomen contacto directo con la realidad y hagan lo que la gente espera que hagan para no seguir agravando los múltiples pro-blemas que tenemos.
Está claro que entre los múltiples problemas el cambio climático es uno bastante serio –sólo que la dirección en que el clima de Argentina está variando va en dirección totalmente opuesta a la que los burócratas de la climatología en Argentina le indican al presidente.
Creemos que bien analizado el asunto, los argentinos estamos librados a nuestra propia e individual iniciativa, ya que de las autoridades no podemos esperar otra cosa que lo que hemos estado recibiendo hasta ahora: inflación sostenida, y la pérdida de la oportunidad de industrializar y desarrollar al país, aprovechando una circunstancia global donde hasta Haití tuvo un crecimiento del 6% anual, pero era una bonanza global que estaba muy claro que no duraría demasiado. “No hay mal que dure cien años”, dicen, pero tampoco hay bonanzas económicas que en la Argentina duren más de siete.
Abríguense porque el frío en esta década será severo y la próxima década tendrá características desagradables...
Eduardo FerreyraVea desde donde nos leen
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