Hora de Córdoba |
Una Guía Escéptica para
Una Verdad Inconveniente
Por Marlo Lewis [*]
Una Verdad Inconveniente (UVI), es un libro de Albert (Al) Gore acerca de la “La emergencia planetaria del calentamiento global y lo que se puede hacer acerca de ello,” pretenden ser una exposición no partidista, no ideológica de la ciencia climática y un sentido común de la moral. En realidad, UVI es un colorido breviario leguleyo para el alarmismo del calentamiento global y el racionamiento de la energía. Es un J'Accuse arrojado contra la civilización basada en los combustibles derivados del petróleo, especialmente contra los Estados Unidos, y sobre todo contra la administración Bush y sus aliados en las industrias petroleras y automotrices del país.
No esperamos que los abogados argumenten a favor y en contra de sus clientes, como tampoco esperamos equilibrio e imparcialidad de los hombres del partido. Sin embargo, aunque Al Gore nos recuerda –en su versión fílmica de UVI- que “él era el próximo presidente de los Estados Unidos”, y termina el libro y la película con un llamado a la “acción política,”, él presenta UVI como el trabajo de un estudiantes de muchos años de la ciencia del clima, un producto de la meditación sobre “lo que es importante.” Así nos pide que esperemos más de él que la mera astucia que puede convencer jurados o ganar elecciones.
Esta expectativa razonable no se cumple. En UVI, los únicos hechos y estudios considerados son los que convienen a la agenda verde “asustar-a-la-gente” de Al Gore. Y en muchos casos, Gore distorsiona la evidencia que cita.
El presente estudio, un comentario corrido sobre UVI, encuentra que casi toda declaración significativa que hace Gore en relación a la ciencia y la política del clima es ya sea absolutamente parcial, desinfor-mante, exagerada, especulativa o errada. En el Apéndice A se provee de un extenso resumen de las distorsiones de UVI. Más abajo se muestra una lista de 25 ejemplos al respecto.
Declaraciones UnilateralesUVI jamás reconoce el rol indispensable de los combustibles fósiles en aliviar el hambre y la pobreza, extender la expectativa de vida, y democratizar los bienes de consumo, educación, ocio, y movilidad personal.
Jamás reconoce los beneficios ambientales, económicos y de la salud pública del calor del clima y del actual aumento del CO2 en la atmósfera.
Omite mencionar que la mortalidad total y las tasas de mortalidad debida a los eventos extremos del clima disminuyeron de manera dramática durante el siglo 20.
Omite mencionar las circunstancias que hacen razonable más que culpable a los EEUU por ser el segundo mayor emisor de CO2: la economía más grande del mundo, abundantes recursos de energía fósiles, mercados integrados a través de distancias continentales, la población más móvil del mundo.
El libro impugna los motivos de los llamados “escépticos del calentamiento global” pero jamás reconoce los especiales intereses de aquellos cuyos fondos y subsidios de investigación, directo ingreso por correo, privilegios de políticas industriales, poder regulador, pillaje por demandas judiciales, o carreras políticas, dependen de mantener al público en un estado de miedo acerca del calentamiento global.
UVI jamás se refiere a la obvia crítica de que el Protocolo de Kioto es pura pérdida económica para ninguna ganancia ambiental, y que las regulaciones lo suficientemente estrictas para enfriar al planeta de manera mensurable sería un “remedio peor que la supuesta enfermedad.”
UVI sugiere que, a través de los últimos 650.000 años, los cambios en los niveles de CO2 precedieron y fueron la causa de los cambios en la temperatura global, cuando en verdad, la causalidad corre en sentido contrario: los cambios en CO2 vinieron después de los cambios globales en las temperaturas, a menudo cientos y miles de años más tarde.
Ignora los factores sociales que abruman típicamente a los factores climáticos en la determina-ción de los riesgos de daños para la gente o muerte causados pro huracanes, inundaciones, sequías, tornados, incendios y enfermedades.
Implica que un estudio que encontró que ninguno de 928 artículos científicos (en realidad “abs-tractos”) negaba una relación entre el CO2 y el calentamiento, muestra que la visión apocalíptica de Gore sobre el calentamiento global es la visión de “consenso” entre los científicos.
Informa que 48 científicos ganadores del Premio Nobel acusaron a Bush de distorsionar a la ciencia, sin mencionar que los científicos actuaron como miembros de un grupo político de 527 personas montado para promover la campaña presidencial de John Kerry.
UVI exagera la importancia y la certeza del alegado vínculo entre el calentamiento global y la frecuencia y severidad de las tormentas tropicales.
Afirma que los osos polares “se han estado ahogando en cantidades significativas,” basado en un informe que descubrió que cuatro osos polares se ahogaron en un mes de un años, a continuación de una súbita tormenta.
Retrata al colapso en 2002 de la barrera de hielo Larsen-B –una formación del tamaño de Rhode Island- como un augurio del Apocalipsis. Para una perspectiva, el tamaño de la barrera Larsen-B era la 1/180 parte del estado de Texas y un 1/246 parte de la Capa de Hielo de la Antártida Occidental.
UVI presenta un gráfico sugiriendo que las nuevas normas de economía de combustibles de China son casi 30% más estrictas que las actuales normas de los EEUU. De hecho, las normas Chinas son apenas un 5% más severas.
UVI culpa al calentamiento global para el record de lluvias de 97.5 milímetros en Mumbai, India, en Julio 2005, aún cuando no hubo una tendencia en las lluvias de Dubai para el mes de julio en los últimos 45 años.
Culpa al calentamiento global por las recientes inundaciones en las provincias Chinas de Sichuan y Shandong aún cuando inundaciones mucho más severas golpearon esas áreas durante el siglo 19 y principios del 20.
Culpa al calentamiento global de la desaparición del Lago Chad, un desastre que más probable-mente sea debido a una combinación de variabilidad climática regional y factores societarios como el aumento de la población y exceso de cultivos.
UVI advierte que una duplicación de los niveles de CO2 preindustriales a 560 ppm acidificarán tanto a los océanos que todas las áreas óptimas para la construcción de arrecifes de coral desa-parecerán para el año 2050 –algo improbable porque las tasas de calcificación de corales han aumentado a medida de que tanto el CO2 como la temperatura aumentaron, y porque los principales arrecifes de corla evolucionaron y prosperaron durante el Período Mesozoico cuando los niveles del CO2 atmosférico rondaban por encima de las 1.000 ppm durante 150 millones de años y excedieron las 2.000 ppm durante varios millones más.
UVI alerta sobre “significativos y alarmantes cambios estructurales” en la base submarina de la Capa de Hielo de la Antártida Occidental (CHAO), pero no nos dice cuáles son esos cambios ni por qué son “significativos y alarmantes”. La CHAO se ha estado retirando desde principios del Holoceno. Al ritmo de retroceso observado en lo años 90, la CHAO debería desaparecer dentro de 7.000 años.
Alerta sobre que la mitad de la Capa de Hielo de Groenlandia podría “deslizarse” hacia el mar, aún cuando la capa de hielo se asienta sobre una depresión de forma de cuenco, rodeada de mon-tañas que restringen el flujo de hielo hacia el mar.
UVI afirma que la reconstrucción de la historia del clima hecha por el glaciólogo Lonnie Thom-pson prueba que el Período Cálido Medieval fue “minúsculo” comparado con el calentamiento observado en años recientes. No es verdad. Cuatro de los seis cilindros de hielo testigos de Thompson indican que el Período Cálido Medieval fue tanto o más cálido que cualquiera de las décadas pasadas.
Afirma que el ritmo del calentamieto global se acelera, cuando ha sido notablemente constante durante los últimos 30 años –aproximadamente 0,17º C por década.
Atribuye la mortal ola de calor de 2003 al calentamiento global; en realidad se debió a una anomalía natural de la circulación atmosférica, de un centro de alta presión estacionado sobre Gran Bretaña durante una semana.
Afirma que 2004 estableció un record de todos los tiempos para la cantidad de tornados en los EEUU. La frecuencia de los tornados no ha amentado; más bien la detección de pequeños tornados es lo que aumentó. Si consideramos a los tornados que han sido detectables durante muchas décadas (F-3 o mayores) en realidad se nota una tendencia hacia la disminución desde 1950.
Culpa al calentamiento global de una “crisis de extinción global” que en realidad no está ocu-rriendo.
A la luz de estas y muchas otras distorsiones, UVI está mal adecuada para una guía para las políticas de la ciencia climática para la gente del mundo.
El siguiente listado hace un download de un documento PDF en inglés con gráficos explicativos y una amplia discusión sobre cada tema. Estos documentos será traducidos al Castellano y serán publicados en este sitio durante la semana.
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