por Eduardo Ferreyra
(16 de septiembre, 2005)
Desde que el huracán Katrina pasó por Nueva Orleáns, la prensa mundial no ha parado de demostrar que, cuando se trata de noticias del clima, sigue siendo tan sensacionalista y amarilla como de costumbre. Pero una noticia en el muy amarillista diario argentino Clarín del 15 de septiembre de 2005, parece que bate récords de ignorancia y desinformación. Pero una disculpa podría tener el entrevistado: es geólogo e hidrólogo, y en apariencia no sabe que existe una pareja imbatible para salir de la ignorancia: se llaman Internet y Google. Pero veamos la tontería que publica Clarín y reproducida en el sitio de Estrucplan y que, como de costumbre, iremos comentando a medida de que las tonterías vayan sur-giendo:
Según los científicos, el futuro nos depara muchos más KatrinasAlgo de razón tiene el periodista de Clarín: hay muchos que se aprovechan, como ser los periodistas (como el que escribe la nota) que aprovechan para despacharse “a piacere” con sus Apocalipsis favoritos. Comienza diciendo la nota de Clarín:
"Un huracán es un fenómeno natural, que sólo se convierte en catástrofe cuando afecta a los seres humanos, como ha sucedido ahora con Katrina. Estos fenóme-nos naturales vienen produciéndose cada vez con más frecuencia, y serán más habituales en el futuro. Huracanes, tsunamis, tornados, tormentas y fuertes vientos, son consecuencia del cambio climático y los seres humanos van a tener que aprender a protegerse de ellos, porque no van a poder evitarlos", señaló Walter Glässer, geólogo e hidrólogo de la Universidad de Leipzig
Don Walter parece ser un verdadero cretino, y de geología no parece saber demasiado dado que achaca al cambio climático la ocurrencia de TSUNAMIS. No vamos a comentar nada sobre esta soberana estupidez y vamos a dejarlo ahí, pero como muestra inicial de la falta de conocimientos de este geólogo. Se nos ocurre que este personaje puede en realidad ser un invento de la prensa –porque no hay geólogo en el mundo al que se le ocurriría opinar que un terremoto submarino (creador de tsunamis) pueda ser provocado por el calentamiento global!
Los huracanes se forman en el continente africano. "África, como consecuencia del calentamiento global, vive temperaturas más elevadas que nunca. A más calor, mayor cantidad de agua transportan los huracanes, y con más furor llegan a las costas", dijo Glässer. "Una gran catástrofe mundial, como se ve en los cines, no va a suceder. El cambio climático se deja sentir regionalmente, en manifestaciones violentas de la naturaleza que llevan el clima cada vez más a sus extremos", comentó, "es muy importante que estemos atentos a esos fenómenos, los regis-tremos y tratemos de hacer nuestras ciudades y países más seguros, en previsión a lo que digan los expertos. Y sobre todo: no construir ciudades bajo el nivel del mar. Eso es una insensatez", añadió.
Tarde les llega el consejo del Sr. Glasser a los holandeses, quienes llevan varios cientos de años viviendo en esas condiciones, y para colmo ampliando sus ciudades. Pero los holande-ses tienen la virtud de saber construir diques y barreras que les protegen de los peligros del Mar del Norte y sus frecuentes galernas. ¿Serán tan insensatos los holandeses que insisten en seguir viviendo en una región tan poco adecuada para construir ciudades como la de Nueva Orleáns? La ingeniería moderna hace maravillas impensadas hace 40 años atrás. Las mismas que se deberían haber hecho en la ciudad de Basin Street y el viejo Dixieland Jazz. Quizás las hagan ahora. Más vale tarde que nunca.
"El calentamiento de la Tierra se está produciendo a una velocidad desenfrenada. Yo mismo he tenido la oportunidad de trabajar en muchas partes del mundo y he podido comprobar cómo, por ejemplo, los polos se derriten", dijo Glässer. Los polos son enormes contingentes de agua congelada. Si se derriten, el nivel del mar aumenta y con ello peligran las ciudades cerca de las costas.
¿Velocidad desenfrenada? ¿Se considera desenfrenado a un calentamiento de 0,6º C en el transcurso de 150 años? El desenfreno más bien parece estar en la emisión de tonterías e inexactitudes de la prensa. Ya no nos caben más dudas: el Sr. Glasser no existe. Es una fantasía imaginada por algún periodista con fiebre palúdica. No puede haber una persona que se crea informada y que pueda afirmar que “he podido comprobar cómo los polos se derriten.” Quien se atreva a opinar sobre el tema, tiene que haberse informado a fondo del asunto, porque corre el riesgo de que alguien le salga al cruce y le avise: “Oiga, amigo, la Antártida hace 35 años seguidos que se está enfriando, y el 65% de su macizo central crece de manera acelerada, el 33% se mantiene sin cambios, y sólo el 2% (la Penín-sula Antártica) ha tenido un ligero calentamiento –pero que no alcanza para compensar por las severas temperaturas bajo hielo de promedio anual.
"La predicciones indican que la temperatura aumentará entre dos y tres grados, lo que significa que habrá más terremotos y más movimientos tectónicos. En las aguas, si los océanos se calientan dos o tres grados, la cantidad de hidrógeno de carbono que suba a la atmósfera aumentará. Y lo desagradable que puede ser una atmósfera con exceso de CO2 para los seres humanos es fácil de imaginar", explicó Glässer.
El Sr. Glasser no existe. No puede existir. Es un mal invento periodístico. Nos negamos a admitir que exista un geólogo que afirme que dos o tres grados de calentamiento causarán más terremotos y movimientos tectónicos. ¿Qué diría Wegener si pudiese escuchar tamaña imbecilidad? Se revolvería en su tumba y trataría de ir más abajo todavía, lo más lejos posi-ble de esta clase de periodismo “científico.” Ahora, ¿será fácil de imaginar cuándo llegará el momento en que el CO2 será excesivo para los seres humanos? De experimentos realizados al respecto, las concentraciones que pueden resultar desagradables (o perjudiciales) para los humanos se comprobó que los niveles debería estar muy por encima de las varias dece-nas de miles de partes por millón. Al ritmo de crecimiento del CO2 (0,4% anual, o 1,5 ppm) se necesitarán varios cientos de miles de años (o millones quizás) para llegar a esas concen-traciones.
Mientras tanto, toda la vida vegetal está de parabienes porque tienen cada día más alimen-to que antes. Las plantas se alimentan mejor, y son más resistentes al calor y a las sequías. Las cosechas aumentan de tamaño y el creciente rendimiento hace que se necesite cada vez menos áreas sembradas para obtener la misma cantidad de alimento. No parece ser una situación desesperada.
Una política de protección medioambiental es fundamental. "Hay cosas muy significa-tivas que deberían hacer saltar todas las alarmas: ¿por qué se habla tan poco de la tremenda catástrofe natural que ha supuesto el huracán Katrina? Las refinerías han vertido crudo en una reserva natural de gran importancia. Es un desastre. Y todos callan. Me da la impresión de que se están ocultando muchas cosas a la opinión pública", dijo Glässer.
El Sr. Glasser no debe leer diarios ni encender el televisor e el canal de noticias. De seguro que los tiene clavado en el Animal Planet o el Discovery Channel. De otra manera no se comprende que no se haya enterado de todos los detalles más truculentos con que los me-dios nos bombardean a toda hora del día, información con la que tratan de alienar, estupi-dizar, neurotizar… No vemos que nadie e haya callado ni un solo segundo. Todos han opi-nado y gritado lo primero que se les ocurrió, nadie se guardó ningún insulto, nadie se privó de echarle a George Bush la culpa por la formación, desarrollo y avance del huracán sobre Nueva Orleáns. Como si Bush fuese el aprendiz de mago de Disney que con haberle orde-nado al Congreso de su país que ratificara el Tratado de Kioto, los huracanes se habrían llamado a sosiego para siempre.
Sin embargo, sí se le están ocultando cosas a la “opinión pública” (¿Qué es la opinión pública? ¿Lo que los periodistas dicen que el público opina? No existe nada parecido a la “opinión pública”. Podrá haber opiniones más o menos consensuadas entre diferentes grupos sociales y culturales, pero de ahí la cosa no pasa. Además, ocultarle al público alguna cosa, sí, de acuerdo –pero ¿ocultarle a la opinión pública? Pamplinas.
Lo que se le oculta a la gente es que la creación, el desarrollo, la frecuencia y la poten-cia de los huracanes no tiene nada que ver con el calentamiento global. Se le debería revelar a la gente que los científicos que saben de huracanes afirman que, por el contrario, en un mundo más caliente, la frecuencia e intensidad de los huracanes y tifones irán en disminución, y no en aumento. Ya veremos esto con más detalle.
Los políticos han de trabajar estrechamente con los científicos medioambientales. La Tierra vive periodos cíclicos de transformación que los seres humanos no podemos frenar. Pero sí es posible ejercer influencia sobre ellos, tanto negativa como positiva. Los efectos negativos pueden ser ralentizados, y la población puesta a salvo de peligros innecesarios. "Cuál será la situación dentro de 300 años no lo sabemos. Lo que sí conocemos es cómo está evolucionando el planeta ahora, y debemos actuar en consecuencia. No sólo Katrina, las tormentas que hemos vivido, por ejemplo, este verano en Alemania, los incendios que afectan a otros países, no son casualidades, son advertencias", sentenció Glässer.
Clarín
Jueves 15 de Septiembre de 2005
¿Incendios causados por que la temperatura aumentó 0,6º C en 150 años? Sabíamos que el aumento de calor comienza a producir una llama cuando sobrepasa los 340º C, poco más o menos, de manera que un aumento de 34º C a 35º C difícilmente provoque un incendio forestal o de pastizales. La causa de los incendios forestales de Portugal, Francia, España, Alemania, etc, no son advertencias contra un calentamiento global sino adverten-cias de que un pirómano anda suelto causando incendios intencionales, o algún idiota descuidado que enciende una fogata y no la apaga adecuadamente cuando se retira. Las estadísticas de la provincia de Córdoba muestran que casi el 100% de los incendios forestales y de pastizales los provoca el hombre. Sólo en muy pocas oportunida-des los incendios son causados por rayos o por accidentes. Desde que los trenes usan locomotoras diesel los incendios al costado de las vías desaparecieron.
El Sr. Walter Glässer, geólogo e hidrólogo de la Universidad de Leipzig (o el periodista que lo ha creado) debería consultar con el Dr. Christian Landsea, climatólogo autor del capítulo sobre huracanes, tifones y ciclones del Informe 1995 y 2001 del IPCC, o Panel Intergubernamental del Cambio Climático, y además científico investigador principal en la División de Investigación de Huracanes de la NASA/NOAA AOML, quien le podría dar precisiones sobre el tema ¿Aumento o disminución de huracanes debido al calentamiento global?
En un excelente documento preparado por esa división de la NASA, se contesta cualquier pregunta que se pueda hacer relacionada con huracanes y tormentas. Recomiendo a los interesados en aprender algo que vayan al sitio y bajen el documento, un PDF que vale su peso en oro: http://univision.centennialpr.net/jsp/weather/faq_hurricane.pdf
De ese documento he extraído la pregunta del millón, a saber:Globalmente, probablemente no. Para la cuenca del Atlántico, DEFINITIVAMENTE NO. De hecho, según fue documentado en Landsea (1993), el número de huracanes intensos (aquellos huracanes que alcanzan categoría 3, 4, y 5 en la escala Saffir Simpson - definido en Tema D1 verdaderamente ha ido *DESCENDIENDO* durante los años 1970 y 1980, tanto en todas las cuencas con huracanes intensos así como en los que han impactado el litoral de EE.UU.
“¿Con Andrew en 1992 y la intensa temporada de huracanes de 1995, han cambiado las cosas durante los años 1990?"
No. Aún teniendo en cuenta Andrew, el período de 1991 a 1994 fueron los cuatro años de *más calma* registrados – usando los datos confiables desde 1944 (Landsea et al. 1996). Por supuesto, con una temporada de huracanes muy activa en el Atlántico (19 tormentas tropicales y huracanes, con 11 huracanes, y 5 huracanes intensos), es bastante posible que nos podemos estar moviendo hacia un régimen de una mayor actividad de ciclones tropicales - pero un año no establece una marca de tendencia.
Algunos otros detallitos interesantes acerca de ciclones tropicales del Atlántico (Landsea et al. 1996):
Sin embargo, para que nos vayamos dando cuenta de cómo se están manejando las cosas en el campo de la política que rige todo este desdichado tema del calentamiento global, el Dr. Landsea dirigió una Carta Abierta a la comunidad de científicos del clima anunciando su renuncia a seguir trabajando para el IPCC por la negativa de esa organización a desmentir las afirmaciones del climatólogo Kevin Trenberth, autor principal del Capítulo sobre Hura-canes del IPCC, que estuvo afirmando en entrevistas de la televisión y en revistas popula-res que, “aunque los datos científicos y las observaciones no permiten afirmarlo, el calen-tamiento global producirá un aumento en la frecuencia y potencia de los huracanes.”
Que es precisamente lo que el seño Glasser de la nota catastrofista está también afirmando, a pesar de que todos los estudios científicos están afirmando (y demostrando por medio de observaciones de la vida real) que el calentamiento global producirá UNA DISMINUCION de tormentas y huracanes.
Una observación final: de haber firmado Estados Unidos el Tratado de Kioto, la temperatu-ra media global habría seguido aumentando, dado que ningún otro país ha adoptado medi-das para reducir emisiones de CO2 al ambiente, sino que se han concentrado en implemen-tar el fabuloso NEGOCIADO del comercio de los “permisos de emisión”, es decir, seguir emitiendo pero pagando para hacerlo. Una trampa de aquellas, pero los ingenuos creen que servirá para impedir un calentamiento que hasta ahora, ha sido casi imperceptible: 0,6º C en 150 años!
De implementarse el Tratado de Kioto de manera religiosa por parte de todos los países del mundo, la disminución de la temperatura para el años 2100 habrá sido de 0,016º C, una temperatura que la inmensa mayoría de los termómetros no alcanza a medir. O también, se habrá retrasado alcanzar el máximo de temperatura predicho por los modelos computa-dos en apenas 6 años. Sin embargo, para entonces la humanidad tendría otros problemas más serios que resolver, como el de cómo recomponer una civilización que habría colapsado por la destrucción de sus economías y el desmantelamiento de sus industrias. El sueño de Malthus hecho realidad.
Sin embargo, no hay mucho de qué preocuparse: nadie tiene realmente la intención de implementar al Tratado de Kioto. Ningún país tiene ganas de suicidarse. Quienes han llegado a gobernar países en el mundo lo hicieron seguramente por ser un tanto bandidos, otro poco corruptos, pero no por ser estúpidos.
Eduardo FerreyraJochen Smuda, Bernhard Dold, Kurt Friese, Peter Morgenstern, Walter Glässer, "Minera-logical and geochemical study of the sulphide-rich Excelsior waste rock dump at the Pb-Zn deposit Cerro de Pasco, Peru". Teníamos la esperanza de que fuera un invento del periodismo, pero no ha sido asi. Aunque parezca increíble, existe un geólogo que cree que los tsunamis pueden ser causados por el calentamiento global. Para el libro Guiness o el de Ripley.
Vea el tiempo en Argentina
Vea aquí otras interesantes
estadísticas de la página
¿Desde qué países nos visitan?
¿Quiénes son los visitantes?
No se enoje!
Sólo díganos su opinión!