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El desatino se extiende –Ahora,
Un Comité Para el Calentamiento!

Por Eduardo Ferreyra

No bastaba con la absurda política nacional en el tema de las papeleras dejando que un grupo de inadaptados determinen la política exterior del país, sino que ahora se impulsa la fantasía de un “Comité para el Calenta-miento Global”. Y hasta es posible que se emprenda la “erradicación del agujero de ozono”. Tato Bores y Olmedo se harían un festín con la actua-lidad argentina en materia “científica”. Lo peor es que esta gente habla en serio.

Tengo que aclarar que nunca leo a Clarín, y sólo lo hago con los ejemplares viejos de la sala de espera del dentista, o cuando desenvuelvo el pescado que mi mujer compró en el mercado. O sino cuando alguien me envía por e-mail –como en este caso- un alerta de “máxima tontería publicada”. El Clarín es adicto a publicar tonterías. En su edición del 11 de abril, 2007, aparece la sorprendente noticia sobre las intenciones de un tal Comité para el Calentamiento Global de concienciar (a quién?) “de cara a las alteraciones meteorológicas.” Nos lo explica (más o menos) el diario Clarín:

Organizaciones científicas y sociales quieren formar un comité para afrontar el cambio climático
http://ams.allenpress.com/perlserv/?request=get-document&doi=10.1175%2F1520-0442(1997)010%3C0901:AOAPTD%3E2.0.CO%3B2

La convocatoria está destinada a especialistas, profesionales, docentes y funcionarios del ámbito público y privado. Buscarán elaborar un plan operativo y de concientización de cara a las alteraciones meteorológicas. Ayer, un grupo de expertos argentinos presentó ante la ONU un informe para encarar sistemas de prevención.

Desde diferentes sectores sociales y científicos impulsan la formación de un comité para combatir los efectos del cambio climático. Se trata de una convocatoria para crear un "programa argentino" elaborado por el "Comité para el calentamiento Global" integrado por expertos y especialistas provenientes del campo de la investigación, la docencia, y la lucha por la defensa del medio ambiente.

Los argentinos hemos inventado el dulce de leche, el agujero del mate, la convertibilidad y su sobrinita la pesificación, y parece que ahora vamos a seguir imponiendo récords de genialidad con un plan para combatir los efectos del calentamiento global. En fin. La viveza criolla no reconoce límites. Porque me huele que algo de viveza criolla hay en el fondo de este curioso asunto.

Sabemos los argentinos que cuando hay alguna cosa que resulta molesta, pero que los gobier-nos se resisten a solucionar por esas cosas incomprensibles de la política, siempre se recurre al gatopardista recurso de formar una Comisión Ad Hoc para resolver el problema y dejarlo tal cual era entonces, aletargado en interminables estudios, discursos y discusiones, y el tradicio-nal cajoneado de expedientes. Se habrán perdido varios años y sobre todo se habrán malgas-tado valiosos recursos económicos en honorarios, sueldos, viáticos, y gastos diversos para el funcionamiento de la comisión. Más o menos el espectáculo que se ve todos los años en las COP-# (póngale usted el número) que realiza el IPCC para tratar el candente tema del cambio climático: hoteles 5 estrellas, vinos y champagnes deliciosos, caviar y sanguchitos variados, langosta de Cape Cod, y viajecitos a playas exóticas –sólo que en este caso el asunto será más de cabotaje.

Según la propuesta, será conducido por la comunidad científica local y organizaciones defen-soras del ambiente, con colaboración de universidades, Conicet, Cáritas y Cruz Roja, dijo Red Solidaria, que también participará en la iniciativa.

La propuesta "consiste en crear el primer centro científico-comunitario que estudie y difunda esta problemática, con el papel protagónico de los especialistas, los funcio-narios públicos y privados, los comunicadores y los docentes de todos los niveles", sostuvo la asociación en un comunicado.

En realidad, la idea es buena, si es que realmente se ocuparán de estudiar el tema del cambio climático desde un ángulo totalmente científico y lo mantienen alejado de toda emoción y pre-dicciones catastróficas. Será una buena idea informar a la gente acerca de la realidad científica que se obtiene del debate entre quienes opinan que algo es negro y los que opinan que es blanco, y los que opinan que parece un arco iris. Del disenso y la discusión siempre han salido las soluciones. Cuando se discute sólo entre los “iniciados” de un solo bando, cuando se “predi-ca solamente para el coro,” el coro siempre dirá “amén” y se continuará sumergido en el problema.

Será necesario que este Comité sea, antes que nada, Ad Honorem. Nadie podrá cobrar un centavo por su trabajo –con lo cual se elimina a una enorme cantidad de incapaces y avivados.

La convocatoria a la comunidad científica se efectivizará en la primera semana de mayo en el predio Ciudad Universitaria, norte de esta ciudad, plenario al que "se invitará al presidente Néstor Kirchner", precisó la institución.

Los científicos fueron llamados a debatir durante el primer encuentro del Comité sobre las variaciones del clima en el corto y largo plazo, a fin de elaborar un "plan operativo" y de "concientización" con metas a cumplir "hasta el año 2020".

Me gustaría poder presenciar (y no opinar) sobre las variaciones del clima en el corto y largo plazo. Es interesante saber si las variaciones a discutir serán únicamente las del futuro, o si se hablará también de las variaciones del pasado, tanto lejano como reciente. Por supuesto, se hablará del mes de marzo de 2007 en Córdoba como empatando el récord de días lluviosos, o de la cantidad de lluvias sobre Buenos Aires, pero quizás no se hable del mes de marzo de 1900 que mantiene aún el record de 1000 milímetros llovidos para algún mes de marzo en toda la historia. O no se dirá que el verano de 2007, entre el 1º de enero y el 31 de marzo la tempertura media estuvo 5º C por debajo de la normal, lo que es una enormidad. Y a pesar de estar en marcha un Niño bastante fuerte.

Quizás tampoco se hable del enfriamiento que viene sufriendo la zona central del país desde 1987 -20 años sostenidos- y que tiene fuertes perspectivas de hacerse más pronunciado dado que ingresamos ahora a un nuevo período dominado por el fenómeno del Pacífico conocido como La Niña. A pesar de que en las últimas dos décadas el fenómeno El Niño contribuyó a elevar la temperatura de grandes regiones del mundo, el centro de Argentina y la Pata-gonia se enfriaron.

Quizás alguien de Greenpeace mencione que el glaciar Upsala se ha derretido a causa del ca-lentamiento global, pero le será difícil conectar el “derretimiento” del glaciar con el enfria-miento de la región donde está el glaciar, sobre todo porque el Perito Moreno, 50 kilómetros al sur, avanza como nunca lo había hecho antes.

Lo que me preocupa es que esta Comisión parece querer funcionar hasta el año 2020 en su programa de “concientización”. (Y después del 2020, qué? ¿Que nos coma el león?). Si las predicciones de Al Gore y el IPCC son acertadas (y por ello es que se quiere formar esta Comisión antes de que la alarma desaparezca y con ella el negocio) para el año 2020 ya será tarde “concientizar” a nadie. Todos habremos muerto ahogados por el ascenso del mar, o achicharrados por los calores del desierto que avanza, o arrastrados por los huracanes que asolarán la Argentina, o hambreados por las pérdidas de cosechas (adiós soja y maíz para etanol!), o sedientos porque se habrán secado los acuíferos –incluido el Guaraní, peor aún, ardidos de fiebres palúdicas que nos traerán los mosquitos del trópico.

Para profetizar catástrofes los verdes tienen un talento muy especial.

El emprendimiento surgió en forma reciente en el seno del Instituto de Desarrollo Comunitario (IDC), "en el que trabajan hace ocho años médicos, agrónomos, veterinarios, periodistas y docentes en temáticas tales como desnutrición, inserción social, y educación".

El lanzamiento fue dado a conocer un día después de que expertos que participaron en el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), de ONU, advirtieron que Argentina carece de "decisión política" y "planificación" para desarrollar "un sistema de adapta-ción" que permita enfrentar alteraciones meteorológicas del planeta.

Hace años que nos hemos dado cuenta que Argentina carece de “Decisión política” para cual-quier cosa (entendiendo a la "política" como "el arte de gobernar"), no sólo para enfrentar al cambio de clima, como también carece de “planificación para desarrollar” aunque más no sea un sistema de educación que impida que el pueblo sea mantenido en un limbo cultural donde sólo importa la actividad sexual de la “forrándula” –al decir de Raúl Portal- o las intimidades de Gran Hermano, la vedette de turno, o “Bailando por Alguna Pavada”.

La cosa se pone espesa

Nada más divertido que dos personajes hablando sobre lo que no saben, y haciéndolo con toda autoridad y mayor seriedad.

El co-presidente del Grupo de Trabajo II del IPCC, Osvaldo Canziani, denunció en rueda de prensa que existe un "problema de planificación" porque "no sabemos dónde vamos, los gobiernos en Latinoamérica miran para otro lado, Argentina pierde decenas de becas de formación, programas, por falta de iniciativas, y no hay una política nacional de desarrollo".

Sr. Canziani, con todo respeto, los gobiernos de Latinoamérica miran para el lado donde están los verdaderos problemas que deben resolver. El calentamiento global y el cambio de cli-ma no son problemas que le preocupen porque son NO-problemas. En una lista presentada por la organización Gallup de encuestas de los EEUU a miles de científicos del mundo, con los 15 mayores problemas que deben enfrentar los gobiernos del mundo, el calentamiento global y cambio climático ocupó el puesto 14. La gente seria, los científicos serios, aquellos que se preocupan por la gente, consideran que existen 13 cosas más importantes de las que hay que ocuparse ya, como la provisión de agua potable en los países pobres, la erradicación de la malaria y otras enfermedades parasitarias e infecciosas, o el SIDA, o el desarrollo de nuevas fuentes reales de energía que sean capaces de abastecer de energía al mundo las 24 horas seguidas, o el mejoramiento de la salud pública, o sino el problema mundial del terrorismo y las guerrillas insurgentes en muchos países.

El calentamiento global no juega en la liga mayor de los problemas. Ni siquiera está de su-plente!

Las críticas fueron rechazadas horas después por la secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti, quien en diálogo con la agencia DyN sostuvo que el gobierno tiene "175 proyectos de desarrollo limpio y lidera con Brasil un plan para acelerar el cumplimiento del Con-venio de Montreal" y erradicar el agujero de ozono.

La funcionaria afirmó que la crítica de los expertos "no obedece a la realidad" y dijo que "la preocupación mayor por el pueblo argentino tiene que ver con el ozono y 'no' con el nivel del mar, porque tenemos el agujero de ozono en la Patagonia y hay niños que no pueden jugar en las plazas porque la radiación es muy fuerte".

Demos gracias al Señor, la noticia de Clarín ha terminado! No hay más tontería para leer. Podemos ocuparnos de cosas más importantes y jugosas como los dichos de nuestra inefable Secretaria del Ambiente, la Dra. Romina Picolotti, que no se cansa de “meter la pata” en cuan-to asunto técnico y científico se le presenta. No hay nada como nombrar a una abogada para un cargo donde haría falta un científico para que comencemos a reírnos. Pero esas son las incoherencias de la política ambiental y científica que sufrimos desde hace mucho tiempo los argentinos.

De acuerdo con Picolocco (como a nuestro corresponsal secreto le gusta referirse a la Dra. Pi-colotti), Argentina y Brasil tienen nada menos que 175 proyectos para erradicar al aguje-ro de ozono. Maravilloso! como diría Portal. Nos gustaría conocer de alguno para saber cómo piensan Lula y Kirchner “erradicar” (o “erradikar”? un fenómeno natural que hace millones de años se forma y no da señales de variar más allá de lo que la actividad solar y otros fenómenos atmosféricos conocidos lo afectan.

La desconexión que se observa entre muchos funcionarios y la realidad es alarmante. Estába-mos casi convencidos que la “preocupación mayor del pueblo” era la supervivencia en un país donde los niveles de inseguridad son aterradores, los niveles de pobreza y miseria no parecen seguir a las cifras del INDEK, donde es triste el estado de angustia de los jubilados y demás infortunados que deben enfrentar la realidad de hacer un trámite en la administración pública, o concurrir a un hospital público… pero Picolotti sostiene que la mayor preocupa-ción del pueblo argentino tiene que ver con el ozono! Maravilloso! exclamaría Portal.

Pero donde en verdad se desbarranca toda credibilidad científica que debería mostrar una funcionaria de un cargo tan estrechamente relacionado con el ambiente, es en su afirmación de que “tenemos un agujero de ozono en la Patagonia y hay niños que no pueden jugar en las plazas porque la radiación es muy fuerte.” Alguien tiene que hacer de tripas corazón y animarse a decirle a Picolocco que en la Patagonia no hay agujeros de ozono. Que algunas veces, a mediados de Octubre, algunos pequeños mini-agujeros sobrevuelan Ushuaia (en una época donde los niños no se sienten proclives a jugar en las plazas, aunque sí a esquiar bien abrigados), pero que la radiación ultravioleta del rango de la UV-B que pasa a través de ellos es de apenas 150 mW/m2, de acuerdo a los estudios realizados por los científicos argentinos Isidoro Orlansky y Ernesto Martínez, allá por la década del 80, cuando estaban en el LAGE, el Laboratorio de Geofísica de la Universidad de Buenos Aires, y usaban los espectrómetros provistos por la American Science Foundation –los mejores instrumentos del mundo.

Nos decían los científicos que cuando algún mini-agujero de ozono pasaba por encima de Ushuaia, la radiación UV-B que llegaba a las plazas de la ciudad era la mitad de la que caía en esos mismos momentos sobre las callecitas y plazas de Buenos Aires, que rondan, efectivamente, los 300 mW/m2. También debería la secretaria del ambiente pedirle su opinión a la Lic. Victoria Tafuri, quien estaba en el Observatorio de Villa Ortúzar a cargo de medir los niveles de ozono sobre Buenos Aires desde hace unos 30 años o más. Ya lo había dicho a la prensa en 1988, al regresar de una expedición a la Antártida (la expedición NOZE), que “en Buenos Aires no se han reducido los niveles de la capa de ozono desde hace 25 años”. Tampoco lo han hecho ahora, ni lo harán nunca –por lo menos mientras haya un Sol brillando y oxígeno en la atmósfera.

No quiero imaginar (porque me amargaría) en que consistirán los 175 proyectos Argentino-Brasileños para “erradicar al agujero de ozono”. (Erradicar al agujero de ozono!!!, no se puede creer!) Si todo funciona como parece estar perfectamente planeado, se derrocharán en esos proyectos una descomunal cantidad de dinero que sería mejor usada para erradicar al mosquito del dengue, la malaria, la fiebre amarilla, o a la vinchuca, o a fiebre hemorrágica y las ratas que la transmiten, o a las garrapatas y, por qué no? a los piojos que todos los años se hacen un festín en las cabezas de los niños apenas comienzan las clases los primeros días de marzo.

“Erradiquemos al agujero de ozono!” podría ser un buen eslogan para la próxima cam-paña electoral del gobierno. El eslogan “Erradiquemos la pobreza y la inseguridad” no debería ser usado nunca por los políticos ya que no puede competir con el ozono, dado que se trata de la “mayor preocupación del pueblo argentino.” Y al pueblo lo que es del pueblo. Lo que el pueblo quiere. Pan, circo y piquetes,… y la erradicación del agujero de ozono.

¡Cómo nos hacen reír los políticos cuando hablan en serio!

Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC


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