CNN – Los huracanes no se están comportando de la manera en que muchos de nosotros estamos acostumbrados que lo hagan. Son más grandes y feroces, y más numerosos de lo que mucha gente ha visto. Charley, Frances, Ivan y Jeanne el año pasado destruyeron partes de Florida. Después de rozar Florida, Katrina y Rita están causando devastación a lo largo de la Costa del Golfo desde Alabama hasta Texas.
Pero no se precipite a culpar al calentamiento global, advierten los expertos. Max Mayfield, director del Centro Nacional de Huracanes en Miami, el martes pasado le refirió a un subcomité del Senado que estamos en un período de actividad de huracanes aumentada que podría durar una o dos décadas más.
“El Aumento de la actividad desde 1995 se debe a fluctuaciones naturales (y) a ciclos de la actividad de huracanes impulsados por el Océano Atlántico mismo, junto a la atmósfera envina suyo, y no ha sido sustancialmente aumentado por el calentamiento global,” testificó.
El colega de Mayfield en el Centro Nacional de Huracanes, Christopher Landsea, dijo que dos recientes estudios sobre el calentamiento global y los huracanes provoca más preguntas de las que responde. Añadió que el impacto del calentamiento global es “mínimo para el futuro previsible.” También dijo que los estudios indican que el calentamiento global podría incremen-tar la velocidad de los vientos huracanados y las lluvias en un 5 por ciento –pero en 100 años desde ahora. “Sin embargo,” añadió, “es necesario realizar más estudios, fijándose en la información histórica y haciéndola más compatible con las modernas técnicas de información.”
El debate sobre el calentamiento global
Brenda Elwurzel, científica del clima del Programa de Ecuación Climática Nacional de la Unión de Científicos Preocupados, le dijo a CNN que “mientras el calentamiento global no causa hu-racanes,” ya los está haciendo más intensos. “Jamás apuntaríamos a ningún evento soli-tario y culparíamos al calentamiento global,” dijo ella, “Mientras los huracanes han azotado a la región de la Costa del Golfo durante años, “el calentamiento global está empeorando las cosas.”
Ekwurzel apunta a recientes estudios que indicarían que el dióxido de carbono está elevando las temperaturas del océano. “Y esos océanos más cálidos están convirtiendo a las tormen-tas de bajo grado en poderosos huracanes,” dijo, “En resumen, los océanos cálidos son como combustible para un huracán. Es como arrojar gasolina a un fuego.”
Pero no todos los expertos en huracanes están dispuestos a establecer un vínculo entre el ca-lentamiento global y los huracanes –por lo menos no todavía. Ellos sostienen que la seguidilla de grandes tormentas que han castigado al sudeste de los Estados Unidos en las dos estaciones pasadas señala un regreso a la normalidad.
Retorno a lo normal
“Desde 1970 hasta 1995, un hubo tanto huracanes, y los que tuvimos fueron más bien buenos, se comportaron bien, huracanes domesticados que se mantuvieron alejados de tierra y no causaron líos,” dijo Hugo Willoughby, un investigador de huracanes en la Universi-dad Internacional Florida de Miami. “Lo único que puedo decir,” añadió, “es que esta racha de buena suerte que hemos tenido se está terminando.”
“Podemos decir que este año la naturaleza está promediando su climatología,” dice el famoso pronosticador de huracanes de la Universidad del Estado de Colorado, William Gray. Katrina y Rita son lo que Gray llama “Destructores de las Bahamas,” tormentas que se forman cerca de las Bahamas y no en cerca de las costas de África. Ellos explota después de haberse alimentado en las aguas cálidas del Golfo de México, El siglo 20 vio 18 Destructores de Bahamas, dijo Gray.
Hasta los dos golpes seguidos de Katrina y Rita en la Costa del Golfo tienen su precedente.En 1915, dice Gray, las áreas de Nueva Orleáns y Houston fueron castigadas por huracanes de categoría 4 separados por seis semanas. “No se puede culpar de eso al calentamiento global,” observó.
Gray hizo sonar la alarma primero en 1995, notando que la superficie de las aguas del Atlántico Norte se había calentado ligeramente. 1955 vio 11 huracanes y ocho tormentas tropicales, la cuenta más alta desde 1033. Hacia 1997 el pronóstico anual de Gray advirtió sobre “una nueva era de huracanes.”
Adelantó la teoría que muchos climatólogos, incluyendo a Mayfield y Willoughby, abrazan ahora –que los huracanes están impulsados por ciclos de elevación de temperaturas y salinidad del agua que afectan a las corrientes del Atlántico.
Corrientes Impulsan a los Huracanes
El nombre técnico del motor que impulsa a los ciclos de huracanes es Oscilación Multideca-nual del Atlántico, u OMA para brevedad. Puede causar sequías en el Oeste de EEUU y huracanes en el Este. “Este ciclo se ha estado repitiendo desde la Edad de Hielo,” dice Willoughby. “Está relacionado con cambios en las corrientes oceánicas que mueven al calor en dirección al norte. Si son rápidas, tenemos una gran cantidad de huracanes.”
Los estudios muestran que la OMA era fría –y las corrientes más lentas– desde 1900 hasta 1925, cálida desde 1926 hasta 1969, fría entre 1974 y 1995, y cálida otra vez desde 1995. y de tal modo, a una generación de norteamericanos con poca experiencia en huracanes, les parece como si estos monstruos estuviesen saliendo de la nada.
Gray y Willoughby están entre los escépticos que dudan que el calentamiento global pueda ser culpado de la tendencia de los pocos años pasados. A ellos se les juntan los rastreadores de huracanes del Centro nacional de Huracanes. “Estamos entrando ahora a un tiempo acti-vo,” dijo Chris Lauer, un meteorólogo del Centro. “Vemos unas décadas de menor activi-dad, seguida de algunas décadas de oscilaciones mayores,” dijo. “Nuestra posición es que el reciente incremento en la actividad de huracanes no está causada por el calen-tamiento global.”
Los investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia, Atlanta, sugirieron a principios de este mes de septiembre que algo más que la naturaleza y la coincidencia podría estar impul-sando a las tormentas.
Son necesarios más estudios
En la edición de septiembre 2005 de la revista Science, Meter Webster y Judith Curry documen-tan un salto global del 60% en los huracanes, con vientos de 210 kph o más y un aumento de 1ºC en la temperatura superficial de las aguas tropicales. Pero Webster advierte en el sitio web de Georgia Tech que son necesarias más investigaciones antes de culpar al calentamiento global.
“Necesitamos un registro de datos más largo de estadísticas de huracanes,” dijo, “y necesitamos comprender más acerca del rol que juegan los huracanes en la regulación del balance de calor y circulación en la atmósfera y los océanos.” Willoughby dijo que mantiene una menta abierta acerca del rol de calentamiento global, pero cree que no será un factor durante por lo menos otros 100 años. “La respuesta que les doy a todos, porque ha sido tan politizado, es NO LO SÉ”.
Gray fue más directo. “Están todos esos médicos brujos que quieren capitalizar la igno-rancia generalizada sobre este tema,” dijo. “Con todos los problemas en el mundo, no deberíamos estar preocupándonos con este.” Willoughby cree que el debate sobre hura-canes y el calentamiento global es saludable. “Es bueno para la ciencia,” dice.
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