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Publicado originalmente en The Greening Earth Society

Ninguna Prueba es Suficiente

Hemos leído una investigación publicada en la revista Geophysical Research Letters, cuyo título sobrepasa los límites de la aceptación científica.“Cuarenta y cinco años de la observación de la humedad en Ucrania: No hay sequedad en el verano (aún).” Parece que hemos ahora ingresado a la fase del debate sobre el cambio climático donde los científicos se sienten en libertad de pregonar sus prejuicios personales aun cuando esto pueda ir en contra de la evidencia compilada por la entidad científica a quien representan, o mas asombroso todavía, contradice toda la investigación que ellos mismos producen!

Un ejemplo del primer tipo está ilustrado por la carta de renuncia del investigador de huracanes del NOAA, Christopher Landsea, quien abandona su participación en el IPCC, o Panel Intergubernamental del Cambio Climático. (ver www.co2andclimate.org/wca/2004/wca_30b.html). Landsea describe la manera en que Kevin Trenberth participó en una conferencia de prensa el otoño pasado en donde Trenberth expresó su visión personal de que el calentamiento global era el responsable de alto nivel de la actividad de los huracanes en la costa de los Estados Unidos, durante el año pasado.

Landsea quedó desalentado cuando cuando Trenberth – que sirve como el autor convocador del capítulo del próximo Cuarto Informe del IPCC, que trata de los cambio de clima observados (incluyendo los huracanes) – de manera pública y como un vocero del IPCC expresó una opinión en marcado contraste con lo establecido por el IPCC en su Tercer Informe de Evaluación . En el 2001, el IPCC concluyó con que ”No hay indicación de que el calentamiento global esté afectando a la fuerza o la intensidad de los huracanes.” Landsea llega a la correcta conclusión de que si la opinión expresada por el principal autor del capítulo va en contra de los hechos observados, entonces hay muy poca probabilidad de que las observaciones del mundo real vayan a recibir un tratamiento justo en el próximo Cuarto Informe de Evaluación en el 2007.

Un ejemplo del segundo tipo de prejuicio se encuentra también en el Geophysical Research Letters. Aparece bajo el titulo de “Cuarenta y Cinco Años de Humedad Observada en Ucrania: Ninguna Desecación Observada (todavía)”. En la parte superior de una investigación del profesor de ciencias ambientales de la Universidad de Rutgers, alan Robock y sus colegas.

El agregado de una “todavía” entre paréntesis al título de estudio está completamente injustificado por el contenido del estudio mismo y representa nada más que un esfuerzo editorial de prejuiciar a los lectores. Cualquiera que esté revisando entre una lista de títulos en algún índice de estudios, podría llegar a la conclusión de que aunque las observaciones no muestran todavía nada que ande mal, es sólo un asunto de tiempo antes de que lo hagan.

Aunque esto pueda reflejar las opiniones personales de los autores, no hay absolutamente nada en el estudio que le preste ningún apoyo creíble a esa opinión. Al respecto, los revisores (peer-reviewers) de este estudio han fallado en su rol de y en su responsabilidad para con la comunidad científica en general al permitir que el título del estudio demuestre ninguna relevancia con el contenido.

El estudio analiza lo que describe como el “el conjunto de datos del mundo sobre la humedad del suelo observada.” Los datos de la humedad estival observada en el metro superior de tierra (el que usan las plantas para su vida) fueron recogidos de 141 estaciones de monitoreo de la humedad en la región agrícola de Ucrania, comenzando en 1958. Los datos fueron sumados para mostrar un historia de la humedad del suelo observada en la región desde 1958 hasta 2002. Con esa historia en la mano, los autores se lanzaron a compararlos con las simulaciones modeladas del clima del mismo asunto. Los autores hacen la hipótesis:

”La mayoría de las simulaciones modeladas del clima del futuro, cuando son forzadas con el aumento de los gases de invernadero y los aerosoles antrópicos, predicen una desecación estival en las latitudes medias del Hemisferio Norte. Esta predicha reducción de la humedad, producto del aumento de la demanda de evaporación con las temperaturas más altas, abrumando cualquier aumento de las precipitaciones, es una de las amenazas más graves del calentamiento global, teniendo impactos potencialmente enormes sobre nuestra provisión de alimentos. Usamos aquí nuestro conjunto extendido de datos para evaluar estas simulaciones.”

”Suministramos la historia de la humedad observada a partir del conjunto de datos más grande del mundo en Figura 1. Notamos una tendencia ascendente (significando más humedad) durante el curso del período de 45 años del registro. La mayor parte del aumento ocurrre durante la primera mitad del registro. La tendencia del aumento de la humedad del suelo está presente a pesar de una pequeña tendencia ascendente de la temperatura y una ligera tendencia decreciente en las precipitaciones veraniegas.

Los autores creen que esto puede estar impulsado por una tendencia decreciente en la evaporación causada por un aumento en los aerosoles troposféricos, pero esa sólo su explicación teórica de lo que parece estar sucediendo.

Figura 1: Historia temporal del contenido de la humedad veraniega del suelo promediada a partir de las estaciones de observación de humedad de Ucrania, 1959-2002. Se hicieron dos determinaciones independientes, una usando datos de suelos recogida en suelos donde crecían cereales de invierno (línea roja) y el otro de campos donde crecían cereales de verano (línea azul). Fuente: Robocok et al., 2005).

Los resultados de esta investigación no parecen concordar con los modelos computados del clima, por lo que Robock y colegas buscaron simulaciones de la humedad del suelo de Ucrania usando diversos modelos climáticos. Los modelos fueron corridos con los cambios observados en la composición atmosférica de más o menos los últimos 100 años, y luego acoplados a uno de los escenarios de forzado futuro más extremos (SRES A2) establecido por el IPCC para los próximos 100 años.

En otro perjuicio para los lectores, los autores describen al escenario A2 como “esencialmente 'las cosas como siempre' (business as usual), con un aumento de gases de invernadero y aerosoles de sulfato.” El término “las cosas como siempre”, aparentemente significa algo diferente para los autores que para el resto de la población mundial. El forzado total del clima predicho por el escenario A2 del SRES durante el siglo 21 es 6,74 W/m2. Esto se contradice con el reciente informe del climatólogo de la NASA James Hansen, de que “la tasa de crecimientodel forzado climático por los gases de invernadero observados, hizo pico cerca de 1980 a casi 5 W/m2 por siglo” y “esta tasa de crecimiento ha declinado desde entonces a ~3 W/m2 por siglo.”

En otras palabras, el scenario de “las cosas como siempre” de Robock representa una tasa de crecimiento que es caso el DOBLE del valor observado. De hecho, es una tasa de crecimiento que jamás ha ocurrido antes! ¿Cómo podría ser esto “las cosas como siempre”? La Figura 2 muestra a las simulaciones modeladas del clima de la humedad del suelo con las observaciones incluidas encima de ellas. Ninguno de los modelos tiene algún parecido con las observaciones. De acuerdo con los autores, “Todas las corridas de los modelos muestran claramente una débil tendencia creciente de la humedad del suelo en Ucrania antes de 1960 y una fuerte tendencia decreciente después de 1960. Los modelos GFDL-R30 y el CCCma simulan menos sequedad veraniega que el HADCM3 y el modelo CCSR/NIES simula más. Sin embargo, ninguna de las simulaciones se jausta para nada con las observaciones de la realidad.” [Hemos añadido énfasis a esta cita]
 

Figura 2. Comparación entre simulaciones del clima (líneas coloreadas) y las observaciones reales (línea negra) de la humedad del suelo en verano de Ucrania. Los modelos hacen un muy pobre trabajo al capturar el comportamiento observado. (Fuente: Robock et al., 2005)
Los autores añaden, “Esto no es inesperado, ya que debería haber un componente aleatorio de las variaciones interanuales de precipitación, especialmente para una región tan pequeña como esta estudiada aquí.”. Podríamos preguntar entonces, si los autores creen que no puede esperarse que los modelos simulen las observaciones, entonces ¿por qué la comparación entre modelos y observaciones es uno de los objetivos declarados de este estudio? ¿Cómo pueden ellos llegar a la conclusión de que “El nuevo conjunto de datos de 45 años de la humedad del suelo de Ucrania ha probado ser útil para la evaluación de las simulaciones de modelos climáticos, como se ilustra aquí.”? Esto suena como un encubrimiento a posteriori del hecho que los modelos se han comportado muy mal cuando se los comparó con las reales observaciones, para aparente desazón de los investigadores.

En ninguna parte de su estudio hay ni una sola indicación de que la sequedad del verano sea inminente, a menos que uno incluye inexplicablemente lo que puede esperarse de los modelos corridos bajo un escenario de forzado extremo –un resultado que podría ilustrar que las simulaciones del clima tienen muy poca similitud con las observaciones del mundo real. Claramente, de los resultados del análisis presentado en este estudio, los investigadores no pudieron hallar justificación para el agregado de la palabra “todavía” al título del estudio. Su presencia expone la desilusión de los autores por su fracaso de generar apoyo para las predicciones catastróficas basadas en las simulaciones computadas del clima.

En lugar de quejarse de lo que las observaciones reales muestran, los autores podrían haber prestado un mejor servicio a sus pares si hubiese destacado las inexactitudes del modelado climático, especialmente aquellos relacionados a la predicción de impactos a escala regional. Tenemos muy poca esperanza de que sus pares les sugieran que remedien sus errores (todavía)

.Referencias:

Hansen, J.E., and Sato, M., 2001. Trends of measured climate forcing agents. Proceedings of the National Academy of Sciences, 98, 14778-14783.

Robock, A., Mu, M., Vinnikov, K., Trofimova, I. V., Adamenko, T. I., 2004. Forty-five years of observed soil moisture in the Ukraine: No summer desiccation (yet). Geophysical Research Letters, 32, L03401, doi:10.1029/2004GL021914.


NOTA DE FAEC: El autor del artículo ha sido bastante claro. Pero no está de más remarcar que este caso muestra una tendencia a la que debería ponerse freno de inmediato, a riesgo de se transforme en una pandemia en el campo de la ciencia: Científicos que no descubren nada pero dejan entrever que su “instinto”, su imaginación afiebrada, o alguna tiradora de Tarot les ha indicado que hay algo “escondido” debajo de lo que los hechos científicos comprobados prueban todos y cada uno de los días de nuestra existencia - pero que a pesar de ello, el Apocalipsis es inminente e inevitable.

Concretamente: descubren una cosa pero afirman lo contrario. Y además cobran por hacerlo y, peor todavía, hay gente que les paga por haberlo hecho! - y para que en el futuro lo sigan haciendo.

Como cualquier epidemia, sea de cólera, gripe o difteria, si no se la arranca de cuajo y se la detiene en seco, se extenderá (usando la terminología catastrofista en boga) “hasta límites imprevisibles, más rápidamente que lo previamente calculado.”

Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC


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