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Distorsión Predecible

A usted se le puede perdonar por creer que el clima global está gatillando un show de horror en en el Polo Norte. Primero fue el Los Angeles Times quien se tragó un informe de Nature concerniente una mortandad masiva de krill en la Antártida, con horribles consecuencias para los pingüinos, focas y ballenas (ver www.co2andclimate.org/wca/2004/wca_27a.html).

Ahora viene el hábilmente formateado impacto de un Calentamiento del Ártico. El grupo de "Evaluación de Impacto del Clima Ártico" (ACIA, por sus siglas en inglés), sigue los pasos del infame "US. National Assessment" (USNA) sobre calentamiento global — un informe que tuvo que ser retirado de la distribución pública por no cumplir con las mínimas exigencias de las normas federales de precisión científica.

Como su predecesor, "Impactos de un Ártico en Calentamiento" presenta información de manera selectiva que, en total, proyecta cambios futuros mucho más grandes de lo que la realidad sugiere. Más aún, pasa por alto el hecho de que ya sabemos - con un pequeño margen de error, cuál será el calentamiento de las próximas décadas.

Comencemos con la historia climática presentada por el ACIA. La reproducimos como la Figura 1. Jamás hemos visto nada como esto, y la climatología es nuestra profesión y nuestra pasión. El ACIA no proporciona ninguna refe-rencia científica para una historia climática que presentan más caliente que ninguna otra que se haya publicado hasta la fecha.


Figura 1. Historia de la temperatura del Ártico según ACIA (60ºN to 90ºN), tomada directamente de su informe. No hay referencias cientí-ficas disponibles.

Podemos asegurarle que la evaluación de las temperaturas regionales es un proceso complicado, especialmente en el Ártico. Uno creería que una organización que publica un tomo sobre el clima del Ártico revisaría la literatura científica, notarían quiénes han publicado estudios primarios sobre la historia del clima del Ártico, y mostraría o haría una prominente referencia a esos trabajos. Pero ninguno de los más importantes investigadores están incluidos. Aquí están quiénes son y qué es lo que el ACIA ignoró cuando compiló su magnum opus.

Igor Polyakov. Usted creería que su estudio "Tendencias y Variaciones en los Sistemas Climáticos del Ártico" del 2003 tiene los méritos para ser mencionado. Polyakov estudió información sobre tierra y una pequeña cantidad de datos del océano, desde los 62,5º hacia el norte, con fechas que se remontan hasta 1870. En contraste, el ACIA comienza su registro en 1900 y solamente incluye información basada en lecturas de tierra a partir de los 60ºN. Reproducimos la historia de las temperaturas de Polyakov en la figura 2.


Figure 2. Historia de las temperaturas del Ártico hecha por Polyakov (62.5ºN to 90ºN) (Fuente: Polyakov et al., 2002).


Es obvio que la actual temperatura en toda la región es similar a la medida hace 70 años. También se nota que en algunos de los años de la década de los 30 las cosas se pusieron muy calientes en el Polo Norte. “Hacia el norte de los 62,5ºN, el máximo de la anomalía anual de la temperatura de superficie del ártico llegó a 1,69º C, comparado con el máximo de 2000 de 1,49º C. nos hace notar Polyakov, para seguir diciendo, "Son claramente evidentes dos nítidos períodos de calentamiento, desde 1920 a 1945, y desde 1975 hasta el presente... comparando con la suba de temperaturas hemisféricas y globales, el aumento de la temperatura en las latitudes altas fue más fuerte hacia fines de los años 30 y comienzos de los 40, que en las décadas recien-tes." [El énfasis en nuestro.] Pero no hay mención a estro en el informe del ACIA.

Jonathan Kahl. Climatólogo de la University of Wisconsin, examinó en 1993 registros del Océano Ártico que habían sido recién "desclasificados" porque fueron hechos por los B-52 de la USAF que volaban sobre el Polo Norte y los rusos que vivían abajo, sobre el hielo. En su "paper" en Nature Kahl encontró “ausencia de evidencia de un calentamiento de invernadero sobre el Ártico durante los últimos 40 años" y una neta declinación de la temperatura del Ártico..

Si bien la historia de las temperaturas de Kahl cubre sólo el período de la Guerra Fría entre 1958 y 1986, a diferencia de los registros de Polyakov, Kahl se ocupa solamente del Océano Ártico. Pero nada de su información está incluida en el registro de datos basado íntegramente en datos de tierra. ¿Por qué? La inclu-sión de datos del océano hubiese dado por resultado un "impacto de un Ártico en Calentamiento" mucho menor.

Roman Pryzbylak es otro de los muy buenos expertos que han publicado investigación sobre las temperaturas del Ártico en la literatura científica. Pero lo mismo de Kahl y Polyakov, es totalmente ignorado por el ACIA. Pryzbylak ha compilado varias historias de temperaturas de diferentes bandas de latitud. Una, desde el alto Norte (al norte de 70ºN), muestra un sustancial enfriamiento desde 1940 hasta 1970. Mientras que el ACIA captura este enfriamiento, lo hace a una tasa un 30% menor.

Todo OK. Usted comprende ahora cómo la exclusión de la información del Océano Ártico (disponible en los estudios de Kahl y Pryzbylak) es responsable del sesgo hacia el calentamiento que muestra el ACIA. Pero en un verdadero estilo a lo Clinton, mucho depende de lo que la definición de Ártico nos dice que es: El Círclo Ártico está a 65,5ºN. El ACIA define "Ártico" usando únicamente estaciones ubicadas en tierra al norte de los 60ºN. Para Polyakov, el "Ártico" comienza a los 62,5ºN. Adivine. Esa banda de 2,5º entre las dos latitudes incluyen algunas estaciones que registran el calentamiento más alto del planeta.

Pero sigamos adelante.

El ACIA decidió "correr" dos escenarios distintos de las concentraciones de CO2 en cinco diferentes modelos del clima. Los felicitamos por haberse concentrado en el que tiene la tasa de emisión más baja, porque las emisiones observadas en las décadas recientes estuvieron más en sincronía con ese modelo que con los demás que producen escenarios alternativos de estrafala-rias temperaturas.

Pero, como hemos hecho notar una y otra vez, el uso de cinco modelos diferen-tes producirá cinco tendencias distintas de calentamiento. La consecuencia práctica de incoprorar una variedad de modelos es que un mal informado perio-dista pensará que está siendo objetivo cuando escribe algo como, "Aún con el escenario de las emisiones más modestas los científicos dicen que las temperaturas podrán subir tanto como hasta 5,5º C en los próximos 100 años."

La Figura 3 (sin las flechas negras) es del informe del ACIA. Muestra la proyec-ción de tendencias en las temperaturas del Ártico y globales de varios modelos computados distintos.


Figura 3. Proyección de temperaturas para el Ártico, según el informe del ACIA. Las líneas coloreadas del ACIA representan proyecciones de cinco modelos climáticos computados, mientras que las flechas negras - que hemos superpuesto noso-tros) muestran una extensión de la tendencia de temperatura observada durante las pasadas décadas.

Si todos los que creen (incluidos nosotros) que es el caso, que el calentamiento preferencial del invierno en las altas latitudes es una "señal del invernadero", entonces el calentamiento global está encima nuestro. La tendencia de calenta-miento del Ártico, y la del planeta, desde mediados de los años 70 ha tomado la forma funcional de una línea recta. De manera que podemos arbitrar entre los modelos usando a la realidad como guía, como lo hicimos al decorar la Figura 3 con nuestras flechas negras. De la única manera en que esto podría estar mal es si la forma funcional de todos los modelos (que resultan en un calentamiento de línea recta) están errados.

Si ese es el caso, enonces los investigadores científicos han devuelto muy poco de la inversión de más de $20 mil millones en calentamiento global de los últimos pocos años.

De modo que la pregunta es, "¿Cuánto se calentará el Ártico en los próxi-mos 100 años?" Eso ya es bastante bien conocido. Resulta ser de unos 3,2º C, que es aproximadamente el calentamiento producido por el más frío de los modelo del clima. Usando el mismo análisis de la temperatura gobal da un resultado similarmente fresco - una subida de apenas 1,6º C para el año 2100.

Eso arruina la fiesta, no? La cifra baja para el Ártico es más o menos la de la temperatura promedio del Ártico para los tres milenios desde 7000 a 4000 años atrás, una época en que los Inuit vivían cazando osos polares, caribúes, y focas. En otras palabras, están condenados a regresar al paraíso Rousseauniano de larga vida, salud robusta, y hermosa gente que eran antes de que el resto de nosotros se entrometiese con su helado Edén.

Vamos a cerrar esta nota. Es nuestro primer encuentro con "Impactos de un Ártico en Calentamiento" y el ACIA. Hay tantos pescados amontonados dentro de este barril, que nos parece poco deportivo usar cartuchos de munición gruesa para los primeros tiros.

Referencias:
Arctic Climate Assessment (ACIA), 2004. Impacts of a warming Arctic. Cambridge University Press, Cambridge, UK, pp139.

Kahl, J.D., et al., 1993. Absence of evidence for greenhouse warming over the Arctic Ocean in the past 40 years. Nature, 361, 335-337.

Polyakov, I., et al., 2002. Trends and Variations in Arctic Climate Systems. EOS, Transactions, American Geophysical Union, 83, 547–548.

Pryzbylak, R., 2000. Temporal and spatial variation of surface air temperature over the period of instrumental observations in the Arctic. International Journal of Climatology, 20, 587-614.



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